¿Cómo borras de tu mente a alguien? A veces, no puedes.
Cuando te enamoras, permites que esa persona tome todo de ti, te tatúas su nombre en el corazón, su silueta en tu mente y su voz en tu alma.
Pero no todo es de color de rosas, no, si tienes que romper tu propio corazón para que la otra persona esté bien, no cuando tienes que llorar por saber que la otra persona se mantendrá con vida y no le harán daño.
No cuando tienes un trabajo peligroso, en donde el corazón, no vale nada.
Una vida llena de problemas, lo único que trae es problemas. Y entregar al corazón a alguien es incluso más peligroso que estar al borde de un acantilado.
Por ello no puedo volver a mantener el amor cerca.
(DONT KEEP LOVE AROUND)
—Es hora Lauren, tenemos un trabajo que cumplir—dijo mi hermano, tocando mi hombro para que le prestara atención. Estábamos en la antigua bodega de mi padre, teníamos que vengar su muerte. Este sería el último trabajo que haríamos, el último para intentar desaparecer de este mundo, lo único que restaba para buscar un nuevo rumbo en nuestras vidas. Uno que no persiguiera mi pasado y que me ayudara a olvidar todo lo que perdí.
Intentaba concentrarme en todo lo que tenía que hacer, pero mi mente estaba aún buscando respuestas sobre todo lo que ha pasado. Mientras acababa de alistar mi equipo de protección, recordaba cómo había tenido que aprender todo para estar aquí, como tuve que abandonar todo por algo que no valía la pena y que solo había consumido a mi familia.
— ¿El resto del equipo?—pregunté ya lista
—esperan en las camionetas, es hora de irnos. Tienen que pagar por lo que hicieron—asentí y camine detrás de él, todo estaba oscuro y solo estaban prendidas las luces de los autos. Acabe de acomodar mi ropa y subí con el resto de mis compañeros. Los nervios me invadían, no era algo que sucediera todos los días, ir a luchar contra tu máximo enemigo para salvar el nombre de tu familia.
—ya saben qué hacer, todos preparados, cualquier persona que no sea de nosotros recibe una bala, ustedes se encargarán de los guardias y Christopher y yo de los jefes, hagan bien las cosas. Ya saben lo que pasa si a alguno decide traicionarnos—todos asintieron y durante el camino todo se mantuvo en silencio. Nuestro destino estaba cada más cerca, la hora se acercaba y sabíamos que esto se pondría violento.
—tienen aproximadamente 5 minutos para entrar, las alarmas fueron desactivadas pero no demorarán mucho en prenderse otra vez. Hora de trabajar—dijo mi hermano al abrir la puerta, todos de manera ordenada salieron del auto y cada uno fue a sus posiciones.
—No te alejes demasiado de mí. Tu cubre mis espaldas que yo cubriré la tuya—asentí y una rara sensación recorrió mi cuerpo, no era la primera vez que teníamos que atacar algún lugar, ese era nuestro trabajo. Los nervios comenzaron a afectarme un poco. El significado de la venganza encendía mis sentidos, esto no era un trabajo, eran muchas vidas por dos que nos arrebataron.
—vive esta noche Chris, no puedo perderte a ti también—lo vi medio sonreír y hacer con la mano una señal para que todo el equipo comenzará a entrar a la gran mansión. Él volteó a mirarme y pude ver el mismo miedo que yo sentía, en sus ojos. Solo quedábamos ambos, la vida nos había arrebatado a todas las personas que queríamos y perdernos uno al otro significaría perder lo único que nos queda para mantenernos aquí.
—Lo mismo digo Lauren, ahora camina—con una granada rompieron la puerta y los disparos comenzaron a venir de ambas partes. Lo importante de ganar una batalla, estaba, en que siempre tienes que tener superioridad o igualdad numérica, si tienes menos, seguramente termines muerto y eso es algo que no podíamos permitirnos.
Después de unos minutos, en los que sigilosamente intentábamos entrar, pude apreciar con más detenimiento lo que era tener en tus manos, el poder de acabar una vida. De sentirse como Dioses con la potestad y derecho de arrebatar el futuro de alguien, sin conocer que hay detrás de cada uno. Y a veces así es la vida, aunque suene cruel. Los humanos somos así, nos gusta la destrucción y solo pensamos en nosotros mismos, nos sentimos dueños del mundo y el acabar con una vida, no significa nada.
