Too late •|STEREK|•

By AD_Stobrien03

497K 38.7K 5.6K

-Solo dile, Stiles, te prometo que el siente lo mismo pero es como un niño, no logra entenderlo, solo ten pac... More

1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
Nueva novela
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
51.
Aviso.
52.

27.

7.8K 757 100
By AD_Stobrien03

Stiles

Llevábamos cerca de quince minutos nadando, mis brazos empezaban a pesarme, gire la cabeza observando a mis amigos, se veían tan pequeños desde donde nos encontrábamos.
Lydia llego a mi lado y se detuvo.

La isleta, la cuál era nuestra meta se encontraba aún un poco lejos, se puede que decir que ya estábamos a mitad del camino.

-Stiles, tengo miedo–susurró Lydia, quitándose el agua de la cara

La observe y conteste.

-Yo también lo tengo, pero nos necesitan–le conteste, dandole una sonrisa para volver a nadar

Lydia me alcanzó rápidamente, nadando de espaldas.
La isla se acercaba de apoco, mientras nuestros amigos quedaban cada vez más lejos.

Fueron cuestión de minutos cuando llegamos a la isleta. Nos arrastramos en la arenilla y nos acostamos uno a lado de otro.

Observamos el cielo sin decir nada, tal vez era la última vez que lo veríamos. El sol se ocultaba levemente detrás de unas nubes y los pájaros pasaban arriba de nosotros despreocupadamente.

-Quiero ver el cielo una última vez si no logró salir–susurró mi pelirroja amiga

La voltee a ver triste, levantándome.

-Oye, no digas eso–dije, jalándola del brazo, obligándola a que se levantara—Nadie va a morir y saldremos ambos con las piedras

Ella me observo no muy convencida y se volvió a tirar en el suelo, tratando de evitar lo que a ambos nos asustaba a sobre manera.

Entrar al agua.

**

Habían pasado diez minutos aproximadamente desde que habíamos hablado.

Era hora.

-¿Lista?–le pregunte, sacudiendo arena de mi cabello

Ella se levanto y me miró nerviosa, asintiendo.

-¿Estaremos bien, cierto?–dijo respirando apresuradamente

Estaba empezando a tener un ataque de pánico. Lydia empezó a caminar de un lado a otro, asustada, la agarre por las muñecas y detuve su paso.

-Escúchame, Lydia–hablé, tratando de hacer que su mirada se centrara en la mía—¡Escúchame!—hable más fuerte, llamando su atención—Entraremos, bucearemos y saldremos con unas bonitas conchas de playa, estaremos bien—dije con sarcasmo, tratando de alivianar el ambiente

Ella asintió rápidamente.
Saque las algas que se encontraban en el tubo de la lámpara y le di su pedazo a Lydia, quien vio con extrañeza la pequeña planta.

Lydia me observo y la mire de vuelta, asintiendo con la cabeza.

-A la cuenta de tres—hice una pausa—Una...—la miré a los ojos—dos...—podía ver terror en su mirada—...tres—dije, introduciendo la planta dentro de mi boca, el sabor era pastoso y un poco amargo

Fruncí el ceño, observando a Lydia, la cual hizo un amago de querer vomitar, para momentos después pasárselo rápidamente.

Logre pasar mi bocado y caminamos hacia donde se encontraba una piedra en lo alto.
Me acomodé en posición de dar un clavado. Observe a Lydia, listo para aventarme, y ella me sonrió para segundos después introducirse al lago como si de una sirena se tratara. Me aventé segundos después, perdiéndome en la oscuridad del agua.

------*
------*

Derek

Cuarenta minutos desde que Lydia y Stiles habían dejado la orilla.
Durante no más de veinte minutos observamos como nadaban hacia la pequeña isleta que se encontraba en medio del lago.

Cuando llegaron se recostaron durante un rato en la arena, esperando el momento. Puedo imaginar el miedo que tienen ahorita. Yo lo tengo.

Me talle la cara con las manos para momentos después seguir observando por los binoculares que Braeden traía en sus cosas y que me había prestado.
Scott con unos igual a los míos.

