Inalcanzable | DESCONTINUADA

wildssoul

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Continuación de "Inevitable". Se recomienda leer en orden. ------------------------ Las cosas no son fáciles... Еще

Prólogo
[PLAYLIST]
1| Rompiendo las reglas.
2| Sentimientos encontrados.
3| Más sensaciones extrañas.
4| Otro hombre lobo.
5| Cuarta vez.
6| Sorpresas y... ¿Sentimientos?
7| Pista de patinaje.
8| Tercer beta.
9| Asesinato.
10| Besos.
11| Kanima.
12 | La prueba.
14 | Pista equivocada.
15 | Paralizados.
16 | Prisión en el bosque.
17 | Día de campo.
18 | Problemas.
19 | Votos de confianza.
20 | El kanima ataca de nuevo.
21 | Guerra.
22 |El títere y el titiritero.
23 | Noche en casa de los Stilinski.
24 | El plan.

13| Estrategias.

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wildssoul

13| ESTRATEGIAS.

No sé cómo, pero de alguna forma, siento que el suelo se mueve a mi alrededor. Lo que es raro, porque ni siquiera sé dónde está el piso. Lo único que veo son pequeños fragmentos de colores, de todos ellos. No hay ninguno igual. De alguna forma, algún verde es distinto que el otro, algún azul es más claro, y algún amarillo es más brillante. Y todos ellos me provocan sensaciones distintas, lo cual es aún más extraño, porque ni siquiera siento mi cuerpo. Son sensaciones que hacen que sienta que la cabeza (o lo que supongo que es mi cabeza, porque solo distingo dolor), me explote.

Dios, es como miles de martillos golpeándome en la cabeza, como si quisieran abollarla.

¿Vieron el sonido que hace la televisión cuando no hay un canal disponible? ¿Cuándo se pone en gris? Bueno, para empeorarlo todo, esos malditos e irritantes sonidos comienzan a atacarme, empeorando todo.

Comienzo a tener conciencia de mi cuerpo, y siento otro tipo de presión sobre mi cabeza, uno que no es efectuado por los miles de colores. Lo que parecen horas después comprendo que soy yo misma, haciendo presión con mis manos en mi cabeza. No sé si de esa forma el dolor frena, porque al parecer estaba muy inconsciente cuando las coloqué allí, pero temo quitarlas y que esto empeore, por lo que las dejo ahí, incluso haciendo más presión que antes.

El sonido irritante comienza a disminuir, pero es intercambiado por otro. Una voz. ¿Qué dice? ¿Mía? ¿Liam?

Lía, pequeña idiota.

Mi nombre hace eco entre mis oídos, y... ¿Esa es la voz de Stiles? Escucho un poco más. Sí, definitivamente es la voz de Stiles.

Los colores comienzan a desaparecer, y las punzadas en mi cabeza son menos dolorosas, hasta que desaparecen casi por completo. Suelto el aire que contenía con mucho esmero y disminuyo un poco la presión de mis manos sobre mi cabeza.

La voz de Stiles comienza a perder el eco y a hacerse más clara. Mi respiración, (que ahora noto está acelerada), comienza a disminuir un poco, y me permito abrir los ojos. Rápidamente levanto la mirada en busca de Stiles. Al momento encuentro su cara y la de Scott (quien también mueve los labios, pero extrañamente solo escucho a Stiles), soy suficientemente rápida para notar cómo sus expresiones pasan de preocupadas a sorprendidas.

—¡Wow!—suelta Stiles, moviendo sus manos frente a su cara de una forma extraña.

—Lía... Tus ojos...

—Oh, lo siento —aprieto mis ojos fuertemente y luego los abro.—¿Mejor?

Niegan.

—Diablos.

Cierro mis ojos otra vez, pero no puedo hacer que pierdan ese brillo. Sé lo que sucedió: perdí el control. Y aún no lo recupero.

El esfuerzo solo me causa más dolor de cabeza, por lo que suspiro y abro los ojos rendida.

—Lo siento, no puedo pararlo.

—Hey, está bien —dice Stiles, y coloca una mano sobre la mía, la cuál descansa en el suelo.

