Still

By LibsMew

11.2K 1.6K 145

Más allá de las horas, más allá de los años, el amor aguarda paciente. Dos corazones que crecieron juntos, de... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Caspítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Epílogo

Capítulo 16 -Final-

597 88 7
By LibsMew



La madre de BaekHyun estaba sentada en el sofá, sus ojos rojos delataban su preocupación, había estado llorando a mares antes de que su hijo llegara. Sin embargo, ahora trataba de mantener una expresión tranquila para no alterarlo.

—Deberíamos llamar a la policía —propuso ChanYeol, quien se encontraba sentado junto a la señora Lee, presionando su hombro con ternura, para confortarla.

BaekHyun había tratado de despedirse de ChanYeol cuando llegaron a la casa del señor Lee, pero él se había empeñado en quedarse y ayudar tanto como fuera posible. Por lo menos, su presencia era agradable para la madre de BaekHyun.

—ChanYeol tiene razón, mamá. Todavía no pasan veinticuatro horas, pero ya llamé a todos lados y nadie lo ha visto. Debemos hacer algo.

La melodía del celular que sostenía firmemente en su mano, lo interrumpió. Todos en la habitación se exaltaron un poco y lo miraron expectantes mientras contestaba.

—¿Hola? —era un número desconocido, así que trató de sonar ecuánime, en caso de que fueran secuestradores a punto de pedir rescate—. Sí... No... Está bien.

BaekHyun no dijo nada, esperó unos segundos, hasta que su teléfono le avisó que tenía un nuevo mensaje.

—Necesito las llaves de tu auto, mamá. Saldré un momento.

—¡Espera! ¿Quién era? —preguntó ChanYeol, levantándose del sofá para acercarse a BaekHyun, su rostro reflejaba su ansiedad.

—Era mi asistente. Tengo que ir a firmar unas cosas a la oficina, y parece que papá se comunicó. Chan, quédate con mi madre, por favor. Los llamaré en cuando llegue, ¿está bien?

—¿Qué dijo? ¿Está bien? —preguntó la señora Lee, llevándose una mano al pecho, luego tomó las llaves de la mesita junto al sofá y se las entregó a su hijo.

—Parece que sí. Les llamaré en cuando hable con la asistente.

BaekHyun salió de la casa y subió al auto. Mientras conducía, recordó la conversación telefónica:

—Hijo, soy yo. ¿Estás con tu madre?

BaekHyun respondió afirmativamente.

—¿Llamaron a la policía?

No, había respondido el hijo.

—Estoy en un hotel en el centro. Necesito verte ahora. Por favor, no le digas a tu madre que soy yo. Con ella hablaré después. Voy a enviarte la dirección en un mensaje. Es muy importante, BaekHyun, por favor, apresúrate.

Mientras manejaba, BaekHyun se arrepintió de haber obedecido a su padrastro de forma tan vehemente. Quizá estaba en peligro.

Cuando llegó al hotel, corrió al elevador para subir al piso indicado en el mensaje. Tocó la puerta marcada con el número cuarenta, y esperó.

—¡Vaya! Realmente llegaste rápido —el señor Lee abrió la puerta con la sombra de una sonrisa en su rostro. Se veía sano, aunque algo cansado.

—¿Qué está pasando? —preguntó BaekHyun, cerrando la puerta detrás suyo. La habitación del hotel estaba limpia, a excepción de un par de tazas de café vacías sobre la mesita de noche—. ¿Por qué desapareciste así? Mamá está muy preocupada...

—¡Sh! —exclamó el señor Lee, antes de sentarse en la orilla de la cama—. No me cuestiones ahora. Tengo algo importante para decirte. Siéntate junto a mí —miró a su hijo y lo invitó, dando una palmada al colchón.

BaekHyun estaba desconcertado, pero se sentó junto a su padrastro sin decir más. El hombre tomó un momento para pensar, como si repasara su discurso mentalmente una vez más.

—Te he estado vigilando —confesó, sin mirar al muchacho junto a él. BaekHyun sintió cómo el ritmo de los latidos de su corazón, se aceleraban—. No es algo de lo que me sienta orgulloso, pero no lo pude evitar. Llevo haciéndolo desde hace unas semanas. Todo empezó por casualidad. Fui a visitarte a tu departamento para llevarte una botella de la nueva cosecha. Pero, antes de bajar del auto, te vi en la calle con ese muchacho...

