Insoportable [Sin editar]

By Erikadcgm

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¿Cómo podría describir a Zack Cleveland? Fácil: Idiota. Popular. Fastidioso. Egocéntrico. Orgulloso. El mayo... More

Insoportable.
1. Primer día.
2. Dos palabras: mala suerte.
3. ¡NO FUE UN SUEÑO!
4. Tutoría.
5. Y esto me pasa por ser amable.
6. Sed de venganza.
7. Fiesta de pijamas.
8. ¿Fantasmas?
9. Daniel, la reina del drama.
10. El final de la lista negra.
11. Visita a la enfermería.
12. Sustos casi mortales.
13. ¡Debo tener algo mal!
14. Traicinada de la peor manera.
15. Malas ideas.
16. ¿Qué demonios?
18. Salida con James
19. Bipolaridad nivel Cleveland.
20. Misterios, dudas y reencuentros.
21. Y más sorpresas a la vida de Isabel.
22. "20 de abril": día del baile de primavera.
23. ¿Qué demonios me está pasando?
24. Tiempo.
25. Veamos qué resulta.
26. Cena, los Cleveland y películas de terror.
27. Nuevos descubrimientos y sorpresas.
28. Día de playa.
29. Mucha acción.
30. Graduación.
Epílogo.
Capítulo extra: toda historia tiene su propio comienzo.
Capítulo extra: ver My Little Pony hace a las personas especiales.
Capítulo extra: el aire londinense no cambia mucho a las personas.
Capítulo extra final: el reencuentro.

17. Algunos contratiempos.

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By Erikadcgm

Un nuevo día, una nueva semana, una mejor yo...

Y ese es el montón de mierdas que inventan los publicistas, para describir los lunes.

Como si de verdad alguien fuese a creerse eso.

Bufé ante el pensamiento.

A los publicistas les encanta inventar mierdas para atraer a las personas y algunos estúpidos caían ante el engaño, a sabiendas de que es algo fantasioso.

Y justo en ese pensamiento, choqué con alguien mientras caminaba por los pasillos del instituto, en mi modo masacrada-por-un-zombie.

Anoche me había dormido algo tarde, gracias a que el grandísimo idiota que tengo por hermano llegó en plena madrugada, haciendo un espectáculo digno de un Oscar.

Tuve que ir a ayudarlo y llevarlo hasta su cuarto, además de esperar a que se durmiera para estar segura de que el muy estúpido no se hiciera ningún tipo daño.

Afortunadamente, mi mamá había llegado un poco después de Daniel y no había presentado su actuación.

Gruñí mientras abría mi casillero y sacaba los libros.

Cuando lo cerré, Matt estaba parado justo frente a mí, haciéndome pegar un respingo y provocándome un susto de muerte.

Por un minuto, todo el sueño que tenía desapareció.

Pero sólo fue por un jodido minuto.

—Joder, Matt, ¿quieres matarme de un susto? —pregunté, comenzando a andar junto a él.

—No creo que un susto sea la forma más placentera de matar —bromeó.

Sonreí.

Era tan difícil enojarme con este chico.

—¿Y bien? —preguntó, una vez hubimos llegado a la cafetería.

Lo miré sin entender.

—¿Me vas a contar qué hiciste cuando viste el anuncio del periódico? —explicó—. Y no me digas que nada, porque te conozco muy bien como para saber que hiciste algo.

De repente, recordé la promesa que le había hecho a Zack anoche.

Me debatí entre si debía contarle o no lo que paso.

¿Pero por qué le daba tantas vueltas al asunto?

Era el idiota de Cleveland del que estaba hablando, no es como si me importara romper una promesa con ese imbécil.

Además, Matt es mi mejor amigo, y por ley, tiene que saberlo.

—Bien —accedí, dándome cuenta de que, de todos modos, Matt terminaría sabiéndolo en algún momento.

 
***
 

—Vaya... —Fue lo único que dijo cuando hube terminado.

—Soy muy impulsiva —dije en mi defensa.

—Tu primera noche conviviendo con el alcohol y me la perdí, no puedo creerlo.

Rodé los ojos.

—Sal de tu asombro, yo jamás pensé que mi primera noche de alcohol fuese a compartirla con un estúpido como Cleveland.

Rió.

—Isabel ama a Zack, Isabel ama a Zack —comenzó a canturrear.

