¯\_(ツ)_/¯ No saben cuan feliz me hace que lean esta historia, espero que les vaya gustando y... ¡Millones de gracias por los 800k (Recuerdo cuando esta historia estaba tan pequeña aún ❤) y la oportunidad brindada!😘😘😘
Acá tienen el capítulo 😘
Gail había avisado que la cena estaba servida, mamá tras un interrogatorio de quince minutos me dejó en paz, he tenido que hablarle sobre la canción que Paul ha puesto en mi lista reproducción, que mi sonrisa era por lo que dice la letra y que es muy bonita, aprovechó para peinarme e hizo una trenza suelta en mi cabello. Por comodidad, he bajado a comer en pijamas, mi comodidad es primero que la elegancia, además no tiene nada de malo, es una simple cena con mi familia. Por alguna extraña razón, en la mesa había pizza. Christian Grey, lo ha permitido, por supuesto que aproveché para hacer una que otra broma, y es que él insiste en comerla con un tenedor. Theodore hizo un resumen sobre su estadía en Savannah, sus días de trabajo fueron muy intensos, pero al final valieron la pena.
Mamá insistió en ayudar a Gail a lavar los platos que hemos ensuciado, Thed ha tenido que ir al baño, cuatro vasos de zumo le estaban pasando factura. Me he quedado con papá en la sala, se le ve inquieto y hasta estresado. El buen humor que poseía esta mañana, claramente se le ha esfumado como gota de agua en estufa caliente.
—Papá, hay un tema que prometiste tocar en cuanto Thed volviese y yo mejorara. Él está aquí y yo me encuentro en perfectas condiciones. —Gris con Gris libran una batalla. —Quiero saber quién demonios es ese Jack Hyde, la razón por la cual no nos deja en paz, necesito saberlo para comprender muchas cosas.
—Hablaremos de ello, cuando ambos estén sentados con nosotros. —Espeta totalmente serio, con los ojos muy oscuros y firmeza en la voz
Me acomodo en el sillón, él se limita a darle pequeños sorbos a la copa vino que pidió luego de cenar. Puedo percibir con claridad su molestia al tener que hablar sobre ese hombre, no le molestaría con esto, pero soy la víctima de ese infeliz, y amenaza a mi mamá. Él sabe quién soy, yo solo sé su nombre y que tiene dos hijos, es mucha desventaja para mi. Mamá regresa a la sala y toma lugar al lado de papá, él pasa su brazo sobre los hombros para apegarla más a su cuerpo. Thed aparece unos minutos después, elige el sillón unitario y enciende la televisión, deja un canal financiero, pongo los ojos en blanco, mi hermano necesita una novia, los negocios consumen su vida. Tras un reportaje sobre el alza de materiales de construcción, papá le indica que apague la televisión porque necesita hablar con nosotros, hace un gruñido por lo frustrado que se encuentra, no es para menos.
Tres miradas delicadamente profundas se dirigen a él, esperando atentos a lo que pudiese decir. Mamá le toma de la mano al notar que se encuentra nervioso, se aclara la garganta y tras un sonoro suspiro, al fin dice palabra: —He querido hablar con ustedes desde hace unos días, pero no se había podido por diversas circunstancias que estaría de más explicar. Esto es complicado, pero dije, bueno, le dije a Phoebe que hablaríamos, Ana. —Susurra con delicadeza. Ella lo mira con el ceño fruncido, pero sonriente, su sonrisa desaparece al escuchar. —Jack Hyde, está acechando a nuestra familia.
—No. —Dice, y se da aire con la mano. —Creí que lo tenías controlado, Grey. ¿Ahora, qué hizo?
—Él está en prisión, pero tiene hijos, y son ellos quienes están tras esto. La chica que gritaba en la firma de libros de Phoebe, es su hija. Y... El chico que...
—No tuve un simple desmayo, mamá. Ese día fui drogada. —Deja salir aire de forma ruidosa. —El chico se acercó a mí, advirtiendo que te pasaría... Es por tí, quieren hacerte daño.
— ¡Santísima mierda! —Grita dejándonos pasmados. —Mi hija ha estado expuesta al peligro, ¿Y qué haces, Grey? ¿Dónde está tu maldito control? ¿Esa jodida imagen de dueño del mundo? Pasas predicando que quieres protegernos, pero no controlas nada, y de paso me mienten, ocultan información...
—Tal vez, no puedo controlarlo todo, ¿Ese es mi gran error? Pues lo he cometido. Tú más que nadie sabe lo que hago para protegerlos, pero esto me rebasa, Welch nunca me dijo que el tipo ese tuviese hijos, y es que los ocultó bien. Si decidí no decir nada, fue por seguridad, Ana, te pones loca con asuntos así, solo debes verte justo ahora.
