The Prince

By allydenvers

39.2K 2.2K 3.3K

Jaylos benlos carlos/oc Argumento: Carlos Valentine De Vil es el príncipe de Versalles que nacio con el único... More

Capitulo 1. El principe de las pecas
Capitulo 2. Destino
Capitulo 3. Era demasiado bueno para ser verdad
Capitulo 4. Aveces hay que romper los esquemas
Capitulo 5. Cita triple
Capitulo 6. ¿Perdidos?
Capitulo 7. La educación es importante
Capitulo 8. Clases para nerds
Capitulo 9. Desayuno desastrozo
Capitulo 10. Algo llamado Tourney... alguien llamado Leo
Capitulo 11. Según un tarado, los que se odian se aman
Capitulo 12. Un mundo ideal
Capitulo 13. El joven de corazón noble
Capitulo 14. "Arturito"
Capitulo 15. ¿Poliamor?
Capítulo 16. La maravilla de las mentiras
Capitulo 17. Primer adiós
Capitulo 18. Es ridiculo
Capítulo 19. Príncipe ladrón y mentiroso
Capitulo 21. Cuento de un principe y su caballero.
Capitulo 22. Pequeña Rosa
Capitulo 23. La bomba estalla
Capítulo 24. Pâtisserie*
Capítulo 25. El nerd más nerd
Capítulo 26. El principe de los ladrones
Capítulo 27. "Proud of your boy"
Capítulo 28. ¿Qué es lo que sientes?
Capítulo 29. Y vivieron felices por siempre...
Capítulo 30. El más grande tesoro
Epílogo

Capítulo 20. Solo un perdón.

667 41 166
By allydenvers

"-Lo siento Penélope-
-No me hagas perder el tiempo con disculpas Simón. Si no dejamos de disculparnos y perdonarnos mutuamente cada vez que nos tropezamos, nunca tendremos tiempo para ser amigos" –Fangirl (Rainbow Rowell)

Una princesa como ella no debería estar así...

Su madre le había dejado claro que ella no seguía, a ella la seguían. Le había puesto muy en claro que con su belleza nadie se le resistiría; le hizo entender que no había nada más valioso que eso porque de ahí era la única manera que obtuvieran su título oficial y salieran de la espantosa Isla, aunque obviamente ahí no había príncipes... y aparentemente en Auradon tampoco.

Evie tenía la fuerte creencia de que un príncipe era alguien fuerte, valiente y guapo; que jamás se acobardaría ante el peligro y para quien no habría algo más precioso en el universo que su princesa. Un príncipe jamás le haría daño a su doncella. Estúpidamente creyó esa fantasía de la Evie de siete años que vivía exiliada con la esperanza de que algún un día un príncipe entrara y le rescatara.

¿Por qué creyó que sería feliz con Jay si ya tenía conocimiento del hechizo? Era tan tonto en retrospectiva, se sentía tan patética; una princesa como ella no debería estar llorando debajo de las escaleras, no debería y sin embargo lo hacía.

En su cabeza las palabras hirientes del árabe se repetían como una película rara...

<<-Aléjate de mí bruja- ella solo había tratado de tomar el brazo del árabe, de pasar un tiempo de calidad con su novio; Pero desde que se atrevió a pronunciar su nombre y tocar su brazo las cosas no salieron nada bien. Jay le tomo la muñeca de manera brusca y con una expresión que helaría a cualquiera. Resoplo múltiples veces tratando encontrar la calma hasta que lo logro -Ya se todo Evie, y no estoy enfadado contigo; solo lo estoy con Carlos- La peliazul solo miraba tratando no llorar en ese momento -Pero tampoco estoy interesado en ti... lo lamento- Sin más Jay se fue.>>

Dejando a una princesa inmovilizada por el miedo y el despecho.

