Se quedó mirando atentamente la pantalla, y no podía no hacerlo, Nollie era muy guapa, incluso si ella no lo quisiera aceptar y ella ya lo sabía.
-ella es mi mejor amiga Nollie… Nollie mi niñero, Zeev.
-sí, su niñero.-sonrió el chico arrebatadoramente.
-mucho gusto, Zeev. Yo ya me tengo que ir a trabajar, pero tu niño bonito cuida a mi bebé, cuando se enferma suele ser muy terca.
Zeev asintió.-está bien, un gusto conocerte, nos vemos.
-hasta luego Nollie, ya te extraño.
-y yo aún más que antes…-dijo, nos despedimos con el clásico movimiento de mano y ella cerro su ventana. Suspire. Ahora sí que estaría solo con Zeev.
-¿me dijo niño bonito?-dijo Zeev después de unos segundos de silencio, negó ligeramente con la cabeza.-¿Qué esperas?, metete a bañar.
-lo siento… ¡pff!
-no te vayas a meter encuera.
-se dice desnuda. Y no pensaba hacerlo.
-se dice como yo quiera decirle.
Caminé al a mi gaveta de cosas que guardo porque si, y allí estaba el vestido de baño que me pondría, si muy de señora, justo lo que necesitaba.
-me pondré esto y luego puedes entrar.
-te traje unas pastillas por su tienes dolor de cabeza. Yo normalmente siempre tengo.-dijo haciendo una mueca. Asentí. Me metí al baño y procedí a cambiarme. Tire la ropa que cargaba puesta al cesto y me coloqué el extraño entero, parecía uno de los vestidos de Katy Perry en su época “Hot and Cold”.
Me enrollé una toalla en mi torso, y Salí del baño.
-lista.-dije mientras llenaba la bañera con agua fría.
Él entro y me miró extrañado… se aproximó al agua y la tocó.
-¡¡¿estás loca??!!, no debes meterte en agua fría, te podría dar un shock o algo así, solo debes bañarte con agua fresca, ¿Qué no has estado enferma antes?
-la última vez que tuve fiebre Tonny me podía toallitas de agua fría en mi cabeza, mientras veía “esposas desesperadas” y hacia webcam con Nollie.
-metete a la bañera okay… y no la llenes.
-okay, papá.
-solo hazlo.-dijo bufando.
Dejé el agua drenar, me saqué la toalla y me senté en la fría bañera, se me erizaron todos los bellos del cuerpo. Sabía que esto me haría sentir más frio de lo normal, pero con el helado debió de bajar la fiebre, o ¿no?
Él agarro la cosa esa que siempre olvido el nombre pero es la que hecha agua, y la bajó. Encendió la pluma y se sentó en el suelo, puso el agua fresca, pero yo la sentía como un témpano de hielo, extendió su brazo sobre mi cabeza.
-no me vas a violar, ¿cierto?
-ni aunque quisieras, no lo hago con moribundas.
Reí. Debía de verme como la muerte, así me sentía.
-¿te interrumpí cuando llame?
-eh… nop.-negó y sus ojos se entornaron a mí, como si quisiera saber que escondía tras esa pregunta.
-es que tu teléfono me marcó, y se escucharon tú y una tipa hablando… cosas.
-¿cosas?-dijo confundido, hiso una expresión de entender y me hecho agua en la cara.-no seas boba, estaba esperando a mi hermana, no podía tener diversión.
-¿tu hermana?
-sí, mi hermana, Zenia.- Oh… esa era Zenia. Pensé que… okay no debí pensar eso. Ni siquiera sé porque pensé en esas cosas.
-creo que ya estoy mejor.
-te acabas de meter… ¿quieres escuchar música?, podemos no sé leer un libro… que haya leído porque no lo terminaremos.
-¡¡¿quieres leer un libro?!!, ¡¡enserio!!
-emmm… sí.-le sonreí, este tipo era casi perfecto, lee, toma fotos, dibuja…
-puedes buscar alguno en mi biblioteca.
