pianist ♨ j.jungkook

By ohmylotr

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Tocaba el piano como los ángeles; con una delicadeza etérea que hacía llorar al más insensible de los humanos... More

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
.º. book tráiler .º.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19, parte 1.
Capítulo 19, parte 2.
°preguntilla°
seguiremos...
violinist ♨ j.jungkook ※ j.hoseok

Capítulo 14.

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By ohmylotr

Este capítulo se lo dedico a mi querida amiga Nadia, que me ha estado presionando social y públicamente para actualizar pianist. Te quiero!  ❤


Cuando Jungkook cogió una bocanada de aire para llenarse los pulmones, llevaba cinco minutos convencida de que se había muerto, tirada y llorando al lado del que creí su cadáver.

Tosió con fuerza e intentó ponerse de pie. Cuando se dio cuenta de que le era casi imposible, dejó caerse sobre el suelo de gravilla de golpe, rechinando los dientes al rozar la herida del brazo contra el suelo. Luego, abrió los ojos poco a poco, mirándome a los ojos con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola.

Su voz sonó como el murmullo del viento, ronca y casi inaudible.

Estuve a punto de golpearle.

—Eres un hijo de puta, ¿escuchaste?—le chillé enfadada. Fruncí el ceño cabreada, con la mandíbula tensa y maldiciendo por lo bajo—. ¡Que te acabas de caer de un caballo al galope, además estás herido y sangras mucho! Llevas diez minutos inconsciente, de los cuales, cinco llevo llorando como loca porque pensé que te habías muerto. ¡Y sólo se te ocurre decir "Hola"!

—¿Qué quieres que diga?—su voz, esta vez un poco más audible, seguía sonando ronca. Se revolcó sobre la gravilla hasta que consiguió apoyar la cabeza en mis piernas dobladas sobre el suelo—. ¿Quieres que te diga que me duele el brazo como si me lo hubiesen arrancado sin anestesia? ¿O que me duelen las costillas como si me las hubiese roto todas? También creo que me he roto las dos piernas.

—¡¿QUÉ?!

De nuevo, sentí una presión en el pecho que me hizo casi imposible respirar.

Sin embargo, contrariamente, Jungkook sonrió.

—No, es broma. Las piernas las tengo bien—las levantó en el aire de una forma infantil y cómica, y desde abajo, su sonrisa se extendió hasta entrecerrar los ojos—, sin embargo, siento que las heridas del brazo y las costillas no van a tener buena pinta. No quiero verlas, tengo miedo.

Hubo algo en los ojos entrecerrados de Jungkook, teñido en el dolor de la oscuridad de su mirada que detonó miedo.

Ignorándolo, aparté la cabeza de Jungkook de encima de mis piernas y me levanté, buscando con la mirada a ambos caballos. Caminé hasta ellos y a duras penas los arrastré de las riendas hasta Jungkook.

—Súbete.

Jungkook suspiró y cerró los ojos.

—No creo que pueda.

—¿Por? ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño en algún otro lado?

Jungkook negó con la cabeza y yo ladeé el rostro, pasando por entre los dos caballos. Me aferré a las riendas como si mi vida dependiese de ello y miré fijamente a Jungkook.

De repente, el moreno soltó una carcajada.

—Creo que me voy a desmayar.

—En serio, Jungkook. Súbete al caballo. Estoy asustada, quiero irme a casa.

—Yo también te estoy hablando en serio.

A medida que la frase iba terminando, la vocalización de Jungkook se volvió más torpe, y de repente, su rostro se giró hacia un lado, como si se hubiese quedado dormido de repente.

Esta vez, cuando lo llamé por su nombre y no respondió, no me asusté.

"Aiko, quiero ir a montar a caballo. En quince minutos en tu casa. Seguro que Taehyung está enamorado de ti. Aiko, te quiero. Aiko, mira, se montar a caballo sin manos. Aiko, mira, me he dejado los piños en el suelo"—susurraba entre dientes haciéndole burla al moreno. Mientras, me sacaba el móvil del bolsillo, marcando el número de mi hermano—. Gilipollas, que eres gilipollas. A la próxima vamos a tomar un café, a ver si ahí encuentras la manera de matarte.

Kai y yo llevábamos media hora sentados en la sala de espera de urgencias, esperando a que alguien se acercase a decirnos algo sobre el estado de Jungkook cuando la puerta automática se abrió y dejó que el ambiente cargado de olor a hospital se llenase de gritos.

