The Prince

Autorstwa allydenvers

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Jaylos benlos carlos/oc Argumento: Carlos Valentine De Vil es el príncipe de Versalles que nacio con el único... Więcej

Capitulo 1. El principe de las pecas
Capitulo 2. Destino
Capitulo 3. Era demasiado bueno para ser verdad
Capitulo 4. Aveces hay que romper los esquemas
Capitulo 5. Cita triple
Capitulo 6. ¿Perdidos?
Capitulo 7. La educación es importante
Capitulo 8. Clases para nerds
Capitulo 9. Desayuno desastrozo
Capitulo 10. Algo llamado Tourney... alguien llamado Leo
Capitulo 11. Según un tarado, los que se odian se aman
Capitulo 12. Un mundo ideal
Capitulo 13. El joven de corazón noble
Capitulo 14. "Arturito"
Capitulo 15. ¿Poliamor?
Capítulo 16. La maravilla de las mentiras
Capitulo 17. Primer adiós
Capitulo 18. Es ridiculo
Capítulo 19. Príncipe ladrón y mentiroso
Capítulo 20. Solo un perdón.
Capitulo 21. Cuento de un principe y su caballero.
Capitulo 23. La bomba estalla
Capítulo 24. Pâtisserie*
Capítulo 25. El nerd más nerd
Capítulo 26. El principe de los ladrones
Capítulo 27. "Proud of your boy"
Capítulo 28. ¿Qué es lo que sientes?
Capítulo 29. Y vivieron felices por siempre...
Capítulo 30. El más grande tesoro
Epílogo

Capitulo 22. Pequeña Rosa

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Autorstwa allydenvers

Love everything you do
When you call me fucking dumb for the stupid shit I do
I wanna ride my bike with you
Fully undressed, no training wheels left for you
I'll pull them off for you

Las ideas para conquistar a la pelimorada se iban agotando...

Mal era imposible de conquistar, la chica odiaba prácticamente todo, o eso fingía. Las demás chicas de Auradon eran fáciles de conquistar, un par de halagos y su caballerosidad característica bastaban para enamorarlas. Las cosas dulces y glamorosas les encantaban a todas las jóvenes... excepto a Mal.

¿Cómo conquistar a alguien como Mal?

Era tan claro como el agua que era muy distintos; Ben adoraba que los rayos de sol tocaran su piel... Mal detestaba el sol.

Ben amaba decir y hacer cosas "cursis" Mal soltaba un golpe a cualquiera que se atreviese a hacer algo así.

Mal amaba romper reglas... Ben amaba hacerlas.

Mal tenía poca empatía por los demás; Ben no podía imaginarse un mundo en el que solo se cuidase a sí mismo.

Eran lo que todos llamaban "agua y aceite"; nada compatibles... todo aquello que uno amaba era lo que el otro detestaba. Y aun así, el sentimiento era fascinante; Ben mentiría si digiera que no estaba obsesionado con la chica, siempre lo estuvo. Pero a decir verdad antes era la simple curiosidad de conocer a alguien del linaje de Maléfica; a alguien que no solo vio la Isla sino que la vivió.

Ahora lo que sentía no era su clásica curiosidad; no. Su corazón se aceleraba con el simple hecho de verla, y eso; según múltiples cuentos, era señal de que había caído en el juego del amor.

Ben quería conquistar a Mal; embriagarle de si, tal y como ella le tenía a él. El detalle estaba en encontrar algo que tuviesen en común; algo que pudiesen hacer ambos sin sentir que lo hacían por compromiso.

Bueno básicamente tenían en común que tenían dieciséis, siempre habían vivido en el mismo lugar, respiraban, sangre paseaba en sus venas y comían como todo ser vivo... comer, eso era.

El próximo rey de Auradon tomo el viejo consejo de la señora Potts; <<Ben, cuando el amor falla; ten la certeza de que un buen bocadillo y una charla, serán suficientes para que sus corazones sean uno solo de nuevo>>

Buen consejo... mal aprendiz.

