AGAINST 「 Kageyama✘OC」

By HalynnKei

185K 16K 9.8K

Rei cambiará su identidad radicalmente para ayudar a su hermano mellizo. Sin embargo, aquella farsa complica... More

Prefacio
Capítulo 1 - Mi identidad
Capítulo 2 - Karasuno
Capítulo 3 - Maldito suicida
Capítulo 4 - Un descuido
Capítulo 5 - El viaje
Capítulo 6 - Peace of Mind
Capítulo 7 - Confusión
Capítulo 8 - Acosadores
Capítulo 9 - ¿Lo correcto?
Capítulo 10 - Una razón
Capítulo 11 - Maldición
Capítulo 12 - Sorpresa
Capítulo 13 - Quién eres
Capítulo 14 - Ésta soy yo
Capítulo 15 - ¿Qué me sucede?
Capítulo 16 - Perdóname
Capítulo 17 - ¡Feliz cumpleaños Hinata!
Capítulo 18 - Decepciones
Capítulo 19 - Aoba Jōsai
Capítulo 20 - Mira a tu derecha
Capítulo 21 - Hice algo terrible
Capítulo 22 - Mi último punto
Capítulo 23 - Confesión
Capítulo 24 - La sentencia del rey
Capítulo 25 - Una ilusión
Capítulo 26.1 - Descubierta
Capítulo 26.2 - Decisiones
Capítulo 27 - Tú, tan difícil
Capítulo 28 - Desenlace
Capítulo 29 - Ella lo vale
Capítulo 30 - Peligro
Capítulo 31 - Carta
Capítulo 32 - Patética
Capítulo 33 - Mis respuestas
Capítulo 34 - Un momento de sinceridad
Capítulo 35 - Petición
Capítulo 36 - ¿Real?
Capítulo 37 - Superación
Capítulo 38 - Torneo nacional
Capítulo 39 - Pequeña
Capítulo 40 - ¿En quién confías?
Capítulo 41 - Secuestro
Capítulo 42 - Un sabor amargo
Capítulo 43 - Adiós amigos
Capítulo 44 - Hasta el límite
Capítulo 45 - Sigue brillando
Capítulo 46 - Soberbio
Capítulo 47 - Sueños
Capítulo 48 - Lo que envidian los dioses
Capítulo 49 - El psicoanalista
Capítulo 50 - ¿Ves quién soy?
Capítulo 51 - Recomposición
Capítulo 52 - No me des las gracias
Capítulo 53.1 - Baile
Capítulo 53.2 - Viajemos juntos
Capítulo 54 - Todo puede terminar
Capítulo 55 - Mi culpa
Capítulo 56 - Que viva el rey
Capítulo 57 - Kenji
Capítulo 58 - Somos distintos
Capítulo 59 - Against
Capítulo 60 - Tú no
Capítulo 61 - ¿Dónde está ella?
Capítulo 62 - Traicionado
Capítulo 64 - Ellos son mis padres
Capítulo 65.1 - ¿Réquiem?
Capítulo 65.2 - Demasiado tarde
Capítulo 66 - Mi último favor
Capítulo 67.1 - Final
Capítulo 67.2 - Final
Epitafio
Especial / Ending

Capítulo 63 - Mejor muerta

629 74 23
By HalynnKei

↝ Novela inspirada en Haikyuu!! de Haruichi Furudate, presencia de OC Original Character y algo de OOC Out of Character

LAS IMÁGENES MANGA Y FAN ART NO ME PERTENECEN.

↝El giro que tiene la historia a partir de este punto puede llegar a perturbar al público inmaduro, por lo que quedáis advertidos.

Omnisciente-kun vuelve después de 61 capítulos e_e

「 ''Ella dice que quiere acabar con todo mientras está sola en su habitación. Ella llora, la forma en la que se siente en el interior es demasiado para ella. Cuando todo lo que tienes son estas cuatro paredes, no es tan difícil sentirse tan pequeña, o incluso existir en absoluto.

Cómo es que nadie la escuchó cuando ella dijo: Tal vez estoy mejor muerta. Si lo estuviera, ¿Sería finalmente suficiente para callar todas esas voces en mi cabeza?

Tal vez estoy mejor muerta. ¡Mejor muerta! ¿Escuchaste una palabra? ¿Escuchaste una palabra de lo que dije? Aquí no es donde pertenezco. ¿Vas a extrañarme cuando me haya ido?'' - Better Off Dead - Sleeping with Sirens

P.O.V REI

...

Wit-zy witzy araña... Subió... Su telaraña... Hizo un hilo y... Se puso a trepar...

Witzy debió haber tenido un hilo realmente fuerte.

