Outlaw.

Por hueleachxrros

114K 7.6K 448

Las vidas de Gavin y Lauren han sido tan tranquilas como las de todo adolescente promedio. O eso es lo que to... Mais

Introducción + Booktráiler
¡Tenemos booktrailer!
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
51.
52.
Epílogo.
AVISO IMPORTANTE

53.

982 66 0
Por hueleachxrros

Capítulo 53.
"Ana Bolena, la más feliz"
LAUREN

Florence y Halina terminan de darle los últimos retoques a mi peinado. He elegido un moño muy simple con pequeños caireles cayendo a cada costado de mi rostro. El velo transparente llega hasta la mitad de mi espalda, dejando relucir los detalles de encaje y perlas de mi vestido blanco. Éste es bastante largo y ocupa un radio considerable al caer en el suelo.

Una vez que han finalizado, me observan a través del espejo. Las dos tienen los ojos vidriosos, y por supuesto la primera en soltar lágrimas es Halina, la más sentimental en la habitación.

—Lo siento —se disculpa entre risas torpes y sollozos—. Es que luces tan linda, Lauren.

—Pero no tienes por qué llorar —me río y giro mi cuerpo hacia ambas. Coloco la mano derecha en la mejilla de Flo y la izquierda sobre la de Hal—. Las adoro, chicas. Estoy... hecha un manojo de nervios, y no saben cuán feliz me hacen al estar aquí.

Por fin. Por fin ha llegado el día en el que podré unir mi vida con el hombre al que siempre he amado. Hasta que la muerte nos separe.
De por sí, hemos estado juntos desde que tengo memoria. Mi corazón se emociona por saber que, si el destino nos lo permite, podremos envejecer juntos.
Halina se limpia las lágrimas con un pañuelo, siendo cuidadosa para no arruinar su maquillaje.

—No puedo creer que esto esté pasando —murmura Florence—. O sea, siempre creí que ustedes terminarían juntos, pero no... al punto de casarse.

—Tampoco yo. Creí que se harían los tontos hasta olvidar ese sentimiento entre ustedes —bufa la rubia, haciéndome reír.

—Por Dios, ¿se imaginan si hubiera contraído nupcias con James? —Incluso mi voz tiembla al siquiera pensar en él. Hace tiempo que su recuerdo no pasaba por mi cabeza.

Florence se ríe y parece incómoda de repente. Halina hace ademanes para que nos callemos.

—No lo puedo imaginar —anuncia—. De acuerdo, tenemos que estar en la capilla en veinte minutos —dice leyendo la hora en su celular—. ¿Bajamos ya? El auto seguramente estará esperándonos.

Mi piloto automático se activa. Es que simplemente estoy demasiado extasiada por lo que está por suceder. Mi boda idealizada sería dentro de unos meses, cuando ya por fin hubiese estado consciente, pero ahora las cosas cambiaron.

Florence tiene que empujarme un poco para que siga caminando hasta la estancia, en donde el padre de Gavin nos espera. Él, al verme, sonríe de lado y distingo un brillo diferente en su mirada. Se acomoda los lentes sobre el puente de la nariz y estira su mano hacia mí.

—Luces encantadora, querida —me regala un delicado abrazo que sólo le daría un padre a su hija, y yo me dejo llevar por el momento. Ya no recuerdo el último gesto que recibí de mi papá—. Sé que el plan era que tu madre te entregara en el altar, pero no pude evitar pedirle que intercambiáramos los papeles.

Mi sonrisa se ensancha y hace que me duelan las mejillas.

—Tu madre aceptó gustosa entregar a Gavin mientras yo te entregaré a ti. Después de todo, siempre hemos sido una familia —usa sus dedos índice y medio para hacer una especie de gancho y apretujó mi nariz con dulzura—. Espero no tengas ningún problema con eso...

—Jamás lo tendría, la idea me encanta.

Halina y Florence nos vuelven a mirar como señal de que tenemos que subir al auto.
Como mis damas, ellas entran después de mí. El padre de Gavin ocupa el asiento del copiloto y partimos poco después a la capilla.

Mis manos sudan, pero no tengo con qué limpiarlas. Remuevo un poco la tela de mi vestido para secarlas con el asiento del coche. Halina lleva mi ramo entre sus manos y ambas van platicando como si nada. Yo no puedo. Mis nervios no me lo permiten. Sólo puedo concentrarme en caminar bien, en que mis rodillas no me fallen para no terminar desplomándome mientras camino al altar.

