Que Jimin lo perdonara, se durmió en los laureles, le falló en su promesa de volver, le falto valentía. Se confió en que su padre no sentía nada por Sunny, pensando que la tarea de unirlos sería fácil; pero ahora la situación era diferente, crítica, una alerta roja. Papá estaba saliendo con alguien, era demasiado evidente: Primero rompió el compromiso con la Loba y tiempo después comenzó a llegar con un leve aroma de omega en su piel y ropajes. No es que le desagradara de todo, hasta le gustaba ese aroma dulce como a hojuelas de avena con miel, pero no era el de Jimin, porque el hámster no usaba champú de frutas o cremas, para nada, solo olía a jabón, tinta y libros, totalmente esterilizado.
Y esa no era ni la mitad del problema, papá se veía orgulloso de estar marcado con el aroma de un Omega, ni siquiera con mamá había visto eso. Compraba cada semana algo diferente, obviamente regalos para alguien, desde velas aromáticas, libretas decoradas, lapiceros con muñequitos, libros, cremas y quien sabe que más. Jungkook no quería creer que su padre estaba enamorado de verdad, como ese amor estúpido que describen en la televisión, porque eso amenazaba por completo sus planes, debía tomar medidas drásticas.
Por eso había acudido a la biblioteca de su abuelo, allí estaban todos los registros del clan, en ese lugar debía encontrar algo relacionado con el "toque de miel" La prueba definitiva de que Jimin era el legítimo compañero del Líder.
Fue una travesía digna para inspirar un comic, porque la forma en que se coló en el departamento sin ser descubierto, fue su logro personal. Con su estómago pegado al suelo, arrastrándose con sus patas delanteras, impulsado con las traseras, como un espía, sin hacer ruido; como un ninja, camuflado en las sombras; como el cazador definitivo, esperando a que su presa saliera y se distrajera hablando con Namjoon, a quien le había pedido el favor que distrajera al objetivo, el tiempo suficiente para arrastrarse a la entrada. Fue un éxito, Seokjin no se dio cuenta cuando el espía 06 se escabulló frente a sus narices, era el mejor, misión cumplida, felicidades agente.
-Hola Nam, ¿necesitas algo? - El omega solo era buscado por los subordinados de su hijo cuando habían mala noticias.
-Órdenes del cachorro, debo distraerlo, no mire a sus pies- Jin rodó los ojos, sintiendo la peluda presencia rosarse contra su talón al entrar ruidoso a su casa. Suspiro al cerrar la puerta tras de sí, soltando una estruendosa carcajada que contagio a Namjoon.
-¿Debo preocuparme del pequeño intruso?- Cuestiono al Alfa.
-Está jugando a ser un espía- Le restó importancia -Me quedare para seguir vigilando el perimetro, puede irse tranquilamente.
-Confió en ti Namjonie, pero que no se salte sus clases de caza otra vez- Advirtió antes de seguir su camino, para cumplir con sus tareas diarias.
Con cuidado se deslizó pegado a la pared hasta la gran oficina del lugar, donde se encontraban todos los archivos, la valiosa información. Ahora su segundo reto, no sabía leer adecuadamente, solo tenía memorizado las letras y vocales que conformaban la palabra que buscaba, solo debía buscarla. Desorganizo todos los escritos en su implacable labor, escaneando cada página a máxima velocidad.
-¿Aun jugando?- Jin había demorado toda la tarde, cuando llego no esperaba que el Alfa siguiera allí -¿Que hace ese cachorro? No hay nada que lo mantenga entretenido por más de dos horas- Estaba intrigado en demasía por los planes del pequeño, que desde ya sentía que no eran nada bueno.
Namjoon se encogió de hombros, hoy había sido su turno de hacer la ronda de vigilancia por todos los pisos, ayudar al pequeño Jungkook solo había sido una pequeña distracción agradable, le traía recuerdos de su cachorro –Tres golpe- Anunció con una gran sonrisa de hoyuelos, indicándole al Omega que ya podía entrar a su departamento, claro que sin mirar a sus pies.
Jin ya se imaginaba todo el desorden que el revoltoso lobezno había dejado, por lo que se apuró, abriendo con cuidado, alzando exageradamente los pies para que Jungkook saliera atravesando sus piernas, en lo que él pensaba era la abertura perfecta. Dejo la puerta abierta mientras inspeccionaba su casa, siendo seguido por el Alfa –Oh por la luna- Avanzo de prisa hacía su oficina, donde archivos, libros y cuadernos contables estaban tirados por todo el piso, en un desorden bestial –Ese cachorro, ¿Qué podía estar buscando en los archivos de la manada?