Le di un ligero golpe en el brazo.

—No digas idioteces —lo reprendí—. Yo no podría amar a un imbécil como Cleveland.

Bufó.

—Eres tan terca, que a veces me desesperas un poco —se quejó.

—No es terquedad, es realidad —expliqué.

No estaba de humor para andar escuchando mierdas de este estilo.

—¿Mala noche? —preguntó.

Abrí los ojos desmesuradamente.

—¿Tanto se me nota? —pregunté.

—No.

—¿Y cómo lo supiste?

Bufó con orgullo.

—Estás hablando con Matt Parker, querida —respondió irguiéndose más, e inflando su pecho con orgullo.

Reí.

—Oh —dije—, ¿hablas de Matt Parker, el mismo que corría desnudo por su casa, sólo con una capa puesta, diciendo que era Súper Man, cuando tenía cuatro años? —pregunté, recordando su confesión en aquella fiesta de pijamas.

Sus mejillas se tornaron rojas y su pose de orgullo quedó sustituida por una avergonzada.

Solté una carcajada, a lo que él se sonrojó aún más.

Pasé un brazo por sus hombros y le di un beso en la mejilla, calmando mi risa.

Eso pareció tranquilizarlo.

—Vamos, te acompaño a tu salón.

Para mis desgraciada suerte, mi segundo bloque de clases era matemáticas y el muy hijo de perra del profesor no faltó. Yo que tenía la esperanza de que le diese una especie de infección estomacal y no se pudiese despegar del retrete en todo lo que restaba de año escolar.

Comencé a hacer los ejercicios que había colocado en el pizarrón, cuando me di cuenta de que mi compañero se había quedado dormido.

¡Este imbécil se quejaba de que nunca entendía las clases y se daba el lujo de quedarse dormido en vez de hacer los ejercicios que nos habían mandado!

Mm, ¿cuál sería la mejor forma de despertar a Zack?

Aproveché el momento de distracción del profesor para levantar mi pie y empujar a Cleveland de su silla, éste cayó al suelo dando un estruendoso golpe, y pareciendo desorientado.

Puse la mano en mi boca, para evitar soltar una sonora carcajada.

—Alumno Cleveland, ¿todo en orden? —preguntó el profesor, que se había levantado de su asiento y miraba a Zack desde su escritorio, alarmado.

Zack giró su cabeza hacia mí por unos segundos y me fulminó con la mirada. Me encogí de hombros a forma de respuesta.

—No es nada, profesor, es sólo que... perdí el equilibrio y me caí —explicó.

Una ligera risilla se me escapó.

—¿Seguro que está bien? ¿No quiere ir a la enfermería? —El profesor lucía algo preocupado aún.

—No, no. Estoy bien —aseguró, volviendo a su asiento.

El profesor asintió y siguió revisando no sé qué papeles.

—No fue gracioso, Issy —me reprendió, haciendo que soltara una risa nasal.

—Oh, sí que lo fue, Cleveland —expliqué.

Soltó un suspiro de cansancio.

No me había dado cuenta, hasta ahora, de las ligeras bolsas negras que tenía alrededor de los ojos.

—¿Todo bien? —pregunté sintiéndome, repentinamente, curiosa.

—No dormí bien anoche, es todo —respondió, recostando la cabeza sobre sus brazos y cerrando un poco los ojos.

—¿Y qué pasó? —Ahora estaba extrañada. Zack no parecía ser esa clase de personas que tiene problemas para dormir, además, yo he comprobado que tiene el sueño pesado.

Él abrió sus ojos y centró su atención en mí.

Conocía esa mirada, estaba pensando si debía contarme o no.

—Me hiciste falta, creo que me he acostumbrado a dormir junto a ti —confesó.

Sentí como si mis mejillas comenzaran a arder en fuego y aparté la mirada, centrando la atención en los ejercicios.

—Guarda tus bromitas para otro momento, Cleveland —dije, tratando de mantener mi tono de voz monótono, aunque pude percibir un ligerísimo temblor al principio.

Es sólo Zack, Isabel, siempre dice estupideces, me dije.

¿Qué demonios le pasa a mi cuerpo?

—¿Quién dijo que se trataba de una broma? —susurró rozando sus labios con mi oreja, ¿en qué momento se me había acercado tanto?

Contuve la respiración.