Llegamos más rápido de lo que me gustaría. La gente ya está comenzando a entrar a la iglesia. Algunos de mis amigos y conocidos están por ahí, y de pronto tengo una sensación como la que probablemente tenía Ana Bolena antes de casarse con Enrique VIII. Tenía miedo de no ser suficiente, de que el rey pronto se cansara de ella. De que la gente comenzara con sus habladurías... En fin. Yo ya estoy divagando.

Florence y Halina bajan del auto, para después ayudarme con mi amplio vestido. Una vez que confirmamos que es imposible que me tropiece con él, Richard coloca su brazo para que me apoye en él. Le sonrío.

En algún momento de mi vida creí que jamás volvería a ver a Richard tan jovial. Después de su cáncer y su dolorosa recuperación, me es grato y me hace feliz verlo como si nada.

—¿Mentalmente preparada? —Me pregunta con una risita. Halina pone el ramo entre mis manos temblorosas—. Tranquila, cariño. Respira. Una vez que estés con Gavin ahí... Te olvidarás de todo.

Él me ayuda a respirar y a calmar mi corazón que está a punto de salir disparado de mi pecho. Mis damas se preparan para ir detrás de nosotros.

Cuando termino de aferrarme al brazo de mi suegro, escucho un grito. Alguien vocifera mi nombre una y otra vez. Al principio ha sido lejano el sonido, pero pronto lo tengo muy cerca. Lo siento. Lo veo.

Sus ojos color olivo me traspasan, me queman hasta lo más profundo. Lleva un traje negro elegante y su cara ahora está adornada con una barba apenas visible. Es James Prior, mi antiguo profesor y ex prometido. Mierda. ¿Qué tan enfermo sonó eso?

—¿Qué hace aquí? —Pregunta Richard con aparente enfado. Su mandíbula se endurece y toma mi mano con más firmeza.

—Sólo vine a hablar contigo, Lauren —mi nombre saliendo de entre sus dientes ahora suena tan extraño. Suena diferente. Antes me gustaba y ahora... ahora ya no quiero que lo vuelva a mencionar—. Seré breve.

Su mirada viaja a través de las tres personas que ahora mismo me rodean. Se detiene cuando encara a Florence.

—No creí que en serio vendrías —dice ella.

—¿Cómo...? ¿Tú lo sabías y no me advertiste? —Con una fuerza descomunal y que no creía tener, logro soltarme del agarre de Richard—. ¡Flo!

—No quería arruinar tu día.

Tranquila, Lauren. Ella no tiene la culpa.

—Está bien... —respiro hondo y termino relajando mis hombros—. Está bien. Denme dos minutos con él.

—Gracias —James sonríe.

—No te doy mi tiempo gustosa, James. Quiero hacer esto lo más rápido posible.

Él mira hacia la capilla, donde ya todos han entrado y están esperando por mí. El imaginarme a Gavin aguardando... aumenta mis latidos cardiacos.

Me alejo de todos y espero a que James me siga. Ya estamos lo suficientemente lejos para que nadie nos escuche. Aún así, las miradas de las chicas y de Richard me agobian. Gracias a Dios que ninguno ha hecho un escándalo. Es lo que menos necesito.

—¿Qué quieres? ¿Qué haces aquí?

—Creí que el molesto aquí debía ser yo —se ríe.

—Basta, esto no es gracioso. No le encuentro sentido a tu presencia aquí.

—¿No es obvio?

Todo su semblante es totalmente sincero. No balbucea, no parpadea.

—Querías arruinar mi boda...

—Sí, Lauren, pero... evidentemente no lo hice. No quería hacer lo mismo que Gavin.

—Gavin no hizo nada.

—Viajaste con él y quien sabe cuántas cosas hicieron mientras todavía estábamos comprometidos —añade con sorna, como si recordar aquello no le doliera. Incluso yo me sentía terrible.

Aún recuerdo esa tarde al volver al apartamento. Todas sus cosas estaban guardadas y tenía fotos mías y de Gavin sobre la mesa. Ni siquiera me sorprendió tanto saber que nos había estado espiando. De cualquier modo, nuestro futuro como pareja se veía incierto.

—Te engañé —susurro.

—Y créeme que jamás había entendido tanto una infidelidad.

—Recuerdo haberte pedido disculpas, James. ¿Quieres que lo haga de nuevo? Porque no...

—Por supuesto que no —dice firmemente—. No necesito tus disculpas, no quiero nada de ti, Lauren, en serio. Vine para decirte que me da gusto que hayas terminado con alguien que al final te dará la tranquilidad y la paz que necesitas. Gavin es Gavin, el amor de tu vida, lo sé... Y yo solo fui una parte inevitable de tu camino. Estoy consciente con eso. Y quiero desearte todo el bien del mundo.

