LA MÉDIUM

بواسطة LuliLerman

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Me llamo Amy Wesley y soy una Medium. Ayudo a los espíritus a solucionar sus asuntos pendientes, y en esta oc... المزيد

LA MÉDIUM
[Capítulo 1]
Capítulo 2 ~
[Capítulo 3]
Capítulo 4 ~
[Capítulo 5]
Capítulo 6 ~
[Capítulo 7]
~ Capítulo 8 ~
[Capitulo 9]
Capítulo 10 ~
[Capítulo 11]
Capítulo 12 ~
[Capítulo 13]
[Capítulo 15]
Capítulo 15 ~
[Capítulo 16]
Capítulo 17 ~

Capítulo 14 ~

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بواسطة LuliLerman

CAPTÍTULO LARGO. ESPERO QUE LO DISFRUTEN Y SUFRAN... Okey, lo último no xD

— ¡No! —gritó Amy, rehusándose a escuchar lo que aquel ángel tenía para decirle. Su presencia no representaba un buen augurio y no tenía intenciones de quedarse a averiguar qué quería.

— ¡Aguarda! —Aaron corrió tras ella y se colocó delante—. Necesito hablar contigo....

— Sí, yo también— se cruzó de brazos—. ¿Sabías que buscaste mal la dirección de Charlotte?

— En primer lugar la dirección la saqué de los pensamientos de Logan.

— Pues buscaste mal.

— ¿Podemos dejar de hablar de esto? Necesito mostrarte algo. Es muy importante.

El tono de seriedad que empleó provocó que Amy temblara. ¿Qué cosa podía ser tan importante?

Áaron la guió hasta el registro de ciudadanos. Ni bien entraron él se detuvo y ella le copió.

— Quiero que vayas a la recepción y digas tu nombre y apellido.

— ¿Por qué?

— ¡Solo hazlo! —le obligó.

Amy accedió a regañadientes y caminó hasta la recepción. Allí había una mujer trabajando en su computadora. Antes de hablar observó a Áaron como buscando su aprobación. Él estaba a su lado con un brazo apoyado en el mostrador.

— ¿Puedo ayudarla? —preguntó la mujer.

— Emmm... sí. Me llamo Amy Wesley y...

— ¡Oh, sí! —Se puso en pie con la sola mención de su nombre—. Al fin llegas.

— ¿Cómo? —observó a Áaron en busca de una explicación. Él simplemente se limitó a encogerse de hombros.

— Esto es para ti.— La mujer le extendió un gran libro con tapa de cuero y aspecto desgastado.

Amy tomó el libro algo intrigada. Sabía que todo aquello lo había planeado Áaron, ¿pero con qué objetivo?

— Sígueme —le susurró Áaron en el oído y ella no tuvo más remedio que seguirlo.

El lugar estaba vacío y la recepcionista desapareció por una puerta sin dejar rastro. Estaban completamente solos.

Áaron tomó asiento e hizo que Amy se sentara en frente de él. Cuando la joven estuvo a punto de abrir el libro, el ángel guía la detuvo.

—¡No!

Amy se asustó. Apartó sus manos del libro y las elevó a la altura de los hombros.

— No lo abras hasta que te diga.

— No estoy entendiendo nada. ¿Por qué querías que viniera aquí? Logan se dará cuenta de que estoy demorando mucho.

— Créeme que él ahora está concentrado en otra cosa.

Amy agachó la mirada para esconder su pena. Charlotte era más importante que ella.

— Escúchame —dijo él y ella lo miró—. Te traje aquí porque necesito mostrarte algo. Algo de lo que yo no estaba enterado y no tuve absolutamente nada que ver.

— Me estas asustando.

— Mira. Para que entiendas esto necesito que comprendas otras cosas —hizo una pausa—. Sé que eres una chica lista... pero no sé si te has hecho la pregunta del millón.

Amy frunció el entrecejo.

— Cuando alguien muere su alma siempre encuentra lo que busca. Siempre encuentran a sus seres queridos, no importan en dónde estén.

— ¿Adónde quieres llegar?

— ¿Por qué Logan no pudo encontrar a Charlotte? ¿Por qué no fue a su lado cuando murió?

Extraña pregunta pero muy certera. Amy jamás se había puesto a pensar en eso y había sido un gran error.

— Tienes razón... jamás había pensado en ello.