Entonces la realidad cacheteo a Ben; él era terrible en la cocina. Sentirte un experto con tan solo ver videos no era lo mismo que aprender y poseer el talento.

Fue muy amable por parte del Hada Madrina y las cocineras darle el permiso para laborar en la cocina de la cafetería; por aquello se sintió más culpable al ver el desastre que había dejado. Sonrió un poco al pensar que al paso al que iba podría quemar el agua que hervía.

No debía existir otro ser más torpe que el en cocina (Bueno se encontraba Carlos; pero no le recordaba)

Ben se quedó plantado en el suelo recargando su espalda en el refrigerador; observo entonces la enorme mancha de salsa de tomate sobre la estufa, miro los espaguetis que jamás se cocieron, también la alcaparras mal cortadas y con algo de sangre debido a que se cortó... solo un poco. Incluso la limonada sabia extraña.

Soltó un suspiro rendido y algo se estrujo en sus entrañas; el recuerdo de por qué hacía eso, su intención era solamente darle una cena a la chica de sus sueños. Aquella de temibles y cautivadores ojos verdes, de cabellos lilas y piel blanca.

Sucedió entonces que la puerta se abrió y el miedo le invadió de pronto; si era el Hada Madrina le mataría, después le reviviría en un ratón para volverle a matar.

Por suerte solo era Mal; ¿Mal?

A decir verdad se sorprendió un poco de ver ahí a la chica de cabellos lilas, ella miro el lugar sorprendida y luego le miro a él, frunciendo obviamente labios y ceño.

-¿Que carajos paso aquí?- gruño entonces, tratando de esquivar el desastre en el suelo, desde salsas de dudosa procedencia hasta chispas de colores.

Ben rasco su nuca con nerviosismo -Yo eh...- la chica hizo entonces una mueca de fastidio más mientras le ofrecía una mano para que se levantara -Trataba hacer una cena para ambos con mis propias manos-

Mal reprimió una risa; si el futuro rey gobernaba como cocinaba, entonces no necesitaría conquistar Auradon para que este quedara en la ruina.

Ben soltó una risilla con nerviosismo ante su estupidez y la mirada tan penetrante de la chica de la Isla.

-Bien, seré esa cosa que dice el Hada Madrina solo por esta vez- dio un golpecito en el pecho del chico con una sonrisa torcida -Tu limpiaras este desastre y yo preparare algo-

Ben asintió sin realmente entender a lo que se refería la chica.

Con una rapidez sobrehumana el chico se encargó de no dejar evidencia de su desastre; mientras la hija de la más grande villana de todos los tiempos acercaba ingredientes hasta la mesa donde trabajaba, tarareando una melodía entre sus rozados labios.

Ben le contemplo en silencio; mirando cada detalle en su atuendo y cada facción en su rostro. Las chicas eran muy lindas, aunque trataran no hacerlo.

Mal trataba de ignorar la incomodidad que sentía con la nada discreta mirada del joven príncipe; bufó maldiciendo al sentir el calor acumularse en sus mejillas, prefirió seguir batiendo el betún para hacer la tarta que ya estaba terminada en su cabeza.

Así se llevaron horas, Mal preparando un festín para los dos, y Ben contemplándole en silencio.

¿Acaso era normal ver a Mal cubierta de harina y con sudor debido al horno, como la cosa más linda y sexy de todo el maldito reino? Definitivamente ya estaba más chiflado que el mismo sombrerero loco.

-Hey- la pelimorada trono los dedos justo en su rostro mientras se quitaba la chaqueta llena de harina. Hizo una mueca -Iré a cambiarme, tu busca un lugar para devorar esto- Ben asintió a lo señalado.

Después de unos minutos ambos ya se encontraban cambiados y en el umbral de la puerta principal de la preparatoria de Auradon.