Me permito relajarme ante el tacto de Stiles y cierro los ojos mientras asiento. Unos segundos después los abro nuevamente.

—¿Lo ves? Ya pasó —asiento calmandome un poco—.¿Desde cuándo puedes hacer eso?—pregunta Stiles.

—Lo descubrí ésta mañana.

—¿Eso era lo que querías contarnos?

—Eso y algunas cosas más, pero ahora necesito que ustedes me cuenten a mí. ¿Por qué estamos en...—escaneo el lugar: casilleros, una pequeña luz matutina. Yo estoy sentada con la espalda media apoyada en un casillero y Stiles y Scott están arrodillados en frente mío.—... Los vestidores? ¿Y por qué en el de los chicos?

—¿No recuerdas nada?—pregunta Stiles preocupado.

—Ehh... No mucho, sólo que--¡Oh por Dios! ¡Lydia!

—Está con Allison. Quisieron venir también, pero pensamos que Lydia no debía de ver esto y que alguien necesitaba cuidarla —responde Scott.—Debemos encontrarnos con ella en la oficina del entrenador.

—Hicieron bien. Vamos —digo levantándome.—Luego tendremos tiempo para hablar sobre esto —espero.

Los tres vamos casi corriendo hacia la oficina del entrenador, donde dentro ya está Allison.

—¿Y Lydia?—pregunto al mismo tiempo que ella pregunta «¿qué te pasó?»

—Nada.

—En el baño —contesta al mismo tiempo.

—Derek está afuera esperando a Lydia.

—¿Para matarla?—pregunta mi mejor amiga.

—Si cree que es el kanima, sí, más después de lo que pasó en la piscina.

—¡Ella no es el jodido kanima, Scott!—exploto mientras camino en círculos.

—Lía, no pasó la prueba. No sucedió nada.

—No es ella —dice Stiles, y me alegro de que concuerde conmigo.

—Conozco a Lydia, ¿sí? Y ella no es una asesina.

—Eso no importa porque Derek cree que es ella. Así que, o lo convencemos de que está equivocado, o buscamos una manera de protegerla.

—No creo que vaya a hacer algo aquí. No en la escuela.

—Eso nos da un poco de tiempo para pensar en algo.

—No mucho —me contradice Allison.—¿Y después de clases?

—Demonios —murmuro, y pateo el escritorio del Coach.

—Hey, tranquila —murmura Stiles y me abraza por detrás. Asiento y ambos nos alejamos del escritorio.—¿Y si lo convencemos de que está equivocado?

—¿Antes de las tres?—pregunto. Suena imposible.

—Puede haber algo en el bestiario —sugiere Allison.

—Ah, ¿el libro de 900 páginas en latín que no podemos leer? Buena suerte con eso —al instante me doy cuenta de que lo dije más fuerte de lo que debería.—Lo siento, es que todo esto... —no continuo la oración.

—Está bien, pero de hecho... Creo que tengo a alguien que puede traducirlo.

—¿En serio?—pregunto asombrada.—¿Quién?

—Creo que la señorita Morrell sabe algo de latín.

—Yo puedo hablar con Derek e intentar convencerlo de que nos dé una oportunidad de probar que no es ella.

—Déjame ir contigo —le pido, y tres pares de ojos sorprendidos se posan en mí.

—¿Qué?—sueltan los tres al unísono, como si estuvieran programados para hablar juntos y con el mismo tono. Pongo los ojos en blanco.

—Que me dejes ir contigo. No, ni siquiera sé por qué te lo estoy pidiendo; iré contigo.

—De ninguna manera —dice Scott.

—¿Estás loca?—me pregunta Stiles.

—¿Por qué quieres ir a ver a Derek?—pregunta ésta vez Allison. Todos al mismo tiempo.

—Si tengo el don de algo, es convencer a la gente y hacer sentir culpable a alguien.

—No es verdad —dice Stiles.

—Te convencí para que coquetearas con Danny, ¿recuerdas?

—Pero... Eso era diferente —se justifica al instante.—Yo tenía sentimientos por ti en ese momento, y lamento desilusionarte pero no le gustas a Derek.