-oh claro, deja el agua fluir…-me entregó la cosa esa, y la sostuve sobre mi cabeza… el agua me hacía que me castañearan los dientes…
Esperé allí tirada en la bañera, ¿por qué tenía que enfermarme?, Zeev parecía sacado de una revista de modas hoy, y yo era una zombie. Eso de ser realmente guapo debe venir en los genes, ¡¡Que buenos genes!!, sus jeans se aferraban bien a sus piernas, muy él.
Sacándome de mis pensamientos extraños, entró al baño tenía en la mano una copia vieja de “Respirando aquel amor” de Zafiro Z.C., un buen libro, muy dramático.
-¿te gusta mucho Zafiro, también?
-sí, sus historias son poco usuales aunque sean clichés, ya sabes es bueno.
Le sonreí, eso decía yo.-es más que bueno es el mejor.
-si, bueno… me gustaría poder leer este.
-okay, te escucho, Zeev Cárdigan.-rió al escuchar su nombre completo.
-okay…-me sonrió aclaró su garganta y abrió el libro en el primer capítulo, me miró una vez más y volvió a sonreír. Dirigió su atención a las palabras.
-“Debería saber que sucedería, su historia y la mía no se unirían.
Nacimos en caminos diferentes que soñaban con toparse, pero que en su encuentro no tenían un mismo fin. Pero era inevitable querer, enamorarse, amar a alguien tan sublime como un ángel, aunque todo fuera destinado a fracasar, su vida era un mar ávido de misterios y yo quería nadar en este y perderme en ella. Pero aunque nada es lo que soñé, prefiero dejarlo todo como está, aunque duela, prefiero haberla conocido, sentirla, verla y vivirla y haber podido aunque sea una sola vez, respirar su aire. Quizá esta es la historia de cómo la conocí, o quizá es sola la historia de cómo me siento muerto por dentro…”
Leyó el primer capítulo, tan vivido que pude notar que lo había leído anteriormente, sin equivocaciones marcando cada pausa.
-¿Cloe?- parecía triste.
-¿sí?
-deberías salir y cambiarte, ponte algo fresco.-se levantó y salió despacio del baño para luego dejar con su elegante caminar mi habitación, cerré el grifo y coloqué mis manos en mi rostro. ¿Por qué tenía esta clase de pensamientos impuros?, en lo único que pensaba era en Zeev y su cuerpo, y esa maldita angustia en mí, había atracción por él no lo podía negar, pero la manera en la que me sentía, lo hacía ver todo incorrectamente correcto.
Salí de mi habitación un par de shorts de mezclilla y un largo suéter blanco con largas y anchas mangas. Perfecto para días en los que me sentía así, llevaba medias también largas hasta las rodillas en negro, aun tenia frio y más en mis pies. Un delicioso olor inundo mi olfato y paladar.
Caminé a la cocina, y allí se encontraba el hermoso chico en camiseta, sentado frente a la mesa de mi desayunador, tenía audífonos y miraba por la ventana distraído la hermosa vista nocturna.
-huele muy bien… ¿Qué es?
-bueno hice algo de comer, sé que te gusta la pasta, lo dijiste aquel día que nos conocimos, ¿recuerdas?
-sí, ¡¡estás haciendo pasta!!-me emocioné.
-bueno, tienes todo lo necesario para hacer una buena lasaña, pareces ser adicta a la pasta, ¿seguro no tienes sangre italiana?
-no, solo cubana y panameña… latina.-le guiñé un ojo con demasiado dramatismo como chiste, el me sonrió.
-mi mamá es de Cuba también…
-sí, que cool, mi mamá de seguro querrá conocer a la tuya.
-dejemos eso reposar, comamos helado y veamos una película… ¿no te molesta que casi revisara todo tu departamento, cierto?, porque bueno… soy curioso, muy curioso.
-no me molesta… ¿ya escogiste una película?
-mmm, si, veamos la cruda verdad.