Ya dentro de la mansión de los Mahone, los narcotraficantes que habían acabado con mi familia, los desgraciados que habían llenado de venganza al nombre de los Jauregui. Caminamos por todos los pasillos, buscando la entrada de la habitación del menor de los Mahone, el lugar en donde acabaríamos con una etapa y cerraríamos el círculo de destrucción en nuestras vidas.
Al abrir la puerta un grupo de personas nos interceptaron, nos golpearon y en muchos intentos desesperados de librarnos de ellos, sentí una punzada en mi lateral derecho.
—Los tenemos—escuche a alguien decir por una radio.
—Cabello, tu turno, sabes que hacer—esperaba que ese apellido solo fuera una más y no el de ella. Por alguna extraña razón, mi corazón comenzó a latir tan fuerte, que en cualquier momento saldría de mi cuerpo.
—Quiero verte cuánto te mate—escuche que dijeron y me retiraron el pasamontañas que llevaba, yo tenía la mirada en el piso y estaba de rodillas. —No me escuchaste—sentí un golpe en el estómago—levanta la mirada, quiero tener el placer de que me mires cuando te mate. —hice lo que me dijeron y mi peor pesadilla estaba frente a mí, un sueño que jamás imagine cumplirse y la peor tortura que mi corazón pudo aguantar. Ver a la chica que solía curar mis golpes, la persona a la que le seguía perteneciendo mi corazón y el alma más pura que había conocido. Apuntando a mi cabeza con un arma.
Flash back
—tengo que irme Camz—ella rodeaba mi cintura y yo tenía mis manos en sus mejillas, limpiando las lágrimas que caían por ellas—ya hemos hablado de esto y es algo que sabías qué pasaría—sentía como agarraba en su puño mi camiseta—te amo y siempre lo haré, aun cuando no vuelvas a saber de mí—me abrazo escondiendo su rostro en mi pecho y comencé a llorar con ella, era difícil soltarla de mi vida, me era casi imposible intentar tener una buena despedida. Decir adiós, a veces duele, pero es necesario.
—hay una solución, buscaremos una solución. No tienes que irte amor—me quede en silencio por unos segundos, no tenía elección, tenía que irme y el tiempo se agotaba. Aunque toda mi razón me pedía que me quedara, sabía que no era lo correcto y que tenía que dejar de jugar con el destino y la vida de las personas que quería.
—no la hay Camz y será lo mejor para ambas. No quiero que te pase algo, sabes que tengo que irme—negó en mi pecho y sabía que rompernos el corazón era más saludable que ponerla en riesgo. No podía tener en mi conciencia que el amor, podía acabar su vida y de paso se llevaría la mía.
—llévame contigo Lolo, no me dejes, no puedo vivir sin ti—suplicó y con un poco de conciencia, rompí en mi mente todo lazo entre nosotras. No podía, no debía seguir aquí.
—lo harás amor, cumple tus sueños. Vive tu vida, yo solo he dado problemas, a ti y a tu familia—bese su frente y la separe de mí un poco—prométeme que sin mí seguirás adelante y estudiaras lo que más quieras, no dejes que tu padre te imponga como debes vivir. Se tú y sé que llegaras a donde tú quieras—le sonreí—te amo por siempre amor, no lo olvides—le di un beso de un par de segundos, nuestro beso de despedida y el que más valorare hasta el día en el que muera.
—te amo Lolo, por siempre.
Fin del flash back
—Levanta la cabeza de una puta vez—sentí otro golpe en mi estómago, después de verla no pude hacer más que bajar la mirada una vez más.
— ¿No escuchaste a la señorita?—me sujetaron de la mandíbula y me obligaron a mirar a la persona que llevaba un arma apuntando hacia mí. A la persona que tenía el centro de mi vida—La...La...Lauren—dijo, quien había sido la persona más importante en mi vida, ahora volvía a decir mi nombre y en sus manos le estaban entregando una parte más de mí, una más de todas las que aún le pertenecían, mi destino y muerte.
—hola Camila—intente decir de la forma más fría del mundo, no podía mostrarme débil, aunque por dentro estuviera deseando levantarme a abrazarla. —qué lindo volver a verte, aunque no el en mejor lugar para reencontrarnos, después de tanto—hice una media sonrisa y sentí un fuerte golpe en el rostro, no dolió tanto a diferencia de todo lo que sentía al verla de nuevo.
