Insoportable [Sin editar]

By Erikadcgm

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¿Cómo podría describir a Zack Cleveland? Fácil: Idiota. Popular. Fastidioso. Egocéntrico. Orgulloso. El mayo... More

Insoportable.
1. Primer día.
2. Dos palabras: mala suerte.
3. ¡NO FUE UN SUEÑO!
4. Tutoría.
5. Y esto me pasa por ser amable.
6. Sed de venganza.
7. Fiesta de pijamas.
8. ¿Fantasmas?
9. Daniel, la reina del drama.
10. El final de la lista negra.
11. Visita a la enfermería.
12. Sustos casi mortales.
13. ¡Debo tener algo mal!
14. Traicinada de la peor manera.
15. Malas ideas.
16. ¿Qué demonios?
17. Algunos contratiempos.
18. Salida con James
19. Bipolaridad nivel Cleveland.
20. Misterios, dudas y reencuentros.
21. Y más sorpresas a la vida de Isabel.
22. "20 de abril": día del baile de primavera.
24. Tiempo.
25. Veamos qué resulta.
26. Cena, los Cleveland y películas de terror.
27. Nuevos descubrimientos y sorpresas.
28. Día de playa.
29. Mucha acción.
30. Graduación.
Epílogo.
Capítulo extra: toda historia tiene su propio comienzo.
Capítulo extra: ver My Little Pony hace a las personas especiales.
Capítulo extra: el aire londinense no cambia mucho a las personas.
Capítulo extra final: el reencuentro.

23. ¿Qué demonios me está pasando?

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By Erikadcgm

Suave, lento, hierva buena con un poco de ponche, delicado...

Esas son las primeras palabras que se me vinieron en los cinco segundos que duró el beso.

Sólo me bastaron cinco segundos para saber que Zack llevaba años de práctica en esto.

Lo aparté de mí en tiempo record, y él permaneció unos pocos segundos con los ojos cerrados.

Cuando los abrió, una radiante sonrisa se posó en sus labios.

–Eso fue...

– ¡NO! –exclamé escandalizada, interrumpiéndolo.

Su mirada se posicionó en la mía, y en ese momento su cara cambió de alegre a preocupada.

Intentó acercarse a mí, pero yo fui más rápida. Esto debería parecer el típico juego "un paso adelante, y dos atrás."

–Isabel, no...

– ¡Cállate! –chillé.

¿Por qué me comportaba así? Ni yo misma lo sabía.

Él intentó acercarse de nuevo, pero su intento fue fallido.

–Zack, es...

–Prepárense para la coronación del rey y reina del baile. –resonó la voz de un profesor, por las bocinas, haciendo que mis palabras quedaran ahogadas.

Aproveché el momento de despiste para comenzar a alejarme.

Desgraciadamente, y para mi malísima suerte, Zack comenzó a seguirme.

Rodé los ojos, y bufé, sin detener mi caminata.

Este chico era demasiado persistente cuando se lo proponía.

Maldición, estos malditos tacones de mierda no servían para nada.

En un pequeño tras pie, Zack me tomó por el brazo, evitando que me cayese, y perturbando mi huida.

–Tenemos que hablar. –dijo, con toda la seriedad que le había visto en mi vida.

Estabilicé mis pies al suelo, tacones de mierda.

Tragué pesadamente.

Abrí la boca para hablar, pero de nuevo la voz del profesor resonó por el establecimiento.

–Zack Cleveland, suba al escenario para recibir su corona.

Y eso fue como dulce para mis oídos.

Puedo jurar que en ese momento oí el cantar de los ángeles, y vi una luz divina iluminando todo.

No obstante, todo eso se fue en el momento en que Zack se quedó allí parado sin moverse.

Lo miré esperando con todas mis fuerzas que se fuera a recibir su puta corona, pero nada.

–Zack, segundo llamado para Cleveland. –volvió a llamar.

Yo miraba todos los movimientos de Zack, esperando a que se fuese para huir de una maldita vez.

¿Qué me pasa?

Yo jamás huyo de nada ni de nadie.

Pero necesitaba pensar.

