Para Superarte

By Mak_KuroKaze

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Ya han pasado varios años, pero en el mundo del basket aun hay una leyenda que sigue vigente: La Generación d... More

Capitulo 1: "Leyenda"
Capitulo 2: "Inicia el camino"
Capitulo 3: "Primer rival"
Capitulo 4: "Lo que prometí"
Capitulo 5: "Comienza la batalla"
Capitulo 6: " Talento vs Orgullo"
Capítulo 7: "Demonio"
Capitulo 9: "Solo quiero tiempo a solas"
Capitulo 8: "Un largo camino"
Capitulo 10: "Siguiente encuentro"
Capitulo 11: "Termina la primera ronda"
Capitulo 12: "La entrevista"
Capitulo 13: "Viejos Amigos"
Capitulo 14: "Como era antes"
Capitulo 15: "Un paso más hacia delante"
Capitulo 16: "El festival escolar"
Capitulo 17: "Dolor"
Capitulo 18: "Se termino"
Capitulo 19: "No me derrumbare"
Capitulo 20: "Basket"
Capitulo 21: "Familia"
Capitulo 22: "Declaración de guerra"
Capitulo 23: "Los tres monstruos"
Capitulo 24: "Invierno"
Capitulo 25: "Gracias"
Capitulo 26: "Hermanos"
Capitulo 27: "Padres complicados"
Capitulo 28: "Winter Camp"
Capitulo 29: "Fraternizando con el enemigo"
Capitulo 30: "Celos"
Capitulo 31: "Rivales"
Capitulo 32: "Reuniones"
Capitulo 33: "Problemas"
Capitulo 34: "Triple encuentro"
Capitulo 35: "Ultimo día"
Capitulo 36: "Dulce"
ESPECIAL de - HALLOWEEN -
Capitulo 37: "¿De regreso a la normalidad?"
Capitulo 38: "¡Peligro, exámenes!"
ESPECIAL de - AÑO NUEVO -
Capitulo 39: "Esto recién empieza"
ESPECIAL de - SAN VALENTIN -
Capitulo 40: "El más fuerte"
Capitulo 41: "Encuentros"
Capitulo 42: "Something new"
Capitulo 43: "Fuera del camino"
Capitulo 44: "Disolver"
Capitulo 45: "Un pequeño respiro"
Capitulo 46: "Desde cero"
Capitulo 47: " Broken and lost"
Capitulo 48: "Preludio Final"
Capitulo 49: "Tengo que vencerte"
Capitulo 50: "Encuentro definitivo"
Capitulo 52: "GUERRA"
Capitulo 53: "Futuro"
Capitulo 54: "Ciclos"
Capitulo 55: "Mon Coeur S'ouvre A Toi (I Belong To You)"
Capitulo 56: "Friday I'm in Love"
Capitulo 57: "Lemas y espíritu de lucha"
Capitulo 58: "Desde las cenizas"
Capítulo 59: "Renacer"
Capitulo 60: "Día previo - Todos juntos"
Capitulo 61: "Primer día - Los más fuertes"
Capitulo 62: "Segundo día - Cosas Nuevas"
Capitulo 63: "Ultimo día - Completos avanzamos"
Capitulo 64: "Para superarte"
ESPECIAL de - HALLOWEEN 2 -
ANUNCIOS Y PUBLICIDAD
Capitulo 65: "Epílogo"

Capitulo 51: "Al estilo Americano"

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By Mak_KuroKaze



– ¡¿Subaru?! – Exclamo sorprendida Aoi casi saltando de la mesa.

Había estado observando a aquel chico desde que habían llegado del partido y lo encontraron en su puerta. Su hermano mayor, Kyouya, parecía conocerlo y sus padres también, puesto que el chico había entrado y se había acomodado en la sala mientras su madre les servía un café y les daba la bienvenida. Sin embargo no esperaba enterarse de aquello.

– No te culpo por no reconocerme, todavía ibas a la primaria cuando nos vimos por última vez. – Subaru sonrió acariciándole la cabeza a la peliceleste. – Ambos han crecido mucho, te ves muy fuerte Leon ¿Te va bien en la escuela?

– Emm... ¿Podemos cambiar de tema? – Suplico nervioso por ello recibiendo una mirada un tanto molesta de su madre.

Kuroko suspiro y decidió dejarlo pasar, hablarían luego. – Bueno, iré a ayudar a Taiga a hacer la cena. Creo que tienen mucho sobre lo cual ponerse al día. Ah y Kyouya cierra la boca o te tragaras una mosca. – Sugirió divertido viendo a su hijo mayor en su propio mundo.

Aoi aun no estaba segura de que pensar, recordaba a Subaru, era el mejor amigo de su hermano desde que tenía uso de razón pero se había mudado a América al terminar la secundaria y ya no habían vuelto a saber nada de él. Hasta ahora, cuatro años después, que lo tenía sentado en la sala de su casa.

– Subaru-kun, no quiero sonar grosera pero ¿Qué haces en nuestra casa? – Pregunto sin rodeos la peliceleste.