—Tampoco le gusto a Lydia y la convencí para que dejara de llorar y saliera del baño. Sólo déjenme intentarlo, ¿sí? Es por nuestra amiga, y cada opción es valiosa.

—No es una buena idea —dice Stiles, a la vez que Scott suelta un «está bien».—¿Qué? ¿Escuché bien? ¿Dijiste «está bien»?

—Lía, prométeme que si sucede algo me dejarás manejarlo, ¿sí? Todos ustedes.

Asiento.

—Sigo sin estar de acuerdo —se queja Stiles.

—Estaré bien —murmuro acercándome.

—¿Y qué si no? Es un alfa, Lía.

—Lo sé, pero Scott no dejará que me haga daño, yo no dejaré que dañe a Scott.

—¿Por qué siempre tienes ese estúpido instinto de correr hacia el peligro?

—No corro hacia el peligro —contesto ofendida.

—Sí lo haces, y no me alcanzarían los dedos de ambas manos para contar cuántas veces lo has hecho. Y la verdad es que mientras tú--tomo su rostro entre mis manos y lo beso.

Pero no cualquier beso. Ese que explica, que pase lo que pase volveré con él. Que nada nos puede separar.

Se nos acaba el aire y ambos nos miramos respirando agitadamente.

—Estaré bien —digo en un susurro.

—¿Y qué si no?—pregunta de la misma forma.

—Entonces será mejor que te dé un buen beso de despedida —sonrío pasando mis manos detrás de su cuello.

—¿Crees que puedes comprarme con un beso?

—¿Acaso no puedo?—pregunto con una sonrisita que él no me ya que dirijo mi boca hacia su oído.

—No —contesta con voz aguda.

—¿Ah sí?

Inhalo cerca de su oreja y bajo mi nariz hacia su cuello, haciendo un camino por éste.

—Lía.

—¿Sí?

De un brusco tirón en mi cintura hace que quedemos cara a cara otra vez, por lo que lo veo sorprendida.

—Bésame de una maldita vez.

Sonrío y solamente nos separamos cuando sentimos nuestros pulmones arder. Me doy la vuelta, y noto que ahora Alli tiene una ballesta cargada en su mano.—No sé de dónde salió eso ni quiero saberlo. Escuchen, mi madre tiene turno en el hospital, y mi casa es la que más cerca está de la escuela —rebusco en mi bolso hasta que encuentro las llaves de mi casa y se las lanzo a Allison.—Vayan allí luego de la escuela, y recuerden sacar la llave de emergencia debajo de la primera maceta de la derecha, ¿de acuerdo?—Scott y Allison asienten, y supongo que Stiles también lo hace detrás de mí.

—Bien —dice Scott.—Tenemos hasta las tres. Lía, tenemos que armar un buen argumento.

—Descuida, ya lo tengo en mente.

Tomo mi bolso y sigo a Scott hacia la puerta, pero antes de salir, el moreno me empuja bruscamente contra la pared.

—¿Pero qué...?—comienzo a preguntar, y me callo cuando veo que el chico sostiene una flecha a milímetros de su cara.

Todos nosotros dirigimos nuestra vista hacia Stiles, quién tiene la ballesta en su mano y nos mira entre sorprendido y culpable.

—Yo... Lo siento. Es que... Tiene un gatillo sensible.

Pongo los ojos en blanco y jalo a Scott fuera de la habitación.





🌙 🌙 🌙 🌙 🌙




—Wow —dice Scott mientras salimos de la escuela. Hemos estado practicando qué cosas vamos a decirle a Derek, porque por alguna razón siento que la cosa va a estar difícil.

—Te lo dije —contesto orgullosa.—¿Dónde está Derek?

—En el mismo lugar que antes, espero.

Ambos comenzamos a caminar hacia allí rápidamente, y distingo una silueta a lo lejos.

—Gracias a... —mientras más nos acercamos, noto que no es Derek.—La re concha de la lora.

—¿Eso es español?

—Algo así.

Mientras más nos acercamos, distingo a Boyd.

