Insoportable [Sin editar]

By Erikadcgm

5.7M 216K 33.8K

¿Cómo podría describir a Zack Cleveland? Fácil: Idiota. Popular. Fastidioso. Egocéntrico. Orgulloso. El mayo... More

Insoportable.
1. Primer día.
2. Dos palabras: mala suerte.
3. ¡NO FUE UN SUEÑO!
4. Tutoría.
5. Y esto me pasa por ser amable.
6. Sed de venganza.
7. Fiesta de pijamas.
8. ¿Fantasmas?
9. Daniel, la reina del drama.
10. El final de la lista negra.
11. Visita a la enfermería.
12. Sustos casi mortales.
14. Traicinada de la peor manera.
15. Malas ideas.
16. ¿Qué demonios?
17. Algunos contratiempos.
18. Salida con James
19. Bipolaridad nivel Cleveland.
20. Misterios, dudas y reencuentros.
21. Y más sorpresas a la vida de Isabel.
22. "20 de abril": día del baile de primavera.
23. ¿Qué demonios me está pasando?
24. Tiempo.
25. Veamos qué resulta.
26. Cena, los Cleveland y películas de terror.
27. Nuevos descubrimientos y sorpresas.
28. Día de playa.
29. Mucha acción.
30. Graduación.
Epílogo.
Capítulo extra: toda historia tiene su propio comienzo.
Capítulo extra: ver My Little Pony hace a las personas especiales.
Capítulo extra: el aire londinense no cambia mucho a las personas.
Capítulo extra final: el reencuentro.

13. ¡Debo tener algo mal!

159K 6K 798
By Erikadcgm

Estábamos bajo la luz del sol, viendo la playa que se extendía hacia nosotros.

Miré a mi lado. El sexy Harry Styles me miraba con cariño.

Comenzó a acercarse a mí y yo cerré los ojos, disfrutando el momento.

Los abrí unos segundos antes de que me besara, pero había algo mal. Su cara ya no era la misma.

Ya no era Harry.

Era Zack.

–Vamos, Issy. No te resistas más —murmuró a pocos centímetros de mi rostro.

—¡¡¡NOO!!! —grité, despertando de esa horrible pesadilla.

Mi pulso estaba como un caballo desenfrenado y estaba algo sudada.

Maldita sea, ¿qué mierdas fue eso?

Me pasé la mano por el cabello.

Esa fue la peor pesadilla de mi vida, sin lugar a dudas: la peor de todas.

Mi sexy Harry Styles, cambiado, por Zack Cleveland. Definitivamente, lo peor que pude haber soñado.

Tal vez haya sido tu mejor sueño, me dijo la parte idiota de mi cerebro.

Vete a la mierda con tus estupideces, eso fue espantoso, le contesté.

Yo creo que te están alcanzando deseos ocultos, se burló.

¿Qué?

Y una mierda, jamás volveré a dormir.

Y así di por finalizada la conversación.

De repente, el sonido de mi celular me hizo volver a la realidad.

Lo tomé y contesté, sin siquiera mirar quién era.

—¿Qué? —espeté de mal humor.

—Vaya, Issy, ¿hasta dónde llegarás? Sobornar a mi hermanita… jamás lo hubiese imaginado —Y hablando del rey de los idiotas.

Me crucé de brazos, aunque sabía que no podía verme, y sonreí con orgullo. Por un momento, olvidé el absurdo sueño que había tenido.

—Supongo que jamás podrás predecir mis movimientos, Cleveland —contesté con pedantería—. Nunca subestimes mis habilidades.

Lo oí reír con ironía.

—Ahora tengo que estar una semana más con esta jodida bota en el pie. Gracias, Issy —agradeció con sarcasmo.

Mi sonrisa se ensanchó.

—De nada, Cleveland. Fue un placer —respondí y, sin esperar respuesta, colgué.

Soy un genio.

Esa noticia alegró mi día.

Comencé a reír como maniática, al igual que cuando la enfermera le dio la noticia a Zack.

El sueño...

Paré de reír en seco.