¡Me había besado!

Y no era un simple beso, ¡era mi primer beso, maldita sea!

Mi. Jodido. Primer. Beso.

Mierda...

–No pienso irme sin hablar. –sentenció.

Más y más mierda.

¿Y ahora qué hacía?

Un momento, ¿por qué tantos nervios?

Asentí, aunque una parte de mí estaba un poco temerosa.

Entonces, salimos dando algunos empujones, hacia la entrada del establecimiento.

Le oí soltar el aire.

Yo estaba unos pocos centímetros por delante de él, por lo que me volteé para verlo.

Y entonces sólo estallé.

– ¡¿QUÉ DEMONIOS FUE ESO; CLEVELAND?! ¡¿ESTÁS JODIDAMENTE LOCO?! –grité, ahora me encontraba algo cabreada, pero no era de sorprender. – ¿Por qué lo hiciste, eh? ¿Es unas de tus jugaditas de rompecorazones? Porque no fue muy sutil, esos jueguitos conmigo no sirven, y...

– ¿Jugaditas de rompecorazones? ¿Jueguitos? –preguntó incrédulo, negando con la cabeza. –Joder, Isabel, ¡lo hice porque realmente me gustas!

Sus palabras me habían dejado helada por unos segundos, pero eso no me impidió continuar.

–Yo no seré una de tus distracciones del momento, Cleveland, ¿es que acaso se te fundió la única neurona que te quedaba? ¡¿QUIERES QUEDAR SIN PELOTAS?!

–Tú jamás has sido, ni serás una distracción del momento, Isabel. –afirmó, con seguridad.

–Pude haberte roto un hueso, o haberte partido la cara, ahí mismo. –avisé.

–Sin embargo no lo hiciste.

–Sin embargo no lo hice... –murmuré.

Tenía razón, no lo había agredido, ni insultado, ni siquiera le había formado un escándalo como era usual en mí.

Hasta le había correspondido en los primeros 3 segundos.

– ¿Te gustó? –soltó de repente, haciendo que mi vista viajara rápidamente hacia él.

¿Me gustó?

¿Me había gustado?

¿Había disfrutado el momento?

¿Había disfrutado besarlo?

–Yo... –demonios, ni siquiera yo misma lo sabía.

¿Lo volvería a hacer?

Sus ojos parecieron brillar por unos segundos, y vi que su mirada se volvió más profunda, haciendo que sus ojos se vieran aún más verdes.

– ¿Te gustó? –repitió, con voz más exigente.

Mi último pensamiento quedó vagando en mi mente, y mi vista viajo a sus labios.

Jamás había detallado lo delicado y suaves que lucían.

O tal vez, jamás me había querido admitirlo.

Entonces, sin darle más vueltas al asunto, me acerqué en tiempo record y atrapé sus labios con los míos.

Ni siquiera yo sabía qué me estaba pasando, ni por qué lo estaba haciendo.

¡Yo y mi naturaleza jodidamente impulsiva!

Al principio, pareció sorprenderse, pero a los pocos segundos, ya se encontraba correspondiendo el beso.

Esta vez, no fue un beso tan delicado y suave como el otro, fue más... intenso.

Y se podría decir que la falta de inocencia no era por culpa de Zack.

Me separé luego de unos pocos segundos, al igual que la primera vez, permaneció con los ojos cerrados unos segundos, una vez los hubo abierto y vi que sus ojos brillaban a pesar de que era de noche.

Una sonrisa radiante se posó en sus labios.

¿Qué demonios había hecho?

Hice una mueca, y su sonrisa se borró casi instantáneamente.

– ¿Qué pasa ahora? ¿No te gustó?

Negué con mi cabeza, repetidas veces.

–No es eso... necesito irme a casa.

Asintió.

Necesitaba pensar, ¡urgente!

Lo tomé por el brazo, cuando pasaba por mi lado, dispuesto a ir hasta su auto para llevarme.

Se giró a verme, extrañado.

–Me iré sola.

–De ninguna manera.

–Necesito espacio, Zack. –gruñí.