Da la impresión...

Porque si se cae...

Vale... Que unos ojos me están viendo y siento...

Verde, verde con amarillo, lo comprendo.

No forma un azul...

Deeeeeeeeee... ¿Entoonceeeeeeeees?

¡¡AH ARAÑA!! ¡¡MALDITA ARAÑA!!

El cerebro me dolió y las suaves sábanas que golpeé también lloraron.

... Ja... Jajajajaja...

Me daba risa que me mirara con esos ojos...

N-no era lo que yo pensaba al principio... Pero me causaba gracia.

¡¡Jajajaj!!

No podía dejar de reír por más que quisiera.

Valeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Quiero que se dejen de mover, y quiero que me dejen de hablar. Quería que me dejaran en paz.

Jajajajaj...

Seguía sin poder dejar de reír, pero unas lágrimas brotaron de mis ojos, porque en realidad estaba triste...

Probablemente la araña ya había caído.

Kenji... Tobio...

Duele, duele satisfactoriamente, mi cabeza duele...

Nnnnnnnnnnhhhhhhhh

Ayúdenme...

P.O.V OMNISCIENTE

No había sido la dosis correcta, probablemente Seiya se había pasado, porque ahora Rei estaba tan sola que no podía aguantar todos los pensamientos abstractos que pasaban por su mente. Lo peor es que estaba consciente, porque aquella droga te confunde enormemente, pero tus problemas e identidad no desaparecían. Al final eran incluso peores ya que ni siquiera podías concentrarte en ellos.

A las 10, tanto como a las 15 de la tarde y finalmente en la noche, un líquido inyectable era lo que mantenía a Rei fuera de la ansiedad.

¿Por qué Seiya seguía haciendo esto?

A él le quedaban cada vez menos días de vida, él sabía que su cuerpo rechazaba las toxinas que tanto se alojaban en su organismo, y cada vez perdía más sangre sin visitar un hospital. Necesitaba que Rei ocupara su lugar.

Aún recordaba el momento en el que inyectó a Rei por primera vez; la pequeña tan solo tenía 2 años y fue detenido por Akira, la cual no pretendía permitir que dopara a sus hijos, y mucho menos estando tan pequeños. Esa mujer realmente amaba a sus hijos, pero Seiya era el que necesitaba ser reemplazado... Pensó que ella siendo drogada y controlada iría a servirle de algo, pero su educación era ineficiente y al final tan solo la utilizó en experimentos comunes. Sin embargo, cuando la dejó libre, nada pudo controlar su ansiedad y actitudes violentas, terminando siendo ese tipo de mujer, hundida en las drogas y el alcohol.

Lamentable, nadie que quisiera acercarse en buenos o malos términos al rubio terminaba con un buen final. La clandestina asociación de EE.UU aprovechaba los avances científicos que se lograban por medio de los experimentos, y Seiya tan solo se saciaba sin ningún interés externo.

-

Entrando a la oscura habitación de Rei, la cual había sido completamente sellada nuevamente, Seiya llegó con aquella droga en mano para no hacer esperar más a su hija, la cual ya estaba cobrando consciencia, otra vez, después de 6 horas.

Hola, Rei-chan... Tu madre ha estado inquieta últimamente por tenerte aquí... Me gustaría que no hicieras tanto ruido.

Las manos de la rubia podían salirse por tanto temblor, y la respiración pesada que apenas podía controlar, era casi tan impactante como la forma en la que sudaba.

... Sé que hoy me demoré media hora más en llegar, pero ya sabes, desde que he dejado la compañía en otras manos no han dejado de molestarme.

Y es que como a Seiya le quedaba poco tiempo de vida, no había una prioridad más grande que heredar la corporación. Su aerolínea quedó pagando con el trabajo de los empleados, mientras él, que era la cabeza, había llegado a Miyagi para quedarse hace un par de meses atrás, abandonándolos a su suerte.

Se sentó enfrente de su hija y colocó una mano en su frente para comprobar su temperatura. Sería un pésimo problema que cayera descompensada tan pronto, por lo que si la fiebre alcanzaba grados muy altos, tendría que disminuir la dosis.

... ¡Dámelo ya...! —Dijo Rei algo agresiva.

Exactamente lo que complicaba a Seiya disminuyendo dosis es que el efecto era completamente opuesto, y el paciente siempre suele transformarse agresivo y ansioso.

¿Lo quieres? —levantó Seiya la inyección.

La rubia asintió un par de veces con pupilas deseosas.

Cuando finalmente obtuvo lo que quiso observó sonriente y tranquila a Seiya, el cual comenzó a reír con ella.

Esta es felicidad, ¿Lo notas? ¿Rei-chan?

