Sábado 02 de Diciembre de 2017:
- Joan -
Por más que seguía llamando a Christian, él no atendía el teléfono. Suspiré cansado de ello. Por un lado era mejor, así no tendría que explicar nada, aún cuando yo no había hecho nada malo.
Decidí ponerme en marcha. Pero antes de arrancar el coche miré a Daphne, para saber donde dejarla, pero ya se encontraba dormida en mi asiento trasero. Apenas si había tardado unos segundos en hacerlo luego de subir. Se veía como un pequeño angelito. Seguro estaría cansadísima.
-¿Y ahora, que hago contigo? - murmuré aún mirándola.
Pronto decidí, mientras manejaba sin rumbo por la avenida, que llevarla a casa y cederle mi cama era lo mejor. No podía dejarla tirada en cualquier lado, Christian no atendía y ella había dejado en claro que su casa no era una opción.
-Llegamos - le dije tratando de despertarla una vez que mi auto ya se encontraba en el estacionamiento de mi edificio. Pero parecía estar en un estado comatoso, puesto que no daba señales de querer despertar.
-Mmmm... no - musito luego de varios intentos por despertarla.
-Vamos Daph, hay que subir - y nada. No me estaba dejando más opciones que tener que cargarla. Hacía tanto que no me tocaba hacer eso, era una situación de lo más graciosa e irónica. Habitualmente, solía ser yo al que la gente tenía que cargar hasta la cama.
-Bueno - me dije a mi mismo -aquí vamos - y traté de sacarla del auto sin golpearla con la puerta. Cosa que sorprendentemente logré.
Por suerte no había ningún vecino en el lugar, el horario estaba a mi favor. No quería ni imaginar que pensarían de mi si me vieran en esta situación. Todo se daba a malas interpretaciones hoy en día, y el vestido tan corto que Daphne llevaba no ayudaba en nada, porque no hacía más que subirse y dejar a la vista lo inapropiado de ver.
Una vez fuera de mi puerta, aún con ella en mis brazos golpee en vano esperando que Liam abriese. Pero parecía que este no estaba, o que dormía como una morsa. De seguro era lo segundo, porque cuando me había ido había quedado tirado comiendo helado en el sillón de manera muy depresiva, que hasta daba pena ajena.
Como pude, saqué las llaves de mi bolsillo y entré a nuestro apartamento. Llevé a Daphne a mi cama y la tape. Esta en ningún momento mostró signos de lucidez. ¿Qué tanto alcohol había bebido? Si yo no la hubiese rescatado de ese lugar, vete a saber que podría haberle pasado. Me alegraba muchísimo de haber estado allí, o la hermanita de mi amigo tal vez hubiese terminado metida en problemas.
Busqué una pastilla para ayudar con la resaca y un vaso con agua, y los dejé en mi mesita de luz, para que fuesen vistos al ella despertar y luego cerré la puerta, para que descansase en paz.
-Liam - dije mientras golpeaba suavemente su puerta. Y nada -Liam - insistí, y al no tener respuesta entré en su cuarto.
-Genial - no estaba allí, la cama aún seguía tendida. ¿A dónde habría ido? Daba igual, de momento que no esté, era algo bueno para mi. Evitaba que durmiese en el sillón. Genial, volví a repetir y me tiré sobre su cama dispuesto a dormir muchas horas.
- Daphne -
-Mmm, se me parte la cabeza - fue lo primero que pensé al despertar, mientras me refregaba la frente, luego mis pensamientos se fueron de mi dolor hacia la habitación en donde me hallaba -¿Dónde estoy? - me estaba empezando a asustar, no recordaba casi nada de la noche anterior, por más que lo intentaba, y definitivamente no conocía ese cuarto.
Pude ver a mi derecha una pastilla y un vaso de agua. Bueno, por lo menos si era un secuestro mi secuestrador se portaba amable conmigo. Sacudí la cabeza para evitar pensar en eso, y el dolor volvió como una punzada gigantesca a mi, así que acepté la pastilla y la tomé.
De pronto sentí unos ruidos fuera de la habitación y decidí ir a investigar. Al salir de la cama me sentí aliviada, por lo menos seguía vestida. ¿Eso era bueno, no? No había pasado nada. O eso esperaba.