— ¿Qué se supone que haga? ¿Aplaudir a un esposo mentiroso? Mira —Le muestra los anillos que descansan en su dedo. — ¿Esto no lo vale? Confianza, Grey. La base de un buen matrimonio, pero tú me mientes. ¿Qué más ocultas? ¡Joder con toda tu mierda!
Papá se queda estático, como si le doliese lo que ella dijo. No están hablando, discuten. ¡Dios!
— ¿Qué habrías podido hacer de saberlo? Nada, Ana. ¡Carpe diem! Sigues haciéndolo, pierdo el control contigo, todo yo me voy a la mierda misma. —Despeina su cabello color cobrizo. — ¡Joder, con todo esto! Llevo días volviéndome loco, fingiendo estar bien para que no noten que en realidad estoy por colapsar. Confío en tí, Ana. Más que nadie en este maldito mundo. No me vengas con reclamos estúpidos sobre la confianza. Porque va más allá de eso, estoy moviendo Seattle y todo el país para que ustedes estén bien. Yo no soy nadie, no valgo nada, ustedes sí. Me perturba y es batiente saber que me estoy fallando a mí mismo.
— ¿Y qué? ¡Demonios, y qué! —Mamá regresa a la guerra. — ¡Son mis hijos! Merezco saber que corren peligro. Y vete a la mierda con tu auto compasión, dime todo, ¡Ahora mismo y mantén a Jack lejos!
— ¿A caso crees que no lo hago? —Se retan con la mirada, como dos leones a punto de tirarse a morir. Miro a Theodore, los observa incrédulo. Ellos no discuten, no pelean, no se gritan, ellos no son así. —Piensas que paso el día haciendo nada, pues no. Estos días he estado lejos de casa Grey, porque no voy a descansar hasta recuperar la paz.
—Mamá, papá. —Interrumpe Thed. —Los dos deben tranquilizarse. A lo que veo es un tema delicado que nos afecta a todos lo que aquí estamos... En primera, ¿Quién es ese Jack del que tanto hablan? Segundo, ¿Qué tiene contra ustedes?
Debimos haber sido gemelos, esa es mi misma duda. Me coloco justo al lado de Thed, tiene mi total apoyo en esto. Papá toma la palabra, de mala gana he de decir.
—Jack Hyde, fue jefe de su madre antes de que yo comprase la editorial. Durante ese proceso ocurrieron ciertas cosas, él quiso atacar a su madre, lo hizo, dos veces. —Cierra los ojos como si le doliese decirlo. —Secuestró a su tía Mía, intentó extorcionar a su madre. Está pudriéndose en la prisión por nuestra culpa. Ahora lo tenemos a él siguiendo nuestros pasos por medio de sus hijos. La situación que estamos pasando no es la más idónea para estar bien.
— ¡Eso es! Has aceptado la gira de Phoebe, para mantenernos alejadas. ¡Cristo mío! Con razón dijiste que sí rápido, sin rechistar ni nada, ¿Qué más ocultas, Grey? —Le mira amenazadora.
—Nada, ya está todo dicho. Jack Hyde es la razón, y esa propuesta ha llegado en el momento justo. Sirve para protegerlas, pero también para que Phoebe interactúe con aquellos que disfrutan de su escritura, al otro lado del mundo y no puedes discutirme esto, porque es lo mejor y lo sabes.
Sin mediar palabras deja la copa en la mesa y se retira. Mamá tarda un poco, decide seguirlo, y lo hace después de besarnos y abrazarnos a Thed y a mí. No tengo más nada que hacer aquí. Abrazo a mi hermano para darle las buenas noches y salgo hecha un rayo para encerrarme en mi habitación. Lavo mis dientes, apago las luces y me lanzo a la cama. Saco la MAC de la gaveta del buró, tal vez pueda escribir un poco. Mi móvil se ilumina, tengo mensajes, todos de Paul, el último dice: Skype. Me conecto y aparece en solicitud, segundos después de eso, tengo una vídeo llamada enfrente. La acepto. En la pantalla se despliega su imagen, está sentado, con Picky en la cama.
— ¿Hola? —Pregunto dudosa. — ¿Se te ha pasado lo que sea que hayas tenido? Porque supongo, algo habrá pasado para que fueses tan... ¿Cortante y grosero?
—Por eso esperaba que leyeses mis mensajes, para tener la oportunidad de disculparme por eso. No he estado bien, lo sé y lo siento. Creo que estoy en mis días, si, eso debe ser.
Suelto una sonora carcajada. No creí poder así esta noche.
—Lo más seguro es que la luna te esté afectando, está en menguante, creo.
— ¿He dicho ya antes que me gusta como sonríes? —Siento mis mejillas arder, no voy a poder con esto. —Algunas cuántas, lo sé. No dejes de hacerlo nunca.
—Estaré fuera del país unos cuantos meses. —Escupo nerviosa. Por su cara sé que debí callar.
— ¿Por qué?
—Mi libro, principalmente. Ha llegado a países importantes y ellos también merecen poder tener un encuentro más cercano conmigo.