Sentados uno frente al otro, levantamos la cabeza y nos miramos espantados, sabiendo lo que eso significaba.

Nos quedamos en silencio esperando a que nuestra madre nos viese, y en menos de cinco segundos, se recorrió la sala de urgencias de punta a punta, agarrándonos a los dos de las orejas.

  —Si es que a ustedes no se les puede dejar solos—nos chilló. Mi padre venía detrás de ella, mucho más calmado y con las manos en los bolsillos. Arrugó la nariz, colocándose las gafas en el puente de la nariz y nos miró a mi hermano y a mí.

  —¿Qué pasó ahora, niños? 

Kai, mi madre y mi padre me miraron a mí a la vez, con unas muecas de indignación exageradas. Miré a mi hermano, entrecerrando los ojos.

—No te hagas el estúpido,  Nakamoto Kai. Aquí eres mi cómplice, no te exculpes.

Mi madre viró la mirada hacia mi hermano, abriendo los ojos de par en par.

—¿Qué habéis hecho con el hijo de los Jeon? —chilló. Cerré los ojos y solté un suspiro, cansada de la irritante voz de mi madre. Miré a mi padre,  quien soltó un suspiro y se encogió de hombros—. Nos van a demandar por daño físico. ¿Qué le habéis hecho?

Mi hermano y yo nos miramos durante varios segundos, a sabiendas de que aquello no haría nada más que desesperar a nuestra madre —aún más, si cabe—.

—¿Familiares de Jeon Jungkook?

Como si hubiesen gritado mi nombre en un sorteo, abrí los ojos de par en par y me levanté de golpe,  pasando por en medio de mis padres y corriendo hacia la entrada al pasillo de urgencias. El doctor, con la carpeta en mano, se sorprendió ante mi repentina aparición.

—¿Es usted familiar de Jeon Jungkook?

Miré hacia atrás, viendo a mis progenitores peligrosamente cerca,  pero de todas formas contesté con total naturalidad:

—Soy su novia.

Detrás de mí, mi hermano ahogó un grito exagerado.

El doctor me miró de arriba a abajo y me indicó con la cabeza que le siguiera.

—Me temo que si no son familiares del muchacho, no los puedo dejar pasar—les indicó a mis padres mientras comenzaba a avanzar conmigo a su lado. Me giré hacía ellos y mi hermano, viendo la expresión de desaprobación de mi padre y la boca abierta en forma de "o" de mi madre. Mientras tanto, mi hermano estaba detrás de ellos, con la lengua fuera de la boca y haciendo un gesto bastante obsceno.

A veces tenía que recordarme que Kai era el mayor de los dos.

El doctor, vestido con un traje completamente azul, caminó en silencio mientras yo lo observaba desde atrás, esperando que me dijese algo sobre el estado de Jungkook.

No dijo nada, así que tuve que prepararme psicológicamente por si entraba en esa habitación y me encontraba a un Jeon Jungkook en coma. O peor, muerto.

Suspiré ante esa opción.

No sería porque no se lo merecía, seré honesta.

El señor abrió una puerta azul y me indicó que entrase. Se quedó fuera, cerrando ls puerta justo detrás de mi. Pegué un pequeño salto cuando la puerta golpeó el marcó, haciendo un ruído increíble.

Me giré para ver si Jungkook daba señales de vida.

Bueno, al menos respiraba, y según aquella maquinita, su corazón latía a un ritmo medianamente normal, a diferencia del mío.

Caminé con lentitud hasta que alcancé una butaca al lado de la camilla. Me dejé caer sobre esta,  empujándola un poco hacia atrás.

Miré hacia el techo, levantando a penas las comisuras de los labios. No alcanzaba a recordar si Jungkook me habría dicho antes algún otro "te quiero", pero puedo confirmar que si lo había hecho, ninguno se sintió tan real y sincero como el de hacía un rato.

Cerré los ojos intentando comprender qué era lo que se pasaba por mi cabeza en aquellos momentos. Jungkook no era un mal tipo. Era genial, una caja llena de sorpresas. Puede que no fuese tan introvertido y tímido como lo soy yo, pero aquello me gustaba. Era diferente a mi, por completo. Sentía que podía entablar conversación con cualquiera que él quisiera, pasase lo que pasase, Jungkook siempre tenía a todo el mundo a sus pies. Sobretodo,  Jungkook podría tener a cualquier chica a sus pies, rogándole por una simple caricia.

Aquello hizo que la sonrisa se borrase involuntariamente de mi cara.

¿Era yo sólo una chica un poco más complicada que el resto, por eso se estaba tomando tanto tiempo en hacerme caer?

