KPVO
Si no hubiera tenido una patrulla escoltándonos y la mirada de Changmin desde el auto de Siwon, me habría estacionado para mirarla dormir, si, en el fondo de mis ser soy un cursi de lo peor.
Sonreí al recordar su cara de espanto cuando creyó que yo iba estar en We Got Married, ¡Por favor! Existen maridos malos y yo. Además de que me negaba a parecer en ese programa bajo la circunstancia que fuera a menos claro que solo tuviera que aparecer acompañando a alguno de mis hyungs, mi reacción seria mucho peor que la de Changmin cuando estuvo de invitado especial con Kahi noona. Seohyun oculto bastante bien su descontento, pero a mi me dio muchísima risa.
Yo no sabía cómo tratar a una mujer, eso no solo lo decía Seohyun, yo lo sabía. Aunque claro, con todo y eso en ella se fijó en mí...
[ＳＭＳ] {Ｓｈｉｍ Ｃｈｗａｎｇ}
Dɪᴄᴇ Yᴜʀɪ ϙᴜᴇ ʟʟᴇᴠᴇs ᴀ Sᴇᴏ ᴀ ᴄᴏᴍᴇʀ ᴀʟɢᴏ ʏ ϙᴜᴇ ɴᴏs ᴀʟᴄᴀɴᴄᴇɴ ᴇɴ ᴇʟ ʜᴏsᴘɪᴛᴀʟ﹐ ᴇsᴘᴇʀᴀ ᴀ ϙᴜᴇ ʟʟᴇɢᴜᴇᴍᴏs ᴀ Sᴇᴜ́ʟ. ¡Sᴜᴇʀᴛᴇ﹗
El mensaje de Changmin me dejo aturdido un momento. ¿Qué estaba planeando este tipo?
Estábamos como a una hora de Seúl, pasaban de las once del día, yo tenía que estar a las tres en MBC, puesto que por ser domingo salían todos a las 3:30, estaban trabajando a marchas forzadas respecto a esta nueva temporada de We Got Married, y se iba poner peor, Leeteuk hyung alcanzaba niveles astrales de cursilería con casi todo el mundo.
Me devané los sesos en busca de como cumplir la instrucción de Yuri sin morir en el intento, las probabilidades eran tan bajas que ni yo hubiera apostado a mi favor.
Contando el atenuante de que solos se comportaba peor y hacia exactamente doce horas se había enfadado conmigo, esto iba ser un calvario de aquellos ¿Por qué no me daban un MAMA por esto?
Y seguía sin entender el porqué de su reacción, quizá así me disculparía y terminado el asunto. Aunque bueno, Seohyun podía perdonar una ofensa, pero no era de las que la olvidaba, así hubieran pasado diez años.
Lo peor del caso era que ¡No había hecho nada! Esta vez no la había humillado, no la había agredido ni a ella ni al dientón, esta vez por extraño que fuera yo era inocente. Y había reaccionado peor que otras ocasiones, en sus ojos se veía que el "termino" matar no era hipotético esta ocasión, era de verdad.
¿POR QUE ME IMPORTABA?
Suspire de frustración, no lo entendía y no lo podía manejar. Me era incomprensible su comportamiento. Yo por otro lado sabía que estaba tan preocupado por su reacción porque no puedes olvidar a alguien en un día. Y me estresaba tener que pasar el resto de la tarde con ella cuando no sabía cómo se iba comportar conmigo. Por lo general hubiera sido normal que me evitara, pero ahora que estábamos solos ella y yo no quedaba más que estuviéramos juntos y ella no podría ignorarme como en cualquier otra situación.
-¿Paso algo? – me miraba con los ojos semi cerrados.
-No, estoy algo cansado.
-Si quieres conduzco yo.
-Deja que entremos a Seúl – concluí.
Tuvimos que hacer una escala en una gasolinera, el tanque no iba resistir hasta entrar a Seúl y no podía tentar a mi suerte de esa manera. Bastante azaroso estaba mi día con Seohyun en el auto. La comitiva siguió sin nosotros, pero íbamos un par de kilómetros detrás de ellos.
Entramos a Seúl y ella estaba inusualmente callada, mi iPod seguía reproduciendo música, hasta llegar a la musca adquirida en España.
-¿Qué idioma es? – me cuestiono mirando el IPod.
-Es español – respondí haciendo un gesto – Es del autor de la canción que canto Jonghyun, la que tuvieron que traducir.
-¡Oh valla! – Respiro profundo - ¿Cómo se llama?
-Alejandro Sanz – repuse – Encontré otros dos o tres artistas realmente buenos.
-¿Cómo cuáles?
-Uno se llama Miguel Bose – dije frunciendo los labios – Y el otro es un antiguo grupo llamado Mecano.
-¿Me qué? – repitió divertida.
-Me-ca-no. – hice una pausa, debía aprovechar ahora que estaba platicadora – Miguel Bose es como su Seo Taji.
