-¿Qué quiere decir concretamente? ¿Qué complicaciones?- cuestioné.
-Era más líquido del esperado y encontraron no sólo un aneurisma, sino que dos, pero el segundo estaba oculto abajo del primero, por eso no lo habían visto antes. Afortunadamente era más pequeño y lograron solucionarlo. El doctor Kennedy consideró oportuno analizar exhaustivamente la zona afectada, tomando más tiempo del esperado, pero todo ha salido bien- sonrió-. Su esposa saldrá en unos minutos de cirugía y la llevarán a recuperación.
-Muchas gracias, doctora- suspiré.
-Ahora puede ir a ver a su hijo, Contraalmirante.
-Primero me aseguraré de que Emma despierte... Aunque ahora surgió algo nuevo- señalé el televisor-: alguien le está diciendo a la prensa sobre el estado de mi esposa y de su operación, no puedo dejar que se filtre información como si nada, se podría interpretar de muchas maneras.
-Jack, cuente conmigo para lo que necesite, y le puedo jurar que todo el equipo que ha estado al pendiente de su esposa e hijo está compuesto por personas de toda la confianza, por lo mismo el jefe así lo quiso.
- Gracias nuevamente, doctora, tendré en cuenta lo que ha dicho. Con permiso, debo informar a mi familia la noticia.
-Adelante, Jack- sonrió y comencé a caminar.
Fui hasta la sala de espera, donde estaban todos aguardando, al verme se levantaron de sus asientos y se acercaron a mí rodeándome.
-La cirugía tuvo ciertas complicaciones, pero el doctor Kennedy logró solucionar todo y en unos minutos Emma saldrá del quirófano para llevarla a recuperación.
Todos se alegraron por la noticia y se abrazaron entre ellos, Mary Margaret se acercó a mí y me abrazó, al igual que Abie y Killian. Quizás ahora podríamos dormir en paz.
-Jack- me llamó David-, lamento mi reacción de hace unas horas, sé que estuvo mal y que todo esto te debe tener aún más agobiado, así que pido me disculpes, no debí exaltarme sabiendo que tenías razón.
-Está bien, David- le sonreí-, lo que importa es que Emma está bien y pronto se recuperará.
David me sonrió de vuelta y me abrazó, agradecido por lo que le había dicho. Killian se acercó a mi lado cuando me aparté de David y con una sonrisa en la cara me demostró su satisfacción.
-Te dije que estaría bien- me recordó.
-Y yo te dije que eso esperaba.
En ese momento mi celular comenzó a sonar, lo saqué de mi bolsillo y respondí: era papá informando que todo estaba bien en mi casa y que Thomas ya estaba descansando en su cuna. Le informé sobre la operación y él y mamá se alegraron por la noticia, luego se despidieron y aproveché el tiempo para enviarle un mensaje a Dana y decirle lo mismo.
-Jack- me llamó Killian-, los doctores- indicó a los profesionales que se acercaban a nosotros.
-Contraalmirante- dijo el doctor Kennedy-, esta a sido una linda noche para salvar una vida- me sonrió y automáticamente una sonrisa apareció en mi rostro-. Como le habrá dicho mi esposa, se presentaron ciertas complicaciones, pero nada que no se encuentra ahora bajo control. Todo lo que falta es esperar a que Emma despierte y ver si su memoria ha vuelto a la normalidad- explicó.
-Aguarde- intervino David-, ¿eso quiere decir que aún no sabemos si estará bien?
-Lamentablemente no podemos asegurar nada- respondió el especialista-, pero esperamos que todo salga bien- David asintió.
-Muchas gracias, doctor Kennedy- le estreché la mano-, ¿Cuándo podría ver a mi esposa?
-Ahora la llevan a su habitación, así que ya puede ir. Probablemente tarde unas horas en despertar, o quizás menos.
-¿Hay algo más que debamos saber?- dudé.
-No, eso es todo, ya puede ir con ella.
-Gracias a todos- le dije a los otros doctores.
-No hay de qué, Contraalmirante- Kennedy sonrió y se dispuso a retirarse.
-Doctor- lo llamé y se volteó-, podría acompañarme un segundo- indiqué el pasillo.
-Claro- comenzamos a caminar, apartándonos del resto-. ¿Ocurre algo?