Aún con los ojos cerrados, sentí como Jungkook se revolvía en la camilla.

—No—susurró. Abrí los ojos sorprendida. Le miré, atenta. Él en cambio tenía un semblante serio, con su mirada clavada en mí—. No dejes de sonreír. Estás preciosa.

Desvíe la mirada hacia la cortina cerrada de la ventana.

Mis propios pensamientos me estaban haciendo pasar un mal momento.

¿Le decía aquello al resto de chicas que tenía alrededor?

Como Taehyung había dicho al principio, Jungkook era un chico muy guapo y con un don de gentes muy desarrollado. Aquello sólo había hecho más fácil su juego conmigo.

Jungkook jadeó, incorporándose difícilmente en la camilla.

—¿Pasa algo?

Negué, aún sin girarme a mirarle.

—Mírame—murmuró. Me crucé de brazos, hinchando mi pecho con orgullo y negándome a seguir cayendo en su juego.

Taehyung tenía razón.

En este corto período de tiempo,  Jungkook sólo había demostrado querer meterse en mi cama y tenerme a su merced. Sin embargo, Taehyung había estado conmigo en las buenas y en las malas.

Y yo como tonta me había dejado llevar por la masculinidad y el tacto de Jungkook.

¿Con cuántas habría estado Jungkook antes que conmigo?

Aquella pregunta retumbó en mi cabeza.

—Ey, ¿estás bien? —su voz dulce resonó en la habitación del hospital. Me giré con rapidez para mirarle a él y solo a él. Clavé la mirada en sus ojos,  fría como un témpano y esbocé una sonrisa de medio lado—. Puedes confiar en mí.

Y aquello sólo hizo que la misma frase se repitiese en mi cabeza.

¿Cuántas más habrían confiado en Jungkook antes que yo?

Tragué saliva intentando guardarme las lágrimas de niña pequeña para otro momento.

—Sí, Jungkook. Confío en tí—susurré poniéndome de pie—. Confié en que eras mujeriego y aún así te quiero a mi manera, pero te quiero.

Él sonrió.

Pero en cuanto comencé a caminar hacia la puerta, su sonrisa se borró de golpe.

—Aiko, vuelve. ¿A dónde vas?

—También confío en Taehyung y sé que tenía razón—miré hacia atrás por encima de mi hombro, viendo a un herido Jungkook intentando salir de la camilla y ponerse de pie—. Y sé que las hubo antes que yo y que las habrá después. Lo que hago ahora mismo es por mi bien y para dejarte pista libre. Inténtalo con otra, porque te va a costar llevarme a la cama. No vale la pena gastarte tu tiempo conmigo.

Abrí la puerta, sintiendo un peso menos sobre mis hombros.

Salí al pasillo, encontrándome a mi familia y a los Jeon para mi sorpresa. Todos me sonrieron hasta que vieron a Jungkook detrás de mí.

Caminé rápido, evadiendo preguntas por parte de todos y me froté los ojos. Ya había tenido suficiente de no saber cuál sería la próxima jugada de Jungkook o que sería la próxima guarrada que mecionase.

Antes de abandonar el ala de urgencias, miré por encima de mi hombro hacia el pasillo que acababa de recorrer.

Al final de este, Jungkook estaba intentando seguirme, pero varios enfermeros y su propio padre le prohibieron continuar.

Le miré a los ojos y me mordí el labio.

¿Estaba haciendo lo correcto?

Poco importaba cómo él me hiciera sentir si en esta relación la única con los sentimientos alborotados era yo.

El moreno gritó mi nombre y yo cogí una bocanada de aire, convenciéndome de que Jungkook sólo quería acostarse conmigo y buscarse otro juguete después de eso.

La primera lágrima me rozó el pómulo, y al otro lado del pasillo, Jungkook empujó a un enfermero para intentar correr. Sin embargo, su cuerpo dio un espasmo y se cayó al suelo con la herida del brazo abierta y goteando sangre. Él empezó a llorar también.

No me quiere, no me quiere, no me quiere. Sólo me quiere para jugar,  Taehyung tiene razón.

yo ahora mismo

ME AMAN, YO LO SÉ

PERO TODO ESTO ES NECESAAARIO

espero que les guste este capítulo tanto como los otros, ni se imaginan lo agradecida que estoy,  de verdad. 12k leídas!! Sois increíbles. Y todos los comentarios no hacen nada más que animarme cada día aún más.

Mucho amor❤

Patri.

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