La expresión descompuesta en el rostro de BaekHyun, lo dijo todo. El señor Lee se sentía avergonzado, no pudo soportar estar sentado junto a él, así que se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro, despacio, acomodando las palabras que iba a decir.

—Ahora comprendo que lo suyo no es una simple amistad — el señor Lee se llevó una mano a la frente, como si quisiera contener todos sus pensamientos caóticos dentro de su cabeza—. Todas esas veces que te vi con él... Hijo, yo nunca te vi sonreír así.

El señor Lee por fin encontró el valor de ver a BaekHyun a los ojos, y se sentó de nuevo a su lado.

—Tuve que tomarme un tiempo para reflexionar. Yo... no puedo obligarte a casarte con alguien a quien no amas. Desde que te conozco, siempre has sido tan callado, tan responsable, tan buen hijo. La vida no me bendijo con hijos propios, pero tú has sido mejor que eso. Aún sin ser tu padre verdadero, me has hecho sentir orgulloso, yo...

—Eres el mejor padre que alguien podría pedir —lo interrumpió BaekHyun, poniendo una mano temblorosa sobre la suya.

—Hijo, te mereces ser feliz al lado de la persona que amas. Yo no puedo arrebatarte eso sólo para salvar a mi compañía. Es una responsabilidad que me corresponde a mí. Sé que ese muchacho está casado con SunMi, y eso complica las cosas. Yo... sólo quiero pedirte que hagas las cosas bien...

—Padre... —la voz de BaekHyun temblaba tanto como sus manos y el resto de su cuerpo—. Prometí que te ayudaría... yo me casaré...

—¡No! Esta mañana, llamé al padre de la señorita SunHee para romper el compromiso —repuso el hombre, con tono firme, poniéndose de pie nuevamente—. Por suerte, esta mañana ocurrieron muchas cosas, cosas que harán todo más fácil. Debo darte la mejor noticia de todas. Esta mañana, detuvieron al director Jang.

Por primera vez, el señor Lee sonrió. Las emociones se agolparon en el pecho de BaekHyun, cuyas lágrimas se escurrían sin control por sus mejillas.

—Estaba en California. La policía dijo que mañana lo traerán a Corea, para que enfrente un juicio. Congelaron sus cuentas y, nos van a regresar el dinero que se robó, no todo, claro, pero la mayor par...

BaekHyun lo interrumpió otra vez, se abalanzó sobre él para estrecharlo en un fuerte abrazo. En un segundo, la felicidad lo sofocó.

—Padre...

—Lo sé, todo está a tu favor ahora, BaekHyun. Debes hablar con ese muchacho y deben hacer las cosas bien —el señor Lee dio pequeñas palmadas en la espalda de su hijo.

—Debemos enfrentar a muchas personas —dijo el más joven, separándose de su padre y tratando de secar sus lágrimas con la manga de su chaqueta.

—Bueno, de tu madre me encargo yo —bromeó el hombre, poniendo la mano en el hombro de su hijo.


Esa tarde, BaekHyun llevó a su padre a casa. La señora Lee se abalanzó sobre él, hecha un mar de lágrimas, gritando ¡Aigoo! ¡Aigoo!, mientras tomaba el rostro de su esposo entre sus manos. ChanYeol y BaekHyun sonrieron ante la escena, se despidieron con discreción y los dejaron solos para que hablaran. Ese era el plan que el señor Lee le había expuesto a su hijo durante el viaje de regreso.

—Me alegra mucho que tu padre esté bien —dijo ChanYeol sonriendo, mientras subían a su auto—. Deberíamos ir a festejar.

La sonrisa de BaekHyun era particularmente grande y brillante, lo que desconcertó un poco a su amigo. Sus ojos parecían ocultar algún secreto emocionante, que no quería revelar hasta estar a solas con él.

—Vamos a mi departamento. Allí podremos celebrar.

Al comprender el doble sentido de aquellas apalabras ChanYeol apretó el acelerador.


Mientras BaekHyun intentaba abrir la puerta, las manos de ChanYeol se deslizaban sobre su cadera, y sus labios plantaban húmedos besos en la piel expuesta de su nuca. Después de varios intentos fallidos, el presidente por fin pudo introducir la llave en la cerradura. Una vez adentro, luego de botar las maletas junto a la puerta, los besos y las caricias se intensificaron.

BaekHyun actuaba diferente, más libre. Era como si el hostil mundo exterior, se hubiera vuelto pacífico de pronto, ya nada le importaba, excepto ChanYeol.