-La prensa se enteró de la operación de Emma sin que yo lo autorizara, ya que el procedimiento sería que yo informara al país de todo o usted, que es el médico cabecilla en esta ocasión y aún no logro saber cómo fue que pasó. Su esposa me dijo que su equipo era de total confianza, pero aún así necesito que esté atento en caso de que alguien esté entregando información. Espero que no se ofenda ni nada por el estilo- me apresuré a decir.
-Para nada, Contraalmirante, entiendo perfectamente su punto y créame que si llego a saber si fue alguien de mi equipo, me haré cargo personalmente.
-Muchas gracias, doctor; de todas formas investigaré entre mis agentes.
-De acuerdo, señor- dijo y se fue.
Volví con el resto de la familia y les dije a David y Mary Margaret que podían ir a acompañar a Emma, para que luego fueran a casa a descansar, porque se notaban exhaustos y si se volvían a dormir en la sala de espera tendrían tortícolis. Ellos aceptaron y de fueron con la doctora Garcés hasta el cuarto de Emma, mientras que yo fui a indagar sobre el estado de McMillan.
-El agente despertó hace unos minutos, ahora está con su familia que llegó unas horas antes- me dijo el doctor Roberts-. Puede entrar a verlo si desea- indicó la habitación que estaba a unos metros.
-Sí, muchas gracias- dije y fui al cuarto.
Al llegar golpeé la puerta y al instante me abrieron. En el interior estaba el agente, que se incorporó tan rápido como pudo al verme entrar, y su padres que se sorprendieron por un momento al verme.
-Descanse, agente, deje el protocolo para cuando esté bien- le sonreí-. Es un placer conocerles- les dije a sus padres, estrechando la mano de ambos-, soy Jack Foster.
-El placer es nuestro, Contraalmirante- dijo el padre.
-He venido a decir que lamento todo lo que ha pasado y que estoy profundamente agradecido por lo que hizo, agente. Logró poner a salvo a mi familia y reaccionó como su superior le ordenó, sin poner en tela de juicio la indicación, pese a que sabía cuál sería la consecuencia y eso es realmente admirable. En la guerra aprendí que todos tendremos miedo, pero cómo reaccionemos frente a ese miedo nos diferencia de un buen o mal soldado.
-Muchas gracias, señor, aprecio sus palabras- dijo el agente-, pero ¿cómo se encuentra su familia? Mis padres ya me comentaron lo del agente Benson- comentó con tristeza.
-Emma está en recuperación, tuvo que ser sometida a una operación, pero todo salió bien y Thomas ya está en casa con mis padres, todo gracias a usted y al sacrificio del agente Benson. La agencia ya se está encargando de preparar su sepultura y de apoyar a la familia.
-Señor... Fueron los camarógrafos en motocicleta, Benson intentó despistarles- relató con tristeza en su mirada-, se esforzó todo lo que pudo- sus ojos se cristalizaron, me acerqué a él-... Y aún así no lo logramos.
-Claro que lo lograron- puse mi mano en su hombro con cuidado-, el que estés ahora con tus padres es un claro ejemplo de ello. Debes estar orgulloso de lo que han hecho y jamás olvidar el ejemplo de tu superior, ¿entendido?- dudé.
-Sí, Señor- esbozó una sonrisa.
-Muy bien- imité su gesto-, ahora debes descansar. Con permiso- les dije a todos antes de salir.
-Adelante, Contraalmirante- me dijo su madre.
Salí del cuarto y fui con los padres de Emma, para ver si ella había despertado, pero vi a través del cristal que no era así, asique me acerqué al agente Durán, que hablaba con otros de sus colegas, dándoles indicaciones.
-Durán- llamé.
-¿Si?- se acercó a mi lado.
-Hay alguien en este lugar que le está dando información a la prensa, encuéntrelo y encárguese de él o ella- ordené.
-Eso haré, Señor- asentí y entré al cuarto de Emma.
Ellos me observaron entrar y me indicaron que me sentara en una silla acolchonada que estaba al lado de la cama, para poder estar a su lado. Informaron que ellos se irían a casa para descansar, porque luego sería mi turno y así ella no estaría sola cuando yo tuviera que hacerlo, aunque claro yo no me iría por más que insistieran. Se despidieron, diciendo también que le informarían a Killian y a Abie, insistiendo además de que no requerían de agentes para estar seguros.