-¿Evie?- aparentemente no estaba tan sola como creía, maldijo mentalmente levantándose y quitando las lágrimas en sus mejillas con total brusquedad, aunque si era honesta consigo misma, era demasiado estúpido llorar debajo de las escaleras al lado de la biblioteca -¿Te encuentras bien?- Doug trato de darle consuelo con un abrazo pero esta lo empujo bruscamente mirándolo con enfado

La peliazul volvió a quitar el rastro de lágrimas y se cruzó de brazos -No...- fue sencillo de admitir; ya todos sabían que el flechazo de Jay por ella había terminado.

-¿No?- Doug trato de hacerla sentir mejor con su sonrisa pero no dio resultado -Quien se burla de una dama y después la abandona que le suceda lo mismo y aun peor- Sentencio el con una voz grave jamás usada y una pose bastante caballeresca, no pudo evitar pensar en un caballero de brillante armadura.

Sin embargo frunció el ceño -¿Qué diablos?- Eso debía ser una maldita broma, y realmente no estaba del todo bien como para soportarlo -No estoy para juegos, mira yo solo me voy a ir y...- Debía salir de inmediato de ahí; Que vergüenza, una villana de su posición llorando por un estúpido niño rico. Enserio era una princesa penosa.

-Espera Evie- le detuvo con delicadeza por el brazo -Yo lamento lo que Jay hizo... pero si él no te aprecia por lo que aparentas ser, quizás sea momento de dejar las apariencias y empezar a actuar como la chica que yo sé que eres- Eso fue lo más dulce y estúpido que la princesa sin corona había escuchado en su vida, ¿De que hablaba ese torpe? Si mamá estaba en lo cierto cuando decía que conquistar un príncipe era primordial; Para ser uno de los chicos más listos de Auradon Prepa... realmente estaba diciendo una tontería

Evie resoplo levantando algunos mechones de su improvisado fleco, hasta por fin encararle -Piérdete- bramo con molestia, ese chico solo quería hacerla sentir aun peor de como ya se sentía. Por qué puede que Jay fuese un maldito niño mimado, pero era un príncipe; Y eso sin duda le dolía aún más, pues ella había perdido todo mientras Jay podía conseguir a otra persona. Con esas bellas facciones y esa encantadora manera de ser... ¿Quién se le podría resistir? En cambio ella, aparentemente debía hechizar a alguien para obtener su atención, que desdichada y horrible debía ser para merecer aquello.

-No tengo la más mínima intención de hacerte sentir mal- Doug se sinceró acomodando las gafas recién quitadas en un bolsillo de su chaleco -Al contrario, detesto ver que lloras por alguien que no te aprecio lo suficiente- Evie abrió los ojos sorprendida y lo miro; él se sonrojo y tartamudeo de pronto -Y-yo...- Quizás se había equivocado... y Doug era más que un nerd que le perseguía; el realmente se preocupaba por ella. Él era un verdadero amigo y jamás lo noto por sus ansias de alcanzar a quien no le prestaba atención.

-Gracias Doug- Evie necesitaba un abrazo; por eso Evie lo robo del hijo de Tontín. Mientras el chico miraba perplejo a la chica ella se limitó a sonreír y salir de ahí no sin antes asentir a las palabras dichas por el joven "Quizás algún día podamos reunirnos... ¡Para estudiar! Claro..."

---------------------------------

-¡Explícame por qué carajos permitiste que Jay dejara a Evie!- Mal estaba molesta, Mal era una completa idiota y Carlos no podía detestarla más en ese momento.

El príncipe de Versalles resoplo y gruño un par de blasfemas por lo bajo, miro de reojo a Jane que trataba con todas sus fuerzas enfocarse en sus deberes y no en la riña que se estaba llevando a cabo. Evie decoraba con dedicación sus cuadernos desde el escritorio al borde de la habitación y frente suyo la pelimorada bufaba con sus cautivantes y peligrosos ojos esmeraldas.

-¿Me jodes? Esto debe ser una maldita broma Mal- Carlos hizo un mohín con sus labios -Tu no quisiste ayudarme, hice lo que pude... ¿Y ahora me reclamas? ¡¿Que carajos pasa con tu vida?!- y es que enserio no comprendía lo que pasaba por la cabeza de aquella chica; el ya había resuelto los cosas, o algo así. Jay se callaría mientras lo dejara tratar de conquistar... él no se dejaría y sería una lucha interminable. Todos ganaban ¿No?