Mierda.

Odiaba esa parte de mi cerebro. Dios, ahora Zack ni siquiera puede dejarme en paz en mis propios sueños. Lo que me faltaba...

Aunque ahora que lo pienso...

¡Tal vez me haya contagiado del virus Cleveland!

No, eso es imposible, yo soy inmune a esas cosas.

De repente, el mismo sonido que había sonado la última noche de Zack en mi casa, me hizo pegar un respingo.

—Maldita sea —murmuré con fastidio.

Seguro se preguntarán qué es ese sonido.

Pues verán, después de insistirle a mi mamá para que alguien revisara la casa, todo el problema resultó ser las tuberías del baño de Daniel, que estaban obstruidas a causa de la cantidad de desechos que había en ellas.

Daniel y su asquerosidad, siempre provocando problemas.

Me giré hacia mi reloj y vi que ya iba siendo hora de levantarme para ir al instituto, por lo menos, ya era viernes.

Me levanté e hice mi rutina mañanera.

------------------------------------------------------------------------------------------------------

—Hasta luego, Daniel —Me despedí mientras abría la puerta del auto, una vez frente al instituto.

—Nos vemos después, enana —contestó—. Por cierto —comentó, haciendo que quedara con un pie fuera del auto—, esta noche viene James a casa, para que no vayas a hacer una escenita como la del otro día.

Rodé los ojos y salí completamente del auto, cerrando la puerta en el acto.

—Adiós.

Apenas entré, Matt me tomó del brazo, sin siquiera dejar que llegara a mi casillero.

—Vaya, cuánto...

—Vamos, cuéntamelo todo, quiero saber todo sobre ese sueño —exigió, sin dejarme terminar la oración.

Solté un suspiro. Esto me pasa por llamarle y decirle que había tenido un sueño horriblemente extraño.

—Vamos al jardín, te contaré todo.

Una vez afuera, tomamos asiento bajo el árbol de siempre y comencé a contarle todo lo sucedido en el sueño.

—¡Sabía que este día llegaría! —exclamó. Lo miré sin entender—. Por fin te das cuenta de tus sentimientos. Y dime, Isabel, ¿qué se siente descubrir que te gusta Zack Cle…?

Oh no, esto no está pasando.

—¡No! —bramé, haciendo que se callara y pegara un pequeño respingo—. Yo odio a Cleveland, ¿es tan difícil de entenderlo? Lo detesto. ¿Por qué nadie lo ve?

Matt rió.

—Isabel, Isabel, Isabel… algún día vas a entenderlo —Se limitó a contestar.

Lo miré como si tuviese alguna enfermedad mortal y, cuando me disponía a decir algo, sonó el timbre de entrada.

Justo cuando iba de camino al aula de clases, vi a Zack cruzando el pasillo.

Comencé a reír al verlo con esa ridícula bota ortopédica.

—Qué graciosa, Issy —gruñó en cuanto estuvimos un poco cerca.

—Vaya, qué humor el tuyo, Cleveland. ¿Te levantaste con el pie izquierdo hoy? —pregunté, echándome a reír nuevamente.

Me miró mal.

—No le veo la gracia —aseveró con frialdad y una mueca de desagrado en el rostro.

—Pues yo sí —Y acto seguido, entré al aula.

------------------------------------------------------------------------

—Matt —Le llamé, apenas subimos al auto.

—¿Sí?

—Creo que deberíamos hacer una pequeña parada antes —avisé. Me miró sin entender, esperando a que continuase—. A hacerme una muestra de sangre.

Su expresión cambió rápidamente de confundida, a preocupada.

—¿Estás enferma? ¿Te pasó algo? ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? —interrogó de forma rápida y protectora, palmando mi frente.

—Creo que se trata de algo grave —aseguré. Su mirada se volvió más desesperada—. Creo... creo que tengo...

—Dios, ¿qué tienes, Isabel? Habla, ¡habla! —exigió con desesperación.

—Creo que tengo el virus Cleveland —admití finalmente, mirándolo a los ojos con tristeza.

