4 de noviembre 2012
Ese día fue inolvidable, lo recuerdo y se me eriza la piel.
Ya era de noche, me llevó al Allianz – Arena y sólo estaba iluminado por unas cuantas luces en el césped, pude ver la mesa para 2 en el centro del campo.
-Valentina – me habló y tomó mis manos
-Bastian- le dije
-Te amo. Te amo demasiado, te has convertido en mi prioridad. Valentina- resopló- Te quiero conmigo, a mi lado, eres parte de mi vida, me haces tan feliz, nadie como tú me comprende. Estoy loco por ti, eres perfecta, todo lo que haces, todo lo que dices, tu forma de ser, me vuelves loco. Te amo. Quiero que seamos algo más, quiero que estés conmigo siempre. Por eso te pido que seas mi novia –
¡JESUCRISTO MÍO!
Lo miré, solo eso hacía, yo tenía la boca entreabierta, no lo podía creer. Mis sentimientos hacia él eran los mismo, lo amaba, lo amé desde aquella vez que me tumbó en Johannesburgo. Desde ese día, supe que era el indicado para mí.
-¿Qué dices?- dijo mirándome fijamente y luego besó mi mano
-Bastian- dije y él se puso súper nervioso
Me acerqué a besarlo. Esa experiencia fue inolvidable, sus dulces labios y ya experimentados, fue un beso dulce. Me besó tan tierno como si me fuera a romper, un beso que jamás olvidaré.
-Si quiero- dije mientras teníamos nuestras frentes juntas y me susurró un "te amo"
Mi cabeza estaba en blanco y daba vueltas, subí mis manos a sus hombros.
-Me acabas de hacer tan feliz- me abrazó tan fuerte
Luego me ofreció asiento y cenamos.
Sin duda alguna, uno de los mejores días de mi vida