-Mmm....-Mario miro a sus lados.-Yo no veo a ninguna chica tuya por aquí.
Sebastián río y dio un largo trago a su bebida. Se veía qué estaba ahogado en alcohol, los primeros botones de su camisa gris estaban desabrochados y su cabello algo más despeinado de lo normal.
Camino un poco hasta mi y beso mi mejilla durando un poco más de lo que amerita la acción.
-Hola mi preciosa ___tn.-susurró.
Mario se tensó al instante, Sebastián pasó a un lado de el chocando levemente su hombro. Mario intento abalanzarse contra el pero lo tome de el brazo deteniéndolo.
-No... solo está borracho.- inquirí.
Me miró y asintió.
-Vamos a tomar algo, ven.-jalo de mi mano y caminamos hasta la barra. Después de un rato encontramos a Stephanie, Mauricio, Juanpa, Arango y otro chico que si no me equivoco se llamaba Mario Ruiz. Estábamos sentados en el patio mientras bebíamos y platicábamos. Mario se levanto y se alejó sin decir nada, supuse qué iba a el baño así que no le tome importancia y seguí en mi mundo.
Juanpa estaba contándonos historias de su viaje a Vegas con varios de sus amigos, entre ellos Mario. No podía parar de reír, ese chico si qué era gracioso. O más bien yo ya estaba demasiado tomada y cualquier cosa me daba risa.
-Iré por un vaso más.-Stephanie asintió.
Me levante de mi lugar hacia la mesa de bebidas, y entonces Sebastián apareció de nuevo, todo fue tan extraño, se acercó demasiado rápido a mi enrollando sus manos en mi cintura poniéndome totalmente nerviosa e incómoda. Puse mi mano en su pecho para alejarlo pero me apretó más fuerte haciéndome jadear.
-Te ves jodidamente caliente esta noche __tn.-acercó su rostro a mi cuello y lo beso cortamente.-¿Por qué no vamos a mi cuarto?
Wow, ¿Que mierda acababa de decir?
-Sebastián...-lo empuje para alejarlo de mi pero claramente es más fuerte que yo.
-Vamos linda, un beso.
Tomo con una mano mi rostro e intento besarme pero me aparté, su mano apretó fuerte mi mandíbula lastimándome. ¿Qué mierda le está pasando a Sebastián?
-¡Sebastián basta!-lo empuje pero nuevamente fue inútil. Intento besarme un ves más mientras tomaba fuerte mis manos para evitar que me quitara.
-¿Dijo que la soltaras no escuchaste? ¿O es que a parte de imbecil eres sordo también?.-su voz apareció detrás y empujó a Sebastián fuerte alejándolo de mi.
Mi corazón comenzó a palpitar demasiado rápido, y mis piernas flaquearon.
-¡No me toques Bautista!.-Sebastián le grito.
-¡Quiero qué le pidas una maldita disculpa a ___tn o voy a partirte la cara Sebastián!.-Mario puso su dedo en el pecho de Sebastián amenazante y este lo quito al instante enojado.
-No estaba haciéndole nada que ella no quisiera.-Y eso bastó para qué Mario estampara su puño contra el rostro de Sebastián.
Di un grito ahogado y rápidamente intente separarlos pero fue inútil. Mario golpeaba el rostro de Sebastian y el intentaba alejarlo, algo que era inútil ya que estaba totalmente borracho. Jamás había visto a Mario tan enojado, sentí miedo.
-¡Mario basta!
Las demás personas que estaban en la fiesta llegaron a presenciar el espectáculo, pero nadie hacía nada para separarlos.
-¡Mauricio! ¡Ayúdame!
Mauricio llegó entre la multitud y al igual que Ruiz comenzaron a separarlos. Mario se incorporó y pasó su mano por su labio inferior que ahora sangraba.
Me acerqué rápidamente a él y lo tome de el brazo para atraerlo a mi. El no me miraba, seguía con la pupila dilatada desafiando a Sebastián.
-Mario tranquilo, por favor.-supliqué, pero no me miraba.
-No te vuelvas a acercar a ella Villalobos.-Sebastián no le respondió ya que estaba sangrando mientras dos chicos lo tomaban de los hombros para sostenerlo en pie.
-Mario...vámonos, por favor. Basta.-Su pecho subía y bajaba rápidamente y casi podía escuchar su corazón tan acelerado como el mío.
Mario por fin me miró, sus ojos estaban algo rojos por el coraje. Y su mandíbula seguía apretada.