Matt me miró unos segundos, estupefacto, y luego soltó el aire de golpe.

—Joder, Isabel, estaba jodidamente preocupado. Se trata de una broma, ¿no?

Negué con la cabeza, Matt me miró incrédulo.

—Es en serio lo de los exámenes de sangre —dije con sinceridad.

Soltó un bufido y luego encendió el auto.

—Bien —accedió finalmente—. Pero no creo que tengas ninguna enfermedad. 

----------------------------------------------------------------------------------

—Gracias por traerme a casa, Matt —dije, quitándome el algodón del sitio donde me habían sacado la muestra.

—Aún no puedo creer que realmente te hayas hecho exámenes de sangre —soltó sin salir de su asombro.

—Nadie puede saberlo —comenté.

—Tranquila, nadie lo sabrá.

—Hasta luego, Matty —Me despedí, dándole un beso en la mejilla.

—Hasta luego, linda.

Una vez entré, encontré a Daniel y James comiendo en la mesa.

—Vaya, parecen unos caníbales —Les dije en cuanto los vi.

Ambos tragaron la comida que tenían en la boca de sopetón.

—James insistió en esperarte para comer, pero el hambre era insoportable. Por cierto, ¿en dónde te habías metido, enana? —Se interesó.

Pensé en una respuesta rápida.

—Estaba en la biblioteca —mentí como si nada, encogiéndome de hombros.

Me senté en la mesa.

—¿Y ustedes? ¿En qué andan? —pregunté cambiando de tema rápidamente, antes de que pudieran preguntar algo más al respecto.

—Sólo andamos para pasar el rato —contestó James.

Tomé el plato que habían dejado en el lugar donde estaba sentada y comencé a comer.

—Genial —dije, sin saber muy bien qué decir.

—Oye, deberíamos ir al cine hoy, ya saben, para hacer algo entretenido —propuso James.

—Claro, creo que es una buena idea, así si tenemos suerte, conseguimos un nuevo ligue —comentó Daniel entusiasmado, haciendo un gesto de complicidad a James.

—¿Y tú, Isabel? ¿Qué decís? —Me preguntó el rubio.

—No estoy muy segura —admití.

La verdad, no quería ser "la chica relleno" de dos idiotas con exceso de hormonas.

—Vamos, ¿qué puedes perder? —alentó, haciéndome pensar en mi respuesta.

Era cierto, no tenía nada mejor que hacer. Además, ir al cine no sonaba tan mal, hacía un tiempo que tenía ganas de ir, ¿y qué mejor oportunidad que esta?

—Bien —acepté finalmente—. Pero más les vale no ser unos completos idiotas, porque terminaré mandándolos a ambos a la mierda y me iré de allí —advertí.

—Perfecto —afirmó James.

—No prometo nada —avisó Daniel, por su lado.

Bueno, sabía que el día que Daniel dejara de ser idiota, sería el día en que yo me convirtiera en una completa perra; así que no me sorprendió ni molestó su respuesta. Con que uno de ellos no se comportara como un completo imbécil me bastaba. 

---------------------------------------------------------------------------------------

—¡Yo no quiero ver esa película! —exclamó Daniel, como por enésima vez.

—Pero la otra película se ve mejor, además, Isabel también quiere ver la misma —repuso James, cruzándose de brazos.

Dios, mátenme ya.

Llevaban una hora peleando por lo mismo.

¡Una jodida hora entera!

—En esta película se descubre el secreto de la princesa Celestia ¡tengo que verla! —exigió Daniel, haciendo un pequeño berrinche.

—¡Pero Isabel y yo no queremos ver la película de my little pony! recordó James.

—Pero...

—¡Ya cállense de una jodida vez! —exclamé. No soportaba esto ni un maldito segundo más, ya era hora de que yo entrara en acción—. Daniel —Le llamé volviéndome hacia él—, tú entra a ver tu dichosa película y consigue tus malditos ligues si se te da la gana. James y yo entraremos a ver la otra película, ¡y listo! Problema solucionado.