La hija del hada malvada le tomo de los hombros para obligarle a mirarla después de que este quisiera voltearse -Mi problema es que tengo que ser la niñera de un niñito estúpido con corona que no quiere tomar responsabilidad de sus actos y en cambio sigue cometiendo los mismos errores- A la pelimorada no le cabía en la cabeza como podía cometer de nuevo el error de "Dejarse enamorar"; Carlos caería en esa tontería aunque dijese que no. Y lo más importante, Evie se quedaría sola; aquella preciosa chica a la que haría feliz sin duda alguna, se quedaría sola por la estupidez de Carlos. Evie se merecía las jodidas estrellas, se veía tan feliz al lado del árabe y después de que ese idiota príncipe le rompiera el corazón ella fue testigo del enorme dolor que eso causaba en la princesa sin corona. Para Mal un príncipe era otra persona, pero para Evie lo era todo.

-¿Que otra opción me quedaba Mal? ¿Dejar que revelara toda la verdad y me obligaran a casar? Te digo de una vez que tu también te hubieses hundido conmigo- Y eso era cierto ¿Qué diablos hacia? Si sus planes salían correctamente, Evie no tendría ninguna maldita necesidad de andar rogándole a alguien para que le hicieran caso. La peliazul se convertiría en una reina, ambas gobernarían el caos y la destrucción, y si Evie aun quería a un estúpido príncipe... tendría una fila entera de pretendientes aguardándole.

-Realmente estoy harta de resolver la vida de todos por aquí, pero da igual Carlos. Haz lo que quieras y con quien quieras, pero ni a Evie ni a mi nos vuelvas a meter en tus tonterías- declaro la pelimorada en una clara advertencia que helo cada sistema del pecoso.

Jane había observado en silencio hasta que no pudo más -¡Deténganse! Parecen completos idiotas...- y es que eso era, ninguno tenía la razón por que ambos habían cometido los mismos errores. El amor era fuerte... y sin importar las tarabas que trataran de poner, siempre triunfaría.

Ambos chicos miraron perplejos a la chica, callando de inmediato -Jane dijo una mala palabra- Carlos hizo un puchero señalando a la de ojos celestes.

-Escuchen bien... ustedes tres ya están más que metidos en este problema; no importa quién lo inicio o no, todos están en esto y todos van a resolverlo- Jane debía jugar el papel de la razón ahí, de lo contrario esos tres se harían pedazos. Evie se levantó y se puso a lado de la hija del hada madrina, con una pequeña sonrisa -Son las consecuencias de entrometerse- Carlos aplaudió con sarcasmo, mientras Evie le daba un empujón juguetón y Mal bufaba.

-Esto ya es problema de Carlos, yo no voy a hundirme más... o me mandaran de nuevo a la Isla- Mal enserio era terca, ni el discurso de Jane le entraba a la cabeza.

Jane alzo una de sus cejas y se cruzó de brazos; dando una caminata alrededor de la pelimorada que gruñía y le mostraba sus ojos tintineantes -Es realmente sospechoso tu caso Mal- la chica seguía dando pasos cuidadosos con sus zapatos bajos -Parece que solo tomaste algo que querías y ya no necesitas más a Carlos- La hija de Maléfica abrió los ojos cómicamente ante la sorpresa de su insinuación, si era honesta siempre creyó que Carlos se daría cuenta antes que nadie. Pero se había equivocado, Jane sospechaba de ella y sus planes.

