Too late •|STEREK|•

19.

Stiles

-¿Estás consciente que esa bufanda es horrible?–escupió mi mejor amigo, estacionando el jeep frente al loft

-Tengo frío–le conteste fastidiado—¿Quisieras olvidarlo ya?

Mi amigo soltó una carcajada y bajo de un brinco del jeep encaminándose directo al elevador. Me baje del auto y lo seguí a paso apresurado ya que las puertas ya estaban cerrándose.

Scott me observo divertido por el rabillo del ojo y lo fulmine con la mirada.
Acomode mi bufanda percatándome que no se notara la marca.

Las puertas del ascensor se abrieron y salimos de el.
La puerta del loft fue abierta por mi mejor amigo y por el ruido provocado todos voltearon a vernos. La manada completa ya estaba ahí, fuimos los últimos.

Derek me observaba molesto desde la esquina más alejada. Al chocar miradas la evite rápidamente.

-Wow–dijo Peter con burla

Fruncí el ceño al escuchar su voz, ¿¡qué demonios hace este aquí?!

Peter me observo para después observar a Derek el cual prendió sus ojos en rojo sangre en manera de advertencia.

La manada no dijo nada, todos siguieron platicando normal, menos Erika que me observaba con una sonrisa brillante.

Yo la observe y me encogí de hombros, disponiéndome a leer con Lydia que estaba sentada con un gran tomo antiguo entre sus manos, me imagino que tratando de encontrar algo sobre las sombras.

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Derek

Llame a Scott temprano para informarle que habría entrenamiento en el loft el cual sería más una investigación, ya que habíamos perdido tiempo cuando me encontraba ciego.

Se lo que hice y sé que tengo que hablar con Deaton, pero será al final del día.
Sé que veré a Stiles y es probable que quiera golpearme.

Erika y Boyd fueron los segundos enterados del "entrenamiento", informándoles que tenían que avisar a los demás la hora y el lugar de encuentro.

Todos empezaron a llegar poco a poco. Peter fue el primero para mi mala suerte.

-Sobrino, a que se debe tu insistente suplica para que viniera a tu humilde hogar–me dijo cerrando la puerta del loft

Gruñí instintivamente, mientras observaba que se sentaba en el sillón de la sala.

-Oh mi dios–exclamó haciendo una pausa y observándome burlón—Tu aroma...me gusta, ese chico huele muy bien, además...

Le rugí callándolo al instante.
Peter sonrió de manera burlesca.

-Y aún no están mezclados totalmente–dijo con burla—Ya sabes a qué me refiero...tú aroma dentro de él—dijo alzando una ceja

Saque mis garras y hable con voz animal.

-Peter, nadie te quiere aquí–le escupí con furia, haciendo una pausa—Necesitamos de tu ayuda, solamente. Así que hazte un favor y no la cages más

Peter sonrió como si lo que hubiera dicho fuera el inició de un gran chiste.

La puerta del loft se abrió, entrando en el una pelirroja sumida en un gran tomo antiguo.
Levanto la cara del libro y nos observo expectante y con cara superficial.

-¿Peleando?–nos preguntó sería—Que raro–dijo con fastidio, para seguir caminando y sentarse en la sala para seguir con su lectura