Unos pasos después divisé a alguien. Me estaba dando la espalda mientras ¿Cocinaba?. Si, estaba haciendo el desayuno. Y al darse vuelta.
-¿Joan? - pregunté totalmente sorprendida. Definitivamente en la casa del amigo de mi hermano era el último lugar en el que imaginé que estaba.
-Ahí está la dormilona - me dijo alegre, dándome una sonrisa. ¿Qué estaba pasando acá? - Vamos, el desayuno ya casi esta terminado. Ya iba a ir a llamarte - ¿Cómo es que estábamos teniendo esta conversación tan "normal"? Se ve que al mirarme mejor se dio cuenta de la cara con la que lo veía - ¿Qué pasa? - ahora él era el que parecía confundido.
-¿Estamos en tu casa? - le interrogué. No sabía que decirle. Necesitaba averiguar por qué estaba ahí.
-Si claro, tu hermano no me atendió el telefono anoche, así que te traje a mi casa. Dijiste que no querías ir a la tuya.
-¿Yo dije eso? - ¿En que momento le había dicho yo eso? Ni siquiera recordaba haberlo visto anoche.
-Si Daphne, vamos, sentate acá - dijo palmeando una banqueta a uno de los costados de la barra. Decidí ir, tenía hambre y a fin de cuentas, él no era un desconocido, yo lo conocía desde siempre.
-Joan... - comencé a decir y luego me detuve. Me daba vergüenza hasta preguntarle lo que quería saber.
-¿Si? - me dijo, para luego beber de su taza.
-¿Nosotros... nos acostamos? - y al lograr formular mi pregunta, él se ahogo con su bebida comenzando a toser. ¿Tan mal había ido todo?
-¿Qué? No, por dios Daphne, no. Por favor no vuelvas a repetir eso o tu hermano va a matarme - con eso logró tranquilizarme, él no era un hombre feo, pero jamás lo había mirado de esa forma. Hasta logró sacarme una sonrisa al pensar en lo que Christian haría - Solo te traje a casa desde el boliche. ¿No te acuerdas? - negué con la cabeza - Ay dios. Está bien, pero por favor, solo te traje a casa y te dejé en mi cama y me fui a la habitación de Liam a dormir allí - ¿Liam? Oh dios, era verdad, estaba en la casa de Liam, ellos vivían juntos. Recordar este hecho me despertó por completo. ¿Dónde estaba él? ¿Aún dormiría? - Liam no está - me dijo adivinando mis pensamientos.
-No estaba pensando en Liam
-Si claro - y comenzó a reír contagiándome la risa - tal vez deberías llamar a tu casa o a Christian y avisar que estás acá - pareció pensarse algo y agregó - Y aclarar que dormimos en cuartos separados, por el bien de mi salud - finalizó haciendo una mueca graciosa.
-Me lo voy a pensar, a eso último.
-Oh vamos, no juegues conmigo Daphne, sabes que tu hermano va a matarme si piensa mal.
Le sonreí y asentí.
Llamé a Christian, él cual atendió al instante haciéndome una cantidad tremenda de preguntas sin dejarme si quiera un poco de tiempo para contestarlas. Mamá lo había llamado y le había dicho que yo no había vuelto a casa, cosa que lo tenía muy preocupado. Y por lo visto lo tenía al borde de la locura.
Luego de que terminó, le expliqué las cosas. Y cortó diciendo que ya venía a buscarme.
Unos minutos después ya estaba tocando el portero eléctrico. Y 20 minutos más tarde ya se había olvidado de mi, de la hora, de que no había vuelto a casa, de que había bebido, de todo, mientras comenzaba a jugar a la play con Joan.
Y es que los hombres son increíbles pensé. Unos imbéciles totales.
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N/D:
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa :3
Capítulo nuevo, siiiiii. Jajajajaja
Les comentó, decidí hacer una segunda parte de esta novela cuando la termine. Pero no va a tener a Liam como personaje principal, va a tratar de otro personaje de los que pululan por aquí. ¿Qué opinan? ¿Les gusta la idea o no? ¿La van a leer?
Saludos. Espero sus opiniones.
Besos ♥
OPINIONES AQUÍ ABAJO, SI, LOS OBLIGO ¬¬
NUEVA HISTORIA (CADA CAPÍTULO ES UN CUENTO DIFERENTE) - EL FARO DE LA ESPERANZA -