De inmediato gruño hacia la chica de vestido azul pastel -¿Qué diablos insinúas?- Evie mordía su labio inferior con demasiada fuerza ante el miedo y la sorpresa, pero por suerte el torpe de Carlos ladeaba la cabeza confundido; pues el creía en la buena voluntad de Mal

-¿Hiciste esto por Carlos o por ti?- Jane volvió a hablar no dejándose intimidar por la ira de Mal -Porque algo huele muy sospechoso aquí- Mal volvió a gruñir mientras Evie planeaba como escapar de volver a la Isla

-Cuidado con lo que dices... no me hagas matar la poca confianza que tienes- Mal de nuevo volvió a amenazar pero la chica de ojos celestes no se inmuto en ningún momento

Evie salvo a todos de la tensión -Chicas es suficiente fiereza por hoy, Jane tiene razón ok?- Evie tomo a ambas chicas por los hombros en un "abrazo amistoso"-Todos estamos en esto y todos saldremos- declaro mirando al pecoso frente sí.

-Como sea... tengo que irme- Jane se separó del abrazo y la peliazul agradeció internamente que ya no insistiera en el tema, la joven se quedó un momento en el umbral de la puerta -Resuelvan sus diferencias- y simplemente irse

-Me sorprende el avance de Jane- dijo en un resoplido la peliazul

-Da igual...- Mal dio pisotones hasta su cama -Bien, si todos estamos en esto ¿Cuál es el plan? ¿Que nos depara el futuro?- dramatizo cada palabra ganándose una mirada de odio -¿O acaso tendremos que mantener esta tontería del hechizo hasta tu lecho de muerte?-

-¿Que? No... Talvez- Carlos hizo una mueca

-Carajo...- despotrico Mal contra las manos en su cara

-Escuchen...- El bicolor suspiro con desdén -Jay no va a decir nada mientras yo deje que "trate de conquistarme" No puedo romper esa promesa o todo se vendrá abajo, lo dejare hasta encontrar la manera de alejarlo de mi- Ya buscaría una manera de alejar a Jay, o huir de la presión de la corona

Evie trago en seco -¿Así que no hay oportunidad de que vuelva conmigo?- la chica pregunto con el corazón en la mano; el pecoso mordió su labio inferior respondiendo finalmente un "Lo lamento"

-Eres un egoísta Carlos, mira solo...- Mal tomo en sus brazos a la chica peliazul que solo soltó un largo suspiro

-¡Dejen de pretender de que esto es fácil para mí! ¡No tienen idea de cómo me siento!- Carlos en definitiva exploto de un segundo a otro -¿Creen que es confortable ver a mis prometidos coquetear y salir con ustedes?- Tenia razón, ambas chicas lo sabían y por eso se avergonzaban -Y lo peor es de todo es que a ustedes les importo un bledo mi sufrimiento, se suponía que solo debían distraerlos de mi pero parece que tomaron demasiado enserio su papel... olvidándose de mi claro- bufo con molestia conteniendo con mucho esfuerzo las lágrimas que se acumulaban ya -Ese es el plan les agrade o no, adiós- salió de ahí antes que se soltara a llorar de nuevo.

Mal entrecerró los ojos en dirección de la puerta -Si lo deseas podríamos intercambiar, tu podrías quedarte con Ben... tendrías a un príncipe y yo...- Si Evie quería un príncipe, lo tendría.

-No- suspiro con pesar -Levantaría más sospechas- admitió con total dolor

Mal le tomo del mentón para que le mirase -Evie, escúchame bien por qué no lo voy a repetir... eres una chica grandiosa y talentosa que no necesita de un idiota príncipe para ser feliz...- la princesa sonrió, Mal trataba mantenerse seria -Algún día encontraras a alguien maravilloso si así lo quieres, pero solo sucederá si comienzas a ser tú y no lo que tu madre espera- eso fue como un balde de agua fría para Evie. Hasta Mal lo sabía, sabía que fingía ser lo que su madre esperaba.

Evie tomo las muñecas de la pelimorada y le dio una gran y grata sonrisa -Gracias Mal- dijo en un murmuro mientras estrujaba las manos contrarias y cerraba los ojos. Le dio un abrazo aunque la chica refunfuñara y exigiera que le soltara, hasta después de un rato accedió a hacerlo.