—¡Queremos hablar con Derek!—le grita Scott cuando aún nos falta un tramo para llegar.

—Hablen conmigo.

—Querido, queremos al alfa, no a la copia barata. Aunque podrías haber sido la Barbie Puta, esto es una mejora.

Aunque no miro a Scott, sé que me reprende con la mirada.

—No queremos pelear —le dice al moreno.

—Qué bueno —dice cuando ambos nos paramos frente a él.—Porque te doblo en tamaño.

—Cierto. Eso es muy cierto. ¿Pero sabes qué?

Scott me empuja sutilmente hacia atrás, y estoy segura de que le pateará el trasero a Boyd.

—Yo soy más rápido.

Scott lo taclea y ambos caen al suelo. Los dos se levantan rápidamente y cuando parece que Boyd va a devolverle el ataque, la voz de Derek se oye, haciendo que suelte un par de maldiciones en español y que dé un salto por su repentina aparición.

—Ella no pasó la prueba.

—Eso no demuestra nada —dice Scott.—Lydia es diferente.

—Lo sé. De noche se convierte en una serpiente asesina.

—Que no es muy diferente de lo que tú haces en luna llena, ¿verdad?—contraataco.

—Hay una diferencia: nosotros podemos controlarnos, ella no.

—Pues enséñale, maestro del control —digo irónica, aunque va en serio.—No necesitas matarla, puedes ayudarla.

—Un kanima no puede ser controlado.

—Debe haber una forma —insisto, y decido comenzar con el plan.—¿Qué si hubiera sido Isaac? ¿O Érica? ¿O Boyd? ¿Scott? ¿O yo? ¿También nos matarías a nosotros? Lydia no pidió nada de esto. Ni Scott ni yo lo hicimos. Todo es culpa de tu tío psicótico y por ende es tu deber arreglarlo —su rostro se ensombrece ante la mención de Peter. Bingo.— Pero, ¿realmente vas a matarla? ¿Vas a hacer lo mismo que Peter?

—Es diferente —justifica con voz ahogada.

—No lo es. Quieres matar a una pobre adolescente que no tiene la culpa de nada, que es lo mismo que intentó hacer Peter. ¿Qué? ¿Vas a terminar el trabajo?

Su mirada se ensombrece un poco más, pero luego sucede lo que no tenía que pasar: Derek se dio cuenta de mi juego. Me mira, prácticamente echando fuego por los ojos, y yo intento no dejarme intimidar, aunque ya perdí el valor que había juntado.

—¿Quién dijo que yo voy a hacerlo?

Frunzo el ceño y comparto una mirada consternada con Scott. De repente me doy cuenta de lo que quiere decir, y rápidamente volteo hacia la escuela. Oh, mierda. Oh, mierda. Oh, mierda. Siento los latidos de mi corazón acelerarse y de repente mi boca se seca.

Scott y yo nos miramos, y doy un paso hacia atrás, dispuesta a darme la vuelta y comenzar a correr como desquiciada, pero antes de que pueda hacerlo, algo jala de mi tobillo hacia abajo, haciendo que caiga hacia atrás, golpeándome la cabeza y la espalda contra el duro suelo.

Aprieto los ojos con fuerza debido al dolor y suelto una especie de jadeo. Siento a alguien hacer lo mismo a mí lado.

—No sé por qué sienten que deben proteger a todos ahora.

Abro los ojos y siento que todo gira. Con esfuerzo giro mi cabeza hacia el lado derecho, y me encuentro a Scott tumbado a mi lado.

—Lydia ha matado gente, y lo hará de nuevo y la próxima vez será uno de nosotros.

—¿Y si te equivocas?—le pregunta Scott.

—La mordió un alfa. Es ella.

Pese al mareo, apoyo mis codos en el suelo y luego recargo mi peso en ellos.

—Pues, ¡sorpresa, Derek! Porque yo también fui mordida por un alfa. ¿Me convierto en un lagarto asesino? No. Jackson también fue mordido, y sin embargo no lo he visto matando gente últimamente, ¿tú sí?

—¡Eso es porque quién ha estado matando gente es Lydia!