Minutos después Stiles y Lydia se levantaron del suelo comiendo las algas y caminando hacia una piedra que se encontraba en lo alto de una colina, no tardaron en caer en un clavado hacia el agua, perdiéndose de mi vista.

-Entraron–dije, entregándole los binoculares a Braeden

En cuanto entraron al agua, sentí como si oprimieran mi pecho y el aire me faltara, sentía mis piernas temblar, mis manos sudar, estaba asustado, tenía miedo.

La manada que se encontraba sentada en la sombra de un árbol se levanto, con mirada preocupada. Liam y Malia se veían nerviosos mientras que Kira y Erika veían hacia la nada como robots autómatas.
Scott bajo los binoculares y observo el suelo por varios segundos para momentos después mirarme a los ojos, estaba asustado también. Peter prefería alejarse, no era su manada.

Me senté junto al joven alpha, esperando cualquier cosa, la verdad era que no sabía que hacer o que pensar.

Si él se encontraba en peligro no podría hacer nada, estaba lejos y bajo el agua.

Agite mi cabeza tratando de eliminar esos pensamientos, observando como el agua del lago llegaba con mesura a las piedrecillas de la orilla.

-----*
-----*

Stiles

No podía respirar, el ardor en mi garganta era potente sintiendo como el agua entraba en mi boca y bajaba hasta mis pulmones.
Algas se extendieron enredándose en mis pies y jalándome al fondo.
Observe a mi alrededor, el agua se veía oscura, trate de buscar a Lydia con la mirada sin tener éxito. Las algas jalaban con fuerza de mis piernas como si tuvieran vida propia, agite mis brazos, tratando de nadar hacia la superficie por inercia.

Sintiendo como poco a poco podía respirar, toque mi cuello tocando unos pequeños orificios alargados.

¿Me habían salido branquias?

Mi vista comenzó a aclararse poco a poco, el agua era nítida de un color verdoso.
Observe mis manos, las cuales tenían una fina tela que unía mis dedos y me facilitaban nadar.

Un jalón de mi brazo hizo que soltara un respingo...Lydia.
Mi amiga compartía las mismas características que yo, y sí, en definitiva, eran branquias.
Y sus manos también tenían la tela en sus dedos.

Por un momento me dio pánico voltear y observar mis pies, por el simple hecho de ver la profundidad del lago, pero lo hice. Las algas que comimos habían mutado nuestros pies haciéndoles lucir como aletas de buzo y efectivamente aun seguíamos lejos de tocar el fondo del lago.

Un tanto perplejo observe mis nuevas adaptaciones con más detenimiento, ¿y si aún así esto o fucionaba y no lograbamos conseguir nada?, Lydia tomo de mi cara haciendo que la observará, me hizo una seña de que respirara, lo hice y pequeñas burbujillas salieron de las branquias.
El agua entraba sin problemas y respirar aquí abajo no hacía diferencia de respirar allá arriba.

Observe con más detenimiento la profundidad del lago y alcance a ver el suelo a unos cien metros de distancia. Mi vista viajo hacia arriba esperando encontrar la superficie no muy arriba de nuestras cabezas, pero para mi sorpresa el agua nos rebasaba por demasiado. Apenas y podía notar el sol sobre el agua.

Lydia me observo, asintiendo y empezando a nadar hacia abajo, las algas que habían sujetado de mis pies eran enormes, demasiado largas.
Lydia se detuvo, regreso a mí y sujeto mi mano, ambos empezamos a nadar al mismo ritmo.

-¿Piedras o algas?–escuche a Lydia susurrar en mi mente

La observe asustado, al igual que ella a mí, ¿acaba de escucharla hablar en mi mente?

-¿Puedes escucharme?–hablo de nuevo, sin abrir la boca

Aturdido mire a la pelirroja y asentí con la cabeza.

-¿Y tú a mí?–le pregunte temeroso en mi pensamiento

Ella asintió, soltándome una sonrisita.

-¿Piedras o algas?–volvió a hablar

-Piedras–conteste, observando temeroso las algas

Ella asintió y jaló de mi brazo, empezando a nadar juntos.

Lo que las ninfas nos habían mencionado de las criaturas que habitaban aquí abajo, llego a mi cabeza como un flash.