– ¡Aoi! No seas maleducada. – Le reprendió Kyouya.

– Esta bien, tiene su derecho a preguntar, llegue sin avisar y me paseo por aquí como si fuera mi casa es normal que le moleste. – Bebió otro trago de café y en un tono más formal prosiguió. – Vine a Japón ya que entramos en vacaciones en la universidad y el descuidado de mi compañero regreso por su cuenta dejándome unos cuantos problemas. Tenemos proyectos que hacer durante el receso y no permitiré que su flojera afecte mi promedio, además me debe varios favores. – Explico algo irritado con el mayor que desviaba la mirada intentando mantenerse ajeno a ello.

– Entiendo, nuestro hermano está siendo irresponsable de nuevo ¿Verdad? – Concluyo Leon con una sonrisa.

– ¡No voy a aceptar que justamente tú digas eso! – Protesto el mayor. – Yo podre ser algo relajado con mis estudios, pero jamás repetí un grado ni tuve problemas con mis exámenes como otras personas. – Le remarco viendo como el rostro de Leon enrojecía de vergüenza.

– ¿Y yo soy la que debe aprender a comportarse? – Ironizo la menor viendo como sus dos hermanos empezaban a pelearse. – Bueno mientras ellos hacen sus estupideces de hermanos iré al grano ¿Qué pretendes con mi hermano?

– ¿Disculpa? Lo único que quiero de Kyouya es que trabaje y no haga caer en picada mis calificaciones. – Sentencio con un tono seco e irritado por la repentina insolencia de la menor.

– ¿Y era necesario seguirlo hasta otro continente por eso? ¿Si sabes que ya inventaron cosas como skype verdad? – Respondió con un deje de sarcasmo. – Mira, no me gusta meterme en la vida de mi hermano así como no me gusta que él se meta en la mía. Pero tengo buena memoria y a diferencia que el resto de mi familia sé leer a la gente. Cuando éramos niños tú y Kyouya eran muy unidos, él te gustaba, ¿No? Sin embargo ahora te veo actuar diferente con él. Pero mi hermano si parece ser serio contigo así que ¿A qué estás jugando?

– En primera, no estaría aquí si Kyouya contestara por skype. En segunda, no sé de qué me hablas. Cuando era pequeño era solamente un niño, fácilmente pude confundirme. Actualmente el único interés que tengo en Kyouya es como compañeros, nada más.

– Te tendré vigilado. Si hay algo que no permito es que jueguen con mis hermanos.

– Eres seria con ello, respeto eso. Si tan solo tu hermano entendiera de eso. – Dejo salir un suspiro y se puso de pie. – Bueno, no seguiré abusando de su hospitalidad, solo vine a hablar contigo del proyecto pero supongo que hoy será imposible. – Se acerco al pelirrojo tendiéndole un papel. – Te anote aquí la dirección del departamento donde me quedare, ven a verme mañana para discutir los detalles.

Kyouya tomo el papel con un pequeño mohín. – ¿En verdad no te quedaras a cenar?

– No eres un niño, compórtate. – Le regaño con una mirada severa. – Si quieres hablar esperemos a mañana. – Subaru pasó a la cocina y se despidió cortésmente de los padres del pelirrojo aludiendo a que tenía trabajo que hacer y por eso no podía quedarse a cenar.

Durante la cena Kyouya se negó a dar muchos detalles sobre Subaru, en lugar de ello intento desviar la conversación al partido que tendrían los chicos dentro de dos días, la semifinal no era cualquier cosa y el pelirrojo quería ayudar a sus hermanos a como diera lugar. Afortunadamente con la familia que tenía en menos de un minuto todos habían terminado absortos en una plática sobre el basket, siendo las semifinales Tetsuya y Taiga habían prometido hacerse tiempo para ir a ver a sus hijos y eso solo hizo que tanto Aoi como Leon se sintieran mas emocionados y ansiosos por el entrenamiento.

Al otro día el primero en llegar a la escuela había sido Ritsu, se suponía que debía reunirse con Adako para arreglar los términos del entrenamiento antes de clase. Sin embargo no encontraba a la castaña en ningún sitio, lo cual era extraño considerando el fanatismo que ella tenía por llegar a tiempo. Finalmente la vio bajar del auto de su padre, y tras unas palabras de este se fue.

– ¿Su majestad necesita carruaje ahora? – Pregunto divertido el pelirosado acercándose.

– Oh cierra la boca, en serio no estoy de humor. – Respondió cortante pero tras suspirar decidió calmarse, Ritsu no tenía la culpa de su mal humor. – Ayer Takano me acompaño a casa, vivimos cerca y fue solo por cortesía, pero mi padre malinterpreto todo. – Respondió a la pregunta no formulada del chico.

– Entiendo, tu padre es un poco celoso, entonces ¿Ahora te traerá y llevara a todos lados? – Pregunto divertido pero intentando mantener una expresión neutra.

