14 | PISTA EQUIVOCADA.
—Oh, oh —dice Stiles luego de un silencio de aproximadamente 15 minutos. Con Allison nos miramos alarmadas.
—¿Qué quieres decir con "oh, oh"?—pregunto.
—Quiero decir "oh, oh". Vengan a ver.
Ambas asomamos nuestras cabezas por la pequeña ventana que hay en mi living y lo que veo hace que el corazón me bombardee a mil: Boyd, Isaac, Érica, y Derek.
Respiro profundo, al parecer sí tendré que pelear esta noche.
—Ahora vuelvo —aviso.
—¿A dónde vas?—preguntan Allison y Stiles al mismo tiempo.
—Necesito hacer una cosa. Estaré aquí enseguida.
Me dirijo hacia la cocina, y una vez allí, abro la canilla.
Bien, hora de probar mi segunda teoría.
Miro las marcas que Érica dejó en mi brazo, y luego meto a éste debajo del chorro de agua helada. Lo dejo ahí un rato mientras intento ver algo, y luego de unos dos minutos lo saco de debajo del chorro. Hago una respiración profunda; las marcas ya no están.
Así que no sano rápido, sino que lo hago con el agua. Buen dato.
Esta vez agarro un pequeño chorro con mi mano derecha y luego lo dejo caer sobre mi pierna, en donde las garras de Érica estuvieron enterradas. Esta vez tarda un poco más en sanar, y estoy segura de que es porque el chorro no es tan directo como antes.
Tomo un gran balde de color verde y lo meto debajo del chorro. ¿Quieren pelear? Pues pelearé.
El balde comienza a rebalsar, pero una idea cruza mi mente, por lo que no lo saco. Si pude hacer que el agua de la probeta se sobrecalentara, ¿puedo hacer que se congele? Miro el chorro fijamente, e imagino que éste comienza a volverse hielo. Unos minutos después, ya no cae más agua, y es porque ahora está congelada. Inmediatamente cierro la canilla para que el agua no se acumule en las tuberías, e imagino que el agua se descongela. Esta vez sucede más rápido.
Tomo el balde y vuelvo al living con los chicos.
—¿Qué es eso?—me pregunta Allison.
—Un balde, dah.
—Sí, estamos al tanto —dice Stiles.—Pero ¿para qué?
—¿Acaso dejaremos que Derek entre y mate a Lydia así como así?
—Claro que no —me dice Allison.—Pero, ¿de qué nos servirá un balde?
No voy a ponerme a dar explicaciones ahora porque no es el momento y además Derek, Érica, Isaac y Boyd podrían escucharnos.
—Tú tienes tu ballesta y yo tengo mi balde. ¿Puedes dejarme ser feliz?
Allison y Stiles comparten una mirada. Finalmente, decidiendo que no es buen momento para discutir sobre mis facultades mentales, ambos se encogen de hombros.
—Gracias. Ahora, ¿dónde diablos está Scott?
—¿Tú no estabas con él?
—Sí, pero tuvimos que separarnos —saco mi celular y lo llamo.
—Lía estoy--
—No me interesa en dónde diablos estés. Debes traer tu jodido culo de hombre lobo aquí porque no creo que la ballesta de Allison y mi balde alcancen para derrotar a una manada de hombres lobo.
—Okay, yo... Estoy en camino.
Corto y observo a los chicos.
—Dice que ya viene.
Ambos asienten y nos sumimos en un gran silencio. Sé que los tres pensamos lo mismo: incluso si viene Scott, ¿podremos con ellos? La última vez que Scott se enfrentó a Derek no terminó muy bien que digamos. ¿Qué haremos con una manada entera?
—¿Siguen ahí?—le pregunto a Allison quien se asoma por la cortina.
—Sí.
—Dios —susurro con la boca seca.
—¿Qué haces?—le pregunta Stiles a Allison. Cuando la observo mejor veo que tiene su teléfono en la mano.
—Creo que... Creo que debo llamar a mi papá —dice, y por su voz se nota que tiene ganas de llorar.
—Pero si te encuentra aquí Scott y tú--
—Lo sé —interrumpe Allison al pelinegro.—¿Y entonces qué debo hacer? No vienen a asustarnos, ellos vienen a matar a Lydia.
Nadie puede discutir eso.
—Solo... Espera un poco más —le digo.—Si Scott no viene lo llamas, pero solo a tu padre.
Allison lo piensa y luego asiente.
—¿Creen que Lydia esté bien con Jackson?-pregunta Stiles.
—Puede ser un idiota, pero no le hará daño.
—Eso espero —susurra Allison.
—Como sea. ¿La señorita Morrell te dijo algo?
