|Audiovisual: Naruto Ending 1|
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—Los reuní aquí para dejarlos en libertad ya que se lo han ganado por su buen comportamiento. —les dijo él Namikaze.
—Pero no no lo merecemos. —dijo él Uzumaki mirando a su padre.
—Concuerdo. -exclamo el Inozuka estando de acuerdo.
—Mejor guarden silencio antes de que Hokage-sama se arrepienta y los deje mas tiempo aquí. —les hablo un ambu que acompañaba al hokage.
—Pero esa es la verdad. —les dijo con frialdad él Uchiha.
—¿Están seguros de su decisión?—les preguntó él rubio con cierta sorpresa, pues el pensaba que aceptarían felices. Pero antes de que alguno contestara Hinata e Ino les taparon la boca.
—Claro que no, nos queremos ir. —contesto la Yamanaka.
—Entonces se pueden ir. —les dijo él rubio mientras les hacia una seña a los ambu para que abrieran las puertas y dejaran irse a los condenados, los cuales dudaron al inicio, pero al final terminaron por irse.
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Los siete muchachos ya se encontraban en la aldea que les vio nacer junto a otros, en donde todos los aldeanos los miraban con asco mientras otros susurraban cosas de ellos .
—Pero que hacen ellos aquí, deberían seguir en la cárcel. —decían unos.
—¡ASESINOS! —les gritaban otros.
—Que vergüenza deberán de estar sintiendo sus padres. —decían otros.
—Que vergüenza al ser madre de alguno de ellos. —hablaban otros, por lo cual estos solo agacharon la cabeza y se dirigieron cada uno a sus respectivas casas.
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— Casa Uzumaki —
Él rubio entro a su casa topandose con su madre sentada en la sala leyendo, hasta que se percato del regreso del que alguna vez fue su orgullo.
—¿Pero qué haces tu aquí? —dijo la peliroja sin esa alegría qué la caracterizaba.
—Oka-san... —murmuro él rubio.
Esta no contestó, solo se levantó dejando al chico solo y con el corazón desecho por el rechazo de su madre.
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— Casa Uchiha —
Él azabache quien caminaba por su clan iba ganándose las miradas de los integrantes de este, las cuales en su mayoría eran de vergüenza y seriedad, este decidió ignorar las y irse a su casa con su familia.
Él chico estaba entrando cuando ve que en la sala se encontraban riendo su madre y hermano mayor, o eso hasta que vieron él que Sasuke había regresado, lo cual los puso mas serios que nada.
—Oka-san nii-sama. —les dijo él Uchiha menor.
—No me llames así, yo no soy hermano de ningún asesino. —le dijo el castaño con cierta tristeza e ira en su tono de voz, pues este se había encariñado con la niña de cabellos rosas.
—Nii-sama. —le dijo a Itachi, lo cual recibió como respuesta él que los dos se fueran dejándolo solo.
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— Casa Yamanaka —
La rubia estaba entrando a la florería en donde se encontraban sus padres muy alegres hasta que vieron entrar a la rubia, lo cual provocó que cambiarán su semblante a uno muy serio.
—Oka-san oto-san. —dijo la rubia con felicidad y nostalgia en su voz.
—¿Qué haces aquí? —le hablo el Yamanaka mayor —Tú deberías de estar en la cárcel.
—En el clan no hay lugar para asesinos, así que mejor olvida el que si quiera fuiste del clan Yamanaka —le dijo la madre de esta, pues sin duda nunca olvidará la vergüenza que esta le hizo pasar.
—Oka-san...
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— Casa Hyuga —
Se podía ver a una joven chica de ojos perla lo cual es una característica del clan Hyuga, viste un kimono color amarillo con toques naranjas al final de este, y un cabello café largo hasta más abajo de los hombros atado de las puntas con listones rosas, la cual estaba acompañada de un hombre alto, de cabello café largo, y los característicos ojos perla, este como siempre poseía un semblante serio. Estos dos se encontraban hablando sobre el entrenamiento de la Hyuga menor hasta que notaron la presencia de dos invitados no deseados.