—vaya, vaya. Así que conoces a mi amada Camila—levante la vista a la persona que había dicho eso, era el hijo de los Mahone. Austin. —Será aún más placentero matar a alguien que conoce mi musa, ¿No es así Camila?—sentí el frío del metal de un arma, pasar lentamente por mi rostro, como si de un juego se tratase—ahora dime, ¿cómo la conoces?
Me quede en silencio, no creo que decir que Camila fue mi ex novia ayudaría en esta situación.
— ¡RESPONDE!—gritó
Una vez más me mantuve en silencio, hasta que sentí un golpe en mi lateral, el dolor fue insoportable e hizo que me retorciera.
— ¿Ella es?—le pregunto a Camila, que la vi asustada sin responder— ¿ella es la chica con la que estuviste?—me miró y vi el horror en sus ojos, el color café de su mirada era sin brillo, era opaco y mostraba miedo. Vi como tomaba a Camila del cuello y la levantaba del piso. Nadie debía tener el derecho de tocarla de esa forma, pero era algo que yo no podía cambiar y aun peor, algo que intente evitar que le pasara, hace un par de años—solo preguntare una vez más Camila. ¿Es ella?
— ¡Déjala!—grite desesperada y vi cómo la soltó, como si de un trapo se tratase.
—Tú eres. Tú eres la chica que hizo que Camila estuviera confundida sobre su sexualidad. Tú eres la culpable de que me haya rechazado miles de veces por qué "te esperaba". Por tu estúpida culpa pase vergüenza porque me había enamorado de una puta lesbiana. Pero mira quién ganó—comenzó a reír y la ira comenzó a invadir mi cuerpo—ahora tengo más razones para acabar a los Jauregui, siempre gano querida.—volvió a golpearme, pero lo único que me importaba era que ella estuviera bien, y los golpes no eran tan fuertes, como el verla aun en el suelo retorciéndose de dolor—aún recuerdo el dulce placer de ver a tu hermana... ¿Cómo le decías?...Tay—río una vez más y mi corazón se encogió por completo, había golpeado los dos lados más sensibles de mi vida—gritaba cada vez que la tocaba, sus gritos me excitaban cada vez más. Fue una buena noche, lástima que tenía un final y no pude disfrutarla un poco más
—hijo de pu..—sujeto mis mejillas con fuerza
—Mucho cuidado con lo que dices Jauregui, no adelantes tu muerte haciéndome enojar—me empujó hacia atrás, el dolor me volvió débil, con mi brazo alcance a tocar mi lateral y vi mucha sangre. De todas formas moriría. Y lo haría, con las dos imágenes más fuertes en mi cabeza. Camila herida y el recuerdo de la muerte de mi pequeña hermana.
Flashback
— ¿Cuando regresa Tay con papa?— le pregunte a Chris, tenía un mal presentimiento sobre algo, pero no podía descifrar la razón.
—Hace un par de horas dijeron que estaban en camino, no deben tardar en el llegar—trague saliva y seguí jugando videojuegos con mi hermano.
—De acuerdo, hasta que lleguen, veamos quien pierde una vez más—reí.
—no me ganaras esta vez Lauren, la última hiciste trampa—ambos reímos y él me empujo del hombro
—Pequeño hombrecito, no puedes ganarme—reí y él me miro con su típico rostro de enfado, frunciendo el ceño y mordiéndose el labio inferior.
—Señor Christopher y señorita Lauren, creo que tienen que venir a ver esto—dijo el mayordomo de la familia.
—Espera un minuto, solo terminamos esta partida—dijo mi hermano, le estaba dando una paliza en lucha grecorromana, nunca logro ganarme.
—Realmente, dudo que pueda esperar a que vean esto—pude ver como el alto y delgado mayordomo que teníamos, tragaba saliva intentando ocultar sus nervios.
—Vamos, ¿Qué ocurre?—dije, poniéndome de pie
— ¡Hey estábamos jugando!—protesto
—puede ser algo importante, podemos seguir luego—resignado mi hermano se levantó y camino detrás de mí. Bajamos por las escaleras de nuestra gran mansión y nos dirigimos a la entrada en donde vi dos cajas abiertas en el piso. — ¿por qué les abriste sin autorización?
—Es mejor que vea dentro señorita—lo mire enojada y con Chris nos acercamos un poco más.
La peor, la horrorosa y la más traumática imagen de las cabezas de mi padre y hermana guardadas en aquellas cajas.