– Al menos a la escuela y cada vez que se haga tarde. ¡Es insoportable! Mamá intento ayudar pero él no escucha a nadie cuando esta así ¡Cómo si fuera posible que pasara algo entre Takano y yo! – Se quejo molesta caminando rumbo a su aula.

– Emm... si me permites, yo creo que hacen una linda pareja. – Dijo a riesgo de que la castaña lo golpeara con su espada de kendo.

– ¡¡No lo somos!! – Respondió molesta pero con un ligero rubor. – Mira que tu hayas vuelto con tu novio no significa que debas buscarle una pareja a todo el mundo, algunos estamos bien solos ¿Sabes?

– De acuerdo, de acuerdo. No voy a insistir; se ve que alguien se bajo del lado equivocado del auto. – Esta vez le fue imposible escapar del golpe.

Las horas de clase transcurrieron con una normalidad letalmente aburrida. Teniendo en tan poco tiempo un partido tan importante parecía que todo lo que no tuviera que ver con el entrenamiento se ralentizara. Al faltar el profesor de matemáticas la clase B tenía tiempo libre por lo que Tsubasa tuvo que lidiar con sus molestas compañeras preguntando mil y un detalles sobre su "relación" con Mikado Yuuki, mientras que por su parte Kazuo leía un libro y Leon texteaba a Ren desviando la mirada hacia el rubio de vez en cuando.

– Si continúas así quedaras visco. – Le advirtió el peliverde cerrando su libro.

– ¿Si continuo cómo? – Respondió Leon fingiendo que no entendía lo que se refería.

– Mirando a Tsubasa a la vez que mandas mensajes ¿Acaso algo te mantiene intranquilo? – Kazuo no era una persona muy demostrativa, en realidad era algo torpe, pero se preocupaba por sus amigos ya que había estado en su lugar. Que Oha Asa lo libre pero hasta sentía pena por Tsubasa.

– No hay nada qu... – Dejo escapar un largo suspiro al ver cómo el peliverde lo observaba arqueando las cejas. – Esta bien quizá esté un poco molesto... Kazuo, tú has metido muchas veces la pata ¿Tienes algún consejo?

– Fingiré que no intentabas insultarme. – Decidió sentándose frente al pelirrojo. – Primero que nada, ¿Cuál es el problema? Dudo mucho que solo estés así porque pasado mañana vayamos a enfrentarnos a Otaru y por ende a tu novio.

– No, de hecho estoy ansioso por poder jugar contra Ren, es solo que... no se siente igual. Siento que ambos tenemos la cabeza en otro sitio. Como cuando paso lo de la foto de Tsubasa y Mikado-kun. Me enoje mucho, pero sobre todo porque no quería ver a Tsubasa con otro, me molestaba mucho si quiera imaginarlo. Y creo que a Ren igual, no tardo ni un minuto en llamar a Mikado-kun para que le explicara que había pasado.

– Mmm... me temo que ya sé que ocurre. – Declaro el menor tocando la frente del pelirrojo. – Si, confirmado. Me temo que sufres de idiotitis rubia, es una enfermedad que se consigue cuando un parasito mal teñido se instala en el corazón, lamento comunicarte que no existe cura para ello.

Aquello logro hacerle reír, no solo por que fuera ridículo sino porque Kazuo en verdad intentaba hacerle sentir mejor. – Gracias, lo necesitaba.

– ¡Oye! ¡Maldita Planta! – Le grito Tsubasa acercándose a zancadas. – Quita tus malditas raíces de mí... amigo. – Protesto queriendo abalanzarse sobre él. – Ya soporto demasiado con aquel imbécil, si tu también te pones en mi contra al carajo Greenpeace, te voy a cortar para ensalada.

– Tch, que molesto ¿Qué no estabas tonteando con tu club de fans? Deberías aprovechar al máximo que haya gente con tan mal gusto. Después de todo si alguien en verdad te soportara no estarías soltero ¿No? – Respondió con malicia.

– ¡¿Qué mierda dijiste friki del horóscopo?!

– Solo te burlas porque ni Oha Asa podría ayudar con tu estupidez.

– ¡Tsubasa, Kazuo! ¡Basta los dos! – Les gritaba el pelirrojo intentando en vano detenerlos.

Por otra parte, tras terminar unos mandados para sus padres Kyouya se apresuro a ir a visitar a Subaru. Estaba muy emocionado, nunca se le habría ocurrido que el albino lo seguiría hasta Japón, no le importaba la razón él estaba inmensamente feliz por verlo. El departamento quedaba considerablemente cerca del centro de Tokyo y no fue muy difícil de encontrar. Le daba cierta nostalgia a Kyouya, la zona era muy parecida al departamento donde vivió con sus padres hasta que Aoi nació y eso le gustaba.

– ¡¡Subaru!! ¡Soy yo, tu amado! – Comenzó a gritar a la par que golpeaba la puerta.

– Don't shout, jerk! – Contestó el albino molesto abriendo la puerta. – You cant talk like a normal person, right? – Le reprendió mirando hacia ambos lados del pasillo rogando que ningun vecino saliera a ver quien era el que decía esas cosas vergonzosas.

