Capitulo 46: "Desde cero"

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Los partidos por la Winter Cup continuaban y poco a poco los equipos se iban reduciendo, en estos momentos debían quedar solo diez y la semana entrante se definiría a los cuatro que llegarían a la final. A pesar de ya no competir a Daizen le encantaba estar al tanto e ir a presenciar todos los partidos, sobre todo si Shotsuko o Naraame jugaban. Había estado algo ocupado con los arreglos de la demanda de su madre pero como era de esperarse Makoto termino arreglando todo en pocos días. No le interesaba ni quería saber que condena recibiría su, ahora, ex entrenador, ya tenía problemas suficientes con tener que pensar como se organizarían a partir de ese momento. Arkeryo había quedado con una reputación deplorable y debían contrarrestar eso antes de primavera o tendrían problemas.

Bueno ya pensarían en eso cuando llegara el momento. Ahora se dirigía a casa de los Nijimura para hablar con ellos, había sido una semana agitada y necesitaba algo de normalidad, y tirarse en el cuarto de Tarou a jugar videojuegos o ver anime mientras Shaina les molestaba o jugaba con ellos sonaba ideal.

– ¡Tarou, Shaina! Soy yo, Daizen. – Grito tras tocar la puerta. Daizen no era una persona paciente y además sabía de sobra que era probable que su mejor amigo anduviera con los auriculares jugando algún juego online y su hermana con el mp4, por lo que empezó a dar tales golpes que amenazaron con tirar la puerta abajo para ser escuchado.

– ¡Oye, ya basta! Me importa una mierda que seas hijo de un abogado, si me rompes la puerta hare que me las pagues. – Le amenazo enojado un hombre alto de un reluciente cabello plateado como el de su hijo pero a diferencia de este sus ojos eran claros.

– Oh Shougo-san, perdón no pensé que estuviera en casa. – Se disculpo el castaño al pasar.

– Que yo esté o no en la casa no es excusa suficiente para derribar mi puerta a golpes. – Le recrimino el mayor. – Tarou y Shaina están arriba, no hagan mucho ruido y en un rato les subiré algo para comer.

–Sí, muchas gracias. – Daizen se apresuro a subir las escaleras, con el tiempo se había acostumbrado a la actitud de Haizaki Shougo y la verdad le agradaba, al igual que su hija podía ser malhablado y algo bruto pero no era una mala persona, en cierta forma hasta le recordaba a su madre. – ¿Hola? Planeta tierra llamando a los Nijimura ¿Hay alguno que no esté conectado a algo y pueda prestarme atención? – Pregunto divertido al entrar en la habitación del peliplatedao, su habitación y la de su hermana estaban conectadas por una puerta que normalmente dejaban abierta así que era como si ambos compartieran la misma habitación.

– Lo lamento forma de vida no identificada en este momento estoy ocupado salvando a unos de otro grupo de un ataque de ogros. – Se burlo Tarou desde la computadora donde jugaba un RPG.

– Pues ponle pausa o algo. – Protestó Daizen dejándose caer en la cama de su amigo como si le perteneciera.

– ¿Ponerle pausa a un juego online? ¿Por qué no se me ocurrió antes? – Ironizo el otro sin sacar la vista de la pantalla. – Ya casi acabo, solo le queda media barra de HP.

– Olvida toda esperanza Daizen. Si no fuera porque mi madre lo sacaría a los golpes te apuesto lo que quieras a que no saldría de esa silla ni para ir a la escuela. De hecho la última vez que tuvimos un fin de semana largo se paso casi dos días ahí. – Comentó entre molesta y desesperada Shaina entrando al cuarto. Lucia una linda blusa roja que se le ajustaba perfectamente al cuerpo enmarcando su figura y dándole un toque más agraciado, unos delicados jeans blancos y sus zapatillas favoritas.

– ¿Y se puede saber a dónde vas vestida así? – Demandó saber de inmediato el castaño. No podía evitarlo, Shaina era su amiga pero algo le impulsaba a tratarla como su hermana y el poco interés que Tarou le dedicaba lo motivaba más.

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