Mi mirada se centró alrededor de nosotros, observando el agua, podía ver mejor de lo que pensaba aquí abajo. Mi visión llegaba a no más de cien metros de distancia, mientras más bajábamos la luz solar desaparecía poco a poco, nuestra visión había mejorado no puedo negarlo, pero cuanto más profundo nadábamos, más difícil era ver.

Seguimos descendiendo, era sencillo, las aletas en mis pies eran muy largas y mis manos adaptadas ayudaban demasiado, acelerando el triple de como nadaba en mi forma humana.
Lydia nadaba más fluido que yo.

Yo aún no lograba adaptarme a mis nuevas habilidades, me era difícil manejar los pies aún.

Llegamos al fondo en cuestión de minutos, desde abajo las algas se alzaban mucho más altas, rebasando nuestra estatura promedio por demasiados metros, en definitiva estas algas no eran normales, o tal vez si, pero eran monstruosamente enormes.

Lydia se alejó de mí un par de metros moviendo rocas.

-¿Dijeron que debajo de las piedras, cierto?–pregunte, moviendo unas rocas que se encontraban encimadas

Lydia asintió con la cabeza no muy lejos de mi posición.

Quite las piedras encontrando nada debajo.
Lydia nado hacia otro lado y escarbo debajo de una gran roca, la cual no podía moverse.

-Sti, ven acá–hablo mi pelirroja amiga

Nade en su dirección, la tierra que Lydia había quitado para escarbar hizo que al agua se viera sucia, en cuanto la tierra se asentó logre observar una piedra del tamaño de mi pulgar, era brillante cuál estrella y de colores muy hermosos, la piedra era de un material único, que la hacia lucir como si tuviera un cielo con un arco iris dentro.

Tome la piedra entre mis dedos, observándola con detenimiento. Lydia la observo y asintió con la cabeza, como recordando algo.

-Son estás–susurró en mi mente

Observe a mi amiga, la cual saco un pequeño saquito de atrás de su cintura.

-¿Cuándo guardaste eso?–pregunte observando la pequeña bolsa

-Las ninfas me la dieron cuando te despedías de Scott, la amarre a mi cintura y listo–hablo con sigilo en mi cabeza

Un grito se escucho a lo lejos, definitivamente algo inofensivo no soltaba sonidos así, observe alrededor verificando que nada estuviera alrededor nuestro.
El agua lucia normal, sin ningún anomalía, las algas se movían levemente a la par del agua.

Concentre mi mirada de nuevo en ayudar a Lydia, quien ya había cerrado la pequeña bolsa y se dirigía a una roca para de nuevo empezar a escarbar.

**

Había pasado ya una hora calculando el tiempo en que habíamos encontrado la primer piedra, hasta ahorita solo habíamos encontrado cuatro ópalos, no más grandes que el pulgar de mi mano.

Chillidos se escuchaban frecuentemente como si la criaturas se pelaran entre sí, lo que nos ponía cada vez más nerviosos. Llevábamos ya bastante tiempo escarbando debajo de piedras sin encontrar nada.

-Creo que es hora de entrar en las algas, Sti–me hablo con sigilo Lydia, como si tuviera miedo de que alguien pudiera escucharnos

Volteé en dirección a las algas las cuales se mecían con el agua, de forma tranquila. Asentí con la cabeza y nade en dirección a ellas.
Lydia me siguió muy de cerca, rozando nuestros brazos.

Cuando estábamos lo suficientemente cerca, como para estirar la mano y tocar las plantas acuáticas un escalofrío recorrió mi espalda, ocasionando segundos después un tirón el cual me hizo soltar una mueca.

Lydia me observo asustada y negué con la cabeza, tratando de concentrarme y olvidar el miedo que sentía en estos momentos. Mi amiga tomo mi mano entrando ambos a la espesura de las algas.

Ahí adentro el agua se veía aun más oscura, débiles rayos de sol iluminaban una mínima parte de aquel lugar. Nadando cerca del suelo y observando la arena, buscando los ópalos, serían fáciles de distinguir ya que parecían cristales con colores demasiados llamativos.