— Cuando Logan murió su espíritu quedó en aquel campo de batalla. Estaba desorientado, no sabía qué hacer. Miró como parte de sus tropas morían a manos del enemigo pero también disfrutó de la victoria. Cuando el campo de batalla quedó desolado, él aún no podía irse de allí, ¿sabes por qué?

— Sé que hay espíritus que se quedan barados en el mundo terrenal porque no encuentran la paz.

— Y es exactamente lo que le sucedió.

Al oír aquello Amy abrió sus ojos de par en par, olvidando cómo respirar.

— ¿Qué?

— Logan no podía encontrar la paz porque en lo único que pensaba era en vengarse de Damon. Día y noche pensaba en lo que Damon estaría haciendo, creyendo que convencería a Charlotte para que se quedara con él y al final se casarían y tendrían hijos. Viviría la vida que Logan había soñado y que nunca podría vivir.

— Eso es horrible... no puedo siquiera imaginarme lo desesperado que estaría.

— Créeme que sí lo estaba. No podía salir de aquel lugar. Estaba atrapado.

— ¿Y cómo hizo para salir?

— Hubo un día, después de mucho tiempo, en el que Logan comenzó a pensar en su familia, en sus amigos... en Charlotte. Comenzó a pensar en lo que ellos estarían haciendo. ¿Qué habría sido de sus vidas? ¿Aun pensarían en él? ¿Se preocuparían? ¿Le rezarían? Preguntas y sentimientos verdaderos de amor, sinceridad, pureza. —Se recargó en el respaldo de la silla y tragó duro—. Veras, a parte de mí existen otros ángeles. Yo vago entre los mortales como guía de aquellos espíritus que aún poseen asuntos pendientes. Me encargo de hacer que los cumplan y así puedan hallar la paz que tanto merecen. Sin embargo hay otros ángeles que están del otro lado y son superiores a mí. Ellos decidieron que Logan podía salir de su pequeño infierno, pero hubo un problema. Logan tenía un asunto pendiente.

— Pedirle perdón a Charlotte.

— Exacto. Ellos estuvieron de acuerdo con eso pero el deseo de Logan iba más allá. No le bastaba reunirse con Charlotte, él quería venganza. Deseaba con todas sus fuerzas encontrarse cara a cara con Damon y destruirlo por haber hecho de su vida un infierno. Logan quería poseer un cuerpo. —Apoya los codos sobre la mesa y se inclina hacia adelante, como si estuviese a punto de confesarle un secreto—. Nadie puede hacer eso, va contra las reglas. Tienes que tener la autorización de los superiores para poder hacerlo. Así que al final, los ángeles llegaron a una nueva decisión. Dejarían que Logan poseyera un cuerpo para ver a su amada, pero habría un castigo.

— ¿Un castigo?

— El hecho de querer volver a ver a Charlotte no era tan grave. Estaban de acuerdo en que él se despidiera apropiadamente, sin embargo, cuando su fue deseo más allá, las cosas fueron diferentes. Su deseo era egoísta, vengativo y cargado de odio.

»Él si quería ver a Charlotte, pero su principal objetivo era Damon.

— ¿Entonces qué...?

— Lo dejaron en una especie de limbo —le interrumpió. Hizo una breve pausa para que Amy asimilara las cosas y lo prosiguió—: Allí es donde van todas las almas que tienen asuntos pendientes y deben ser asignadas a un guía por diferentes razones. Logan llegó a mí un día. Nunca vi su ropa de militar porque cuando pasó al mundo mortal vestía con las ropas que lo viste al principio.

» Me dijeron que debía averiguar dónde vivía Charlotte y encontrar una Médium que lo ayudara con el resto. Soy un ángel guía, puedo hacer un par de cosas pero no todo. Es por eso que necesitaba la ayuda de alguien como tú. Alguien que lo guiara entre los vivos.

— Entiendo pero...

— Encontré la dirección de los padres de Charlotte gracias a que se me ocurrió buscar en los pensamientos de Logan. Por alguna razón, la mayoría de sus pensamientos estaban bloqueados. La verdad es que no le di importancia y seguí buscando lo que quería. Le dije que podíamos ir a verla pero él me dijo que no. La próxima vez que la viera sería estando con vida... como la vez en que la vio partir.