Mal hizo una mueca sin tener idea de por qué había hecho eso de cocinar, o porque había accedido a cenar con el sin chistar. Eso de ser "amable" no le sentaba bien, se sintió incomoda; o quizás era por el hecho de que la mirada esmeralda del joven heredero era demasiado penetrante cuando le miraba. Se lo atribuía al hechizo.

Ben le tendió una rosa -¿Me acompañarías a cenar lo que tu preparaste?- Mal soltó una carcajada que termino en un resolló

-Ridículo- acepto la rosa y el brazo que el caballeroso hijo de Bella le tendió.

Se fueron juntos, Ben con una radiante sonrisa comentando trivialidades y Mal con un intento de sonrisa comentando igualmente de vez en cuando.

El joven dijo que no estaba muy lejos y podrían ir caminando, Mal maldijo haberle creído; andar con esos tacones puntiagudos no era muy buena idea, tampoco ir con jeans delgados y una simple camiseta sin mangas; tenia frio, estaba cansada, los pies le mataban y las jodidas ramitas se atoraban en su cabello... A la mierda el verse bien, ella se quitaría los malditos zapatos.

Para ella todo iba de la patada pero Ben parecía disfrutarlo, pues su sonrisa no se borraba. Ese chico era encantadoramente extraño.

-Llegamos...- declaro Ben con esa sonrisa tan característica

-¡Gracias al infierno!- suspiro la chica poniéndose de nuevo los tacones para luego caminar hasta el pequeño kiosco sobre laguna.

Ben le tendió de nuevo la mano para que entrara; se había dedicado antes de hacer su intento de cocina a decorar ese bonito lugar, con guirnaldas y telas pastel. El banquete que había preparado Mal yacía intacto ahí, una sonrisa burlona surco los labios de la joven al ver la única cosa que Ben pudo preparar... una pequeña pila de sándwiches de mantequilla de maní y jalea de moras.

Ben rio algo avergonzado invitándole a tomar asiento. Mal acepto.

Había un silencio incomodo entre ambos, o así lo sentía Mal; Ben parecía disfrutar verle cada maldito rasgo de la cara, poniéndole solo más nerviosa y haciendo de sus entrañas un manojo de nervios.

Porque sí, aquella hada malvada; descendiente de la misma Maléfica se sentía ligeramente cohibida ante la mirada del príncipe de Auradon.

Ben noto al fin aquello y decidió detenerse, de seguro parecía un maldito enfermo -¿Te parece si comenzamos?-

Mal asintió -Si, como sea- al diablo la etiqueta que tanto le criticaba Evie, ella devoraría todas esas delicias porque estaba más que hambrienta, había pasado toda la tarde cocinando que hasta de comer se olvidó.

Comió como se le dio la gana, no iba a comportarse como alguien que no era solo porque cenaría con el príncipe de Auradon; aunque quizás y desde la perspectiva de los orbes opuestos... debía verse muy grosera.

Mal tragó con dificultad el ultimo pedazo de carne que se había metido y miro a Ben, el cual tenía una sonrisa tímida; volteo los ojos renegando y decidió entonces comportarse; solo en caso de que sus malos modales hicieran desfallecer al joven.

Ben agradeció esto internamente y al igual que la joven comenzó a comer.

Mal no comprendía como eso podía verse normal ante los demás, era más que claro que eran muy diferentes; a ese punto la gente ya debía de haber informado a los reyes la "traición" por parte de su hijo. Pero claro, estaba en el reino de las segundas oportunidades; donde todos eran buenos y tenían derecho de amar a quien querían, que estupidez. Aunque claro, no dudaba que algún idiota como Chad o Audrey les entregara a los reyes por simple venganza o celos, pero ya el tiempo lo diría.

Por ahora debía concentrarse en que el príncipe cayera por ella; y le entregara las herramientas necesarias para derrocar Auradon.