Jale a Lydia conmigo, indicándole que había logrado ver algo a lo lejos.

Efectivamente una piedra un poco más grande que las otras se encontraba en el suelo, la cual tenia un poco de musgo alrededor pero que se podía quitar con las uñas.
Lydia desabrocho el saquito de su mano y lo abrió, introduciendo la piedra ahí dentro.

Mi amiga observo a su derecha, frunciendo sus cejas, girando un poco la cabeza, extrañada.
Soltó mi mano y nado no tan lejos de mi, la seguí rápidamente llegando a un lado suyo.
Un caracol tenía incrustado uno de los ópalos, Lydia lo recogió del suelo y abrió la bolsita, introduciéndolo dentro de ella.

Llevábamos seis piedras en total, necesitábamos cuatro más para la protección de todos los miembros de la manada.

Cerca de nuestra posición se escucho un chillido, leve, pero lo suficientemente fuerte como para que lo escucháramos. Lydia volteo rápidamente hacia dónde el sonido provenía con nerviosismo.

Las algas acariciaban nuestros brazos y piernas, como si fueran plumas, el tacto se sentía delicado pero me ponía nervioso. Me quite la lámpara del cuello y me coloqué listo para encenderla en cualquier momento, si la luz artificial las dañaba, tenía que estar listo.

Lydia jaló de mi mano y ambos empezamos a nadar adentrándonos aun más en las algas.
Iba al pendiente de cualquier sonido o movimiento cuando mi pelirroja amiga encontró otra piedra, guardándola rápidamente. Seguimos nadando por unos minutos más sin escuchar nada, encontrando otra piedra, mi amiga la levanto y la guardo, justo cuando nos disponíamos a seguir nadando observe otra justo en el mismo lugar de donde Lydia había recogido la primera, pero está era un poco más pequeña, detuve a Lydia y recogí la piedrita, entregándosela a mi amiga.

Algo pasó con rapidez justo a un lado de nosotros, agarre con fuerza mi lámpara. Jalando a Lydia cerca de mí, ambos espalda con espalda, mi pelirroja amiga quitándose su lámpara del cuello.

Está vez volvió a pasar pero aún más cerca, cortándome en el brazo. El dolor que envolvió mi brazo fue como si miles de agujas calientes rasgaran mi piel poco a poco, apreté mis labios aguantando el grito que quería escapar de ellos.
Lydia observo mi brazo con temor, estaba asustada y la manera en la que veía mi brazo no me indicaba buenas noticias, baje la mirada y en definitiva no lucia nada bien.

La sangre emanaba de él con rapidez y era un rasguño enorme, del inicio de mi hombro hasta finalizar en mi codo, el ardor seguía ahí, potente y constante.

-Nos falta una piedra aún–susurre con dolor

Lydia tomo mi mano y empezamos a nadar con rapidez viendo el suelo, buscando la piedra que nos faltaba.

Algo nos siguió muy de cerca, nadamos aún más rápido, pero el corte en mi brazo no ayudaba ya que no podía nadar con la misma rapidez que Lydia, la pelirroja esperaba muy cerca de mí volteando constantemente para ver si me encontraba bien.

Nos topamos con una pared de piedra la cual nos impidió el paso, nos detuvimos y justo cuando nos disponíamos a regresar, una criatura con garras en vez de manos nos miró.
Su cabeza era enorme, tenía cuerpo de un ser humano pero las escamas lo hacía ver grotesco, incluso su cuerpo era aun más grande que el de un ser humano promedio. Espinas protuberantes salían de su espalda, la cabeza se veía igual a la de una piraña y sus dientes eran finos y totalmente largos.

Lydia apretó mi mano y cerró los ojos tratando de tranquilizarse.

-Recuerda que no pueden ver–susurre

Ella me observo con terror y asintió con la cabeza. Empecé a analizar la situación en la que nos encontrábamos, observando nuestras opciones para poder salir de ahí...vivos.

------*
------*

Derek

Ya habían pasado tres horas desde que vi como Stiles y Lydia se introducían al agua de un clavado. Los nervios y el miedo me carcomían por dentro, el lobo no dejaba de quejarse asustado en un rincón de mi cabeza, gimiendo por lo bajo.