-¡Oh valla! – Respondió sorprendida – Debe ser bueno.
-Bastante.
-¿A dónde vamos? – pregunto mirando al frente.
-Ammmm – dude, ella aguardaba mi respuesta – No podemos ir al hospital.
-¿POR? – protesto.
-Yuri me pidió que te llevara a comer algo – ella iba empezar a protestar, me adelante – Y que después los veíamos allá.
-¿Y a dónde iremos?
-No lo sé – admití.
-Tengo una idea – murmuro – Dobla en la siguiente para salir a Gwanghwamun.
Asentí.
-Estaciónate donde sea, iremos caminado – ordeno.
-¿Por? – la mire un momento.
-No pensaras cruzar el Palacio de Gyeongbokgung en auto. ¿O Sí?
-Está bien.
Me estacione y ella saco una pequeña bolsita de su maleta, se la cruzo en el pecho y me miro.
-¡Vamos! Que estoy preocupada por mi unnie.
Salimos del auto. Yo me acerqué a ella y ella empezó a caminar, pero al parecer el que llevaba prisa era yo, porque cuando reaccione ella seguía de pie cinco metros atrás justo enfrente de Gwanghwamun con los brazos cruzados.
-¿Qué?
-¿Llevas prisa? – pregunto.
-No.
-Ah, porque te recuerdo que la guía soy yo.
-Perdón – musite.
El aire arrecio.
-Necesitas un buen corte de cabello – dijo deteniéndose.
-Sí, lo sé. Ya llegara mi servicio – respondí.
-¿Esperaras cuatro años?
-Si. – Me toque el cabello con ambas manos - ¡Mira! Está muy maltratado.
-Me refería al largo. – dijo poniendo sus manos sobre las mías en mi cabello – Ya está largo, pero su color es bonito, pero si, ya está muy maltratado.
Quede en blanco.
-Tu color negro era bonito – agrego – Pero este tono te queda bien, queda con el Kyuhyun de ahora – acomodo mi cabello – Péinate, te ves como si no hubieras dormido. Bueno, no dormiste como se debe, de hecho. Si te soy honesta el rubio no te queda. ¿Kyu?
-¿Eh? – Sacudí la cabeza - ¿Qué?
-No me prestas atención – protesto dándome un golpe suave – Mal educado.
-¿Perdón que decías?
-Nada. – se encogió de hombros y se dio la media vuelta.
-Dime, anda.
-Ya, que llevamos prisa.
-¡Seo! - le dije caminado tras ella jalándole el cabello - ¡Anda!, ¡Dime!, ¡por favor!, ¡Vamos!, ¡Se buena con tu oppa!
-Ya, no era importante. – ataño quitándose mi mano del cabello con un ademan.
Como era imposible seguir discutiendo seguí caminado tras ella.
Cruzamos por fuera el Palacio de Gyeongbokgung y justo en frente había una pequeña calle que en la esquina tenía un restaurante de comida italiana, no supuse que ese fuera nuestro destino, puesto que era el único restaurante en Seúl con comida Italiana y siempre estaba a reventar de gente. Pasar desapercibido es parte del juego.
-¿Una mesa para dos? – pregunto el maître.
-Sí, pero en un lugar más privado por favor – murmuro Seohyun tomándolo de la mano y poniendo un billete de mil wons – Es importante.
El pobre hombre como de treinta años salió caminando de ahí con paso vacilante mientras yo miraba a Seohyun atónito ¿Qué demonios les pasaba a los maknaes hoy día? Changmin era una dulce ovejita y Seohyun era un demonio con cara de angelito... ¿Algo más?
-No lo puedo creer – dije.
-¿Qué? – Me miro de reojo encogiéndose de hombros – No me gusta tener público.
-¿Qué me harás?
Mi respiración se detuvo un momento y entonces ella sonrió, ya, fin, ¡caput!, infarto seguro.
-Nada. Pero me es incómodo comer con tanta gente mirándote.
-¿A mí? – seguía sorprendido.
-No sé qué te ven las mujeres, pero todo el mundo te observa. – admitió encogiéndose de hombros.
-Eso si lo sabes – reproche.
-No, en realidad no lo sé – insistió desviando la mirada – Pero siempre que estamos en un lugar público, te observa todo el mundo. ¿No te has fijado?
No lo procesaba.
-No debería sorprenderme que no lo notes.
-¿Por? – le dije.
-Tu nunca te diste cuenta que yo te miraba hasta que Donghae te dijo – explicó.
-Ah, es cierto – concluí.
Mi corazón apenas acababa de recuperarse del ataque cuando subimos a un apartado del restaurante donde se encontraban seis mesas para dos divididas con biombos. Nos llevó al segundo y se retiró.
-Gracias. – musito Seohyun cuando le abrí la silla para que se sentara. – Pon de tu música en español.
La mire dudando y luego conecte el iPod a una bocina ahí colocada. En mi reproductor siguió la última canción que deje en el auto, así que lo deje reproducir.