-Puede que un documento confidencial se sintiera más importante- Trato de bromear ante el obvio ceño fruncido del Omega –Ah, me haré responsable y recogeré todo.
-Gracias Namjonie, te lo encargo- Salió del cuarto, con una sonrisa amplia, mientras el Alfa bufaba resignado, agachándose a ordenar todo el papeleo, ya daba igual, no había nadie que lo esperara en casa.
Jungkook, salvándose de toda la responsabilidad, corrió al hogar de la pareja Jung, todavía debería estar en clases, por lo que si sus especulaciones eran ciertas, su papá debía estar aún con ese omega, como todas las tardes antes de que el volviera.
Tocó lo más calmado que pudo, aun cuando su corazón bombeaba en adrenalina, esperaba que ese libro forrado en cuero y desgastado, fuera el correcto, no podía perder más tiempo, cada día que pasaba era más peligroso que el anterior, como si el nivel de aroma ajeno que rodeaba a su padre fuera un indicio de lo cercana que se estaba volviendo esa relación.
-Hola Kookie- Saludo la joven madre, con esa hermosa sonrisa que encantaba a todos –No deberías estar en clases con Hwang y Eun- Sus dos pequeños aún no volvían de clases, eso solo significaba una cosa -¿Has faltado a la escuela?- Riño la Loba, ya dispuesta a notificarle al padre del menor aquella falta.
-Sí, pero fue para cumplir una misión importante, crucial para que papá sea feliz- La expresión tensa se relajó un poco, entendía la situación que atravesaba la familia del Líder.
-Entiendo ¿Necesitas ayuda para lograrlo?- Pregunto solo para asegurarse, obteniendo un efusivo asentimiento, a la par que mostraba orgulloso un viejo libro.
-Aquí, léalo por favor, profesora, la página que habla sobre el toque de miel- Jenny recibió la preciada carga del Cachorro, donde versaba el título de "Rituales y tradiciones de la Manada Min"
-Esta versión ya no es válida pequeño, la mayoría de estas costumbres fueron abolidas- Jungkook bufo molesto, eso no le importaba.
-Pero hay muchas importantes ¿Por qué ya no se practican?- La Loba llegó al capítulo que se le había indicado, nunca antes había oído hablar de esa tradición, la recordaba más como un cuento lejano, de esos que contaba su madre en las noches para que durmiera.
-Las manadas deben modernizarse con la sociedad, debemos dejar atrás aquellas cosas que no son necesarias, por ejemplo esta tradición "La elección del indicado: En una noche de luna llena, los candidatos prepararán el corazón de un antílope al carbón, acompañado con salsa de flores del infierno y el fruto rojo de los fénix. Quien logre que este platillo no sepa picante, sino dulce como la miel, será la pareja idónea del líder, como lo dicta la antigua leyenda del toque de miel" No parece muy confiable y le quitaría la opción de elegir por su propia cuenta al Líder- Al parecer el plan de Jungkook consistía en encontrar una nueva pareja idónea para su padre, era un acto muy noble y tierno pero no podía dejar de pensar en Yoongi, molesto por algo así, pues nadie le decía que hacer.
-NO, es perfecto, justo lo que necesitaba ¿Dónde encuentro esos ingredientes?- La docente cerró de golpe el libro, dedicándole una mirada severa.
-No jovencito, esos ingredientes son originarios de nuestro bosque natal, solo crecen en el valle entre las montañas, el límite entre la manada de los lobos y osos, es muy peligroso hasta para un Lobo adulto, así que olvida esa idea- Jungkook miró al suelo, de repente toda su emoción fue drenada de su cuerpo, oprimiendo el corazón suave de la Omega –No te pongas así fue una muy linda intención de tu parte, así que no le diré a tu padre sobre esta travesura, pero debes prometerme que abandonaras este plan y buscaras algo de acuerdo a tu edad.
-Si profesora, gracias- Le dedico una sonrisa grande, sumamente inocente, que calmó a la Loba, quien no veía los dedos cruzados detrás del cachorro.
CONTINUARÁ