Too late •|STEREK|•

28.

Stiles

Estábamos acorralados frente a esa cosa.
Mi pelirroja amiga presionaba mi mano con fuerza mientras que la criatura nadaba, acercándose hacia mi. Solté la mano de Lydia y la empuje por los hombros con fuerza.

-¡Vete!–grite, tomando mi lámpara y encendiéndola

Observe como Lydia se perdía entre las algas con rapidez.

La criatura soltó un chillido agudo, con tal intensidad que provocó que me tapara los oídos con ambas manos. El dolor que tenía en mi cuerpo incrementó cuando sentí algo rasgar mi abdomen, solté un grito y coloque mis manos tratando de evitar la salida de sangre, la lámpara callo al suelo, encendida.

La criatura chilló por la herida en su cuerpo gracias a la luz artificial de la lámpara, enojada volvió a lanzar otro zarpazo el cual logre esquivar con facilidad. Había rasguñando un poco mi mejilla.

Jamás había experimentado un dolor más insoportable como el que se concentraba a lo largo de mi abdomen. Voy a morir aquí.

Una luz cerca de las algas llamo mi atención...una piedra.

Nade por debajo de la criatura con rapidez, tratando de no pensar en el dolor que tan embriagadoramente me llamaba a la oscuridad, para perderme en ella y dormir.
Tome mi lámpara del suelo, estirando la mano para conseguir la piedra que no se encontraba lejos, para después introducirme dentro de la selva de algas.

El chillido que emitió la criatura erizo mi piel, el dolor comenzaba a sofocarme poco a poco.
Nade más rápido, lo más rápido que mis pies podían dar. Algo pasó a un lado mío entre las sombras, mis vista empezaba a verse borrosa y el miedo me confundía aún más.

Algo empujó mi hombro derecho desestabilizándome, haciendo que mis pies se enredaran con las algas. Estire los brazos tratando de nadar, luchando por llegar a la superficie.
Un corte hizo que bajará los brazos, cerré los ojos con fuerza. Deje de nadar y observé cómo empezaba a salir sangre de mi axila.

Tienes que salir de aquí, el tiempo se te acaba. Susurró mi subconsciente.

Me quede inerte por segundos observando la pequeña lucecita del sol sobre el agua.

No podemos morir aquí, Stiles, tienes que nadar, ahora.

Sin importar el dolor que sentía me agache lo suficiente para deshacerme de las molestas algas en mis pies, logrando tronar una de ellas.

Finalmente era libre, sentí el alivio correr en mis venas cuando comencé a subir a la superficie.

Nade aún más pero fue demasiado tarde, la criatura había tomado entre sus mandíbulas una de mis piernas y comenzaba a jalarme a lo profundo de nuevo.
Tome la lámpara y apunte en su dirección, observando cómo la luz quemaba su piel cual papel.
La criatura soltó mi pierna con rapidez, uno de sus dientes se enganchó jalando un trozo de carne. El nivel de adrenalina que sentía era indescriptible ya que sin importar que, empecé a nadar de nuevo a la superficie, pero lento demasiado lento está vez, a este nivel mi cuerpo estaba totalmente cansado y herido.

Sentí como empezaba a quedarme sin aire adormeciendo mis extremidades, el alga comenzaba a perder su efecto, el tiempo se acababa.