—¡No lo sabes con exactitud!—suelto exasperada, y el grito aumenta mi dolor de cabeza.

—Tú viste a esa cosa a los ojos —le dice Scott.—No es como nosotros.

—¡Sí lo es! Todos cambiamos de forma. No sabes a qué te enfrentas. Sucede de vez en cuando y por una razón.

—¿Qué razón?

—A veces la forma que tomas refleja la forma que eres.

—Lamento desilusionarte, amigo, ¡pero Lydia no es una asesina, por el amor de Dios!—grito ya exasperada. Finalmente me siento y el mareo aumenta, por lo que cierro los ojos con fuerza.

Cuando los abro, Scott ya está parado. Yo también lo hago con su ayuda.

—Incluso dijiste que es fría y ruda —me dice Derek.

—Si vas a escuchar conversaciones ajenas, hazlo bien; dije por fuera.

—¿Y si ella es inmune? ¿O si es otro tipo de criatura inmune al veneno de kanima?

—¡Nadie es inmune! Jamás lo he visto u oído hablar de ello.

—Entonces dime, genio de las criaturas sobrenaturales, ¿has oído sobre mí?—Derek no contesta.—No. No lo sabes todo.

—Pero eso jamás ha pasado.

—Pasó con Jackson —le dice Scott.

Comienzo a atar cabos, y cuando lo hago, miro a Derek con los ojos ardiendo en furia.

—Es por eso que le hiciste la prueba, ¿no? Porque le diste lo que quería.

—Lía--

—No —lo callo.—Peter dijo que si la mordida no te fortalece, te mata. ¡Esperabas que muriera! Pero no sucedió, ¿verdad? Y no sabes por qué —termino satisfecha.

—No —admite.

—Pues yo tengo una teoría, genio. Lydia es inmune y de formas que no explicaré ahora se lo pasó a Jackson. Algo así como el sida pero muchísimo mejor. Y sabes que tengo razón.

—¡No!—grita Derek, y está tan cerca de mi cara que doy un respingo por el susto.

—¡No puedes hacer esto!—le grita Scott.

—¡Tampoco puedo dejarla vivir!

—¡Pero no puedes matarla si no estás seguro!—chillo y aprieto mis manos a los costados de mi cuerpo.—¡¿Qué pasaría si no es ella?! ¡¿Qué pasaría si luego de que la matas el kanima aparece otra vez?! Yo te diré lo que pasaría: ¡matarías a una adolescente inocente!

—Y si ella es el kanima, salvaría a miles de adolescentes inocentes.

Aprieto aún más mis manos a los lados de mi cuerpo y siento el enojo fluir por mi cuerpo. Un enojo diferente al que sentía a los 13 cuando no me dejaban salir con mis amigas. Un enojo igual que cuando vi a Derek hiriendo a Scott. Él no puede matarla. La sola idea de Derek matando a Lydia me provoca terror, pero también me provoca algo más. Una ira más fuerte que toda la tristeza o el terror que ese pensamiento infunde.

No necesito un espejo para saber que sucedió. Lo sé por mí misma, pero los rostros de Derek y Boyd me confirman que los ojos que les devuelven la mirada son de un celeste brillante. Un trueno —que probablemente sea el más fuerte que oí en mi vida— suena, y de repente, comienza a llover. Lo sé porque Boyd y Derek comienzan a mojarse, pero lo extraño es que yo no siento la lluvia.

—Lía, tienes que parar —me susurra Scott.

—¿A qué te refieres?—pregunto volteando mi cabeza para verlo. Para mi sorpresa, cuando lo hago, él tampoco está mojado.

Con el ceño fruncido observo hacia arriba, y mis ojos se abren como platos al notar que las únicas gotas que caen lo hacen sobre Boyd y Derek. Miro hacia atrás para confirmarlo, y detrás de mí tampoco hay una gota de agua, es más, hasta hay más sol que antes. El único nubarrón gris está sobre Derek y Boyd.

—Lía —insiste Scott.

—No sé cómo pararlo. Ni siquiera quise que sucediera.