-Esto esta delicioso Mal, gracias- le saco de inmediato de sus pensamientos; y sonrió tan encantadora como pudo

-Tus sándwiches tampoco están tan mal- frunció la nariz un poco al encontrar un cabello miel en el sándwich y lo retiro con cuidado de que el contrario no viera; al menos lo había intentado ¿No?

Ben sonrió ampliamente ante el cumplido, Mal incluso podía jurar que veía un resplandor en sus ojos -¿Cómo lograste hacer todo esto en tan poco tiempo? Debería haberte llevado más de tres días- Mal rio por lo bajo, también pudo haberlo hecho con magia, pero gustaba hornear y cocinar; claro que nunca lo admitiría en voz alta

-Los últimos dos años estuve sirviendo a Versalles; aprendí un par de cosas- se encogió de hombros y comenzó a jugar con el mantel de encaje de la mesa

La radiante sonrisa de Ben desapareció alarmándole un poco -Yo... lamento eso- admitió en un susurro

Mal se mordió la lengua; Ben había sido el culpable de aquello, pero ella le había dado sus razones claro, si jamás hubiese tratado robar la varita o seguir los planes de su madre quizás su vida sería otra.

Si tan solo hubiese tomado esa segunda oportunidad todo sería diferente; ¿A quién engañaba? Alguien tan ruin como ella no merecía una segunda oportunidad, su corazón estaba podrido y nada ni nadie lo podría enmendar, y aunque en secreto disfrutara esa nueva oportunidad; su rencor era tan grande como el de su madre -Descuida no fue tan malo- soltó una risilla nerviosa -Creo que hasta le agarre el cariño a cocinar- Ben hizo una media sonrisa

Ben volvió a su platillo dándole un respiro a Mal, quien suspiro -Deberías inscribirte a los cursos sabatinos de la preparatoria- se metió un bocado de comida, luego otro y otro; a quien engañaba... estaba delicioso -Y hablando al respecto; me encantaría pedirte un favor- Mal alzo una ceja jugando con las verduras en su plato -Me gustaría que nos representaras en el concurso anual contra las demás preparatorias; en el área de pintura- Mal casi se atraganta, pero por suerte no tenía comida en la boca.

Definitivamente estaba mal, si bien amaba pintar, cocinar y dibujar... No era algo que esperara compartir o llevar más allá de si misma; La idea de que Auradon le diera una oportunidad nueva con algo que amaba le aterraba, porque eso amenazaba con destruir sus planes.

Eso era lo que más odiaba de Auradon; era el lugar donde los sueños se hacían realidad, donde las más profundas aspiraciones salían a flote. Y no quería eso, no quería engancharse con un sueño estúpido que adoraba como el arte por que no era justo que se salieran con la suya. Esos aristócratas idiotas les habían arrebatado todo desde antes que nacieran, y les obligaron a vivir en la inmundicia; ¿Y ahora solo les daban otra oportunidad y esperaban que olvidaran todo el dolor y hambre que vivieron en el pasado? No les daría ese gusto, no.

Frunció el ceño de inmediato -¡¿Yo?!- resolló indignada haciendo de sus manos, puños -¿Por qué?- pregunto finalmente con toda la poca y falsa paciencia que le quedaba.

Ben sonrió dejando los cubiertos de lado y tomando sus manos en un acto reconfortante -Porque eres fantástica en eso- Mal se asustó ante el tacto; no pudo evitar sentir un escalofrió recorrer su cuerpo -Y así la gente podría verte como algo más que una chica villana; y se darían cuenta del error en que vivimos- Al menos Ben reconocía que no era justo el cómo Vivian; ese chico estaba lleno de gratas sorpresas -Te verían como yo lo hago- Un enorme sonrojo cubrió el rostro de la joven pelimorada y se asustó aún más cuando el pulgar del chico paso por su barbilla en un gesto "dulce" y se comenzó a acercar más y más -¿Podrías...?- La cercanía en la que estaban era peligrosa; podía oler perfectamente la colonia de Ben, podía ver las pequeñas imperfecciones en su rostro, lo verde de sus ojos... carajo no.

