Nota;
Si bueno, han de pensar que soy una perra por tardar en actualizar pero tuve problemas con wattpad, así que culpen a el. Por cierto, ¿ya vieron la nueva portada? Que dicen, les gusta esta o la anterior.
Prohibido enamorarse. Debería seguir esa regla que me había puesto cuando recién murió...el.
Faltaba media hora para que entrará a mi trabajo, estaba en mi cama ya arreglada, esperando a que se diera la hora de irse, y me fue imposible no llorar. No sabia que demonios me pasaba, últimamente estoy muy sentimental y frágil. Quizás mi periodo se acerca, sí eso seria, grite desesperada, no tenia miedo que alguien me escuchara, al fin nadie estaba en la habitación y Ethan estaba en clases o posible mente en su cita. No debo preocuparme por el, tan solo es una cita que fácilmente puede ir.
Tomo unos minutos para luego levantarme y lavarme la cara. Bajo por elevador y salgo de la universidad pasando de largo los campos. No tome el autobús, opté en ir caminando aún era temprano así que no se me haría tarde, hasta creo que me sobraría mas tiempo para ir a tomar algo.
El delicioso aroma de la tienda me recibe en cuanto entró, veo a una niña llorando intentando tomar una paleta mientras su mamá esta distraída coqueteando a el que atiende. Que zorra. Entro a la tienda y me voy a los refrigeradores para tomar un agua de sabor, voy hacia el mostrador y pago mientras la señora me ve con receló, la ignoro y tomó una paleta y se la doy a la niña que aún seguía llorando. Me retiro de la tienda con mi agua en manos y camino hacia mi trabajo.
Entró a mi trabajo, pronto el aroma que tanto me gusta oler llega a mis fosas nasales, veo como la linda chica Melissa también va llegando, mientras se pone un chaleco con el nombre de la tienda, se sorprende al verme y camina hacia a mi.
— ¡por dios, mujer! No te había visto —me da un leve empujón en el brazo y yo me río.
— Perdón, —me disculpo y señalo su chaleco— ¿yo también tendré que usar ese chaleco?
No era feo, pero se veía incomodo.
— ¡Oh, claro que no! Hasta tienes suerte, este solo lo usa quien cobra, tu llegabas una camiseta con el logo, nada más.
— Ah entonces esta bien, ¿hoy llega el jefe?
—No, solo dos días a la semana viene a ver el inventario, y para ver si todo esta como debe.
— Entonces a trabajar se ha dicho.
Es trabajo es sencillo a decir verdad, preguntas que desea, lo llevas donde esta el disco, van a caja y listo. Me ha ido bien, lo debo admitir pensé que seria difícil, claro que no falto el chico con las hormonas alborotadas pidiendo mi numero de celular o pidiendo y insistiendo alguna red social o de esos niños que cosa que agarraban, cosa que rompían. Tuve que obligar a una señora pagar por un disco que rompió su estúpido niño llorón y chiflado, dios odiaba tanto a esos niños.
La hora de la salida llegó, respire profundamente mientras veía al ultimo cliente salir de esta, le digo el típico “ que vuelva pronto ” y veo como desaparece de mi vista.
— ¿y que tal tu primer día? —Pregunta Melissa.
— De hecho bien, solo que me dolió la cabeza de tan sólo oír al mocoso. —me río levemente y la miro.
— ¡Lo sé! Deseaba con todas mis ganas aventarle un zapato en el rostro a ver si así se callaba.
— Por dios, y eso que estas embarazada, tendrás que acostumbrarte a esos berrinches.
— Ni creas, me encargare que sea un buen bebé.
El fuerte viento me congela hasta los huesos tan pronto que pongo un pie en el asfalto. Oigo detrás de mi como cierra la tienda, me la una mirada y se aleja al estacionamiento donde la espera su tío. Decido caminar rápido, hoy trabaje hasta las diez y ya era de noche, una que otra alma en las calles pero aún se sentía solitaria. Veo como una pareja sale de un bar y están casi cayéndose de lo ebrios que están
no puedo contener una pequeña risa mientras paso de largo de ellos.
La tranquilidad se fue, oigo pasos detrás de mi y me asusto y aferro a mi pequeña bolsa, trato de controlar mi respiración y nervios y convenciéndome que no es nada, camino tranquilamente mientras aún oigo esas fuertes pisadas entonces oigo una voz.
— ¿Por que tan sola muñeca? — no contestó y ahora si, apresuro mi paso, lo siento aún detrás de mi y corro asustada.
Maldición, maldición.
— ¡Oye, no corras! —me grita el sujeto mientras también lo oigo perseguirme. Lo terrible es que no veo a nadie por las calles para pedir ayuda o un establecimiento para esconderme y refugiarme en el.
Mi cuerpo falla y mis piernas empiezan a flaquear así bajando la velocidad, pero no dejo de correr.
— ¡Vamos piernas, no me fallen ahora! —me grito a mi misma, podría verme estúpida pero no me importa.
Mi cuerpo es estrellado en la fría pared de un local cerrado y jadeo de sorpresa por el fuerte impacto. — Te atrape — lo oigo decir en mi oído, pasa sus asquerosas manos por mis caderas y gimo de dolor, mientras siento como mis mejillas se empiezan a empapar.