–No puedo discutirte eso, pero de ninguna jodida manera dejaré que te vayas sola a estas horas, tú no, si te pasa algo... –detuvo su discurso, y negó con la cabeza. –Yo te llevo, y punto.

Me crucé de brazos, enfurruñada.

De ninguna jodida manera.

–Alguien me llevará a casa. –afirmé. Aunque no sabía de dónde sacaba tanta seguridad, cuando no tenía ni puta idea de con quién me iría.

Él también se cruzó de brazos.

– ¿O sí? ¿Y quién te llevará? –contraatacó.

Me encogí de hombros.

–Me iré con Stephanie, y Lucas, o quien sea, el punto es que no me iré contigo.

– ¿Por qué? –quiso saber.

Gruñí con frustración.

¡MALDITA SEA, NO TE QUIERO CERCA! ¿NO ENTIENDES?

–No quiero irme contigo. –dije en cambio.

Una sonrisa divertida danzó en sus labios, y rodé los ojos, ¿cómo podía divertirse en esta situación?

– ¿Te pongo nerviosa, Issy?

–Vete a la mierda, Cleveland.

Rió.

–Bien, tú ganas, pero no me moveré de aquí, ni te perderé de vista hasta que te vea subida a un auto, y quiero que me envíes un mensaje apenas llegues a tu casa, ¿bien? –declaró.

–Bien. –dije con los dientes apretados, lo conocía bien como para saber que era esto, o nada.

–Bien. –repitió.

–Eres exasperante.

–Y tú eres hermosa.

–Imbécil.

–Preciosa.

–Idiota.

–Inteligente.

–Fastidioso.

–Entretenida.

–Neandertal.

–Chica sexy.

–Egocéntrico. –continué.

Comenzaba a quedarme sin opciones.

–Preciosa.

–Tú... tú... –mierda, ya me había quedado sin opciones. – ¡Tienes un gran trasero!

¡Demonios!

Me tapé la boca apenas esas palabras salieron de mi boca.

Se supone que ese pensamiento jamás debía salir de mi cabeza.

Zack me miraba boquiabierto, bien, por lo menos lo había dejado sin palabras.

Mis mejillas debían de parecer tomates.

– ¿Disculpa? –preguntó, luego de unos segundos, sin salir de su shock.

– ¡Tengo que hacer una llamada! –exclamé, para salirme del tema, aunque no era del todo falso, realmente necesitaba llamar a alguien para que viniera a recogerme.

Saqué mi celular, y vi la hora.

1:10 a.m.

Bien, era la una de la madrugada, Matt estaba con su familia, así que quedaba descartado.

No pensaba arruinarle la noche a Stephanie. Descartada.

Lucas estaba con Stephanie. Descartado.

Mamá debía estar durmiendo, y no me apetecía contarle por qué no quería ir con Zack. Un millón de veces descartada.

Daniel, también me había visto salir con Zack, y debía estar de fiesta, o ligando.

Antes de que me diera cuenta, ya estaba tecleando números, y esperando a que me atendiesen del otro lado.

Al tercer timbrazo, contestó.

¿Hola? –contestó, apenas atender la llamada, esperaba encontrarme con una voz adormilada, o cansada, pero para mi sorpresa, me encontré con una voz monótona, y algo extrañada.

–Dios, espero no haberte interrumpido ni nada, ¿estás muy ocupado? –me disculpé, rogando que no tuviese más nada que hacer.

Zack me miró con el ceño fruncido, de seguro se preguntaba quién era, lo ignoré.

No, no, para nada, linda, ¿pasa algo? –ahora su voz se oía preocupada.

–Es... esto, ¿podrías pasar a buscarme? –pedí.

Crucé los dedos detrás de mi espalda, rogando que aceptara.

Claro, ¿dónde estás?

Le di la dirección del lugar.

Bien, no queda muy lejos de mi casa, estaré allá en diez, nos vemos, linda.

–Bien, gracias.

Colgué, y suspiré aliviada.

¡Gracias al cielo!

– ¿No te irías con Lucas y Stephanie?

Maldición.