Mal se quitó de inmediato, levantándose y eso -¡Si lo pensare!- Quizás esos ocho segundos habían sido los más intensos de toda su maldita vida -¡Pero mira la hora! Me debo ir... gracias por este detalle- Mal tomo un dulce de la mesa y corrió de una manera impresionante, considerando que traía esos incomodos tacones.

Ben se levantó para tratar de detenerle pero no sirvió de mucho, pues aun así Mal ya se había ido corriendo -No, espera...-

-¡Adiós!- grito ya más lejos de lo que el joven podía ver.

El sonrojo, el corazón bombeándole fuertemente; el nudo en su garganta, el temblor en su labio... Todo se estaba lleno por un precipicio y Mal no lo había visto venir.

De todas sus aventuras; de todos los robos, de todas las veces que se escondió de grandes villanos, de todas las veces que su encaro a la muerte... esa vez; esa era la primera vez que estaba verdaderamente espantada.

Y todo por ese estúpido sentimiento llamado "amor"; No rompería otra regla, y sus planes no se verían interrumpidos por algo así de tonto. Se arrancaría el corazón de ser necesario.

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Mal no estaba enamorada. No, no definitivamente no.

No sabía mucho de eso; pero trataba de convencerse que el revoltijo en su estómago y cabeza eran producto de una enfermedad y no de esos complicados sentimientos.

Necesitaba informarse más, y encontrar una cura.

Si, Mal creía que el amor era como una enfermedad a la que se le quitaba con repelente.

Así que decidió buscar en esas cosas enormes y de hojas viejas que Carlos amaba tanto leer, libros. Buscaría los síntomas y una posible cura, Ben tenía que caer por ella no al revés. Así no funcionaba el plan.

Ahí se encontraba, en la biblioteca; buscando novelas y cualquier estupidez que contuviera "amor" y vaya que había de donde escoger. Para derrotar a un enemigo se debe conocer bien a que se enfrenta ¿No?

Tomo también unos cuantos volúmenes de pócimas y hechizos viejos que le ayudaran a descifrar ciertos capítulos del libro de su madre. Estaba tan distraída en su tarea que no noto cuando choco con alguien hasta que este le maldijo... este era Jay.

Una sonrisa burlona surco sus labios entonces -¿Te perdiste principito? Aquí no es el gimnasio- hizo la voz más melosa que pudo junto a un puchero.

Jay rodo los ojos -¡Ja! Muy graciosa cabellos de berenjena- esta vez la chica bufo

-¿Entonces?- Mal trato de restarle importancia al asunto revisando el esmalte negro de sus uñas

Jay alzo una ceja y siguió buscando entre los estantes -Vine a buscar los estúpidos libros que el estúpido Carlos necesita para estudiar para el estúpido examen del martes- Jay era todo un maldito poeta al expresarse, Mal volteo los ojos -Ya sabes, ese que definirá quien acompañara a Archie en las nerd-olimpiadas- hizo comillas con los dedos

-¿Por qué necesariamente a Archie?- Mal ni siquiera sabía por qué seguía hablando con ese idiota

El árabe soltó una carcajada hasta que Jane y Doug le dieron una mirada reprobatoria y señalaron el cartel de "No gritar" -¿Bromeas? Nadie más que el obtiene un promedio alto en ese examen, ya está garantizado que ira- explico finalmente

Mal sonrió de nuevo, de esa manera tan tétrica que solo ella podía -Nunca juzgues a un libro por su portada- murmuro estirando una mejilla del contrario

-¿Eso te gustaría, verdad muñeca?- Jay dio un manotazo de inmediato a la joven -¿Que traes ahí?- enarco una ceja y señalo las manos llenas de la chica

-Nada que te incumba- susurro jalando la gorra carmín que el chico traía en su cabeza

El príncipe gruño esta vez; ninguna estúpida chica de la Isla le ganaría -Te estoy vigilando Mal; Ben es como un hermano para mí... Si le haces daño, yo mismo te mandare a la Isla- aquello fue obviamente una amenaza, la chica primero se quedó callada pero al minuto siguiente se burló en su cara

Mal volvió a murmurar, pero esta vez en su oído -Suerte siendo el lame botas de Carlos por el resto de tu vida-

-Idiota- mascullo con enfado el azabache mientras miraba como se alejaba la de cabellera purpura.

