Narra Sofía
---Hija!!ya despierta o llegarás tarde a clases.
---No mamá hoy no quiero ir.
Odiaba al colegio pero el colegio me amaba a mi.
Y si, soy la más popular y hermosa del instituto pero realmente eso no me importaba demasiado.
Lastimosamente somos pobres, mi mama es la mucama de un guapísimo millonario, es una pena que él solo se la pasé viajando, bueno gracias a eso puedo aparentar ser la dueña de esta casa.
Yo estudiaba en uno de los colegios más caros del país y siempre vestía a la moda, el auspiciante de todo esto pues era de quien he estado hablando hasta ahora.
¿Qué como era él?
Bueno aparte de que estaba podrido en plata era un adonis, aunque solo lo había visto en persona un par de veces y de forma bastante rápida, y eso era porque se la pasaba viajando la gran parte del tiempo, pero en la televisión siempre lo podía ver debido a su gran éxito en el campo empresarial.
Ayer leí un artículo en una revista acerca de él, en donde se decía que era un mujeriego, un completo don Juan, se lo había relacionado con las mujeres más hermosas del mundo pero eso si, aún era uno de los solteros más codiciados del momento.
---Sofía!!!!ya sal del baño, llevas horas ahí.
Esa era mi mamá otra vez, ambas vivíamos en la hermosa casa de Deluxo, sabía que apreciaba bastante a mi madre y la ayudaba económicamente ya que solo eramos ella y yo, a mi padre nunca lo conocí.
----Ya voy!!!
Grité!!
Me puse el uniforme del colegio, claro el mío tenía varios retoques hechos por mi obviamente, ya saben para resaltar mi figura.
Tomé mi mochila rápidamente y bajé las gradas.
---Estaba por llamar a la grúa.
Dijo mi madre al verme aparecer en la cocina.
---Muy chistosita.
Le respondí sarcástica.
---Mejor siéntate y come.
---Nop, ya debo irme estoy bastante atrasada.
La bese en la mejilla, tomé una manzana y salí corriendo como alma que lleva al diablo.
Llegué al instituto como todos los días, Charles era el chófer que me traía siempre porque de regreso mi novio iba a dejarme a casa.
Entré al colegio y me dirigí a mi casillero, todos me saludaban pero yo no a nadie.
---Sofía, nena...que sexy te ves hoy.
Era mi novio Alexander quién me hablaba al oído.
Voltee a verlo ya que estaba a espaldas de él.
---Sí, ya lo sabía.
Le guiñe un ojo.
Justo sonó el timbre que indicaba que debíamos ir a clases.
---Te veo luego.
Se despidió después de darme un pequeño beso.
Caminé hasta el aula en donde tendría clases y al entrar como siempre todos me miraron.
Yo siempre llamaba la atención.
¿Ya vieron lo sexy que esta hoy Sofía?
No hay mujer más hermosa que ella, quisiera darle y no consejos...
Eran los típicos comentarios de varios de mis compañeros.
Pasaron las dos primeras horas de clase y moría de aburrimiento.
Ahora entrariamos a tercera hora.
---Buenos días con todos.
Era el maestro de matemáticas, Josue Cooper.
Era joven y estaba buenísimo, bastante comestible pero tenía un genio de perro además de que tenía fama de amargado.
Después de otra aburrida clase sonó el timbre indicando la finalizacion de ésta.
---Srita Sanders, por favor quédese un momento necesito hablar con usted.
Bufé por lo bajo ¿Y ahora que quería?
Me quedé como me lo pidió mientras que lo observé cerrar la puerta del aula con seguro, volvió a su escritorio y yo me pare frente a el cruzandome de brazos.
--- Y bien, ¿Qué es lo lo que quiere decirme?
Pregunté fastidiada.
---Sus notas han bajado considerablemente, me temo que pueda reprobar mi materia.
Dijo mirándome bastante serio, yo por mi parte le sonreí con malicia.
---No se preocupe eso no pasará, y si no tiene nada más para decirme me retiro así que con su permiso..
Estaba por irme cuando Josue me tomó del brazo haciendome girar.
---No Sofía, espera.
Me detuve.
---¿Sí?
Pregunté confundida.
---Quiero que se repita lo del otro día.
Me solté de su agarre y volví a sonreír.
---¿Ah..si? la verdad es que no sé de qué me habla.
Me miró visiblemente fustrado.
---Desde ese día que hicimos el amor, no puedo sacarte de mi cabeza.
Vaya, no esperaba esta confesión..bueno a decir verdad, si.
Se acercó a mi, tomándome por la cintura.
---Me pones tan caliente.
Me susurró en el oído mientras empezaba a besar mi cuello.
---Qué falta de ética tienes, en fin hoy no me apetece tal vez otro día...querido profesor.
Dije sepandome de él.
---No juegues conmigo Sofía..te lo advierto.
Odiaba que me amenazaran.
---No me jodas porque con el tronar de mis dedos te puedo mandar a la cárcel por pedofilo.
Se quedó pasmado.
---No serias capaz..