–Cambié de parecer, no quiero arruinarles la noche. –me limité a contestar.

– ¿Y con quién te irás entonces? –interrogó.

–Con alguien de confianza, tranquilízate, mamá. –bromeé.

Pero al parecer no le hizo mucha gracia.

–Me quedaré aquí hasta que lleguen a buscarte.

Me encogí de hombros, aunque debo admitir que su actitud sobreprotectora era un poco irritante.

¿Quién se cree? ¿Mi mamá?

Exactamente diez minutos después, un auto familiar estaba aparcando en la entrada del establecimiento.

–Adiós. –me despedí, pero Zack sólo miraba con odio al propietario del auto.

Subí al descapotable de James, mientras Zack le mandaba dagas envenenadas con los ojos al rubio.

Éste saludó amigablemente con la mano a Zack, pero el muy idiota de Cleveland se mantuvo en la misma posición.

Dios, qué estúpido.

–Me llamas cuando estés en tu casa. –fue lo único que dijo antes de entrar al establecimiento hecho una furia.

Me encogí de hombros, si él quería molestarse allá él, no era mi problema que sea un jodido sobreprotector con ataques de ira.

James puso el auto en marcha.

– ¿Quieres que te deje en casa? –preguntó.

–No. –negué, aún no quería ir a casa. –Quiero ir a un sitio tranquilo.

Mamá debía de estar preparada con un montón de preguntas para mí.

– ¿Mi departamento? –dudó.

Asentí.

–Tu departamento.

Aunque luego de la declaración de Zack, esto me hacía pensar que posiblemente se deba a... ¿celos?

¿Zack Cleveland celoso de otro chico?

¡Esto debía de ser un milagro!

Ese idiota es tan egocéntrico, y tan confiado de sí mismo que era un milagro verlo celoso.

Aunque James era muy bien parecido.

Lo miré de perfil mientras conducía.

Cabello rubio, liso peinado hacia arriba, ojos grises, labios ni delgados, ni gruesos, piel pálida.

Agregándole un cuerpo increíble.

Debía admitir que era muy sexy.

El camino fue en silencio, y apenas entramos a su departamento, me senté en el sofá  y me quité los tacones.

Esas cosas eran unos artefactos infernales, no sé cómo la mayoría de las chicas usaban esa porquería a diario.

– ¿Algo de beber? –ofreció.

–No, gracias.

Se sentó a mi lado.

– ¿Quieres hablar de lo que pasó? –soltó de repente.

Lo miré con los ojos bien abiertos.

¿Cómo sabía que había pasado algo?

–Lo percibí. –dijo, contestando a mi pregunta.

– ¿Qué ahora también lees mentes? –bromeé.

Él rió.

–Posiblemente, luego abriré mi propio negocio y me haré multimillonario. –me siguió el juego.

También reí.

Como ya dije una vez: James Zaccadeli es la mejor persona para hacerte olvidar un mal momento.

Solté un suspiró, y proseguí a contarle cada detalle de lo que había sido mi tarde.

Él me escuchó atentamente, y no me interrumpió en ningún momento.

Cuando terminé de relatar lo sucedido, una gran sonrisa se posó en sus labios.

–Por fin movió las fichas el chico, ya se estaba tardando. –dijo. –Iba a ser un imbécil si no hacía nada, ¿y tú? ¿Qué harás?

–No lo sé. –admití. –De alguna forma, y creo que me golpearé después de decirlo, me pareció muy tierno todo lo que dijo.

– ¿Cómo te sentiste cuando te confesó todo?

Comencé a hacer memoria de cómo me había sentido en ese momento.

–Fue muy extraño, era como si mi estómago comenzara a convulsionar, y mis labios sintieran esa necesidad de sonreír, aunque no lo hice, pero fue muy extraño, jamás me había pasado. –confesé.

– ¿Y cuando te besó?

¿Cómo me había sentido cuando me besó?

Realmente no me había detenido a pensar en eso.

–Fue, casi lo mismo, pero diferente, ¿entiendes? Era como si todo se congelara alrededor, pero no fue como en las películas donde se escuchan fuegos artificiales ni nada de eso, fue... simplemente diferente, y ni siquiera puedo compararlo con otra persona porque fue mi primer beso.

