Las clases terminaron y Alex me había dejado en casa, no sin antes recriminarme el hecho de no haber respondido sus mensajes estos últimos días, empezaba a considerar el hecho de cortar con él.
Antes de entrar a casa, subí el cierre de mi buzo para así evitar que mi madre o alguien viera los rasguños que la perra de Gina me había hecho en la mañana de hoy.
Iba subiendo las gradas hasta que escuché la voz de mi madre llamándome, por lo que me detuve.
---Querida, la comida está servida, Dorian me ha pedido que lo acompañemos en la mesa nuevamente.
Me giré y observé a mamá muy sonriente.
---Esta bien.
Regresé y me dirigí con ella al comedor principal.
Y ahí estaba Dorian, no pude evitar darme cuenta que apenas estuve en su campo de visión, él me miró de forma muy extraña.
---Buenas tardes, señor Deluxo.
Saludé mientras me sentaba.
---Hola pequeña, Sofi.
Una sonrisa chueca apareció en su rostro y aquello no me gusto para nada.
---Hace calor cariño ¿Porque tienes ese buzo puesto?
Cuestionó mi madre mientras ponía un poco de puré de papa en mi plato.
Tragué saliva y sentía la mirada penetrante de Dante sobre mi otra vez, haciendo que me sintiera bastante incómoda.
---Eh..no se, creo que me resfriare porque yo siento frío.
Metí una cucharada grande de sopa a mi boca y me abracé a misma fingiendo sentir frío.
---¿Y que tal hoy la escuela?
Preguntó el castaño.
Me atragante al punto de casi escupir lo que tenía en la boca.
---¿Cariño estas bien?
Mi madre palmeaba mi espalda preocupada.
---No..es decir si, pero no tengo apetito así que subiré a mi habitación, que tengan buen provecho.
Miré una última vez a Deluxo y me fui.
Entré a mi habitación y me mire en el espejo, el maquillaje de mi mejilla empezaba a correrse dejando entrever mi amoretada piel.
De repente la puerta de mi habitación se abrió de golpe haciendo que me asustase.
---¿Qué hacés tú aquí?
Pregunté confundida.
El castaño cerró la puerta para después acercase a mi, lenta y peligrosamente pero a media él se acercaba yo iba retrocediendo.
Su mirada era oscura y misteriosa.
Me gustaba tanto sus raros cambios de humor.
Toqué mi espalda contra la pared, ya no había más espacio para retroceder, él al notarlo acercó una de sus manos a mi rostro fijándose en una de mis mejillas.
¡Rayos! había olvidado el golpe que tenía ahí, el cuál ahora Dorian miraba con curiosidad.
---¿Cómo te hiciste eso?
Intentó tocarme pero yo lo esquive.
Su semblante serio lo hacía verse realmente intimidante.
Bajé la mirada porque sentía que me escudriñaba hasta lo más profundo de mi ser, haciéndome sentir demasiado vulnerable.
---Yo...yo me caí.
Mentí.
---Mirame cuando te habló.
Exigió sujetando mi rostro haciendo que lo mirase nuevamente.
Mi corazón latía a mil, tonto corazón.
---¿Qué es lo que quieres?
Traté de que el tono de mi voz fuera lo más natural posible, no podía dejar que notará lo mucho que me alteraba tenerlo tan cerca de mi.
De repente me apego más a la pared y junto su cuerpo con el mio, casi refregandolo con el suyo, mi boca se entreabrio ligeramente.
---¿Me permites?
Dijo tomando el cierre de mi buzo, el cuál estaba casi rozando mi cuello.
!Oh Dios! Aquello iba a pasar.
Asinti con la cabeza y él sonrió complacido.
Pero enseguida recordé el motivo por el cual tenía puesto ese buzo.
---Espera no..
Ya era tarde.
Dorian ya había bajado por completo la cremallera de mi buzo, dejando a la vista mi torturado cuello lleno de rasguños.
Sin duda él hacia que mi cerebro se nublara por completo, no me dejaba pensar con claridad.
---Vaya.
Exclamó mirandome sorprendido.
---¡Ya deja de mirarme así¡
Volví a subirme el cierre del buzo nuevamente.
---¿No me digas que eso también te lo hiciste cuando te caíste?
No sabía que decirle, si mentirle o decirle la verdad.
Parecía que disfrutaba ver mi lucha interna.
---Sí ¿Por?
Por último a él que le importaba.
Se alejó de mi y empezó a caminar alrededor de la habitación, mirándolo todo alrededor hasta que tomó un portaretrato, en el había una foto en donde salimos mi madre y yo, parecía observar a aquella foto con detenimiento.
---Sabes, cuando recién conozco a alguien, me gusta sacar una rápida deducción acerca de como es esa persona.
El castaño ahora tocaba la foto del portaretrato que tenía en sus manos.
---¿Dime, cómo soy Dorian?
Me senté en el borde de la cama, sonreí al saber que al menos se había tomado la molestia de pensar en mi.
Dejó el portaretrato en su lugar y se acercó a la puerta.
¿Ya se iba?
---Contigo me equivoque, ya que hasta ahora no he visto nada bueno en ti
Abrió la puerta y salió de la habitación.
Luego de que Dorian se fue, me quité toda la ropa y me metí a la ducha, me quedé ahí por horas pensando en que él tenia razón, no había nada de bueno en mi, yo estaba dañada.
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Narra Dorian
---Es un honor tenerlo aquí, Sr. Deluxo.
Había venido al instituto en donde estudiaba la mocosa, tuve que ser bastante cauteloso para no ser visto por algún estudiante.
---¿Desea un café o alguna otra cosa? Estoy tan nervioso.
Confesó aquél sujeto que sudaba demasiado.
---No gracias, iré grano, he venido en representación de la señora Sara Sanders.
Dije tajante.
Él hombre me miró curioso con el ceño fruncido pero a los pocos segundos suavizó su mirada.
---E...este si claro, la estudiante Sofía Sanders, bueno lamento notificarle que la conducta de la joven el día de ayer no ha sido la mejor, pero al tenerlo aquí ya no será necesario ningún tipo de sanción para ella.
---¿Qué es lo que ha pasado?
Interrogue al hombre, él cual carraspeo antes de volver a hablar.
---Ha golpeado a otra de las estudiantes, mejor dicho ambas han peleado hasta los golpes.
Aquello no era para sorprenderse, además eso explicaba aquél asunto del golpe en su cara y los rasguños en su cuello.
---¿Y usted no piensa imponerle algún tipo de castigo?
Escupi molesto.
---No, pero..
---¡Pero nada! quiero tareas y clases extra para ella, además quiero que este vigilada todo el tiempo que esté aquí¿He sido claro?
Me levanté de la silla y golpee el escritorio del director con ambas manos, haciendo que éste se asustara.
---Si...si, señor Deluxo lo que usted diga.
Las donaciones que yo daba a esta institución eran bastante jugosas.
---Bien, disculpe mi falta de autocontrol, pero aquella niña pide a gritos ser corregida.
Hablé ya más calmado.
---Ti..tiene toda la razón señor Deluxo.
El director aún seguía nervioso.
---Gracias, con su permiso me retiro pero eso si, cualquier cosa que suceda con Sofía, no dude en hacermelo saber.
---Pierda cuidado señor Deluxo, que tenga buen día.
---Usted también.
Esperaba que aquello mantuviera a Sofía lo suficientemente ocupada como para que volviera a hacer algo estúpido.
Saludos.
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Si comentan este capítulo prometo un maratón.
Besos
xoxox