Me alejé un poco de la manada, sentándome en una roca y colocando mis codos en mis rodillas con la cara entre mis manos.

-Detente, por favor–murmuré en modo de súplica—Siento lo que tú sientes, detente, Stiles estará bien—puntualice, mi lobo siguió gimiendo con dolor sin importarle nada, me quedé sentado sin hacer nada más

No podía hacer nada.

El lobo se detuvo de un momento a otro, provocando que levantara la cara de mis manos.

¿Se había detenido?

Me levante de la roca con lentitud y empecé a caminar hacia los demás, quienes se encontraban sentados bajo la sombra de un árbol, no tan lejos de la orilla y observando el agua como si los chicos fueran a emerger de ella mágicamente.

Un dolor punzante pasó por todo mi brazo, haciéndome soltar un rugido y caer en una rodilla los pájaros salieron asustados de entre los árboles más cercanos gracias al ruido. Calor, un dolor ardiente como espadas en fuego atravesaron mi piel.

Todos se acercaron rápidamente y me ayudaron a levantarme, sentándome debajo de la sombra. Observe mi brazo sin poder ver herida alguna, solo el dolor que permanecía ahí y no lograba disminuir.

-¿Qué sucede?–exclamó Peter, con mirada preocupada

-No...no lo sé–tartamudeo Scott

-Mi brazo, duele–hice una mueca recargándome en el árbol, cerrando los ojos

El dolor disminuyó por un momento para volver segundos después en un nivel insoportable, mis garras salieron automáticamente. Mi lobo quería defenderse de lo que sea que me estuviera hiriendo, la situación aquí era que nadie me estaba tocando.

El mismo dolor llegó a la parte de mi abdomen, acumulándose en ambos puntos.
Solté un gruñido, apretando los puños con fuerza, mis garras cortaron las palmas de mis manos, llenándose de sangre.

-Creo...creo que...–tartamudeo Scott–Creo que se lo que le pasa—murmuró en voz baja—Stiles sufrió lo mismo cuando Derek estaba herido en el bosque, sintió el dolor en la misma posición donde Derek había sido atravesando por la rama, creo que...Derek puede sentir lo mismo que Stiles—finalizó

Abrí levemente los ojos observando a todos a mi alrededor quienes me veían con mirada preocupada, mientras que Erika y Kira, observaban el lago con desesperación. Sentía que podría morir en cualquier momento, el dolor era genuinamente insoportable, comenzaba a ver borroso a mi alrededor, gotas de sudor escurrían por mi frente.

Las ninfas, las cuales no se había ido desde que Stiles y Lydia se fueron, se acercaron a mi, tocando mi frente la cual ya se encontraba empapada.

La manada corrió hacia el lago, observando el agua y dejándome a solas con las ninfas.

-Es tu soulmate–murmuró Tana—Y está herido, estás sintiendo lo que él al estar lejos—dijo acariciando mi cabello, dándome un poco de tranquilidad

Mi oído empezó a distorsionarse por completo, las voces a mi alrededor sonaban en eco.

-¡Lobos!–grito Anjana, llamando la atención de todos

Escuche como la manada corría de nuevo a donde me encontraba y los observe con los ojos entrecerrados.

-¿Qué es lo que sientes, Derek?–me pregunto Scott, tomando mi cara para no caer inconsciente

Mis labios no podían articular palabra alguna, el dolor era insoportable, el corte de navajas ardiendo fue sumado a mi pierna y hombro. Trate de abrir más los ojos, observando a Scott enfrente mío.

-Dolor, mucho dolor–musité con dificultad

Stiles estaba herido. Moriría y no podría hacer nada al respecto.

Y con ese pensamiento todo se desvaneció.

=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•

Aquí tienen el nuevo cap!!

Disfrútenlo!!
Este capítulo va dedicado a todos aquellos fans de Harry Potter!!
Gracias por todo chic@s!!
Voten y comenten!!


Continue Reading

You'll Also Like

292K 43K 55
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...
345K 34.6K 89
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
173K 12.3K 85
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
38.5K 7.4K 34
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...