— Eres una bella chica — cierro los ojos, no lo quiero ver , — no entiendo por que tan sola.
— ¡Aleja tus manos de mi, enfermo! —grito asqueada y siento mi mejilla arder. El jodido puto me abofeteo.
— ¡Silencio perra! —me golpea por segunda vez en la mejilla y siento mi estomago revolverse.
Mis piernas vuelven a funcionar y levanto rápidamente dando un fuerte golpe en sus genitales, hago lo coherente y corro. Lo oigo maldecir y siento sus pasos detrás de mi. Mi cuerpo duele, el pecho más, y mi mejilla, ni que decir. Llevo varios minutos corriendo y ya no lo oigo detrás de mi, pero no dejo de correr, cuando siento que en algún momento me desmayaré, paro.
Miro por todos lados y no lo veo por ningún lado, toso fuertemente y escupo sangre. Me espante.
Llegue a mi departamento, asustada, mojada y no sabia diferenciar entre el sudor y el agua, me metí rápidamente al baño, y sin importar qué, me metí en la regadera, sentí como la agua caliente me tranquilizaba y relajaba los músculos tensos.
Pude sentir unos rasguños en mis brazos y piernas, salí y comencé a quitarme la ropa mojada, me mire en el espejo y llore.
Mi cara estaba roja y pronto sabría que un moretón se haría en mi mejilla derecha, donde había recibido las dos fuertes cachetadas, sentía sangre en mi labio inferior y llore aún más, mis ojos rojos y hinchados. Grite, sin importarme que alguien me escuchara, me metí de nuevo a la ducha y me senté mientras sentía las calientes gotas caer en mi.
¿Por qué a mi? Sentía rabia al saber que por poco iba a ser violada o peor aún, asesinada. No sabia que me iba a hacer ese sujeto si no me librara de sus asquerosos brazos, no sabia que iba ser de mi.
Un golpe en mi cabeza me hizo despertar. Poco a poco sentí como el agua seguía cayendo en mi y mis dedos ya se habían hecho arrugas como un anciano. Me había quedado dormida sin querer, y por torpe me había pegado contra la pared. Cerré la llave y salí de la ducha, quería comer, sentía como si no hubiera comido antes, camine hacia el pequeño refrigerador que se encontraba en el cuarto y tome un sándwich helado que había guardado antes ahí.
Oí como la puerta intentaba ser abierta y rápidamente me aventé a mi cama, me tape completamente y me hice la dormida.
— Oh dios, ¿allyson estas despierta? —no contesté — bueno, supongo que mañana te contare como me fue.
Mierda, ¿como le diré que tuve un percance?
No pude dormir en toda la noche pensando en que excusa decirle o simplemente decirle la verdad, no era buena mintiendo, y sabia que sabría que mentía pero tenia suficiente vergüenza de mi misma que no podía. Ya era de día, ya faltaba poco para que llegara la hora para levantarnos y arreglarnos para ir a clases y aún no sabia que hacer, vi como Ethan se remolinaba y sabia que ya se estaba levantando, me tape media cara y lo observé.
El gruño y se levantó bruscamente — ¡Diablos! ¿Por que mierda cantan esos estúpidos pájaros! Aún no me quiero levantar. —gruñe y no hago mas que reír — Buenos días Allyson.
— Buenos días —le sonrió y sé que nota algo raro en mi, su rostro arrugado y con una mueca — ¿Que? —pregunto nerviosamente rogando que no haya visto el moretón.
— No, nada —sonrie y casi suelto el aire que tenia contenido — ¡Oh, ally! Te tengo que contar todo lo que paso.
— ¿Como te fue? —pregunte.
— Bastante mal —sonríe y ríe.
— ¿Eso es bueno? —trato de entenderlo, comúnmente cuando algo sale mal en una cita están dolidos, pero no es el caso de Ethan.
— Creo que sí, era una caprichosa en verdad, no hacia otra cosa que intentar agarrar mi entrepierna, ¡casi me viola! — me río y el se levanta — Te lo juro, casi roban mi virginidad.
— No creo que seas virgen la verdad así que no le veo el problema.
— Bueno, soy casi virgen, no he follado en tres meses.
— Estas loco.
— Pero sabroso —contesta el y vuelvo a reír. — Voy a bañarme y borrar todo rastro de las manos sucias de esa chica, me siento violado y utilizado. —es lo ultimo que dice antes de meterse en el baño y pronto se escucha el agua.
Me levanto rápido y me maquilló y cambio mientras el se baña, por suerte me había bañado ayer en la noche y ahora tenia tiempo de maquillarme, esta vez me puse base, corrector y polvos para que taparan el moretón y agradezco internamente que ya casi no se veía tan horrible. El agua deja de caer y rápidamente sale Ethan, me mira vestida y frunce el ceño.
— Rayos si que eres sucia, ¿por que no te bañaste? —me pregunta y giro hacia el.
— Me bañe ayer mientras no estabas —digo y siento su mirada en mi rostro.
— Hoy tienes más maquillaje que otros días —murmura y me siento caer.
— Sí —contesto débilmente y nerviosa a que me descubra.
— ¿Que diablos es eso? —pregunta señalando mi rostro y maldigo.
Mierda, ¿por que esto me pasa a mi?