-¿Qué pediremos? – pregunte.
-Yo digo que ravioles, comento – mirando la carta – Nada como los de Ryeowook.
-Yo quiero pasta a la boloñesa – agregue – Y pizza.
-Con permiso – murmuro el maître - ¿Ya puedo tomar su orden?
-¡Claro! – Respondí – Para la señorita unos ravioles y para mi pasta a la boloñesa. Y una pizza por favor.
-¿Y de tomar? – pregunto.
-Elige tu – tercio Seo.
-Este... - dude – Un Chianti por favor.
-De acuerdo – respondió el hombre – Ya se los traigo. Con permiso.
-¿Chia que? – pregunto ella.
-Chianti, es un vino de la Toscana Italiana, esta entre Florecia y Siena – explique torpemente – Tiene un sabor como de frutas de bosque; moras y fresas.
-Ah.
-Te va gustar – dije.
-Tu eres el que sabe – dijo encogiéndose de hombros y mirando el reproductor - ¿Esa canción como se llama?
-Ah, este... - me levante y mire el iPod – En mi lado del Sofá de la Oreja de Van Gogh.
-¿Cómo el pintor? – pregunto sorprendida.
-Creo, es un grupo. – respondí y me volví a sentar.
-Ah, la música es buena – acepto con un gesto – Aunque no entiendo ni idea de lo que dice.
Alcance a entender brevemente una frase "Yo sin tu amor, soy un montón de cosas menos yo". Fruncí los labios.
-¿Qué dice? – pregunto.
-No lo entiendo bien – admití – Como cantado hablan más rápido, no entiendo el contexto ni el mensaje de la canción.
-¿Cómo dices que se llama? – volvió a preguntar.
-En mi lado del sofá, de la Oreja de Van Gogh.
-Ah. – Asintió – Sofá, Van Gogh.
-¿Vas a empezar a escuchar música en español? – estaba realmente sorprendido.
-Tal vez.
Entro el maître con otro mesero que llevaba mi pizza en las manos, nuestra pizza, era muy grande para que me la comiera yo solo, aunque si podía. Comenzamos a comer sin decir nada, yo tenía que reordenar mis ideas.
¿Era posible que todavía me alterara tanto el contacto con ella?
Debería ya ser normal, pero al parecer mi corazón no opinaba lo mismo y se detenía un momento para luego enloquecer por cualquier cosa que ella tuviera bien hacer cerca de mí, como respirar. Era sumamente incomodo mostrarme tan abiertamente nervioso, por cosas realmente insulsas. Ni Changmin reaccionaba así, por lo que suponía que yo era muy evidente y demasiado incontrolable.
Por eso había ideado tomar clases de box con Jessica, que para sorpresa mía resulto ser una excelente instructora. Los primeros días fueron la muerte, terminaba molido, ahora ya soportaba todos esos golpes ficticios y ya podía hacer mil saltos con la cuerda sin detenerme a respirar. Supusimos que tendríamos un problema con el hecho de no poder hacer ejercicio pesado, y para sorpresa mía, me parecía ya más sencillo y menos doloroso bailar, el box además del ejercicio físico, era un ejercicio de estrategia mental y paciencia.
-¿Cómo van las clases de box? – Seohyun había dejado de comer para preguntarme.
Dude por un largo minuto, tenía una albóndiga en la boca y me sentía medio asfixiado.
-¿Cómo... - hice una pausa para tragar – Como sabes eso?
-Yoona me dijo que tenía que verte a ti y a Sicca – explico pinchando sus ravioles – Hace como dos semanas.
-¿Y luego? – insistí.
-Jessica me dijo la razón después.
-¿Le preguntaste? – exclame en un grito contenido.
-Sí, naturalmente. – Me volvió a mirar, comenzó a ponerse roja como un tomate – No entendía como es que tú y Yoona se iban a ver por voluntad propia.
-Oh, cierto.
Ella siguió comiendo sin mirarme, yo fruncí los labios y me quede pensando.
-¿Todo bien?
Afirme.
Dejo de prestarme atención y se terminó sus ravioles, sorprendentemente termino antes que yo, Seohyun comía sumamente lento, supuestamente porque así se llenaba más rápido, pero con eso de que apenas y habíamos comido en las últimas horas suponía que era buena razón para comiera casi medio kilo de ravioles.
-Me ayudaras con la pizza – dije como no quiere la cosa.
-De acuerdo.
-¡Valla! Sí que tenías hambre – exclame y mire mi plato un momento - ¿Quieres probar?
-No, tú también debes estar hambriento – respondió tomando el último trago de vino en su copa – Te espero con la pizza.
-¿Qué tal el vino?
-Delicioso – acepto.
La pizza era mediana, incluso para mí. Tenía mucho queso y olía a especias desconocidas.
-Está muy buena. – concedió Seohyun.
-Bastante – respondí mirando mi reloj - ¿Me acompañas a MBC?
-¿Para ver lo de We Got Married? – Pregunto – Si, vamos.