—Dijo que el kanima es como los hombres lobo, pero mientras que estos buscan una manada, el kanima busca amigos.
—¿O sea que estamos buscando a un chico solitario?
—¿Y qué si se refiere a otros kanimas?—pregunta Stiles.—Tal vez está buscando a alguien de su especie.
—Dios, no. Si no podemos con uno, ¿cómo podremos con dos?
Nadie responde mi pregunta.
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Los minutos pasan pero Scott no llega, y noto que los tres comenzamos a desesperarnos más que antes.
—Tengo una idea —dice de repente Stiles.
—Ilumínanos.
—Dispárales —le dice a Allison.
—¡¿Qué?!—soltamos las dos en un agudo susurro.
—Le dijimos a Scott que podíamos protegerlo. Hagámoslo.
—Creo que lo único que haríamos sería firmar nuestra sentencia de muerte.
—Bien —dice Allison.
—¡¿Qué?! ¿Acaso soy la única que entiende el verdadero peligro de esto?
—Ellos no creen que vamos a pelear —me dice Stiles.—Si uno de ellos sale herido, te garantizo que se irán.
—Pues yo tengo una teoría: cuando intentemos matarlos sin éxito, van a encender su modo terminator y van a venir y nos van a matar a todos, kanima o no.
—¿Por qué estás tan segura?
—Porque tienen superoído, idiota, y probablemente ya escucharon toda nuestra conversación. Además, si Scott pudo atrapar la flecha, ¿crees que ellos no lo harán? Posiblemente están entrenados, y Derek tiene muchísima más experiencia en esto.
—Tiene que haber una forma de acabar con estos tres —dice Allison asomándose por la cortina.
—Cuatro —la corregimos Stiles y yo alarmados.
—Hay tres.
Rápidamente corro y también me asomo. Están Érica, Boyd, y Derek. Isaac.
—¿Dónde diablos está Isaac?—pregunto alarmada.
Camino hacia atrás, aún con la vista fija en la ventana, observando cómo Allison se prepara para lanzar una flecha por la ventana, cuando escucho pasos detrás de mí.
Me doy vuelta, pero no llego a ver nada cuando siento que me toman de los brazos y vuelo por el aire. Mi cuerpo se estampa duramente contra algo y se me escapan unas lágrimas de dolor.
Escucho más ruidos que no sé distinguir y abro los ojos, pero veo todo borroso.
Cuando finalmente consigo ver bien, observo que Allison está tirada en el suelo y que Stiles también, solo que éste último observa a Isaac, quién también lo mira. Lo observo más detalladamente y noto que tiene las garras afuera.
Ah no.
Siento el poder consumirme, y de repente ya no siento más dolor. Me levanto de un salto y observo que Isaac tumbó mi balde. Pero eso no importa, porque ya tengo lo que necesito.
Muevo mis manos hacia arriba y una parte del agua se eleva, luego abro un poco mis manos y ésta se congela, tomando la forma de un pico. Un pico con una punta muy filosa.
Rápidamente hago que se dirija hacia Isaac, y como él está de espaldas a mí, no puede verlo venir. El pico atraviesa su abdomen y sé que tengo que aprovechar ese momento de debilidad.
Corro hacia ellos y me coloco frente a Isaac.
—No lo siento realmente —digo mientras lo tomo de los hombros.
Levanto mi rodilla y con ella golpeo su entrepierna. Lo empujo con la mayor fuerza que tengo, la cual no es mucha, pero que alcanza para tumbarlo a unos metros de nosotros.
—¡VÉ POR LYDIA!—le grito a Allison que comienza a pararse. Ella asiente y corre hacia las escaleras.—¿Estás bien?—pregunto mientras me volteo y ayudo a parar a Stiles.
—Sí, sí.
—¿Estás seguro?—pregunto mientras tomo su cara entre mis manos y lo examino.
—No por mucho tiempo —contesta alguien más.
Me volteo y observo que Isaac nos observa a ambos con sus ojos brillando dorados y esa mirada que ya había visto en varios hombres lobo. Esa mirada que indica caos.
Isaac camina hacia nosotros, y antes de que llegue empujo a Stiles hacia un lado. Isaac me agarra bruscamente del cuello y me estampa contra la pared, mis pies apenas rozando el suelo.
Pongo mis manos sobre su brazo y una fina capa de hielo comienza a cubrirlo, pero cuando Isaac aprieta más su agarre y comienza a faltarme el aire, no puedo continuar con mi tarea.
El agarre que empleo en su brazo comienza a aflojarse y siento mi vista nublarse.
De repente siento cómo el aire vuelve de un tirón y a mis rodillas chocar bruscamente contra el suelo. Unos brazos me rodean mientras intento recuperar el aire a grandes bocanadas.