—Tienes dos segundos para alejarte —comencé. Él no esperó a que se lo repitiera—. Y yo digo que es una broma, viniendo de ti, debe serlo —dije, respondiendo a su pregunta.

—Pues te informo que, tratándose de ti, lo que dije es cien por ciento real —dijo, contradiciéndome.

—Haz los ejercicios y cierra la boca —pedí, sin saber qué contestar.

Maldito Cleveland y sus jodidas palabras con las que no tenía salida.

Algún día, tendrás que dejar de inventarte excusas a forma de "salida", intervino la voz de mi cabeza.

Tú no sabes nada, gruñí.

Créeme, sé mucho más que tú.

Apreté mi lápiz con frustración.

Juro que si algún día esa voz llega a salir de mi cabeza y toma forma humana, yo misma me encargaré de asesinarla de la forma más lenta, y dolorosamente, posible.

El resto de la clase pasó en silencio y no me dediqué a desperdiciar mi tiempo dándole vueltas a las palabras del gilipollas Cleveland.

Lo primero que vi cuando llegué a la cafetería, fue a Stephanie sentada en nuestra mesa habitual, hablando por teléfono.

Sonreí y comencé a acercarme a ella.

Al parecer, estaba tan enfrascada en su conversación, que ni siquiera notó que me había acercado.

Normalmente, me hubiese hecho escuchar para avisar mi llegada, pero al escuchar mi nombre y el contexto en el que lo decía, no pude evitar quedarme de piedra, en silencio.

—No sé cómo se lo tomará Isabel, ya la conoces —la escuché decir. Guardó silencio unos minutos, supongo que estaba esperando la respuesta de la otra línea—. No sé si debamos decirles aún —silencio—. No, no es eso, pero... deberíamos esperar un poco, ya sabes, no sé si a Matt le agrade la idea e Isabel posiblemente quedaría en shock.

¿Qué demonios?

Decidí que era suficiente y me aclaré la garganta para hacerme notar.

Ella se volvió hacia mí, con la expresión de haberse encontrado con el mismísimo demonio.

—Debo irme, adiós —Y colgó el teléfono de golpe—. ¡Isabel! ¿Cómo te ha ido? Oh, tanto tiempo sin verte, ¡oye! ¿Te cambiaste de peinado o algo? Luces genial —Bien, esa era una clara prueba de su nerviosismo. Levanté una ceja y suspiró rendida, sabía que la había tomado con las manos en la masa—. ¿Escuchaste la conversación, no?

—Parte de ella, ¿qué es eso que tanto ocultas? —Vi que se disponía a hablar, pero antes de que lo hiciera, levanté una mano para callarla—. Y no me vengas con esa mierda de que no ocultas nada, porque escuché bien que tenías miedo de contarme.

Esta vez, tenía el momento perfecto para interrogarla, ya llevaba semanas queriendo saber qué jodido secreto se traía guardado, pero jamás encontraba el momento. Era ahora o nunca.

Otro suspiro.

—Verás, lo que pasa es...

—¡Isabel! —Me saludó una voz a mis espaldas—. Y supongo que tú eres... Stephanie, ¿no? ¿Cómo les va?

Me giré hacia esa voz que nos había saludado por la espalda y, al ver de quién se trataba, no pude evitar abrir los ojos con asombro.

¿Qué demonios hacia él por aquí?

Stephanie suspiró con alivio y yo me puse de pie.

Me acerqué a él y abrí aún más los ojos al ver que no me había equivocado de rostro.

—¿James? ¿Qué demonios haces aquí? —interrogué, sin salir de mi asombro.

Él amplió su sonrisa.

—¿Por qué no me presentas a tu amiga primero y luego me interrogas? —sugirió, mirando sobre mi hombro. Me giré en esa dirección, para encontrarme con una –muy– aturdida Stephanie, que miraba de James a mí y de mí a James, sincronizadamente.

Reí un poco. Una risa de diversión por su cara, incomodidad por el momento e irritación por la interrupción de James.

—James, ella es Stephanie, mi mejor amiga —comencé—. Stephanie, él es James, el mejor amigo de Daniel y mi cómplice para hacer algunas locuras.

Sí, era patética para las presentaciones pero, tratándose de mí, no es de extrañar.

Stephanie abrió los ojos como platos, al reconocer el nombre.