– I can but i dont want. – Respondió con una sonrisa entrando. – Y por favor dejemos el ingles, estamos en Japón. ¿O es que acaso tantos años en América han eliminado tu idioma natal de tu cerebro?

– Que tonto. – Fue toda la respuesta que recibió del otro. – Como sea, supongo que ya que estas aquí deberíamos discutir sobre el proyecto. Asumo que no has hecho nada productivo desde que llegaste. – Se quejó molesto mientras le cedía la entrada a su casa.

– ¡Hey! ¿Qué te ocurre? Luces molesto, sabes que puedes contarme todos tus problemas. – Le animo abrazándolo por detrás cerrando la puerta detrás de ellos.

– ¡Tú eres mi jodido problema! – Le respondió separándose de él. – Se supone que no teníamos vacaciones sino hasta esta semana. ¡Te desapareciste de la universidad un mes antes! No tienes ni idea de los problemas que tuve que pasar para justificar tu ausencia.

– Oh vamos, promocione todas las materias así que ya no tenía nada que hacer. Asistir a la cátedra porque si, siendo que ya lo sabía todo me pareció una pérdida de tiempo así que vine a ver a mi familia ¿Qué hay de malo con ello? – Protesto molesto por aquel regaño.

– Ese es el problema contigo. Jamás te tomas nada en serio. Vas y vienes sin apegarte a nada y pensando frívolamente en cosas como "todo tiene solución". Eres un completo irresponsable. – Le reprocho molesto.

– ¿Qué tiene de malo tomarse las cosas con calma? Además que me comporte así no significa que no me importen las cosas, claro que me importa. Y si soy serio, con lo que merece que lo sea... como tú. – Agrego acariciándole el rostro. – Sabes que siempre soy serio contigo, Subaru. Yo te a...

– ¡¡NO LO DIGAS!! – Se apresuro a interrumpirle tapándole la boca con las manos. – No quiero oírlo... por favor no insistas.

Quito las manos del otro con cierta impaciencia. – ¡¿Por qué no?! Tú me gustas y yo te gusto, me lo dijiste justo antes de irte. – Dijo tomándolo del brazo. – Fueron cuatro años, cuatro jodidos años que no supe nada de ti ¿Y ahora que quiero corresponderte no me dejas?

– ¡Te equivocas! No mezcles pasado con presente, solo estas confundido. – Le aseguro desviando la mirada y dejando escapar un amargo suspiro. – Siempre has sido igual, sales con cualquiera que te lo pida, incluso ahora en el campus las chicas presumen y compiten por tu atención. Eres un sociópata, eso es lo que eres, solo "te gusto" porque te rechazo. Pues abre bien tus oídos y presta atención. – Dijo con firmeza para que le escuchara. – ¡No! ¡No te quiero, no me gustas! ¡Acéptalo de una vez y déjame! – Le grito zafándose de su agarre.

– Sigues diciéndome cosas hirientes pero... – Le acaricio el rostro clavando sus intensos ojos violetas en los dorados del otro. – Nunca me apartas cuando hago estas cosas. No me importa lo que digas Subaru, seguiré repitiéndolo hasta que me creas, te amo. – Le susurro a escasos centímetros de su rostro y luego paso a besarlo acorralando contra la pared. Sus besos eran apasionados y salvajes.

Cuando sus labios se separaron Subaru se cubrió el rostro con el antebrazo avergonzado. – Lo odio, odio como vas y vienes haciendo lo que quieres conmigo, y más que nada me odio por permitírtelo.

Kyouya sonrió dulcemente y tomo el brazo de este depositando besos desde sus nudillos hasta su hombro y su cuello. – Entonces me esforzare más, de ese modo hare que me aceptes y me ames de vuelta. Si ya no sientes por mí lo que sentías antes entonces solo debo esforzarme para volver a enamorarte ¿Verdad?

– Eres demasiado positivo ¿Qué te hace pensar que remotamente yo podría aceptarte?

– El hecho de que no me rechazas del todo. O al menos tu cuerpo no lo hace. – Respondió besándolo nuevamente mientras una de sus manos se colaba dentro de su pantalón y la otra le desabotonaba la camisa.

– Nght... Kyouya no, no hagas eso... ahh. – Rogo en vano, el pelirrojo era más fuerte que él, sabia que se detendría si se lo pedía. Pero ese era el problema, el no quería que se detuviera. Era cierto, había amado a Kagami Kyouya desde que eran niños pero nunca se imagino terminar así con él. Kyouya era del tipo alegre, social y despreocupado; en secundaria solía tener una novia nueva cada tantos días, nada serio aun así ¿Quién iba a decirle que no?

Cuando supo que se mudaría a América y que no podría empezar en la misma preparatoria que Kyouya había decidido confesar sus sentimientos para poder enterrarlos y deshacerse de ellos, "Te amo pero no quiero estar contigo", esas habían sido sus palabras de despedida.