Ambos guardaron silencio unos segundos.

—Es una buena idea —reconoció James.

—¡Es perfecta! —exclamó Daniel—. ¡Te veo luego, enana!

Y, sin esperar ni un segundo más, salió corriendo hacia la taquilla a comprar su boleto.

Bufé.

—Vaya que es idiota —murmuré.

—No sé cómo no se me ocurrió antes. Eres un genio, Isabel —Me felicitó James. Le sonreí con simpatía—. Vamos, antes de que se nos haga tarde.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

James y yo salimos riendo de la sala. Habíamos visto una película de comedia y no aguantábamos la risa.

Caminamos hacia el aparcamiento, a esperar a Daniel.

—Espera, me acaba de llegar un texto —avisó James, deteniéndose a medio camino, y sacando el teléfono con una mano, mientras que con el otro brazo me bordeaba los hombros.

Era extraño, pero por alguna razón, no se sentía incómodo, era como si fuese un amigo de toda la vida.

"No me esperen, conseguí un ligue en la sala donde pasaban mi película, hermano. Esta será noche de acción, menos mal traje algunas bolsitas mágicas. Lleva a la enana a la casa, dile que no me espere despierta" —leyó en voz alta.

—¿Bolsitas mágicas? –—pregunté confundida, frunciendo el ceño.

¿Qué mierdas era eso?

—Se refiere a... preservativos —explicó volviendo a andar. Vi un ligero color rosa en sus mejillas.

Arrugué la nariz con asco.

Hubiese preferido no saberlo.

—Daniel siempre de idiota —murmuré entre dientes.

El camino había pasado entre bromas y risas, todo había sido genial.

—Gracias por traerme, James —dije cuando estuvimos frente a mi casa.

—La pasé muy bien. Gracias a ti por haber venido, Isabel —agradeció.

—No hay de qué, yo también la pasé muy bien —admití.

—Cuando quieras hacer algo divertido, puedes llamarme; la verdad eres muy divertida.

Reí.

—Tú igual, cuando quieras. Eres un gran amigo, aunque casi no te conozca.

—Gracias, gracias —dijo haciendo una media reverencia.

Media, porque estábamos en el auto.

—Nos vemos luego, James —Me despedí.

—Hasta luego, Isabel.

Me bajé del auto y, apenas entré a la casa, subí a mi habitación.

Encendí la luz y me quité la chaqueta.

De repente, solté un gritó de los mil demonios.

En mi sofá había alguien sentado.

—Issy, no grites así, casi me caigo de nuevo.

Intenté respirar más tranquilamente para tranquilizar mi corazón, que parecía ir a mil por hora.

—¿Qué... mierdas... Cleveland?
—articulé con dificultad.

Sonrió con arrogancia.

Dios, ¿sería que el virus Cleveland se expandió y ahora también estoy alucinando?

¿Ya estaría completamente loca?

Me acerqué a él, con lentitud, y extendí una mano como si fuese un virus mortal –aunque posiblemente lo fuera–. Di un respingo al darme cuenta de que se sentía como una persona.

Él me miró con el ceño fruncido, confundido.

—¿Eres real? —murmuré sin estar del todo segura.

Su ceño se frunció aún más.

¿Quién sabía? Tal vez mi locura superaba los límites.

—Claro que soy real, ni modo que voy a ser un dibujo animado —respondió con ironía.

—¿Qué demonios haces aquí, Cleveland? —interrogué, dándome cuenta de que era real lo que veía, y volviendo a mi actitud normal.

Sonrió con orgullo.

Dios, cómo odiaba cuando sonreía así, me daban ganas de quitarle esas ganas de reír de un solo golpe.

—Tu madre me llamó preguntando si podía quedarme contigo. Ya que es viernes, ella no llega a dormir ese día y, según dijo, posiblemente Daniel se iría de fiesta. Claire se iba a casa de una amiga como es de costumbre y mis padres habían salido, así que le dije que no había problemas y aquí estoy —explicó.

¡Madre traicionera! Siempre haciendo pasar tiempo con este idiota.