El examen para probar quien iría a representar a la preparatoria en el concurso anual académico, atlético y artístico seria el martes; tenía todo el fin de semana para estudiar. No es que a Evie le importara mucho el examen, pero Doug dijo que era importante y habían estudiado juntos; y aun peor el chico le había contado todas sus experiencias y lo cerca que habían estado de ganar... pero nunca lo habían logrado.

Por eso se encontraba ahí, mordiendo una pluma mientras volvía a repasar esas fórmulas de física avanzada.

Mal gruño desde su propio escritorio -Evie ya deberías darte un descanso, haz estado ahí desde que te levantaste- y no mentía, ni siquiera había tenido oportunidad de arreglarse decentemente

Evie cerro el libro y suspiro -Quizás tengas razón- admitió tendiéndose rendida en la esponjosa cama de colcha azul. Miro entonces sobre el hombro de Mal aquel hechizo antiguo que le entristeció en cuestión de segundos.

Trago grueso no estando muy segura si preguntar eso; pues Mal era muy reservada en cosas de sentimientos pero era tan obvio que empezaba a disfrutar el afecto de Ben -Mal- llamo entonces

-Mmm...- Mal ni siquiera le miro

-¿Piensas romper el hechizo de amor de Ben?- pregunto con algo de temor, parándose para mirar mejor dicho hechizo.

-Oh si, digo para después- Mal cerró el libro buscando una salida, pero la mirada enternecida y preocupada de aquella chica de cabellos azules le obligaron a quedarse -Estuve pensando que cuando logremos nuestro cometido y hagamos pagar a Auradon, que Ben siga enamorado de mí; seria... Cruel- se encogió de hombros mientras Evie trataba de darle abrazo -No espero que lo entiendas- se removió antes de que aquella muestra de afecto llegara

-¿Mal?- Evie estaba preocupada, quizás Mal finalmente podía hacer las cosas bien y tomar esa última oportunidad para que se remidieran

-Iré a tomar aire fresco- abrió la puerta después de tomar su chaqueta -¿Descansa un poco ok?- Evie asintió sin realmente tener la intención de cumplir su palabra.

Mal merecía un final feliz, pero su único obstáculo era el rencor hacia aquellos que primero les dieron la espalda. Evie negó un par de veces.

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Leo volvió a rascarse el cuello por cuarta vez.

Ese estúpido corbatín de encaje empezaba a ser una molestia. No comprendía enserio para que debía esmerarse en vestir bien; pero mamá había hablado y así se quedaría.

Volvió a comer una galleta de nuez del plato aunque Melibea también había dicho <<Ya no más>> pero si iba a esperar a ese torpe al menos desobedecería una regla de mamá.

Siguió esperando a que su estúpido príncipe llegara. Leo era todo un amor de persona y tan cariñoso.

Finalmente llego a la puerta de su casa el dichoso joven; Archie estaba parado con una caja de chocolates en sus manos. Leo resoplo frunciendo el ceño, con un grito se despidió de su madre y después de un portazo siguió a Archie.

La tarde era preciosa, el cielo pintado de un tenue anaranjado era fascinante a simple vista; el olor a pinos y arbustos era encantador y la sonrisa del joven príncipe junto a sus bellos ojos verde miel hacía el momento único y especial. Leo podía perderse en esas sensaciones fácilmente.

Llegaron hasta un pequeño arroyo donde el ukelele del príncipe comenzó a hacer una atmosfera de sonidos agradable. Comenzaron a danzar y a dejarse llevar por la música que transmitía el instrumento.