—Vaya, así que eres tú. Isabel me ha hablado un par de veces de ti —soltó, mirándolo embelesada, sin poder creerse lo que miraba.

James me miró y levantó una ceja en mi dirección, con una sonrisa divertida en sus labios.

Como te pongas egocéntrico, no dudaré en sacar mi Isabel-impulsiva a flote, pensé.

Sonreí ligeramente.

—Lo mismo digo, es todo un placer —contestó él, y ambos se estrecharon las manos.

—Bien, ahora, ¿podrías decirme qué carajos haces en mi instituto? ¿Es que acaso no deberías estar en la universidad o algo así? —interrogué, yendo directo al grano.

Él se volvió a verme.

—Vine para divertirnos un poco. Ya hablé con Daniel y no tiene problemas con eso —explicó, antes de darme tiempo a protestar—. Y respondiendo a tu segunda pregunta —prosiguió—. Hoy no tuve ganas de ir a la universidad.

—Olvidaste un pequeño detalle, Einstein —repliqué. Centró su atención en mí, interesado por mis palabras—. Aún tengo clases, por si no lo sabías, apenas es hora del descanso.

Esperé ver una cara de desconcierto o de aturdimiento pero, en vez de eso, su sonrisa se amplió más y la que terminó desconcertada fui yo.

¿Qué mierdas le pasaba a éste?

—De hecho, mi querida Isabel, ya pedí un permiso para que salieras temprano, así que creo que no dejé ningún detalle por fuera.

Mi boca se abrió a tal punto, que creí que llegaría al otro extremo del planeta.

—¿Cómo...? ¿Qué demonios...? ¿Y...?

—Deja de darle tantas vueltas al asunto, ¡vamos! La diversión espera —me animó.

—¿Y qué pasaría si no quiero ir? —pregunté, desafiándolo a dar una respuesta.

Se encogió de hombros.

—Tú te lo perderías —explicó con simpleza.

—No lo sé...

No estaba muy segura de querer saltarme clases.

—Anda, Isabel, será divertido, además, parece que el profesor de química no vino hoy y no perderás clases —dijo Stephanie, en complicidad con James.

Solté un suspiro.

Yo no era fácil de convencer, pero viendo que podría morir del sueño y que, posiblemente, el profesor no vino y estaría perdiendo mi tiempo aquí... accedí.

—Nuestra conversación queda pendiente —le dije a Stephanie, antes de emprender mi salida.

Ella sólo asintió y se despidió con la mano cuando comenzamos a alejarnos.

Iba tan distraída que, por poco, choco con alguien en el pasillo. Afortunadamente, me detuve a tiempo.

¿Y adivinen con quién me tope?

Nada más y nada menos que con Zack, el gilipollas, Cleveland.

Él me reconoció al instante y nos miró del mismo modo que nos había visto Stephanie antes de que le presentara a James.

James lo miraba a él de forma relajada, sin preocupación alguna, aunque sabía que lo recordaba de aquella vez que lo conseguimos con la zorra de Melany.

Zack, por el contrario, lo miraba de manera extraña... recelosa, enojada, fulminante... lucía molesto.

¿Y a él que demonios le pasa?

Nota de la autora:

¡¡¡¡Holaaaaaa!!!!

¿Qué tal les va?

Espero que muy bien.

Bueno aquí les traigo un nuevo capítulo, sí, lo sé, dije que no subiría hasta el lunes, martes o miércoles, pero, tuve un flechazo de inspiración y no pude resistirme.

Además, son las doce de la madrugada, prácticamente ya es lunes, ¿no?

Notese que los quiero y no quería hacerlos esperar tanto.

Bueno, sé que posiblemente querrán matarme por dejar el capítulo así, pero, no me culpen, la historia va desarrollandose poco a poco y quería dejarlos un poco con la duda.

¿Qué piensan del capítulo?

Por cieerto, edite el trailer que había hecho antes, ya que no me gustaba mucho y le faltaban algunos arreglos, ya los hice, les dejo el video aquí abajo.

Quería darles mis más sinceros gracias por todos sus votos y comentarios, aprecio mucho que lean mi historia, la verdad me hace muy feliz.

Bien, sin más nada que agregar, me despido.

Nos leemos luego.

Buenas noches.

Voten y comenten, si les gusto el capítulo.

¡GRACIAS!

Xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxo.

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