pianist ♨ j.jungkook

By ohmylotr

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Tocaba el piano como los ángeles; con una delicadeza etérea que hacía llorar al más insensible de los humanos... More

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
.º. book tráiler .º.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19, parte 1.
Capítulo 19, parte 2.
°preguntilla°
seguiremos...
violinist ♨ j.jungkook ※ j.hoseok

Capítulo 8.

3.9K 415 179
By ohmylotr

recuerdo que cuando empecé en wattpad odiaba que los personajes estuvieran besándose ya en los primeros capítulos de la historia

me parecía muy cliché

weno, y aquí estoy yo en mi primer proyecto en wattpad, con los protagonistas morreándose en el octavo capítulo

soy una campeona

una question

Si les dejo alguna obra de piano o algo así mientras leen el capítulo, ¿la escuharían? Porque sería genial que pudiérais escuchar las mismas obras que yo imagino que él está tocando, ¿no creen?

¿Qué opinan?

—¡Suéltalo, suéltalo!

—Kai, cállate.

Al otro lado del coche, mi hermano mayor se calló la boca sin replicar, algo sorprendente de su parte. Volvió la mirada a la carretera y soltó un suspiro, bajándole el volumen al equipo de música del coche.

—La hija de los Carter me metió mano el otro día en la cena de los Kim.

—Oh, wow. Sorprendente.

—¿A qué si? Lo más sorprendente es que alguien haya querido meterte mano a ti.

—Madre mía del amor hermoso—susurré. Sabía lo que se me venía ahora encima.

—El Dientes de Ratón es un buen partido. Deberías de replantearte tu vida amorosa después de haber firendzoneado de aquella manera al bueno de Taehyung—se rió cambiando de marcha—. No me creo que siga siendo tu amigo.

—Yo no he friendzoneado a nadie, y menos a Taehyung.

—Aiko, tengo vídeo vuestro en tu cumpleaños número dieciséis en el que él intentó besarte y tú le hiciste la cobra—volvió a reír. Frenó en un semáforo y se giró hacia mí, frunciendo los labios—. Si eso no es friendzonear, querría saber yo lo que es.

—Taehyung es mi mejor amigo, nunca ha estado colado por mi.

—Eso es como decir que no te gustan los gatos.

Se quedó en silencio y volvió a pisar el acelerador.

Yo era consciente de Kim Taehyung había estado colado hasta las trancas por mi ser y persona, pero admitirlo, y aún encima frente a mi hermano, era algo que aún tenía pendiente.

Aquella época en la que Taehyung aún llevaba polos de niño mimado y pantalones de pana había sido un tramo turbio de mi vida que prefería olvidar.

Y tampoco es que yo estuviera muy lejos de los polos y pantalones de pana de Taehyung con mis vestimentas de adolescente-emo-que-odia-a-sus-padres.

De nuevo, un tramo turbio y oscuro de mi vida que prefiero olvidar.

Kai frenó frente al aparcamiento del campus y quitó el seguro de las puertas, sacando las llaves del contacto.

Puso un pie fuera del coche y yo tiré de él, amarrándolo de una oreja.

—¿A dónde crees que vas? Esta es mi universidad chulito, aquí no vienes tú a quedar de guay, ¿vale?

—Aiko suelta, suelta—su cara se tiñó de dolor cuando clavé la uña en el cartílago de su oreja. Volvió a meter el pie dentro y se retorció sobre el asiento de su coche—. Déjame bajarme. Quiero recordar viejos tiempos.

—Viejos tiempos mi trasero—del dolor, los ojos de Kai estaban empezando a humedecerse—. Tú lo que quieres es mojar churro, negro de mierda.

—¡ABUSONA!

Lo solté cuando alguien petó en el cristal de mi ventana.

Taehyung sonreía abiertamente, con aquella linda sonrisa que tanto había enamorado a mi madre, y llevaba los libros en un brazo, apretándolos sobre su pecho.

Ladeó la cabeza e hizo un gesto hacia la entrada del campus.

—Lo tienes babeando por ti, santa lechuga. Cásate con él ya y dale el gusto a mamá.

Cogí los libros de la guantera, me sorbí los mocos como la dama que era y le solté un mamporrazo a mi hermano en la entrepierna.

—Ala, que te cunda. Gracias por traerme a clase.

Bajé del coche con prisa, arrastrando a Taehyung dentro del campus.

—Tu hermano es una víctima, Aiko.

—Aquí la única víctima soy yo. El que se termina todo el papel higiénico es él. Parece que tuviese vagina y no pene.

—A lo mejor...

—No, por favor. Vivo con él, dios.

Taehyung se rió en voz alta, comenzando a caminar a mi paso.

Entramos en el aula de Economía justo antes de que el profesor cerrase el portón, llamando la atención de todos los presentes.

Sobretodo Taehyung.

En esta clase, la mayoría de los alumnos eran féminas de veinte años más o menos, con las hormonas de una adolescente y el cuerpo de una adulta.