La peliazul tomo su bolso y un par de plumas -¿A dónde vas?- cuestiono Mal arrugando la nariz

-Tú lo dijiste... esta chica tiene talentos que no todos conocen, y quizás es momento de mostrarlos- Evie levanto la barbilla y sonrió desde el umbral -Voy a la biblioteca- se despidió con un guiño de la pelimorada.

-Esa es mi chica- sonrió Mal

Ambas intercambiaron una risa. Evie era más de lo que todos creían.

---------------------------------------

Lo primero que Jay deseaba al llegar a su habitación era tomar una larga ducha y tomar una larga siesta; Era todo un martirio entrenar durante cuatro horas aunque ya ni siquiera hubiese torneos que ganar. Estaba agotado solo quería dormir en su cómoda y lujosa cama, y lo hubiese hecho de no ser por Carlos.

No, no hubo noche salvaje...

Solo que Carlos había hecho de su habitación un maldito Spa. No era ninguna mala broma; ese atarantado pecoso había hecho de su cómoda cama una jungla, había plantas, un improvisado fango y hedores extrañamente fascinantes.

Jay frunció el ceño -¿Que carajos Carlos?- gruño al ver el desorden en su habitación; desde lianas que colgaban, fango en todos lados, cascaras de frutas y un muy adormilado cachorro que apenas se inmuto de su llegada.

Carlos estaba sentado cepillando sus rizos -¿Sabes que fue lo que dijo papá cuando le dije que necesitaba una reservación en ese Spa de Versalles?- comenzó con su estúpida palabrería -Dijo "Deja de concentrarte en tu vanidad y concéntrate en conquistarlos"- comento frunciendo la nariz el pecoso -Así que me dije a mi mismo "Carlos, tu eres así como súper inteligente ¿no? Haz tu propio maldito Spa" Aquí estoy...- rio levantando los brazos hasta su nuca mirando a Jay con una perfecta sonrisa.

-¿Y qué culpa tengo de eso?- Jay en un arrebato de frustración por el robo de su querido descanso aventó sin cuidado alguno todo lo que estaba en su cama; ante la atenta mirada del cachorro que Carlos tenía en su regazo. Fue una mala idea, pues al instante la pequeña tina con fango y la barra de metal donde estaban las piedras para terapia, las cuales se caracterizan por tener alta temperatura, cayeron a la cama. Fue por eso que las ocho piedras al caer contra hicieron ocho "bonitos" agujeros hasta dar con el piso. Jay refunfuño aún más al ver su cama prácticamente destruida.

-Oh esas son piedras mágicas de ocho volcanes activos; cuidado- comento Carlos con completa burla

Jay murmuro groserías por lo bajo -¡¿Pero qué carajos te pasa Carlos?!- Carlos parpadeo un par de veces hasta asimilar las palabras del árabe; Jay se había enfadado y de nuevo el miedo le invadió, inconscientemente una lagrima bajo por su mejilla -Lo lamento... yo solo- Jay suspiro recuperando un poco de su paciencia -¿Carlos?- se acercó y tomo entre sus manos el mentón del pecoso quitando la lagrima y su rastro.

Carlos quito sus manos con un manotazo -Admítelo Jay, no sabes cómo acercarte- frunció el ceño y se cruzó de brazos -Porque aunque digas lo contrario es más que obvio que me detestas por lo que hice- murmuro mirando sus cordones sueltos, no atreviéndose a mirar los bellos ojos del mayor -Buscas el más mínimo pretexto para explotar- volvió a decir en un tono bajito jugando con sus dedos

Jay tomo un pequeño banco y lo coloco delante del pecoso y se sentó -No puedo evitar querer arrancarte las pecas y en otros momentos solo quiero consolarte por tu estupidez- admitió rascando su nuca -Es que, ¿Sabes? No entiendo por qué lo hiciste; ¿Tan odiosos somos?- y es que el árabe enserio no comprendía; nunca había amado pero estaba seguro que en el momento que lo hacías lo prudente no era huir de él.