»Pasamos varios meses tratando de buscar a un Médium. Todas las que encontrábamos terminaban siendo rechazadas por Logan puesto que no le caían bien. Llegué a pensar que nunca hallaríamos a alguien con quien se sintiera a gusto. Hasta que te encontramos a ti. Créeme cuando te digo que él se dio cuenta al instante que tú serías la indicada. Yo confié en él, y veo que no se equivocó.

Amy sintió que sus mejillas ardían.

— Todo esto es genial y me alegra que me lo haya contado pero hay algo que aún no me ha dicho. ¿Cuál fue el castigo de Logan?

Áaron se recargó en el asiento nuevamente.

— Está en ese libro. —Haciendo un movimiento con su mano el libro se abrió de golpe y las páginas comenzaron a pasar como si una corriente de aire las moviera hasta detenerse de pronto.

Amy se inclinó hacia adelante. Lo primero que leyó le alegró. Lo segundo le hizo sentir una sensación de disgusto en el estomago. Y lo tercero... lo tercero hizo que un escalofrió le recorriera el cuerpo.

Sus ojos como platillos se elevaron para ver a Áaron, quien la observaba con tristeza.

— Imposible...—replicó Amy, estupefacta.

— Créeme que así es —respondió con pésame—. Ese fue su castigo. Eso se ganó por ser egoísta y querer vengarse de los demás.

— Pero... —sentía como si estuviese a punto de hiperventilarse.

— Tienes que decírselo.

— ¡¿Qué?!

— Es hora de que él sepa la verdad. Es hora de que él sepa cuál es su castigo.

El corazón de Amy latía desbocado en su pecho. No creía tener la fuerza suficiente como para decirle aquello.



Logan aun permanecía sentado, leyendo detenidamente los archivos. A pesar de haber leído prácticamente la mitad de los papales, no encontraba nada que le diera una pista de a dónde podía haberse ido Charlotte. Comenzaba a sentirse frustrado pero la esperanza aún seguía latente. Todavía faltaban archivos por revisar. Quizás, solo quizás, el nombre de Charlotte estaría allí. 

Amy entró en la habitación y al ver a Logan se le revolvió el estómago. No podía hacerlo. No podía contarle su castigo.

— Hazlo —escuchó la voz de Áaron en su cabeza.

— No puedo... —dijo al borde del llanto.

— Tienes qué. Tú eres su guía aquí, es tu deber.

Respiró profundo y contó hasta tres antes de acercarse a Logan. Se colocó delante de él y al instante Logan elevó la mirada.

— Al fin llegas, ¿por qué demoraste tanto?

— Logan, tengo que decirte algo— habló con cuidado.

— ¿Qué sucede? —No se molestó en ocultar su preocupación al escuchar el tono de voz de Amy.

— Encontré algo en unos archivos.

— ¿Es sobre Charlotte? —dijo, colocándose de pie. Amy asintió.

— Pero antes... tengo que mostrarte algo.

— ¡Lo que sea! —respondió tomando todos los papeles.

Mientras lo veía recoger las cosas un nudo del tamaño de una pelóta de tenis se formó en su garganta. Le dio la espalda a Logan y contó hasta diez con la esperanza de que eso le ayudara a aguantar las lágrimas. No podía verlo. No podía creer que habían sido tan malvados con él. Si Logan había sido malo ellos lo fueron aún más.

Deberían prohibir esas cosas en el cielo.

Logan entregó todas las carpetas y corrió nuevamente hasta Amy.

— ¿Qué esperamos? ¡Vámonos! —echó a andar directo a la salida.

— ¿Por qué lo prisa? —dijo ella caminando detrás de él—. Aún hay tiempo...

Caminaron por las calles y en todo momento Logan no dejaba de hablar. Se notaba que estaba eufórico y desesperado por saber todo. Por su parte, Amy se limitaba a no decirle nada.

A su lado se encontraba Áaron, quien intentaba evitar que se desmoronara. Lo veía en su rostro, estaba devastada.

— Yo jamás lo supe. Me acabo de enterar hace unos días y créeme que estoy igual que tú.

"¿Qué no se supone que no te involucras emocionalmente?" pensó ella.

— Tú lo hiciste.

"Él está vivo"

— Te enamoraste de él mientras aún era un fantasma.

Amy guardó silencio. No pensaba contestarle.

A medida que se iban acercando, Logan se ponía cada vez más insoportable. Amy no sabía qué hacer. El verlo así y pensar en lo que le hicieron le provocaba un dolor en la nuca.