El hijo de Láncelo se sentía feliz y dichoso; podía parecer más loco que una vieja bruja pero importaba un bledo. Se estaba divirtiendo con algo tan simple como música y la compañía de... "un amigo".

De un segundo a otro la música paro.

Leo dejo de moverse y se quedó estático, algo empezó a moverse en su estómago; esperaba con ansiedad una sorpresa del mayor. El dulce aroma a menta o el aliento cálido sobre su cuello. Pero aquello nunca llego.

Entonces se giró a encararle y sintió que el alma se iba de sí.

Corrió hasta donde el príncipe inconsciente se encontraba; ¿Cuándo se había alejado tanto? Archie estaba tirado entre las hierbas del césped, al ukelele ya se lo había llevado la corriente del arroyo. El pánico le invadió; ¿Que había pasado? ¿En qué momento el buen rato entre ambos se había acabado?

Sin dudarlo mucho levanto a Archie con todas sus fuerzas y fue por su caballo; decidido a llevar al joven a su castillo.

Cabalgo hasta el palacio de Camelot sin vacilar nunca en el agarre de aquel que era más que su mejor amigo.

"El principio de un gran dolor..." canto el viento sobre los frondosos árboles.

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Ben volvía a mirarle de esa manera tan profunda mientras jugaba con un mechón de su cabello lila -¿Sabes que es lo que veo en tus ojos?- Mal alzo una ceja juguetona

-¿El verde neón que implica que estas en riesgo de morir?- y mostro estos para hacer énfasis en lo que decía

Ben sonrió tiernamente -No- y volvió a acercarse más -Te miro y veo a una chica con miedo de ser herida- tomo el mentón de la chica para obligar que le encarara -Veo que no eres mala, eres vulnerable- Era sorprendente que soportara que alguien se le acercara tanto, conociéndose ya le había arrancado un dedo.

La pelimorada frunció labios y ceño -Cierra la boca- Ben no pudo evitar reír

Entonces el chico se levantó y se quitó las prendas de más; hasta quedar en traje de baño, Mal por poco le golpeaba hasta que comprendió lo que sucedía -¿Vienes?- tendió una mano en dirección de la chica quien miro el lago con pesar y negó

-Prefiero quedarme y comer una fresa- Ben volvió a reír ante la mueca de éxtasis de Mal al probar la dichosa fruta.

Ben se lanzó al lago encantado desde una gran roca soltando "un gruñido de Bestia" Mal rio a carcajadas ante esto. Volvió a meter una fresa en su boca <<Delicioso>> Se preguntaba internamente a que sabían los labios del príncipe... Aquellos que eran finos y de un color rojizo al igual que la fresa en su boca.

Volvió a sentir esa explosión de sabor en la lengua y volvió a hacer una mueca.

Mal sabía que su vida estaba tornándose de un rosa pastel que odiaba; y sin embargo estaba vez no parecía tan malo.

Su cabeza era un lio y un completo desastre, nuevamente había accedido a salir junto al príncipe... a escuchar sus aventuras de niño y de joven; a verle sonreír, a que le halagara, a que le hiciera reír. <<Oh no>>

-A million thoughts in my head, should I let my heart keep listening?/Un millón de pensamientos en mi cabeza, ¿Debo seguir dejando que mi corazón los escuche?-

Siempre había una cosa a la cual recurrir para sacar la frustración, y no; no era torturar peluches. Cantar una balada era más profundo que cualquier discusión larga, algo estaba mal con ella.

-If only I knew what my heart was telling me Don't know what I'm feeling, is this just a dream? Uh oh, yeah/ Si tan solo supiera lo que mi corazón esta diciéndome. No sé lo que siento, ¿Es todo esto un sueño? Uh oh-

¿Era mala de corazón? Ya ni siquiera lo sabía, pues por primera vez; su corazón daba señales de vida.

