Grace
Estamos los dos cerca de la mesa, me doy la vuelta y me doy cuenta de que mis hijos no están.
—Amor y... —estaba apunto de decir Carrick— chicos donde estaba?
—Estabamos hablando solo que las chicas fueron al bano nos dijieron que despues no alcanzan en la mesa —dice Elliot.
—Claro vamos chicos, amor —dice Carrick.
Vamos a la mesa asignada y encontramos a la familia Kavanagh y a Ray con Carla charlando animadamente.
—Pero miren que viejo que estas Ray —dice Carrick, Ray se levanta y le da un abrazo.
—Tú me dices que yo estoy viejo pero tu estas peor, pero mira como estas de seguro los chicos te deben de estar dandote un dolor de cabeza tremendo sobre todo Elliot que es el mas grande no es eso cierto muchacho -dice dando un abarazo a mi hijo mayor.
—No, no —dice Elliot.
—Ahora la unica que no a cammbiado de esta familia eres tu Grace sigues igual ha como cuando éramos jovenes —Ray se acreca a mi y me da un abrazo y un beso en la mejilla.
—Y tú mujer también se cuida Ray —digo viendo de reojo a Carla que se levanta y viene hacia nosotros.
—Bueno que les puedo decir, Grace y yo tenemos el mismo secreto verdad amiga —dice ella con una sonrisa poniendo una mano en mi hombro.
—Claro y jamás les vamos a decir el secreto, hola querida ¿cómo estás?.
—No te puedo mentir me siento algo triste.
—Hay querida, como me gustaría ayudarte a que te sientas mejor —las dos vamos a la mesa.
—Estoy en eso, trato de llevar las cosas un poco más llevaderas.
—Eso están bien, corazón.
De reojo veo que llega mi hija Mía, pero viene sola y eso no me gusta.
—Buenas noche —dice cortés—, mamá ¿puedes venir por favor?.
—Claro, en seguida vuelvo —me acerco a Mia y ella se me acerca a la mejilla—, es Ana.
Mil cosas se me pasan por la cabeza de que este en en el baño vomitando, o peor que se haya desmayado.
—¿Donde está? —le preguntó preocupada.
—Esta en el baño.
—Voy yo tú siéntate en la mesa —le digo es mejor que ella no se involucre más.
Ella me hace caso y yo me voy al baño.
—Ana ¿está bien corazón?
—No, no sé que me pasa, siento que se me mueve todo —ella respira aceleradamente.
—Sientes ganas de volver todo —le preguntó tomando sus pulso.
—No —dice ella con dificultad para hablar.
—Ok Ana respira pausadamente —le dijo—, respira conmigo inhala contenlo exhala, una vez más.
Repetimos el mismo procedimiento tres veces más y ella está más calmada.
—¿Qué te pasó, Ana?
—No se, estábamos yendo a la mesa con Mia y ver a la señora a la que estaba saludando con papá y no se me dio una gran sensación como si los conociera.
—Corazón tranquila, ok si no te sientes como para estar en la mesa con Carla y Ray.
—¿Estas segura? no quiero arruinarles la cena —dice ella con lágrimas en los ojos.
—Corazón, tranquila yo me puedo ir contigo o si quieres te puedes ir con alguno de tus hermanos.
—Segura —dice ella con cara de no quiero ser grosera.
—Annie, tranquila te puedes ir tranquila.
—Gracias —dice ella abrazándome.
—Corazón no te preocupes ellos sabrán entender.