Carlos volvió a murmurar -No se trata de eso-

-¿Entonces de qué? Por qué hacernos vivir un martirio mientras tu danzabas feliz por estar libre- Jay obligo a Carlos encararle pero este retiro su brazo con brusquedad ¿Por qué Jay no podía perdonarle y ya? Claro que si a él se lo hubieran hecho nunca les perdonaría pero no se trataba de eso.

-No te atrevas a decir que esto fue fácil para mí porque no lo fue, No es agradable que mis prometidos miren a sus "falsos" amores como jamás me miraran a mí- Carlos también exploto, la paciencia salió volando de la ventana; era desesperante. Si Jay no le perdonaba, él tampoco le perdonaría por seguirle remarcando sus errores y por haberle hecho más difícil su decisión de amar o no.

El árabe tiro de su cabello con desesperación -Esto es estúpido, si te dolía tanto ¿por qué no nos detuviste?- Jay seguía presionando; era como estrujaran una vieja herida hasta que volvía a sangrar.

Jay no podía dejarlo ir, y Carlos solo quería olvidarlo.

-¡Por maldito cobarde!- Grito levantándose de la silla -Por miedo a como reaccionaran, por ejemplo tu reaccionaste mal y lo sigues haciendo- acuso golpeando su hombro a lo que el mayor gruño.

-Aun así no te haría daño...- Jay bramo con total seguridad levantándose y tomando las manos del pecoso que las retiro en cuanto pudo

Se cruzó de brazos al igual que el mayor sin mirarle -No sabes el infierno que viví, cuanto llore, a lo que estaba dispuesto a hacer para ya no sentir dolor- Porque aunque fuese su error, la única víctima fue el mismo -Nadie me advirtió que esto dolía tanto; de haberlo sabido hubiese preferido mil veces ser obligado a casarme sin amor de por medio- el amor no era tan bueno como lo pintaban, era doloroso. El dolor no hubiese acabado aunque admitiese sus sentimientos; su corazón se hubiese desgarrado al decidir entre alguno de los tres.

-¿Amor?- Jay levanto una ceja; así que Carlos si sentía algo por ellos, no era ninguna broma. No hizo comentario al respecto -Lo lamento- suspiro pesadamente sin saber exactamente como acercarse al menor

-Yo lo lamento aún más- susurro Carlos en un hilo de voz -Ahora los perdí para siempre ¿Cierto?- A Jay le sorprendió que el pecoso pidiese su opinión al respecto

Solo atino a sonreírle -Deja de torturarte así- Carlos seguía mirando los cordones de sus zapatos e inflaba sus mejillas de vez en cuando -¿Quieres ir a beber algo?- poso su mano en el hombro del contario que negó múltiples veces -Bien, entonces salgamos-

Carlos negó un par de veces con la cabeza -¿Qué?- pregunto con enfado

-Que nos vamos- respondió el árabe empujando a Carlos fuera de la habitación aunque este gritaba y se resistía.

-----------------------------------------

-¿Por qué vamos por tu auto? ¿A dónde diablos vamos? ¿Por qué me pica el cuello? ¿Podemos volver al cuarto?- Carlos no había parado de hacer preguntas y pucheros desde que habían salido de la habitación

-Carlos... ¿Te han dicho que hablas mucho?- Jay le alzo una ceja mientras abría la puerta de su auto; esta vez era un auto color zafiro.

-Si hablo es malo, sino lo hago también...- dramatizo Carlos llevándose una mano a su boca

-Como sea, ahí es donde te detengo- le jalo hasta el otro extremo del vehículo mientras abría la puerta -Sube a tu carruaje- Carlos atino a rodar los ojos y acceder a dicho auto.

Jay a los pocos segundos de cerrar la puerta del copiloto entro y comenzó a manejar; a quien sabe dónde.

<< ¿Querrá llevarme a un lugar lejano y amordazarme para dejarme ahí como lección por lo que hice?>> Esta y más preguntas estúpidas rondaban en la cabeza del príncipe más pequeño; que se sentía ansioso y sumamente nervioso, la tensión en sus hombros y labios era altamente notoria al punto en que comenzó a acariciar el pelaje miel de chico de manera errática; porque claro, chico no podía faltar cuando salía a solas con Jay. Él era el que podía frustrar cualquier intento romántico de Jay; o protegerle de ser abandonado en la nada, ¿Quién sabia?