— ¡Logan espera! —gritó para detenerlo y así llamar su atención.

— ¿Qué haces? —preguntó Áaron.

— ¿Qué sucede? —dijo Logan.

— Tengo que decirte algo. Algo importante.

— ¿Qué es?

— ¡No puedes decírselo aún! —chilló Áaron pero Amy hizo caso omiso de él.

— Encontré que... —mojo sus labios con la lengua—. Encontré que el padre de Charlotte murió.

— ¿Qué? —La sorpresa encontró cabida en los ojos de Logan— No... No... —Sintió como sus piernas se debilitaban y Amy tuvo que sentarlo en una banca —. ¿Cuándo pasó?

— En mayo. Él... él tuvo un ataque al corazón.

La respiración de Logan era entrecortada y las lágrimas asechaban en su mirar, enrojeciendo sus bellos ojos.

— No tienes idea de cuánto Charlotte amaba a su padre. Dos muertes en un mismo año... Oh, Diablos. ¿Por qué? —hundió la cabeza entre sus manos y comenzó a llorar.

— Logan, espera —acarició su espalda para darle ánimos—. Su madre visita su tumba todos los días... Y creo que Charlotte también lo hace con ella.

Logan elevó la mirada para verla. Su rostro estaba rojo y empapado.

— ¿Cómo lo sabes?

— Preguntar. La segunda opción, ¿recuerdas?

Él asintió y no se atrevió a cuestionarla.

— Vamos allá... ¿Verdad?

— Sí —dijo débilmente.

— Okay. —Se colocó de pie, secándose las lágrimas. Ya no estaba tan animado como antes pero al menos sentía que podría alegrarle el día a Charlotte. Ya no sufriría por dos muertes, nunca más.

Amy sintió como se había liberado de una pequeña parte del peso con el que cargaban sus hombros. Se volteó y vio el rostro de desaprobación de Áaron. Le dio poca importancia y volvió al lado de Logan. Finalmente llagaron al cementerio en dónde se encontraba la tumba del padre de Charlotte.

Aquel lugar era enorme y había demasiadas lápidas. Todo aquello se dividía en varias secciones y Amy y Logan tuvieron que caminar bastante para llegar a dónde ella quería.

— ¿Cómo te enteraste de lo de su padre?

— Se me dio por buscar en el registro de personas.

Siguieron caminando hasta que en determinado momento Amy detuvo a Logan.

— Aquella es —dijo, señalando una tumba de mármol negro.

Logan hizo amago de correr hasta allá pero Amy lo detuvo.

— ¡No! —le obligó a detenerse tomándolo fuerte por el brazo—. Hay algo que tengo que decirte.

— ¿Qué?

Ella se lo quedó mirando. Todo su mundo estaba cayéndose a pedazos, incluso ella. No sabía cómo diablos seguía pie. No podía hacerlo. No quería. No quería arruinar su vida; no deseaba verlo sufrir.

Los labios le temblaban y las palabras se rehusaban a abandonar su boca. ¿Por qué ella? ¿Por qué le tocaba a ella ser la mensajera?

— Vi a Áaron.

— ¿Qué? —Logan frunció el ceño, provocando que una de las arrugas de su frente se agravara.

— Lo vi mientras estábamos buscando en los archivos y— inspira hondo y toma fuerzas para continuar—, tuve una pequeña charla con él.

— ¿Sobre qué?

— ¿Logan tú me fuiste sincero?

— ¿A qué viene eso?

— Sé algo sobre ti... pero tú jamás me lo dijiste.

— No sé a qué te refieres.

— ¿Por qué no me dijiste que permaneciste en aquel campo de batalla después de morir?

Logan tragó duro y abrió sus ojos de par en par. Aquella confesión removió parte de su pasado.

— ¿Cómo lo sabes?

— Te dije que hablé con Áaron —vio como Logan desviaba la mirada—. Él me contó algo sobre ti. Me dijo que solo pensabas en vengarte de Damon.

— Él me dejó morir para estar con Charlotte— gruñó en respuesta.

— Como sea, estabas cargado de maldad. Demoraste en darte cuenta de que te importaban otras personas. ¿No es así?

— ¿Adónde quieres llegar? —habló algo molesto.