—Piensa en algo que logre calmarte —dice Derek, quién parece estar más preocupado porque alguien vea algo y no por mojarse, al contrario de Boyd.

Cierro los ojos. ¿Qué logra calmarme? ¿Qué es lo que hago cuando estoy enojada o triste? La respuesta es casi instantánea: voy con Stiles. Stiles me guía, de alguna forma me ayuda a seguir en mi camino. Stiles es la luz en la oscuridad. Stiles es mi ancla.

Pienso en los momentos felices que pasamos juntos. Cuando me consoló por Logan e hicimos una tarde de películas, cuando nos besamos, cuando me pidió ser su novia, cada vez que se preocupó por mí, cada palabra o frase que produjo un revoltijo en mi estómago...

Me relajo, y siento la ausencia de poder.

Abro los ojos, y ahora el cielo está completamente soleado.

—¿Qué fue eso?—me pregunta Derek.

—No te importa —respondo seca.—No vas a desistir con lo de Lydia, ¿verdad?—pregunto y no obtengo respuesta. Comparto una mirada con Scott.

—Esperábamos poder convencerte pero... No creíamos que lo lograríamos.

Derek nos mira con el ceño fruncido.

—¿Qué quieres decir?

—Eso tendrás que averiguarlo —contesto con una sonrisa de satisfacción y le guiño el ojo.

Con Scott nos damos vuelta y comenzamos a caminar hacia la escuela.

Siento una mano tirar de mi brazo derecho, y cuando me doy vuelta veo Boyd. Rápidamente y sin darle tiempo a reaccionar, agarro su brazo con mi mano derecha, mis ojos se iluminan y su brazo comienza a cubrirse por una gruesa capa de hielo. Nos quedamos unos segundos mirándonos fijamente a los ojos, y finalmente desiste y suelta mi brazo.  

Con Scott corremos hacia adentro, y una vez allí nos dirigimos hacia el estacionamiento.

—Sólo tengo mi bici. No sé cómo vamos a hacer.

—Tranquilo, le robé las llaves del Porshe a Jackson.

Scott me mira, sin saber si hablo en serio o no, y finalmente dice:—Cool.

Asiento y seguimos corriendo.

—¡McCall!—grita alguien cuando pasamos por el corredor de los vestuarios de los chicos.

—Es el entrenador —me dice Scott.—Adelantate. Yo iré tan pronto como pueda.

Asiento y me doy vuelta para volver a correr.

—Y, Lía —me volteo a mirarlo.—Cuídate.

Sonrío y le guiño un ojo.

—Siempre.







🌙 🌙 🌙 🌙 🌙





Teniendo en cuenta que jamás había conducido un Porshe en mi vida, es un gran logro para mí llegar a mi casa en diez minutos.

No veo a nadie afuera aún, por lo que bajo rápidamente y toco repetidamente la puerta de en frente.

—¿Quién es?—pregunta Stiles al otro lado de la puerta.

—Yo.

—¿'Yo' quién?

—Tu novia, la que te pateará el trasero si no abres.

Treinta segundos después estoy dentro.

—¿Y Lydia?—les pregunto inmediatamente a mi mejor amiga y a mi novio.

—En tu habitación, con Jackson. Él dijo que tenía que hablar con ella sobre algo.

—¿Qué hace Jackson aquí?—pregunto confundida.

—Nos atrapó a medio camino y dijo que quería venir —cuenta Allison.—No le dijimos nada porque creímos que cuánta más ayuda mejor.

—El problema es que no sé si será de ayuda realmente.

—Lo de Derek no funcionó, ¿verdad?—me pregunta Stiles.

—Es un asesino y nadie puede cambiar eso.

—¿Y qué haremos ahora?—pregunta Allison, y los tres compartimos una mirada cargada con miedo.

Finalmente soy yo la que habla, y cuando lo hago, mi voz sale con un valor que no sabía que tenía. —Peleamos.




















No les dejo una nota larga porque son las 2:15 y me estoy muriendo de sueño. Perdón por este capítulo tan caca y todavía no puedo creer que mi bebé cumple 26 hoy me morí

Love ya xx

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