—¿Estás bien?—pregunta la inconfundible voz de Stiles.
—Sí —contesto en un jadeo.
Miro hacia el frente y observo a Scott arrojar bruscamente a Isaac contra la pared.
—¡Cuidado con los cuadros!
—¿Lo dices en serio?—me pregunta Stiles.
—Sí, porque si no me mata Derek me mata mi madre cuando llegue.
Wow, rimé.
Finalmente Scott noquea a Isaac, y creo que lo hace sin romper nada.
—Lydia y Allison están arriba —le digo y asiente, para luego correr hacia las escaleras.—¿Crees que esté bien?
—Seh —luego de un silencio añade.—Eso fue asombroso, pero estúpido.
—¿Qué puedo decir? Llevo lo estúpido en las venas.
—Lo digo en serio, Lía. Tienes que dejar de arriesgar tu vida por la mía.
—Jamás —la respuesta es instantánea, ni siquiera la pienso. Jamás nada le pasará a Stiles si puedo evitarlo.
Suspira con los labios fruncidos, pero no dice nada. Yo tampoco lo hago y nos miramos unos segundos.
—Gracias por todo lo que haces por mí.
—Siempre.
Se escuchan unos golpes arriba por lo que Stiles y yo nos miramos alarmados. Un minuto después, Scott baja con Érica al hombro.
—Wow —suelto.—Eso fue rápido.
—Todo el trabajo lo hizo Allison —sonríe un poco.
Camina hacia Isaac y se lo cuelga al otro hombro, y cuando camina hacia la puerta, noto que Érica no está desmayada, pero que tampoco opone resistencia alguna.
—¿Cómo hiciste eso?—le pregunto a Allison que viene bajando las escaleras.
—Veneno de kanima —contesta con una sonrisa.
—Esa es mi chica.
Los tres seguimos al moreno hacia afuera y observamos cómo tira a Érica y Isaac a los pies de Derek. El mayor nos mira, pero no con odio ni remordimiento, es una mirada que no sé descifrar.
—Creo que comienzo a entender por qué me rechazas, Scott. No eres un omega, eres el alfa de tu propio grupo.
Suena casi ridículo, pero si lo pienso... Wow, Derek tiene razón. Casi nunca lo cuestionamos, y al menos yo arriesgaría mi vida por él. Wow.
Stiles, Allison y yo compartimos una mirada, y sé que ambos piensan lo mismo que yo.
—Pero sabes que no puedes vencerme —agrega Derek sonriendo.
—Pero puedo detenerte hasta que llegue la policía.
Frunzo el ceño, y por primera vez comienzo a sentir el sonido de las patrullas de policía, que parecen estar cerca. ¿Quién y en qué momento llamaron a la policía? Me alegro al comprobar que Derek está tan sorprendido como yo.
Unos ruidos sobre nuestras cabezas distraen mi atención, la de Allison, Scott, y Stiles. Los cuatro miramos hacia arriba, pero como sólo vemos cemento, nos dirigimos hacia la calle, sin despegar nuestra vista del techo.
El kanima nos observa, suelta algo parecido a un siseo que hace que se me pongan los pelos de punta y abrace a Stiles, y luego desaparece.
Los cuatro nos miramos, y luego dirijo mi vista hacia Derek. ¿Qué es lo que planea ahora? ¿Matarnos a todos e ir detrás del kanima?
El alfa observa al único de sus betas consciente.—Llevatelos.
Se escuchan pasos desde adentro de mi casa, y mi corazón late más rápido —si es posible—, al ver a Lydia saliendo de allí.
—¿Alguien puede decirme qué demonios está pasando?
A pesar de la desesperación en su voz y de la señal de llanto en su rostro, no puedo controlar la alegría que me invade. Siempre supe que no era el kanima, pero que los demás lo sepan también —más que nada Derek—, hace que una sonrisa enorme se plante en mi cara. Sonrisa que desaparece cuando escucho a Scott decir el nombre de mi ex-mejor amigo.
Si no es Lydia, y las otras personas en la casa éramos Allison, Stiles, Jackson, Scott, y yo... Oh diablos.
Jackson.
Capítulo corto pero llevaba mucho tiempo sin publicar. Además, vimos más de los poderes de lía so no es tan inútil
Por si se lo preguntaban, esto era lo que lía les quería contar a los chicos esa mañana. Como no pudo dormir bien ya que 'creyó' ver a Isaac, se puso a pensar y a pensar y sacó algunas hipótesis, pero las tenía que comprobar, y como no podía hacerlo con lydia ahí, y su único momento libre —en el que además necesitaba que sus hipótesis fueran posta—, lo probó ahí
Bue, tengo sueño y mañana me tengo que levantar a las 6
Love ya xx