-Every step, every word, with every hour I am fallin' in To somethin' new, somethin' brave, to someone I, I have never been/Cada paso, cada palabra con cada hora voy cayendo, contra algo nuevo, algo valiente, con alguien que, yo nunca fui-

Ben era un amor de ser; tanto así que alguien como ella pudo caer por él. Condenado Ben, era el único que sin intentarlo mucho ya atentaba contra sus planes. Ben, espera... ¿Y Ben?

-¿Ben?- El pánico le invadió al no ver señales del otro chico -¡Ben!- Después ese miedo paso al enojo, porque si todo eso era una maldita sorpresa ese principito lo pagaría -Ben- luego paso a la frustración de tener que ir a buscarle ella misma.

Fue realmente una idiota al lanzarse al agua. No sabía nadar, ¿A quién engañaba? Iba a morir haciendo lo único que nunca quiso... ser buena y tratar de salvar una vida

Por suerte el tonto de Bennyboo había llegado a su rescate; no iba a morir por lo menos ese día y de esa vergonzosa manera. El príncipe le dejo en la manta de antes y le tendió una toalla.

-¿A DONDE FUISTE?- dijo claramente exaltada.

Ben parpadeo un par de veces -Mal yo... lo lamento, debo irme- incluso se rehúso a ver su mirada, Mal tenía un presentimiento de que algo no estaba bien. Su corazón se estrujo ante la posibilidad de que... No.

-¿Ben?- fue lo último que alcanzo a decir con temor y un ligero titubeo; el joven ya se había ido... dejándole en el anochecer que ya se asomaba por las copas de los árboles.

Si tan solo...

--------------------------

Los minutos pasaban demasiado rápido en un examen.

La presión era demasiada, el sudor bajando por su frente con algo tan tonto y básico como rellenar los pequeños círculos de una estúpida hoja.

Carlos sentía que moriría ahí, moriría siendo al menos un completo nerd.

Solo faltaban quince minutos; solo faltaban cinco preguntas, podía hacerlo. O eso se repetía constantemente.

Este examen definiría quien era el más inteligente de Auradon Prep. Pan comido, ya lo tenía garantizado ¿No? Ni siquiera el sabia para que se esforzaba, oh claro; cuestiones de ego y una estúpida apuesta con Jay.

La puerta de pronto se abrió, distrayendo a todos de su examen pero no a él; No al terco Carlos Valentine De Vil. Si hubiese volteado habría notado a dos príncipes cansados por correr.

Y quizás... solo quizás hubiese impedido ese beso que le rompería el alma.

Termino el maldito examen en cuestión de segundos y se levantó entusiasmado para entregarlo... Cuando entonces alguien le tomo fuertemente de las mejillas y le beso.

Y entonces enfoco bien y ubico esos orbes verdes miel de Archie y el aroma a vainilla que solo Ben tenia.

<<Mierda>> Soltó un grito de frustración mientras inconscientemente comenzaba a llorar; Ben siguió abrazándole por la espalda mientras Archie se negaba a soltar su mano. Ya todo era claro para esos dos príncipes, existía un Carlos con el que debían casarse... Ellos estaban en problemas por atreverse a amar a alguien que no fuese él.

Digamos que haber sido el primero en terminar aquel examen... termino siendo cosa de segundo plano.

Notas:

Por si no quedo claro mis otros dos idiotas (Ben y Archie) ya estan en la etapa del hechizo en el que recuerdan a Carlos pero ya no le aman...💔

La primer cita de Ben y Mal esta basada en la segunda pelicula:

La segunda cita es la del lago donde Mal canta:

No tome toda la canción por que nah, se alargaria más esto y no es mi intención :v

Todo esta a punto de cajetearse -más😞- 😅

En fin... Gracias por leer!💚 Los amo y asi😏

Espero con ansias sus votos y amenazas que me animan a seguir con esto😂👌 Bye!!!💚

Pd. La canción del principio es Training Wheels de Melanie Martinez😏😛

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