---El profesor Cooper me obligó a... hacerlo yo no queria, le dije que paré pero él no me hizo caso..y me violó.
Fingi con voz lastimera y empecé a sollozar..para después empezar a reírme a carcajadas.
Era muy buena con eso de la actuación, se me daba bastante bien.
Josue por su parte me miraba incrédulo.
----Dios!!!estas loca!!
Exclamó alterado.
---Sí...es lo mismo que dice mi psicológico ¿Pero qué acaso no hay un dicho que dice que las mejores personas lo están?...En fin me largo, cuidece, profesor.
Me acerqué a él para besarlo en la mejilla pero este quitó el rostro evitando que lo haga, sonreí ante su gesto.
Me dirigí a la puerta y salí del aula.
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---¿Iras a la fiesta de Lucas esta noche?
Era Lucía, mi mejor amiga.
---Claro que si, nos vemos en la noche.
Cerré la llamada y me acosté en mi hermosa cama.
Iría con Alexander a aquella fiesta, Lucas era uno de sus mejores amigos.
Llegada la noche, mi novio me envió un mensaje diciendo que pasaría por mi a las 8pm y que estuvese lista.
Había cenado con mi madre y le dije que iría a una fiesta.
Ella era bastante comprensiva en ese aspecto, decía que disfrutará de la vida así como a ella le hubiese gustado hacerlo, sus tiempos de juventud fueron otros.
Sonó el celular y enseguida supe que era él.
---Estoy afuera, nena.
---Ok, ya bajo.
Me había puesto una minifalda, una blusa de tiras sin brazier y una chaqueta de jean encima.
---Adiós mamá, te quiero.
---Cuidate, por favor.
Respondió mi madre y salí de la casa.
Me subí al auto de Alexander y éste arrancó.
---¿Te sientes traviesa hoy?
Alexander me miraba con lujuria y ponía su mano en una de mis rodillas mientras manejaba.
---No, tengo el periodo.
Dije sacando su mano de mi pierna.
---Tu sabes que eso a mi, no me importa.
Hice una mueca.
---Eres un asqueroso.
Se carcajeo.
Llegamos a la dichosa fiesta, en donde había lo típico ya saben, música alcohol, sexo y drogas.
Aquella noche no pasó nada interesante hasta que llegué a casa.
Sigilosamente entre por la cocina, encendí una de las luces, tomé un vaso de agua y me quedé ahí unos minutos, eran más de las 3 am.
Aveces solía ir hasta la habitación de Dorian, me gustaba imaginar que lo encontraría allí, pero hasta ahora aquello nunca había sucedido. Había decido ir a su habitación hoy, el solo hecho de estar ahí era excitante.
Subí hasta el tercer piso y me adentre en que la que era su hermosa habitación, era enorme y tan masculina. Me acosté en su cama sintiendo la suavidad de las sabanas de seda, se podía percibir su delicioso perfume.
Él si era un hombre de verdad no como todos los idiotas que había conocido hasta ahora, que decían llamarse hombres.
De repente escuché que alguien estaba por abrir la puerta, me quedé petrificada y no hice el mas mínimo intento siquiera de moverme de mi sitio.
Aquella persona entró, encendió la luz y se acercó a mi.
---¿Quién eres tú y que haces en mi cama?
No podía creerlo, era él, era el mismísimo Deluxo, intenté hablar pero las palabras no salían de mi boca.
---Yo...solo..
Me levanté de inmediato de la cama notando que él se tambaleaba, me fijé mejor y me di cuenta que tenía una botella en una de sus manos.
---Sí no respondes, me temo que llamaré a la policía.
Para estar borracho se veía muy serio.
---Soy Sofía, mucho gusto.
Le extendí mi mano en forma de saludo pero éste solo me dejó con la mano extendida, me miró de pies a cabeza y sonrió.
Wow, era hermoso, era el hombre más guapo que yo haya conocido.
---Bien Sofía, ¿Puedes hacer algo por mi esta noche?
Mi corazón empezó a latir más rápido, haría lo que me pida sin rechistar.
---Claro que puedo.
No esperé más tiempo y lo empuje haciéndolo caer en la cama, puse mis piernas alrededor de él para después empezar a besarlo apasionadamente.
Sus labios eran suaves pero sus besos eran salvajes, su aliento a licor me volvía loca, no podía creer que esto estuviera pasando, había fantaseado tanto este momento pero sin duda esto mucho mejor de lo que había imaginado.
Sentía sus manos acariciar todo mi cuerpo al mismo tiempo que lo escuchaba gruñir.
Me gustaría decir que aquél día pasó algo más entre nosotros pero no fue así, porque en cuánto empecé a quitarme la ropa él se quedó completamente dormido, y yo luego de sacarle la ropa me acosté alado suyo mirándolo fijamente, hasta dormido era condenadamente sexy.
Creó que lo observé más de media hora hasta que el sueño por fin me venció.
En galería la guapa Sofía Sanders.
Espero les haya gustado este capítulo, voten y comenten.
Xoxo