Luego de 4 años fue toda una sorpresa, una ridícula e irónica sorpresa, encontrarse con él en la universidad y en la misma carrera para mejorar las cosas. El pelirrojo aun recordaba sus palabras y empezó a decir que quería corresponderle, que le quería. ¿Era verdad? No, Kyouya no se tomaba cosas como las relaciones en serio ¿Por qué iba a empezar con él? No, lo que Kyouya no soportaba era que le rechazaran, entonces ¿Qué pasaba si decía "Aun te sigo amando"? ¿Se aburriría de él viendo su objetivo cumplido? No podría soportarlo, seria demasiado para él.

El pelirrojo lo había guiado hasta el sillón, en algún momento del trayecto había logrado deshacerse de toda su ropa salvo su camisa. Las manos de este delineaban sus muslos y esos ojos violetas, brillantes en deseo, parecían devorarlo.

– Te extrañe mucho, después de haberte perdido durante tantos años estar siquiera una semana lejos de ti es como una tortura. – Le susurro al oído mientras repartía besos por su cuello y dejaba marcas en su clavícula. – ¿Me extrañaste? ¿O te estuviste tocando solo? – Pregunto con un tono lujurioso rozando un dedo contra la entrada del albino y recibiendo un sonoro gemido al meterlo. – Esta apretado, ósea que desde la última vez que lo hicimos no te has tocado aquí. – Aclaro satisfecho consigo mismo.

– Idiota, como si fuera a hacer algo así... ahh... – Arqueo la espalda y dejo salir un gemido aun más fuerte al sentir como el segundo dedo entraba. Paso sus brazos por la fuerte y ancha espalda del otro aferrándose a él con fuerza. – Si... si vas a hacerlo no juegues... mmmff...

– ¿Estas tan impaciente? – Inquirió divertido sacando los dedos y acomodándose entre las pálidas piernas del más bajo. – Personalmente creo que es una buena forma de estrenar el lugar. Lo único que lamento es no poder pasarme aquí toda la tarde, pero tenemos trabajo que hacer. – Le sonrió una última vez antes de comenzar a embestirlo. De vez en cuando lo besaba para acallar sus gemidos y a veces simplemente dejaba que hicieran eco en la habitación envolviéndolo en su propio mundo.

Durante la tarde al salir del instituto los chicos de Shotsuko fueron convocados por Kyouya en una cancha cerca del parque para probar algunas cosas nuevas y de paso él pudiera ayudarles con el entrenamiento.

Seiji acelero el paso para poder hablar con su novio. – Me entere que volviste a pelear en clase con Tsubasa ¿Algo especial lo provoco? – Pregunto divertido.

– ¿Consideras su estupidez importante? – Respondió el menor algo cortante.

– Parece que estas de mal humor ¿Ocurrió algo? Sea lo que sea puedo buscar una solución a ello. – Ofreció preocupado por él.

Kazuo dejo escapar un suspiro y le dedico una sonrisa al mayor. – No es nada, solo son los nervios y no precisamente por el partido. En unas semanas tendré hermanos nuevos. – Aclaro masajeándose las sienes. – Mi madre esta insoportable, y no solo eso, en unas semanas tendré tres hermanos más ¡Tres!

Seiji dejo escapar una corta carcajada. – Perdón, es solo que es adorable. Entiendo que Kazunari-san debe ser difícil de tratar ya que esta prácticamente en el final de su embarazo, pero creo que la noticia es fantástica, tendrás más hermanos. – Sus palabras no parecían animar ni en lo más mínimo al peliverde. – Bueno supongo que yo lo veo como algo bueno porque estoy feliz por algo parecido. Mi madre también está embarazada. – Notifico con una sonrisa.

– ¿Eh? ¿En serio? ¿Desde cuándo? – Inquirió sorprendido por la noticia.

– Tiene apenas dos semanas. Desde la última vez que vinieron mi madre quedo fascinado con la idea de tener una hija así que mi padre decidió cumplirle su deseo. En algunos meses tendré una hermanita, no puedo evitar estar feliz por ello.

– Solo tiene unas semanas y ya estas tan seguro de que va a ser niña ¿Qué pasa si resultas teniendo un hermano?

– No lo creo, mi padre dijo que le daría una hija a mi madre y él es absoluto. – Dijo guiñándole el ojo y escapándosele otra corta risa dejando al peliverde realmente confundido.

– ¡Ey, chicos aquí! – Les grito Kyouya agitando eufóricamente los brazos. – Bueno empecemos con esto de una vez. Adako-chan ¿Discutimos juntos la rutina?

– ¡Claro! La ultima vez que nos diste consejos fueron de mucha utilidad así que espero podamos maximizarlo ahora. El partido se nos viene encima y toda ayuda es bienvenida. – Le explico la castaña sacando sus notas y mostrándole como habían sido los entrenamientos hasta la fecha.

– Si sirve de algo aquí tengo mis apuntes también. No soy bueno diseñando entrenamientos pero tengo toda la data de los chicos y su flujo de evolución. – Explico el pelirrosado sacando su libreta.