-Emma, ya tenemos experiencias como estas anteriormente, y no creo que el que hayan abierto tu cráneo haga mucho la diferencia, así que sé que me estás escuchando-tomé un sorbo de aire y puse su mano entre las mías, estaba fría, como siempre-. Te juro que te dejaré dormir todo el tiempo que quieras, pero necesito que intentes despertar para saber cómo estás y si tu memoria volvió a la normalidad, ¿okay?... Bien, en cuanto a Thomas, mis padres lo llevaron a casa y ya está descansando en su cuna, y respecto a McMillan, fui a verlo, está mucho mejor y bien acompañado por sus padres, se alegró de que ustedes estén mejorando y le agradecí por todo.
Sentí cómo los parpados de mis ojos comenzaban aumentar de peso, primero de gramos y luego de un segundo a otro a toneladas. Recuerdo acomodar mi cabeza a un costado del brazo de Emma, sobre los míos, para que no me doliera el cuello y me dormí inconsciente y profundamente.
Los rayos del sol penetraron en el cuarto, haciendo que despertara por la molestia que me causaba. Abrí los ojos con desgano y pasé mi mano por mi rostro para ayudarme a despertar, vi cómo mi amigo abría las cortinas del cuarto, probablemente eran pasadas las diez de la mañana.
-¿Qué haces?- bufé.
-¿No es obvio?- respondió divertido-. La enfermera dijo que era mejor para el cuarto, pero ella no quería despertarte.
-¿A pasado algo nuevo?- pregunté volviendo mi mirada a Emma, quién aún dormía.
-No, nada de lo que me haya enterado.
-Espero que eso sea bueno- miré al piso.
-Me duele la cabeza- escuché un susurro.
-Jones, ya te he dicho que odio que susurres- dije de mala gana.
-Yo no dije nada, tarado- levanté la vista y lo miré sin entender, él estaba mirando por la ventana.
-Fui yo, idiotas- abrimos nuestros ojos como platos simultáneamente.
-¡Emma!- exclamamos al unísono.
-¿Son sordos o qué? He dicho que me duele la cabeza- nos reprendió, aún tenía sus ojos cerrados- Cierren las cortinas, por favor- Killian no dudó ni un segundo en hacerlo.
-¿Qué más sientes, cariño?- pregunté con un volumen bajo.
-Nada más, es sólo un poco de jaqueca- le restó importancia.
-Iré por el doctor, dijo que le mantuviéramos informado- dijo mi amigo.
-Gracias- le dije, asintió y se fue.
-¿Cómo estás?- tomé su fría mano y la besé.
-Bien- esbozó una sonrisa-, aunque preferiría que no te limitaras a besar sólo mi mano- solté un carcajada.
-Créeme que lo hago- me levanté un instante del asiento y le di un casto beso en los labios.
-Amo tus besos- sonrió.
-Y yo amo todo de ti- acaricié su cabello.
-Te amo más- se sonrojó.
-Pero yo te amé primero- sonreí victorioso.
-Corrección, tú lo dijiste primero- alzó una ceja.
-Siempre es mejor decirlo- volví a besar sus labios.
Alguien golpeó la puerta y luego de que le indicara que pasara, así lo hizo. Era el doctor Kennedy acompañado por su esposa y la doctora Garcés. Me sentía muy expectante por saber si la operación fue o no un éxito.
-Hola, Emma- la saludó-, ¿recuerdas quién soy?- un rotundo silencio nos rodeo un instante.
-Doctor Kennedy, ¿verdad?- una amplia sonrisa se formó en el rostro del doctor, entonces comprendí.
-Exacto, Emma-respondió feliz.
-Lo recordé- dijo con una amplia sonrisa-... Lo logré- se aferró a mi mano y noté lágrimas en sus ojos-, pude recordarlo, Jack.
-Así es, cariño, lo lograste- besé su frente.
-Muy bien- habló Kennedy-, doctora Garcés, díganos cuál será el procedimiento a seguir- le indicó a la interna.
-La señora Foster seguirá bajo observación, para corroborar el éxito de la operación y poder monitorear el estado de su bebé- explicó.
-Y es por lo mismo que nuestra cirujana neonatal, obstetricia y ginecóloga, la doctora Blake Kennedy, está aquí- anunció el doctor indicando a su esposa.