— Hubieron ángeles que te permitieron poseer un cuerpo y volver a ver a Charlotte. Pero lo que no te dijeron es que había un castigo —Logan la observó detenidamente—. Un castigo que hasta hace poco Áaron se enteró y fue él quien me lo contó.

— ¿Qué clase de castigo? —preguntó un tanto desesperado. El corazón latiéndole con fuerza en el pecho.

Las palabras no salían de su boca. No podía. Las lágrimas que caían de sus mejillas le impedían hablar.

— ¡¿Qué castigo?! —repitió él aun más histérico.

— Estuviste varado en aquel campo de batalla por 40 años...—soltó las palabras atropelladamente. 

— ¡¿Qué?! —exclamó estupefacto—. No... No eso es imposible. ¡Yo lo sabría!

Amy meneó la cabeza, frustrada. 

— Los espíritus no se dan cuenta del paso del tiempo. Tú moriste a los veintiuno y siempre adoptaste esa apariencia.

Fue entonces cuando Logan se percató de algo.

— Espera... ¿Cómo pude haber estado 40 años muerto siendo que fui este año a la guerra?

Amy se lo quedó mirando seriamente. Logan comenzó a alarmarse.

— ¿Qué está pasando?

Amy observó a Áaron y este asintió. Las lágrimas comenzaron a descender nuevamente.

— ¿Recuerdas que te pregunté en qué año habías nacido y tú me contestaste...?

— Mil novecientos noventa y dos —agregó rápidamente.

— No. Esa fecha te la dije yo... tú solo me dijiste noventa y dos.

— ¿Me equivoqué? —Preguntó lagrimeando, los labios le temblaban—. ¿Entonces no nací en... 1992?

— No.

— ¡¿ENTONCES CUÁNDO?! —las lágrimas de desesperación afloraron y todo su ser se encontró desesperado.

— Logan... —pronunció su nombre con dulzura, esperando que eso ayudara a calmarlo—. Cuando tu deseaste poseer un cuerpo para volver a estar con Charlotte, no lo hiciste solo por ella, lo hiciste también por Damon.

— ¡ME DEJÓ MORIR PARA QUEDARSE CON MI NOVIA! ¿Entiendes lo desesperado que estaba? ¡¿Qué harías tú si estuvieses en mi lugar?!

— ¡Eso no importa! Lo importante es que albergabas sentimientos de venganza y egoísmo. ¡Sí quieres entrar en el cielo y no vagar eternamente por la tierra debes borrar esos sentimientos!

— ¡NO PUEDO! ¿ENTIENDES? ¡NO PUEDO!....

— ¡Es por eso que te castigaron! Quisieron hacer esto para que te dieras cuenta de cuán importante son las personas que amas...

— ¿A qué te refieres? ¿Qué hicieron? —Ella no contesto—. ¡Amy , ¿dime que hicieron?! ¡¿Cuál es mi castigo?!

— Estuviste 40 años en el campo de batalla... Después, 60 años en el limbo —su respiración se aceleró al ver su rostro—. Logan tu naciste en mil ochocientos noventa y dos. Estuviste cien años muerto.

Se le paralizó el cuerpo. Su corazón dejó de latir por un vertiginoso segundo. Casi se cae de espaldas; las piernas no le respondían y sus rodillas eran endebles ante el peso de su propio cuerpo. 

— No... no, no puede ser verdad... No...

Retrocedió alejándose de Amy. Contempló las lápidas. Nombres de personas desconocidas; personas que quizás habían muerto hace cien años como él. ¡Era imposible!

Fijo la vista en la tumba que Amy le había señalado con anterioridad. Un cosquilleo le recorrió el cuerpo.Su respiración era entrecortada producto de las lágrimas que caían a mares por sus mejillas.

— Por favor no... —rezó y corrió en dirección a la tumba. Cuando llegó ante ella permaneció unos segundos en pie antes de caer de rodillas. Sentía como si volvía a morir nuevamente.

Amy se le acercó por detrás no sin antes darle su espacio.

— Damon era tu prioridad pero sabían que Charlotte era tu mundo —respiró con algo de dificultad—. Ellos te dejarían volver a verla... pero tu castigo sería no verla con vida.

Logan no dejaba de llorar. Quería borrar aquella imagen de su cabeza pero era demasiado tarde, su mente ya la había grabado a fuego en sus retinas.

"Charlotte Windstorm

1893 — 1988"

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