– Bien con esto podremos hacer un gran adelanto. Subaru, ayúdame con esto por favor. – Pidió con una sonrisa invitando a acercarse al albino que observaba a los menores confundido.

– ¿Se puede saber para que me trajiste aquí? No entiendo qué objetivo tiene esto. – Comentó dando un vistazo general. Además de los hermanos de Kyouya reconocía a Nai, que era primo de este y estaba seguro que el chico rubio era el amigo de Leon que siempre estaba en su casa cada vez que Subaru iba.

– Te traje a que veas lo serio que me tomo mi trabajo y para que cooperes de paso. – Le respondió con una sonrisa socarrona. – Veras, hace un rato me acusaste falsamente de que no me tomo nada en serio. Ahora Mr. Bored, déjame mostrarte que existen más formas de estudiar qué sumergiéndote en libros. – Dijo divertido entregándole las libretas que le habían dado los menores. – Creo que mejor que nadie sabrás que prefiero la practica a la teoría ¿Verdad?

Un ligero sonrojo se apodero del rostro de Subaru pero enseguida desvió el rostro concentrándose en las notas. – ¡¿Estas queriendo que apliquemos lo que sabemos con estos niños como si fueran sujetos de prueba?! – Preguntó algo sorprendido.

– Oh man, no seas tan frio. Vamos a ayudar a los chicos de Shotsuko con nuestro conocimiento y de paso repasamos lo que sabemos. – Le corrigió el pelirrojo guiñándole un ojo.

Subaru dejo escapar un largo suspiro. Kyouya tenía un punto y además la idea de llevar lo que había aprendido a la práctica realmente le emocionaba. – Ok, cooperare con esto, pero debemos organízanos bien, no contamos con demasiado tiempo y hay mucho que hacer.

Kyouya lo vio a acercarse al resto con una sonrisa y un brillo intenso en los ojos, siempre se ponía igual cuando algo lo emocionaba. Podría sonar tonto y hasta infantil pero ahora se sentía algo celoso de los chicos, a él nunca le había mostrado tan fácilmente aquella sonrisa, o al menos no desde que se habían vuelto a ver. Cuando eran niños Subaru siempre lo seguía a todas partes y le brindaba apoyo, sonreía con solo estar a su lado y eso le hacía feliz, era como ser seguido por el sol. Pero ahora era más serio y reservado, o al menos lo era con él, aunque tampoco se quejaba. Había llegado a amar ese lado de él también, la forma en la que fruncía el ceño y le reprendía, solo lo hacía con él, quizá no le sonriera ya como hacía con los demás pero él era el único dueño de sus reprimendas y eso no estaba mal, es decir uno no intentaría corregir a alguien del que no se preocupara realmente ¿Verdad?

– ¿Y hasta cuando vas a seguir con la cara de bobo enamorado? – Pregunto Aoi sacándolo rápidamente de sus pensamientos.

– Waaa! Holy shit! Aoi no vuelvas a hacer eso, casi me matas. – Le reprendió su hermano agarrándose fuertemente el pecho mientras intentaba normalizar su respiración. – Después de pasar tanto tiempo lejos de casa había olvidado cómo era tener las "apariciones" de mamá y tuyas.

– Si, si pero no me cambies el tema. – Contesto la menor haciendo un mohín. – ¿De verdad tanto te gusta ese sujeto? – Se había asegurado de expresar toda su preocupación y repulsión en su tono.

Kyouya rió por lo bajo y le acaricio el cabello. – Solo es un compañero, vino aquí por el trabajo de investigación, eso es todo. Ahora se una buena hermanita y ayúdame con la tarea. – Le pidió acercándose con ella a los demás.

Al escucharle decir eso Aoi se dio cuenta al instante de que su hermano mayor mentía, pero decidió no presionarlo demaciado en ese momento. Solo asintió y le siguió donde sus demás compañeros.

Siguiendo los consejos de los dos mayores los chicos se habían dividido en parejas para practicar sus estilos y habilidades, aunque sin duda quien estaba dando el mayor espectáculo era Tsubasa. Se encontraba jugando contra Kazuo, pero este difícilmente podía seguirlo. Desde el último partido contra Ryokudo Tsubasa se sentía mucho más ligero al moverse. De los tiros sin forma que intentaba al menos 8 de 10 entraban perfectamente, además de ello su velocidad y agilidad habían incrementado considerablemente. Debido a lo mismo a Kazuo le estaba constando demasiado mantenerle el ritmo, sin embargo el peliverde era muy orgullozo y no iba a perder en una batalla de habilidades, y mucho menos si su oponente era Tsubasa.

Cuando tenía espacio suficiente para actuar utilizaba los tiros de alta trayectoria clásicos de su padre, pero cuando el rubio amenazaba con robos y quiebres optaba por sus triples a velocidad asegurándose con el giro de que no le quitarían el balón. Subaru observaba a ambos con una fascinación increíble, a pesar de ser solo alumnos de preparatoria se movían a la par de sus compañeros en el equipo de la universidad que había visto algunas veces, mas importante aun, ese no era ni de lejos su límite. Con solo una mirada Subaru pudo comprobarlo, sus cuerpos se estaban adaptando lentamente a su talento, lo cual en cierto grado le preocupaba ya que sobre esforzarlos haría que sus cuerpos colapsaran al no adaptarse bien aun, pero aun les faltaba mucho por crecer.