Su sonrisa se anchó.

–Están enamorados, ya era hora de que se diera cuenta.

– ¡¿Qué?! –exclamé escandalizada.

¿Enamorada? ¿Yo? ¿Isabel? ¿Enamorarse?

Esas palabras no iban juntas.

¿Estaba enamorada?

¿Realmente?

¿Y de Zack?

¿Qué demonios es esto?

De todas formas, ¿qué era el amor?

¿Cómo sabía que estaba enamorada si nunca lo estuve antes?

¿Cómo era enamorarse?

–Lo estás, ambos lo están el uno del otro, sólo que tú no lo habías querido ver. –sentenció.

– ¿Yo? ¿De él? ¡Pero si no lo soporto! –solté.

–A veces solemos tratar con insolencia a alguien, por el simple hecho de que nos gusta.

Me quedé pensando en sus palabras.

No tenían sentido, pero a la vez sí lo tenían.

Lo sé, lo sé, ni yo misma lo entiendo.

–Pero, ¿cómo sé que lo del beso no fue sólo porque era mi primer beso? ¿Cómo sé que no es otra persona?

Aún no podía creerlo, me negaba a aceptar esa loca teoría de James.

Entonces, posó una mano en mi mejilla.

–Yo te demostraré que estás enamorada de Zack. –dijo. – ¿Cómo te sientes ahora?

Hice una pequeña mueca.

–Como si alguien tocara mi mejilla. –dije con obviedad.

Se acercó, quedando a pocos centímetros de mi rostro.

Sentí como si el aire me llegara con dificultad.

– ¿Y ahora? –susurró, con sus labios cerca de los míos.

–Como si estuvieses demasiado cerca. –admití.

Esta vez, me dio un corto beso en los labios, casi como un roce.

– ¿Y bien?

–No se sintió igual, mi estómago no hizo su convulsión, y no se congeló nada alrededor, sólo se sintió como si algo se pusiera sobre mis labios, y listo.

– ¿Lo ves? Esas cosas sólo las sentirás con Zack, ¿y por qué? Porque, tú, mi querida amiga Isabel, estás enamorada de Zack Cleveland.

–O tal vez el beso fue muy corto.

No quería admitir que sólo Zack provocaba todas esas sensaciones.

James elevó una ceja.

–No creo que quieras volverlo a repetir. –dijo.

Suspiré rendida.

– ¡Bien! –exclamé dándome por vencida, y admitiendo algo que hace un tiempo debía admitir. –Tal vez tengas razón sí, ¡tal vez todos tuvieron razón y yo era la única negada a ver la realidad! –seguí, y mi voz se puso algo temblorosa. Tragué pesadamente, antes de proseguir con lo que diría a continuación. –Tal... tal vez, ¡tal vez esté enamorada de Zack! Oh para qué seguir engañándome, ¡estoy enamorada del imbécil, gilipollas de mierda de Cleveland!

Nota de la autora:

No me maten, no me maten.

Bien, aquí les traigo el nuevo capítulo que todas esperaban.

¡Al fin Isabel confesó su mayor temor!

¿Y ahora qué hará? ¿Aceptará ese amor así de fácil?

Quiero que sepan que a pesar de todo, Isabel seguirá siendo la misma chica malhumorada y sarcástica que es, no se dejen engañar por los últimos capítulos.

¿Cuántas quieren un Cleveland para tenerlo de novio?

*-*/ yo quiero un millón!!!

¡Ojalá pudiese abrir una fábrica de Cleveland's!

Gracias por todos sus votos y comentarios.

Creo que ya no podré contestar todos, espero que no se molesten.

¡Espero que tengan un(a) bonito(a) día o noche!

Voten y comenten si les gustó el capítulo.

Bueno, aquí en mis país son las 3 a.m. (notese que las quiero y les subí el cap) y estoy muerta, así que me despido.

Nos leemos luego!

¡Los quiero!

Xoxoxoxoxoxoxoxoxoxo.

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