— ¿Cuándo te irías?
—No lo sé, semanas tal vez. Primero debo cumplir con las firmas aquí y luego tendría que ponerme a trabajar en ello. Mamá irá conmigo, ya sabes lo que ocurre. Papá está utilizando esto para alejarnos un poco de todo lo que se vive ahora mismo... —Callo y desvío mi mirada al móvil, ha comenzado a vibrar. —Dame un segundo, él asiente y me apresuro a responder. —Buenas noches, Braulio.
Me parece escuchar un bufido antes de abandonar la cama y dirigirme al baño. Ahí estoy durante al menos diez minutos. El chico Rouch ha llamado para avisarme que mañana debo ir a la editorial muy temprano para una sesión fotos, las que utilizarán para la promoción y publicidad, hay que armar un cuadro con horarios, asistencias y actividades a realizar, ya hay un grupo designado para el traslado, movilidad y logística del viaje. Mis dos firmas en Seattle serán realizadas con normalidad. Tengo dos semanas para prepararme, ya que lo primero es establecernos y conocer la ciudad donde estaré, para finalizar, puede que la gira acabe en Seattle, pero primero debo ir a New York y Los Ángeles, donde cerraron contrato. Braulio ha sido promovido a mi agente. Lo cual me alegra, es en quien confío. Me despido rápidamente y regreso a la cama, para encontrarme con el menor de los Zimmerman en la misma posición que le he dejado, con la diferencia de que se ha cruzado de brazos.
—Siento la tardanza, la plática se ha extendido un poco más. En dos semanas me iré y Braulio es ahora mi agente. —Con brusquedad suelta un bufido que me hace callar.
—Se llevan muy bien ustedes dos, ¿Verdad?
—Se ha convertido en un buen amigo, han elegido bien a mi compañero de viaje, aunque no tendré mejor compañía que mamá. —Sonrío, el gesto en su cara es indescifrable. Parece molesto e incluso... ¿CELOSO? ¿De qué? — ¿Pasa algo?
—No me agrada, el chico ese, no me agrada. —En arco una ceja, divirtiéndome con esto. —Él no quiere ser sólo un buen amigo, busca algo más.
— ¿Cómo qué? ¿Besarme a espaldas de mis padres? —me mofo.
— ¡Touché! —Murmura con una media sonrisa. Esta no la esperaba. —Sería muy poco original, de hacerlo, ya lo hice yo primero.
Los colores regresan a mis mejillas, ¡GUANTAZO! Ha provocado que caiga en mi mismo juego.
— ¿Y no ha ido tan mal después de eso, verdad?
—Para nada mal, afirmaría yo. —Suelta con total conformidad y hasta orgullo.
—Entonces podría hacerlo, y no habría ningún problema. Es buena persona, ha demostrado ser buen amigo y tres meses viajando por el mundo juntos, quién sabe lo que pueda suceder. Igual me consigo una pareja, al fin.
—Suerte con eso, entonces. —Es incómodo, los dos nos quedamos en silencio. Hay tensión, tanta que se puede cortar con un cuchillo. Demonios, su mirada es profunda, puede decir muchas cosas con ella. En el duelos de miradas habrá un perdedor y seré yo por lengua suelta. Coloca un dedo en horizontal sobre sus labios, si, perdí, ¡He desviado la mirada! Sus labios se encurvan, al parecer satisfecho. — ¿Cuántos meses serán?
—Tres. —Susurro extrañamente apenada.
—Habrá que hacer una despedida, ¿No crees? —Asiento. —Una cena por cada día que reste, ¿Qué te parece?
—Una idea increíble, pondré una condición... —Esta vez, él es quien asiente. —La última, debe ser al aire libre, nada de restaurantes caros, solos tú y yo. ¿Bien?
—Dalo por hecho, otra cosa... Una cualidad diferente cada día, piensa en la de mañana, ¿Estamos, Phoebe?
—Estamos, Paul. —Sin apenas enterarme, estoy sonriendo.
—Bien, me gusta poder platicar contigo, pero creo que es hora de ir a la cama. Ambos debemos trabajar, así que, dulces sueños.
—Dulces sueños para tí.
La vídeo llamada finaliza. Apago todo, guardo la Mac y pongo el móvil a cargar. Un mensaje aparece.
Paul Z.
"Dulces sueños, preciosa"
¡Ay, caray!
La sensación extraña de felicidad invade mi estómago, ¡Dulces, mi jodidos sueños! Dulce, es el malditamente y guapo alemán. Cierro los ojos sin dejar de sonreír. Será, será, será.
💕💕💕
Nota:
No es de Grey, pero me encantaría si pudiesen pasar por mi nueva historia :)
Les agradecería mucho. 😘
ÁMAME A TU MANERA
Si llama su atención, no duden en pasarse. Que yo se los agradeceré hasta el infinito y más allá.
Cinthya.