Y qué decir, Taehyung era un lindo paisaje sobre el que posar la vista.

Me senté corriendo en mi lugar, vaciando el bolso sobre la mesa y abriendo todos los libros que necesitaba.

Hasta que por el rabillo del ojo lo vi.

El pelinegro que había acompañado a
Jungkook a la cena de los Kim estaba sentado en mi misma fila, cuatro o cinco pupitres más allá, con el rostro ladeado hacia mi y apoyando la cabeza sobre su mano.

Sonrió con amplitud, haciendo que sus ojos quedasen reducidos a simples líneas en su rostro, con en la cara de un niño pequeño.

A pesar de que mi rostro se tiñó de un ceño fruncido y una mala cara, por dentro no pude evitar morirme de ternura.

Quería levantarme y apretujarle los mofletes tal y como mi abuela me hacía a mí.

¿Cómo se llamaba?

Continué mirándole fijamente, tratando de recordar cuál era su nombre.

Él dejó de sonreír y entrecerró los ojos mientras yo continuaba escudriñando en mis recuerdos, buscando el nombre de aquel chico.

¿Yoongi?

No, ese era el amigo de mi hermano.

Namjoon tampoco, ese era el novio de una amiga mía.

¿Seokmin? ¿Jiseok?

Ji algo...

¿Jihyung?

Estaba empezando a estresarme de una manera exagerada.

¿Y su apellido?

Ave María Purísima, creo que tengo alzheimer.

Kim no, Jung no, Lee tampoco, Byun tampoco.

Oh, Park.

Park Ji...

—¡PARK JIMIN!

Sin darme cuenta me puse de pie de un salto, asustando a todo el mundo.

De soslayo, vi como Park Jimin, asustado y sorprendido, escondía su rostro entre sus manos.

No me extraña, una chica acaba de gritar su nombre en medio de una clase.

Oh, vaya.

Acabo de gritar el nombre de un desconocido en medio de clase.

Qué cosas.

Al menos me he acordado de su nombre.

Sin mediar palabra alguna, el profesor nos señaló a ambos, y girando su cuerpo robóticamente, señaló la puerta.

Guardé todo en mi bolso a la velocidad de la luz y corrí escaleras abajo, saliendo de aquella clase lo antes posible.

Detrás de mi sentí sus pasos.

Nakamoto Aiko, de verdad de la buena.

Pero de verdad de la buena.

Cuando el reparto de cerebros se llevó a cabo, yo debía de estar meando o algo así.

—¿Aiko, Nakamoto Aiko?

—Uh—dejé de caminar por el largo pasillo del ala de Administración de Empresas y me giré hacia el pelinegro con sonrisa de niño—. Esa misma.

Él sonrió, estático en medio del corredor y alzó las cejas.

—Bueno...—sonrió coqueto. Y de golpe, su boca se convirtió en una línea recta, sus ojos se abrieron como dos canicas (como dos canicas estrechas, sus ojos eran bastante pequeñitos, todo hay que decirlo) y se le hinchó una vena en la sien izquierda.

Santa Patata, parece enfadado.

Muy enfadado.

—¡¿TÚ ERES TONTA A POSTA O PRACTICAS POR LAS NOCHES, EH?!

En un abrir y cerrar de ojos me tenía amarrada por los hombros, sacudiéndome hacia delante y atrás con violencia.

Iba a vomitar el desayuno como siguiera así.

—¡MI PADRE YA PIENSA QUE SOY UN DESHECHO HUMANO, COMO SE ENTERE DE ESTO ME CASTRA CON UNA GRAPADORA!

Y otra vez. Con toda la fuerza que tenía me sacudió violentamente.

—¡Ey! ¿Qué es este escándalo?

Park Jimin cesó su perturbamiento de mi estabilidad física y miró hacia las escaleras que daban al ala de Ciencias.

—¡Jeon!

El pelinegro me soltó y corrió a saludar a esa persona.

Que, obviamente, y como mi vida es así de asquerosa (quitando el hecho de que soy rica), no podía ser otra persona que Jeon Dientes de Rata Jungkook.

Oh, sí señoras.

Hoy era mi día de suerte.

Mareada me apoyé contra la pared, intentando mantener dentro de mí los restos a medio digerir de mi desayuno.

Cuando ambos chicos estaban caminando hacia mí, mi estómago decidió montarse una fiesta.

Sí, ¿por qué no?

Y vomité lo que parecía ser toda la comida que me había comido en los últimos diez años.

Era imposible que dentro de mi estómago cupiese toda aquella mierda, seamos sinceros.

—※—

Nakamoto Aiko es tonta, queda científicamente demostrado.

si queréis que os dedique una parte de la novela ya escrita o por escribir, dejad un comentario por aquí

♥♥♥espero que os haya gustado♥♥♥

con amor y veneno

Patri.

P.D.: me ha atacado la dislexia bien fuerte JAJAJAJJA he tenido que corregir fallos ortográficos a punta pala

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