– ¿Son siquiera humanos? Ni en broma creería que son estudiantes de preparatoria si no los conociera. – Dijo aun sin poder creer del todo lo que veía.

– Increíble ¿Verdad? – Coincidió Kyouya parándose a su lado. – Y esto no es ni la punta del iceberg, ellos son hijos de la famosa "Generación de los Milagros" después de todo, no es de extrañar que puedan lograr estas cosas. Pero como tu bien lo dijiste solo están empezando y eso los hace más temibles que sus padres.

– ¿A qué te refieres? – Subaru no sabía mucho de la generación de los milagros, pero si sabía que habían sido unos deportistas excepcionales y que los padres de Kyouya eran parte de aquel grupo.

– Lo pondré en palabras simples, la generación de los milagros comenzó a despertar sus habilidades en secundaria, tuvieron tres años de juego y un año de perfeccionamiento por así llamarlo al entrar en preparatoria. Cierto que luego de eso siguieron creciendo pero les tomo al menos dos años llegar a la potencia necesaria para hacerse de un nombre tan legendario. Sin embargo estos chicos, el equipo de Shotsuko, este es su primer año jugando. Si, habían jugado individualmente o entre ellos, pero oficialmente este es su primer año cumpliendo entrenamientos, prácticas y enfrentándose a poderosos rivales. Si medimos cuanto han crecido en lo que va de este año y lo comparamos con la evolución de los miembros de la generación de los milagros no cabe duda. No faltara mucho para que ellos puedan superarlos.

– Perdón. – Se disculpo el albino para sorpresa del otro inclinando la cabeza. – Te he subestimado, lo que haces aquí no se aprende en ningún libro, no, ni siquiera podrías apreciarlo en América u en otra parte el mundo. Estas siendo testigo de un cambio histórico, de una leyenda nueva.

– Quizá, eso depende de ellos no de mí. Pero ciertamente por lo que he estado viendo no son solo ellos, esta generación está cargada de chicos con talentos excepcionales que te pondrían la piel de gallina. Dime, ¿Te interesaría acompañarme a observar la semifinal y la final de la Winter Cup?

– Aunque diga que no terminaras convenciéndome. – Razono cruzándose de brazos. –Además debo admitir que has despertado mi curiosidad. Quiero ver lo que pasara más de cerca. – A pesar de que su expresión se mantenía seria sus ojos brillaban con un fulgor cargado de emoción y expectativa.

– Mmm... si sigues mirando así a esos chicos me pondrás celoso, sé que ya no soy tan joven pero tampoco me desanimes así. – Bromeo abrazando al albino.

Subaru simplemente lo empujo alejándolo lentamente. – Te he dicho varias veces que no hagas esas cosas en público. – Le reprendió frunciendo el ceño. – Además tenemos mucho trabajo que hacer aquí. Si pudiera revisar los músculos de las piernas de Aomine-kun seguramente podríamos encontrar un modo para que se desplazara rápido sin poner en riesgo sus tendones. La rapidez con la que dispara Midorima-kun también debe ser ajustada, las piernas de Leon deben ser vigiladas y aunque los demás parecen llevar un buen ritmo quiero hacerles una revisión exhaustiva para confirmarlo.

– Muy bien pisa el freno, me voy a molestar en serio si dices cosas como "hacerles una revisión exhaustiva". – Agregó bromeando logrando teñir la cara del albino de rojo.

– ¡Hasta aquí, tiempo fuera! – Le grito dándole un golpe para acercarse a los chicos. – ¡Aomine-kun! ¿Podrías concederme unos minutos? Quiero revisar el estado de tus piernas.

– ¿Mis piernas? – Repitió extrañado. – Claro, no hay problema pero, yo no he sufrido ninguna lesión. Deberías revisar las piernas de Leon en todo caso. – Le sugirió señalando donde jugaba el pelirrojo.

Subaru se apresuro a negar y repaso con los ojos el cuerpo del rubio musculo por musculo. – Leon-kun no me interesa en estos momentos. Tú en cambio eres mucho más interesante. Eres hijo de Aomine Daiki-san ¿Verdad?

– ¿Podrías hacer una pregunta menos irritante y obvia? – Pidió arrastrando los dientes con una sonrisa de pura cortesía. – En serio, no es un buen momento para mencionar a mi viejo.

– ¿Por qué? ¿Te molesta? – Insistió observando las reacciones del menor. – ¿Te molesta ser comparado con él? ¿O te molesta pensar que jamás podrás superarlo?