—¡Vaya! Sí que tienes ganas de celebrar... —exclamó ChanYeol, cuando el presidente lo empujó sobre el sillón y se sentó a horcajadas encima de él, para comerle la boca.

—Si no te gusta... podemos parar —repuso el más bajo, entre besos.

—No me estoy quejando... —apenas pudo decir ChanYeol, los labios de BaekYyun parecían insaciables.

—Vamos a hacer el amor sin culpa... Quiero que nos entreguemos por completo, sin pensar en nada ni en nadie... —BaekHyun movía sus caderas contra el endurecido falo de ChanYeol, cuyo corazón latía apresuradamente. ¿Quién era ese amante tan agresivo que peleaba con los botones de su camisa? No lo sabía con certeza, pero le encantaba.

—¡Baek!... ¿Qué demonios te pasa?... —preguntó un ChanYeol agitado.

BaekHyun se movía sin parar sobre él. Ni siquiera habían terminado de desnudarse, cuando la necesidad ganó sobre su voluntad. Sus labios no se cansaban de besarse. Las manos del presidente se deslizaban sobre el pecho de su amante, arañándolo por ratos. ChanYeol nunca se había sentido tan excitado, estaba poniendo todo su esfuerzo para no correrse, pero los gemidos desinhibidos de su pareja, mientras lo embestía,  lo hacían cada vez más difícil.

—¡Espera, Chan! —suplicó el más bajo. Sentir a ChanYeol dentro de él, lo estaba volviendo loco.

Esta vez era diferente. Esta vez, BaekHyun sólo pensaba en ChanYeol, en el sudor que humedecía su cabello revuelto, haciéndolo lucir extremadamente sexy. En sus manos que apretaban su trasero y sus caderas con deseo. En sus deliciosos labios que repartían besos por su cuello. No había SunHee, no había SunMi, no había compañía, ni problemas. Sólo el cuerpo de ChanYeol, conectado perfectamente al suyo.

Terminaron casi al mismo tiempo. BaekHyun sonrió de nuevo con ese secreto en la miada. ChanYeol lo abrazó con dulzura, y se quedaron así por un largo rato, uno dentro del otro, piel contra piel, sintiendo el calor que emanaba de sus cuerpos desnudos.

—Chan... No voy a casarme —confesó por fin BaekHyun, con su mejilla descansando cómodamente sobre el hombro de su amante.

—Ya lo sé, escaparemos juntos, es nuestro plan, aunque tú pongas tantos peros —respondió ChanYeol, colocando pequeños besos en el hombro del otro.

—¡Tonto! Lo digo en serio, el compromiso está roto. Mi padre habló con tu suegro esta mañana. Detuvieron al presidente Jang y mi padre recuperará su dinero. Ya no tengo que casarme.

ChanYeol lo empujó son suavidad para ver su rostro sonriente. No podía creer lo que escuchaba, sus ojos estaban abiertos tanto como su boca.

—¿Estás bromeando?

Baekhyun negó con la cabeza y lo besó.


Mientras se duchaban, el presidente le contó todo lo que había ocurrido con su padre. Su romance secreto ya no era tan secreto. ChanYeol seguía sin creerlo. La suerte por fin parecía sonreírles.

—Hablaré con SunMi esta noche —prometió ChanYeol, besando con ternura los labios de su amante. 

Después de la ducha, se vistieron y cenaron juntos. Se despidieron en la puerta del departamento, con más besos y caricias inapropiadas. Sus corazones latían al mismo ritmo, y ambos sonreían, como los idiotas enamorados que eran.


Continue Reading

You'll Also Like

DADDY'S By NdBooks

General Fiction

13K 546 21
¿Quién diría que unas vacaciones cambiarían por completo la vida de Arianne? Ella una pediatra cansada de sus decepciones amorosas, negada a abrir su...
961 50 9
naruto uzumaki un joven deportista pero ala vez un doncel es obligado a casarse con un extraño por sus padres pero un acontesimiento ase que kushina...
190K 10.1K 24
𝐌 | La historia de los doppelgänger ha sido un punto crucial en el mundo, Amara y Silas fueron él ancla para que éstos fueran creados y aparecieran...
10.1K 1.1K 10
-Estas actuando como un idiota ¿Lo sabías? -El idiota es otro. -Golpeó ligeramente la silla que tenía a un lado de el. -No puedo aceptarlo y nunca lo...