Al poco tiempo se relajó pero aparentemente chico se hartó de que nadie le dejara dormir y se removió de su regazo hasta la parte trasera de su asiento. Fue entonces que se dedicó a mirar a Jay; esos labios perfectamente cerrados que relamía de vez en cuando, esa mirada perdida en el camino frente a ellos, esos nudillos fuertes que no vacilaban en ningún momento en soltar el volante. Ese desastre de cabello atado en una coleta, ese rubí en su oreja, esa pequeña cicatriz que surcaba su ceja derecha... una que nunca había notado. Esa camiseta de lino color manila que le asentaba bien los músculos de los brazos a pesar de ser de manga larga, esos jeans de mezclilla azul desgastado, con tenis mostaza y un increíble reloj que demostraba la posición que tenía; uno que si no fuese porque Jay era imposible de robar, sería el blanco de muchos.

No iba vestido como para asesinarle, ¿Y cómo diablos se suponía que se vestía un asesino? Jay tenía razón, quizás ya debía callarse hasta en su mente.

Mentiría si dijera que no tenía miedo de lo que podía ser capaz Jay, no por ser hijo de Jafar; pues aquello no le definía pero, si le daba un aura imponente. El pecoso no estaba muy seguro de las intenciones de Jay o a donde le llevaría, no era su culpa; pues era imposible adivinar cuando Jay ponía un semblante tan serio e inexpresivo.

Carlos se perdía fácilmente cuando pensaba; lograba sacar tantas teorías y llegar a resultados tan acertados y aproximados... Aunque solo se veía como un chico más en la Luna. Por esta razón ni se percató de que habían parado hasta que Jay le sacudió por el hombro. No era un bosque oscuro y desolado, pero aun así era un lugar que nunca había visto en su vida.

-¿Que es este lugar y por qué hay tantos autos?- cuestiono frunciendo el ceño; quizás Jay había contratado a cientos de autos para que le hicieran correr

-Esto es un auto cinema- dio como respuesta el árabe con una sonrisa

Carlos miro a todos lados hasta percatarse de que al lado de ellos había ruidos extraños; volteo pero de inmediato se arrepintió, pues ahí al lado había una pareja bastante escandalosa dándose amor. Para cuando se escuchó un grito de placer; Carlos se sonrojo al instante y soltó un chirrido.

-¡Eres asqueroso! ¡Ni se te ocurra Jayden!- comenzó a golpear el pecho del mayor que solo reía de lo penoso que Carlos podía llegar a ponerse con ese tipo de cosas -¡Eso no pasara!- de inmediato se alejó todo lo que pudo del mayor y puso como escudo al can que solo quería dormir

-Auch, ¡Basta!- Jay detuvo los manotazos y patadas que el menor soltaba -¿Realmente crees te traje aquí porque mi entrepierna le tenía ganas a tus pecas? Soy menor que eso niño- hasta cierto punto, el árabe se sintió ofendido; si era un pervertido y eso... pero era un pervertido fino. O eso se decía para no sentirse mal.

-No me digas niño- dijo el más pequeño con altanería -¿Entonces?- ladeo un poco la cabeza en total confusión

-Es para que descubras cosas nuevas que son normales para el mundo, ¿No quieres eso? Solo vamos a ver una película ¿de acuerdo?- y por primera vez en su vida, realmente vería la película.

-Supongo- por un momento se sintió realmente estúpido por creer que Jay le había llevado ahí para aprovecharse de él.