Aquella pregunta tomo al rubio por sorpresa. Había competido con su padre toda su vida y, aunque le pesara, no había podido ganarle ni una sola vez nunca. Cuando habían acordado con los demás el ingresar a Shotsuko para así mostrarle a sus padres de lo que estaban hechos se había emocionado mucho, los entrenamientos eran duros si, pero valían la pena. Aun así, era casi frustrante, todos sus amigos avanzan no solo buscando como superarlos sino además copiándolos y asimilando sus estilos ¿Qué había logrado él? Apenas si estaba logrando dominar tiros que su padre ya lograba a la perfección desde secundaria, ¿Eso en qué lugar lo dejaba? Podía oírlo burlándose de él y eso le enojaba. Sin importar cuánto trabajara su meta no parecía tener fin, como si cada vez que el diera un paso su padre se alejara cinco.

– Parece que mi pregunta caló hondo. – Observo con una sonrisa Subaru dándole un pequeño golpecito en la frente. – Ese es tu problema, consiente o no crees que jamás vas aganarle. No te culpo, la sombra que tu padre ha dejado es inmensa, y a diferencia de los otros tú juegas con él al basket de vez en cuando, ¿Verdad? Esa es tu debilidad y a la vez tu fortaleza.

– ¿Mi debilidad y mi fortaleza? ¡¿Qué quieres decir con eso?!

– Me refiero que a diferencia de los demás tu ya has jugado con un miembro de la Generación de los Milagros, y si mi imagen de tu padre es correcta el jamás debió haberse contenido contigo. Como resultado has recibido un montón de derrotas humillantes que ahora están minando tu confianza en tu propio potencial. – Explicó con seriedad.

– ¿Eh? – Tsubasa sintió como si su sangre se helara. Nunca había pensado algo como eso ¿O sí? Cada vez que jugaba contra él, de una forma u otra, sabía que el juego acabaría con su sonrisa socarrona proclamando su victoria. ¡Pero eso no estaba bien! Sabia mejor que nadie que ya estabas derrotado de ante mano si empezabas con pensamientos como esos, lo que más quería era derrotarlo, borrarle aquella sonrisa pero ¿Y si Subaru tenía razón?

Viendo cumplido su cometido el albino suspiro y le revolvió los cabellos al menor. – Mi intención no era traumarte, solo revelaba un punto. Veras, a pesar de que Kyouya y yo estudiamos lo mismo tenemos enfoques diferentes. Kyouya prefiere el camino clásico, curar las heridas, atenderlas de forma eficiente y buscar la forma de que la rehabilitación sea lo más rápida y efectiva posible. No está mal, es lo correcto, y de hecho Kyouya tiene un gran talento para buscarle soluciones nuevas a cada problema. Pero yo por mi parte, digamos que me interesan otras partes del paciente, mi fascinación y entusiasmo se lo ha ganado el campo mental. – Explico señalando su cabeza con el índice. – La mente tiene mucha influencia sobre nuestro cuerpo, por eso es importante someterla a una rehabilitación también. No importa que también este nuestro cuerpo, si nuestra mente está quebrada no sirve. He estudiado casos donde hubo personas que no volvieron a caminar luego de un accidente, sin embargo su rehabilitación había sido perfecta, su cuerpo estaba en optimas condiciones, aun así esas personas estaban convencidas mentalmente de que no podrían, tenían miedo y entonces jamás salieron adelante.

– ¡Espera! Eso no tiene sentido, si sus cuerpos estaban ¿Cómo es que no podían caminar? ¿Tanta influencia tiene la mente?

– Aunque te sorprenda descubrirlo si, hay personas que mueren por haberse rendido y auto convencido de que nunca mejorarían, otras producen un milagro por pura fuerza de voluntad. Es por eso mismo que me gusta tratar ese lado de las personas. Y si bien como ya lo he explicado estas mentalmente en desventaja comparado con los demás, a la vez estas por delante. Eso es debido a que ya conoces la fuerza de estar frente a tu oponente. Sentir miedo no es malo Aomine-kun, nos muestra nuestras falencias y el camino para superarlas.

– ¡Yo no le... temo! Es un maldito monstruo, pero no le temo, yo... le tengo un gran respeto, lo que en realidad temo es no cumplir con sus expectativas. – Admitió apretando los puños y mirando el suelo.

– Entiendo, perdón por mi error. Pero como ya te dije eso es algo que puedes usar a tu favor. No conozco mucho sobre la famosa "Zona", pero exceptuándola creo que estas perfectamente al nivel de tu padre. Así que por favor ¿Me permitirás trabajar más contigo de aquí al partido?

– Odio los psicólogos y esas mierdas. – Dijo chistando y cruzándose de brazos. – Pero, creo que hare una excepción si me ayudas a superar a mi viejo.

– Puedo hacer que lo iguales, superarlo o no, eso ya es problema tuyo ¿Tenemos un trato? – Inquirió extendiéndole la mano.

Tsubasa choco su palma con la del mayor. – Tenemos poco tiempo, no lo perdamos en burdas formalidades. Quiero ganar y voy a hacerlo. – Aseguro con una sonrisa y un brillo fiero en sus ojos azules.



CONTINUARA...                  

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