-Es su esposa- agregué, Emma asintió.
-A partir de ahora yo me haré cargo de su bebé, si así lo acepta- dijo la doctora.
-Blake se ha enfrentados a casos como este anteriormente- explicó el doctor- y muchos de ellos han terminado en un exitoso procesos.
-No debemos recordar que el estado del bebé es crítico y que un imprevisto podría arriesgar la vida de la madre, pero si realizamos el seguimiento oportuno este no sería el caso- continuó Blake-. Entonces, ¿qué dicen?
Miré a mi esposa por un minuto hasta que ella asintió, si bien ella sabía que tenía miedo me dedicó un pequeña sonrisa que mi hizo saber que todo iría bien, que sólo tenía que confiar.
-Doctora, sé que si mi bebé llega a nacer tal vez no viva más allá de unas horas o menos- explicó Emma-, pero aún así daré todo lo necesario para poder tenerlo en mi brazos aunque sean unos minutos- tomó mi mano con fuerza-, incluso si significa dar mi vida a cambio- un nudo se formó en mi garganta-. Confiaremos en ustedes- sentenció.
-Aprecio su voto de confianza, Emma, haré todo en mis manos para darle lo que desee- la doctora le dedicó una cálida sonrisa-. Ahora iré a preparar a mi equipo para proceder- informó y se fue.
-Contraalmirante- Durán me llamó desde la puerta muy acelerado-, necesitamos hablar- miró a los doctores.
-Nosotros nos retiraremos, hasta luego- se despidió el doctor Kennedy.
-Adelante, agente- miró temeroso a mi esposa-. No se preocupe, ella se entera de todo.
-Es un gusto volver a verle, Señora- le dijo.
-Durán, tengo 20 años, no me digas señora- le pidió, él asintió.
-Dígame, agente- lo insté.
-Ya me he encargado de quién filtraba la información, era un enfermero a quién la prensa le había pagado para investigar.
-Ya veo... ¿Qué hizo con él?- cuestioné.
-Lo entregamos a la policía, diciendo que esperaríamos sus ordenes.
-Muy bien, sólo proceda con el procedimiento de rutina por ahora, luego veremos qué más hacer y que alguien indague sobre su vida, problemas económicos y familiares.
-De acuerdo, Señor- dijo-. ¿Necesita algo más?
-Sí, que se prepare otra conferencia de prensa, el doctor Kennedy y yo hablaremos sobre el estado de Emma para disipar dudas.
-Entendido, con permiso- se marchó.
-¿Qué harás con ese hombre?- preguntó Emma.
-Necesito saber si realmente necesitaba el dinero y si lo que hizo ha generado más problemas.
-Eso es una de las cosas que amo de ti- sonrió.
-¿Qué?- me acerqué a ella.
-Que pese a que te puedan lastimar buscas si hay alguna razón más allá de hacerlos... Eres un militar que ve lo bueno en las personas... De esos ya no quedan muchos.
-Y tú tienes la suerte de que sea sólo tuyo- la besé.
-Jack...
-¿Si?
-Sé que muchas veces crees que es tu culpa cuando me pasa algo malo, pero debes saber que no es así- dijo-. Tú me has dado todo lo bueno que tengo en mi vida- acarició mi rostro-, me diste un maravilloso hijo, un hermoso hogar, la boda de mis sueños...
-¿Esperabas casarte en plena guerra?- reí.
-Le dio el toque emocionante que le faltaba- ambos reímos-. ¡No interrumpas!... ¿En qué estaba?
-La boda- respondí.
-Oh, claro... Me diste experiencias que ninguna mujer ha experimentado a esta altura de la vida, y te amo por todo eso. Y si me pasa algo, debes recordar todos nuestros momentos felices y contarle a Thomas cada uno de ellos, para que sepa cuán feliz eran sus padres juntos- sus ojos se cristalizaron-, y si nuestro bebé también sobrevive nunca dejes que se sienta culpable o algo así porque mamá lo ama... Deben crecer llenos de amor con la esperanza de que volveremos a estar juntos.
-Por ésta vida y la eternidad- le sonreí.
-Por ésta vida y la eternidad-repitió.
FIN
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¡Aguarden el epílogo!
xoxo,
-K.