—¿Qué hacen ustedes aquí? —les dijo la joven mientras activaba su byakugan para amenazar a estos.
—No creen que ya han pisoteado demasiado el honor del clan y aún así vuelven a poner un pie en la casa. —les dijo el Hyuga mayor.
—Oto-san, de verdad lo lamentamos. —le decía Hinata a su padre.
—Hirashi-sama, lo sentimos, sabemos que somos lo peor, pero por favor disculpemos. —le decía Neji.
—Que bueno que lo reconozcan, pero eso no cambiará en lo absoluto el que dejarán de ser del clan. —les dijo la próxima líder del clan Hyuga.
—¡QUE!.
—Lo que han oído, el honor de la familia esta por los suelos gracias a ustedes, así que vayanse.
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— Casa Inozuka —
El castaño estaba entrando a la que anteriormente era su hogar, en donde su madre lo esperaba, pero ahora, que dirá su madre, realmente el que debería estar muerto debería ser yo, y no Saku-chan, se decía desde que salió de la prisión.
—Kiba ¿Qué haces aquí? —le dijo la matriarca del clan.
—Oka-san... Yo... Yo solo...
—¡No te quiero oír! lárgate de aquí, en el clan no hay lugar para asesinos. —le dijo con enojo en el tono de voz.
—Lo siento...
—Ya te lo dije que con quién debes de disculparte es con Sakura-san, no conmigo, pero aún así dudo mucho que ella te perdone.
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— Con Tenten —
La castaña se encontraba caminando por el campo en donde su sensei acostumbra entrenar junto a Lee. Lejos de ella ya se veían la silueta de estos dos hombres quienes entrenaban duro, por lo cual la ojichocolate se decidió acercarse.
—¿Qué haces aquí? no me digas que ahora quieres matarnos a nosotros también. —le dijo el chico Lee.
—Tenten mejor vete, yo no entreno delincuentes como tú y Neji. —les dijo el mayor de los dos.
—Pero sensei...
—Pero nada, ¡LÁRGATE YA!.
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El azabache decidió salir de su casa en busca de su sensei, ya que tal vez el se alegraría aunque fuera un poco del que el y su amigo rubio hayan salido de prisión. Este se dirigía al que es el campo de entrenamiento del equipo 7, sí, el mismo en el qué hace tres años el junto a los demás habían matado a Sakura sin piedad, en el camino este tropezó con el Uzumaki que al parecer tenía el mismo objetivo.
—Dobe ¿Qué haces aquí? —pregunto.
—Vine a ver a Kakashi-sensei ya que mi madre no me quiere en casa, ¿Y tú? —le pregunto el Uzumaki.
—Lo mismo que tú. —contesto él azabache caminando con Naruto al lado suyo.
A lo lejos comenzaron a ver cuatro siluetas entrenando en el lugar, por lo que en tanto se acercaban una de ellas les resultaba más conocida empezaron a correr para llegar. Al acercarse pudieron comprobar que efectivamente ahí se encontraba la persona que han estado buscando, junto con una chica pelirroja, de lentes, un joven de cabello plateado con reflejos azules y algo flacucho, y por último un joven alto, de cabellera naranja, con un cuerpo trabajado.
—¡KAKASHI-SENSEI! —comenzó a gritar el rubio llamando la atención del que alguna vez fue su sensei.
—Naruto, Sasuke. —dijo sorprendido —Pero ¿Qué es lo que hacen aquí?
—Vinimos a verlo. —le contesto el azabache.
—¿Y quién les ha dicho que yo los quiero ver? -les dijo el Hatake secamente —Desde el día en que mataron a Sakura yo dejé de ser su sensei.
—Pero...
—Pero nada. Largo de aquí no me busquen mas yo ya no los quiero ver. —les dijo corriendo los, por lo cual estos solo se fueron cabizbajos.