Me limito a simplemente asentir. ¿Qué puedo decirle yo? Creo que la falta de palabras lo dice todo. Nunca me sentí arrepentida por lo que hice... Haberlo amado fue fugaz y ni siquiera estoy segura de que aquel sentimiento haya sido verosímil. Tal vez sólo fue una ilusión, un simple problema paternal que las mujeres llegamos a tener cuando no hemos tenido un padre presente.

Quizás fue eso, después de todo.

—Gracias —suelto—. No sé qué más decir.

—No es necesario —él suspira—. No quiero retrasarte más.

Parece que mi lengua ha sido devorada por un ratón invisible. Él señala hacia atrás para que yo vaya. Halina se acerca para volver a ayudarme con la cola de mi vestido. Me acerco de nuevo a donde me esperan, y cuando volteo James ya se ha ido.

—Ya estoy lista —admito. Vuelvo a tomar el brazo de Richard y ahora sí ya no hay vuelta atrás. Comenzamos a caminar, pero sorprendentemente las piernas ya no me tiemblan. Me responden bien y continúo firmemente.

Es ahí cuando lo veo. En cuanto comienzo a andar por aquella alfombra roja que me guía hacia mi prometido, puedo ver su rostro sonriente y sus ojos llorosos. No es común verlo así. Ya no lo veo de la misma manera. Me parece tan tierno, tan... vulnerable ante mí. Junta las manos al frente, apretándolas entre sí mientras muerde su labio inferior para no estallar en lágrimas. Su saco está adornado con una pequeña flor blanca en la solapa.

Finalmente, estoy a su lado. Él me da la mano para que pueda subir un pequeño escalón, y así quedo a su altura. Su padre le regala un abrazo antes de ir a su asiento, a un lado de su querida esposa.

El cura nos persigna a todos y comienza con su sermón. Estando ahí, de la mano con Gavin Bogasch me hace ser la mujer más feliz del mundo.

Minutos después, llega el momento de los votos tradicionales.

—Yo, Gavin Bogasch, me entrego a ti este día, Lauren Ortells, para compartir mi vida contigo. Puedes confiar en mi amor, porque es real y siempre lo ha sido. Prometo serte un esposo fiel y compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Mi voto estará contigo para siempre. Cuando caigas te levantaré, cuando llores te confortaré. Cuando rías compartiré tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad.

Mi corazón se encoge. Él preparó sus propios votos y sin avisarme, mientras que yo... no lo he hecho. Tengo que evitar estallar en llanto. Sé que a Gavin no le importará que yo no diga nada, pues sabe que mi amor y mi cariño son tan reales como los que él me profesa.

—Por favor, recibe este anillo como muestra de mi amor —toma mi mano izquierda para rodear mi dedo anular con nuestro anillo de bodas—, mi amistad, mi respeto y mi devoción. Lo eres todo para mí.

Es mi momento de improvisar.

—Te odio —susurro solamente para que me escuche Gavin, pero en ese silencio sepulcral todos alcanzan a oírme. Se ríen, pero está bien—. No ha sido fácil que llegara este momento porque hemos pasado por muchas pruebas que en lugar de alejarnos nos han hecho una pareja sólida y jamás se ha perdido la esencia de nuestro amor. Acepto vivir el resto de mi vida con una persona tan maravillosa como tú... Te amaré siempre, diga lo que diga, haga lo que haga, sufra lo que sufra, duela lo que duela, sea como sea, de cerca o de lejos...

Temo que jamás podré dejar de hablar, por lo que rápidamente le coloco su alianza y no espero a que me den autorización. Aferro su cuello con mi mano y lo acerco hacia mí para besarlo.

Losdeclaromaridoymujerpuedebesaralanovia...

Continuar a ler

Também vai Gostar

11.6K 1K 25
Suelen decir que las reglas son las que nos organizan y dictan el orden de todas las cosas, pero para mí las reglas son pequeños obstáculos. No estab...
194K 8.8K 35
¿Te imaginas ser una espia el FBI sin conocer a tu nuevo Agente y que en un operativo tengas que ir a hacer un privado sin saber a quien se lo haces...
38.4K 155 4
⚠️ Lenguaje explícito. Relatos ficticios⚠️ Puedes empezar a leer 🌜 iniciada: 26/12/23 terminada: ???
114K 5.7K 27
Hebe Ibsen Vinter, es una chica reservada sin amigos a causa del abandono de su papá cuando tenía once años. Siete años después regresa para llevarl...