-Mario escúchame por favor, quiero irme de aquí...-suplique tomando su mano pero él parecía no reaccionar. -¡Mario!.-volví a llamarlo y coloque mi mano en su mejilla. parpadeo varias veces y asintió.
-Lo siento... ¿Estás bien?.-lamió sus labios y tomo mi cara entre sus manos mirándome fijamente.
-Si... solo quiero irme ya.-respondí. Mi corazón estaba acelerado y mis piernas continuaban temblando. Solo quería irme de esta jodida fiesta.
Asintió mirando hacia atrás.-Vámonos.-tomo mi mano y salimos de ahí rápidamente. No quería estar ni un segundo más en el mismo sitio que Sebastián.
Mario abrió mi puerta para que entrara y luego entró el. Cerró las puertas con seguro y comenzó a conducir. Tan pronto estuvimos dentro casi me ahogaba en la tensión de el momento.
No hablamos en todo el camino, Mario apretaba el volante con fuerza, parecía seguir enojado. Y yo al igual seguía sintiéndome asustada.
Al llegar a mi casa abrió de nuevo mi puerta y caminamos hasta la entrada. Recordé qué estaría sola y era lo último que quería ahora.
-Mario, quédate conmigo.-hable y el me miró.-mis padres no están... y no quiero estar sola.
-De acuerdo.-respondió y me dedico una sonrisa haciéndome sentir aliviada.
Entramos a casa y cerré con llave. Mario camino adelante mientras miraba las fotografías en la pared. Era extraño tenerlo en casa después de tanto tiempo.
-Iré por el botiquín para curar tu labio, está sangrando.-Camine hasta el baño y lo tome sin esperar respuesta de Mario.
Salí de el baño topándome con el, me miró y tome su mano para guiarlo al sillón. Tome asiento justo frente a él y saque el algodón junto con algo de alcohol.
-¿Segura qué Sebastián no te hizo nada?.-habló mientras miraba cada uno de mis movimientos con detenimiento.
-Estoy bien, gracias por defenderme Mario.-respondí sonriéndole.-no creí que el fuera así.
-Te dije que no te acercaras a él.
-Lo siento.
-El... ¿él te gusta ___tn?.-cuando dijo eso reí mentalmente. Tomé el algodón y lo presione con cuidado sobre su herida haciéndolo gruñir.
-El no me gusta Mario, y ahora.-reí.-creo que jamás lo hará. Parecía un buen chico.-volví a mojar el algodón con alcohol.
-No quiero que te vuelvas a acercar a él... no quiero que te pase nada ___tn.-levante la mirada topándome con la suya y mi corazón se volvió loco.
-Tú estarás ahí para cuidarme ¿no?.-Susurré. El sonrío.
-Siempre.-susurró de igual manera y se acercó un poco más a mi.
Quedamos tan cerca que podía sentir su respiración, su aliento era una mezcla de mentas con alcohol. Su cabello estaba despeinado y unas gotas diminutas de sudor bajaban desde su cuello escondiéndose en su camisa desabrochada. Mi mirada bajo a sus labios y luego a sus ojos de nuevo.
-A la mierda.-susurró.
Rápidamente acercó sus labios a los míos uniéndolos en un beso, un beso acalorado que mando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo. Sus labios acariciaban los míos dulce y calientemente sin parar.
Lancé el botiquín de mis piernas al suelo y moví a Mario sentándome a horcajadas sobre el. Con sus manos tomo mis caderas mientras seguía besándome.
Tome con mis manos su cuello y lo atraje más a mi. Sus manos subieron un poco hasta el sipper de mi vestido y comenzó a bajarlo lentamente. No lo detuve, mi cuerpo estaba ardiendo.
Subió su mano hasta mi cuello y hizo mi cabeza un poco hacia atrás dejando un hueco. Comenzó a besar mi cuello, dejando un camino de húmedos besos en el haciéndome estremecer. Sus manos regresaron al cierre de mi vestido para bajarlo por completo.
Lo tome de la camisa poniéndonos de pie.. Separó sus labios de los míos y bajo los hombros de mi vestido para quitarlo por completo dejándome solo en ropa interior frente a él. Escaneo mi cuerpo por completo sonrojándome y soltó una ronca risita. Se agachó un poco tomándome por las piernas cargándome.
-Vamos a mi habitación.-jadee mientras besaba sus labios de nuevo.
Quizá mañana me arrepentiría de esto, pero ahora no me importaba.