—Puedes irte, estaré bien —dije.

Su sonrisa se amplió.

—Sabía que dirías eso y no, no me iré.

Rechiné los dientes.

¿Quién se creía para creer conocerme tan bien?

Menudo imbécil.

—Bien —accedí con los dientes apretados y entré al baño.

Me cambié de ropa y cepillé mis dientes, luego, salí nuevamente al cuarto.

Apagué la luz y me acosté en mi cama.

Estaba agotada.

—Oye, Issy.

—¿Mmm? —musité sin abrir los ojos, a medio camino de quedarme dormida.

—¿Puedo dormir contigo? —preguntó.

—No —dije sin apenas pensarlo.

—Por favor —suplicó.

—¿Para qué mierda quieres dormir conmigo? —pregunté, abriendo un poco los ojos.

Guardó silencio por unos segundos.

—Es que, cuando duermo contigo, suelo dormir... mejor, por así decirlo —confesó.

Vaya, una nueva confesión.

Pensé en decirle que me importaba una mierda si dormía mejor o no y que por mí podía pasar insomnio.

—Está bien —respondí por el contrario. Supongo que me dio lástima dejarlo dormir en el sofá con el pie así.

Supones, dijo ese lado idiota de mi cerebro.

Decidí ignorarlo.

Me hice un poco a un lado

Vi que no se movía de su sitio.

—¿Qué esperas? ¿Una invitación escrita? —bromeé.

A los pocos minutos, ya estaba a mi lado, rodeándome con su brazo, como había hecho las veces anteriores que durmió conmigo.

—Buenas noches, Zack.

—Buenas noches, Issy.

Dios, ¿qué demonios me ocurre?, pensé.

Tal vez, por fin te estés dando cuenta de las cosas.

¿A qué te refieres?, pregunté a ese lado que solía ignorar.

Creo que ya lo sabes y no lo quieres ver.

No le di más vueltas al asunto y decidí quedarme dormida. 

Nota de la autora:

¡Hola a todo el mundo!

Bueno, aquí un nuevo capítulo.

Traté de hacerlo un poco largo, espero que lo disfruten.

Estoy muy feliz porque me he dado cuenta de que han comenzado a comentar, la verdad, eso me motiva muchísimo.

¡Gracias a todos los que han usado su tiempo en dejarme un comentario! ;)

La verdad, los apareció mucho, y he contestado a todos sus comentarios.

¡Gracias a todos por leer!

¡Ya somos 3.7K!

¡Muchas gracias a todos!

No sé qué sería de mi historia sin ustedes.

Quería decirles, que posiblemente, no suba tan frecuentemente, como ya les dije, las clases no son algo muy fácil.

Bueno, espero que disfruten el capítulo y que les haya gustado.

¡GRACIAS!

Xoxoxoxoxoxo.

Continue Reading

You'll Also Like

33.9M 3.5M 70
Lluvia y sol. Chocolate y menta. Multicolor y monocromía. Así son Floyd y Felix; dos amigos de la infancia que se reencuentran bajo las circunstancia...
14.1K 1.1K 10
"¿En serio el profesor Yuugo tiene hijos?" Todos se preguntaban eso, el profesor amargado, ¿teniendo hijos? Si. Efectivamente tiene hijos, entre ello...
150K 8.8K 16
╭┈─────── ೄྀ࿐ ˊˎ- ╰┈➤ ❝ [¿Cᴏᴍᴏ sᴇʀɪᴀ sɪ ᴛᴜ ɴᴏᴠɪᴏ ғᴜᴇʀᴀ Zᴀᴄᴋ Fᴏsᴛᴇʀ? ] ❞ 𝐸𝑠𝑡𝑒 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑓𝑢𝑒 𝘩𝑒𝑐𝘩𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑓𝑎𝑛𝑎́𝑡�...
29.2M 2.2M 43
Emily Malhore es hija de los perfumistas más famosos del reino de Mishnock. Su vida era relativamente sencilla, pero el destino le tenia otros planes...