-¿comedia romántica?...en serio.- era una de mis favoritas, no por nada estaba allí. Le sonreí y él se levantó ambos caminamos a la sala.
-bueno… no la he visto y tengo un ligero trauma con ver películas de Katherine Heigl.
-yo también…-reímos ante la coincidencia, el traía dos vasijas de helado y dos cucharas, él se tiró en mi hermoso sillón, y coloqué la película, le di play y comenzó. Me aventé junto a él en el sillón. A apreciar el arte del cine, con un chico que era arte puro.
La película iba muy adelante, ambos mirábamos y reíamos en la partes correctas, o más o menos eso hacia yo, porque lo miraba cada tantos segundos para comprobar su reacción ante cada escena. Hasta que llegó lo que temía, si, no había deducido, ni pensado en esta escena hasta que ella ya estaba saliendo con el doctor de pies.
Ambos quedamos incomodos con el recuerdo del elevador, frente a nosotros a todo color, como recordatorio de que no podíamos ir muy lejos sin que la realidad nos alcanzara. En ese momento comprendí a que se referían con tensión sexual.
Tenía que decir algo para aliviar el momento, aclaré mi garganta y él me miro con tal picardía que mi corazón se aceleró, inconscientemente.
-y… bueno tú y Drew son muy parecidos algunas veces, otras son tan diferentes, de seguro debían de ser todo un dolor de cabeza para sus padres.
-bueno, no en realidad, cuando Drew y yo éramos adolescentes no éramos tan unidos como ahora, así que nunca parábamos en casa.
Comía helado como si fuera el último que probaría lento, esperando a que no acabara.
-y… cuando eran niños, ¿no corrían juntos y tumbaban cosas?
-okay… pues, no, Drew y yo, nos enteramos que éramos hermanos cuando yo tenía unos nueve años.
-¿Qué?-dije, pausé la película y me senté bien preparada para lo que él diría.
-sí, bueno…-suspiró.- se podría decir que soy un bastardo, soy hijo de una “aventura” que tuvo mi papá con una camarera en un crucero de negocios.
¡¡¿Qué?!!, esto parecía todo, incluso telenovela, pero no cierto.
Él me miró esperando una reacción.-ella después de unos años no podía tenerme, digamos que murió haciendo lo que le gustaba, cocinar… y así fue como llegué al mundo de los Cárdigan con mansiones y autos, no me malinterpretes, sí, es lindo. Pero no me gusta mucho presumir, y mi papá es fan de ello, además no es agradable cambiarte de escuela cuando eres un niño gordito con problemas de adaptación.
-lo siento, Zeev.
-no debes de sentirte mal por mí. Soy feliz. No tengo al amor de mi vida, mis conquistas con prácticamente de una noche y puedo pintar y dibujar todo lo que quiera, puedo con eso, soy feliz.
¿Es feliz?... y una mierda. ¿Qué cosas dice?, claro que no es feliz, ni él ni yo.
Y como acto de magia, algún extraño impulso romántico por sentir algo por la persona frente a mí, algo que no tenía en mi pecho, quizá razonado por las películas de Katherine Heigl, me hiso agarrarlo de los hombros y besarlo.
Ah sí, había olvidado el olor a mar, y sus dulces labios.
O como esto si se podía llamar “besar”.
Cuando las personas tienes el corazón roto, somos capaces de todo, solo para poder calmar el dolor en el pecho, o darle algo más que pensar a la razón. Otra vez mis manos se deslizaron por su cuello trazando siluetas en su piel, él era perfecto para esto, o era solo mi imaginación la perfección con la que movía sus manos por mi espalda, o el simple hecho de que aunque caímos uno sobre el otro en el sillón, nada se detuvo.
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Hola, probablemente el capítulo este algo corto, pero bueno, algo es algo o ¿no?
¿qué pasara?, ¿acaso Cloe se volvió loca?, quizá tengan su momento en el siguiente cap uno nunca sabe ;) gracias por comentar en el cap pasado, fue precioso.
Sigan diciendome que les guta y que no, con palabras todos nos entendemos.
xx