Jay condujo hasta las primeras hileras después de comprar boletos y chatarra para el gusgo estomago de ambos; la película comenzó y Carlos no podía describir lo que se sentía descubrir algo nuevo, con ayuda de Jay por segunda vez. No podía explicarse a sí mismo que era lo que sentía, cuando Jay reía ante la película. Había silencio de por medio pero no era incomodo; ambos estaban cerca y bromeaban como antes, quizás solo era cuestión de tiempo y de que ambos relajaran su mente para que todo volviera a la normalidad y pudiesen cicatrizar las heridas entre ambos. Solo tuvo toda la seguridad de que las cosas ya estaban bien entre ambos, Jay le había perdonado... y Carlos también.

Quizás era momento de dejarse llevar.

Carlos tomo el brazo derecho de Jay que reposaba en su asiento y lo cruzo por su cuello hasta quedar ambos juntos; el árabe sonrió de lado y reposo su mentón en los rizos bicolores, mientras el menor reposaba en su pecho y miraba a la enorme pantalla.

Chico no tardó en hacer presencia entre ambos, moviendo la cola y lamiendo la cara de ambos con energía renovada; Carlos comenzó a reír y mimarle mientras Jay refunfuñaba por lo bajo y se cruzaba de brazos.

Como haya sido, ambos pudieron perdonar sus errores; quizás era el principio de un nuevo capítulo en sus vidas.

---------------------------

Para cuando volvieron a su habitación, el desastre ya no estaba pero la cama de Jay seguía con esos ocho enormes agujeros atravesándole. Jay había mandado que limpiaran el desastre de Carlos; lo irónico es que de los dos, el pecoso era el "ordenado".

Carlos inflo las mejillas en cuanto bajo al can de sus brazos -¿Y ahora qué?- pregunto con un adorable puchero adornando sus labios.

Jay chasqueo la lengua y se dedicó a mirar su lujosa habitación, deteniéndose específicamente en la cama del pecoso, aquella que era enorme como para los dos; sonrió ante su maravillosa idea y miro a Carlos que solo alzo una ceja.

-Tengo una gran idea- declaro el árabe sin remover la sonrisa pícara de sus labios

Carlos ladeo la cabeza hasta que pareció comprender y devolvió la sonrisa -Oh, claro...- Jay podía casi asegurar que cerrarían con broche de oro su reconciliación.

Se equivocó.

-¡Buenas noches Jay!- grito Carlos desde su cómoda cama mientras abrazaba al cachorro color miel. Jay balbuceo un "buenas noches" mientras gruñía y se quejaba por lo bajo; desde el suelo... más específicamente a los pies de la cama de Carlos donde cachorro de este siempre dormía.

Gruño por última vez antes de patear la cama del cachorro y acomodar las almohadas y cobijas en el frio suelo.

Después apago la luz; y se dedicó a tratar de dormir en la dureza del suelo.

Estúpido pecoso.

Notas finales:

Ally murio... pero sobrevivio😂✌

Lamento la tardanza pero tenia examenes💔😢 *Un minuto de silencio por Ally* En fin aqui esta... amenlo, seeeeeeee😜

Antes de que saquen sus concluciones y les empiecen a tener esperanza a estos dos les aviso que ya se vienen los otros dos tarados de Carlos😂💔

Por si no quedo claro... Jay queria dormir con Carlos por que ya no tenia cama pero el pecas es bien aca y lo mando a dormir en el suelo... justo donde duerme Chico.😂🐶 Pobre Jay, Carlos es más necio de lo que cree😏

Este fue el capitulo del año si te gusto no dudes en apoyarme con tus votos y comentarios! Eso me alenta a seguir💚 Les agradezco que hayan leido y sin más... los adoro!!! Bye, y prometo actualizar pronto😏👑

💚#B.IsLoveless😛

Continue Reading

You'll Also Like

213K 14.7K 86
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
3.1K 312 30
el primer beso, la primera sonrisa juntos, la primera pelea, nuestra familia, tu cara, tu sonrisa, tus enojos, tu forma de ser. Mi primer y unico amo...
333K 53.1K 27
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
61.3K 4.5K 49
Steve esta aburrido de su vida, el no es como los demás chicos y no lo quiere ser...de repente su vida da un giro inesperado al conocer a un castaño...