P.O.V HINATA

La imagen de Rei apunto de ser castigada por Kiryū-san, como si estuviera muriéndose de miedo por dentro, pero siendo intrépida y valiente tan solo para protegerme, me llenó de culpabilidad. Poco me podía controlar ahora mismo, incluso cuando estaba sentado en el salón de Kageyama.

Hinata idiota... ¿Cuándo vas a dejar de llorar y me dirás qué mierda te pasa? —preguntó él al aproximarse a mí con un vaso de agua.

Cogí desganado el vaso de agua y bebí un poco para despejar un poco mi mente. Tenía miedo de decirle lo que había pasado a Kageyama, pero necesitaba la ayuda de alguien, especialmente para Rei que definitivamente la necesitaba.

Kiryū-san tiene confinada a Rei... Y le prohíbe ver a gente... También la obliga a hacer cosas horribles...

¡¿Qué?! O-oye... ¿Tienes una idea de las cosas que dices?

Me interrumpió a media palabra y era obvio que estaría así de impactado, después de todo fui demasiado rápido y explícito.

... Sea como sea, tenemos que decirle a los demás, tenemos que llamar a Kenji, tenemos que sacarla de ahí, Kageyama... Tenemos que...

¡Oh! ¡Cállate! —gritó alterado—. Escucha, yo conozco a Seiya-san y él no haría eso... Además... Yo la vi y sus ojos no parecían mentirme, ella realmente está bien y voluntariamente no desea ver a nadie... Y todo es mi culpa...

Kageyama puede llegar a ser realmente idiota cuando quiere...

Me coloqué de pie para mirarle de frente y cogerle de ambos hombros, obviamente algo fuera de mí mismo, al menos para comprobarle que yo no me estaba inventando nada.

¡¡VES ESA ALMOHADA!! ¡Adentro hay un cadáver de un conejo! ¡Cuando ayudé a Rei a salir ella estaba traumatizada! ¡Con la vista perdida! ¡Hoy la intenté abrazar y lloró desconsoladamente! ¡Como un cachorro asustado!

¿Fuiste a q...? —intentó preguntar Kageyama asustado.

¡Le tiene miedo! ¡La amenaza con hacerle daño a sus conocidos! —grité con más énfasis—, ¡No estoy jodiendo! ¡Está loco! ¡Ese tipo me rompió el brazo hace un tiempo y estuvo a punto de confinarme a mí también en su puta corporación!

Me miró un tanto desconcertado sin despegar sus pupilas de las mías, yo tan solo me quedé respirando cansado después de haberme alterado tanto, y el silencio que se había provocado en el salón parecía eterno.

... Rei está en peligro... —Dijo algo consternado aún en estado de shock.

Asentí dos veces y a los pocos milisegundos el azabache se colocó violentamente de pie, decidido a salir por la puerta. Tuve que detenerlo de la forma que fuera. Realmente me esperaba una reacción así de su parte.

¡¡NO!! ¡¡OYE!! —grité cogiéndolo desde la espalda—, ¡No puedes ir! ¡¡Está Kiryū-san con todos sus hombres!! ¡¡Te matarán!!

¡No me interesa!

Realmente yo no tenía la fuerza suficiente para evitar que se fuera. Él era preciado para Rei y si algo le sucedía por mi culpa no me lo perdonaría jamás. Además de que él seguía siendo mi amigo, y no pretendía dejarlo morir.

Afortunadamente una tercera persona hizo un ruido que nos dejó a ambos quietos en medio del forcejeo. Una chica alta de cabello rizado y rojo había aventado una lámpara que disminuyó la luz que había dentro del salón.

Tobi-chan... Escucha lo que dice el chico... Si te haces daño no ayudarás en nada a Rei-chan.

Me quedé algo asombrado por cómo ella había oído todo, si no me equivoco ella era la hermana de intercambio de Kageyama, y de alguna forma u otra había conseguido calmarlo, y le agradecí al cielo algo como eso, ya que yo solo jamás lo habría conseguido.

Todos nos quedamos en silencio. No podía observar la expresión que tenía él ahora, puesto que me estaba dando la espalda, pero algo me decía que estaba absolutamente shockeado e inquieto.

Soy Kyndall Frost... Un gusto... —Sonrió ella después de un minuto, dirigiéndose a mí.

Le sonreí y sacudí mi cabeza para olvidar los malos sentimientos que tanto habían recorrido mi mente esta última hora.

Hinata Shōyō —me presenté yo también.

... Hinata-kun —sonrió amistosamente—, ¿Qué harás con ese conejo?

Apuntó la almohada que después de tanto movimiento había terminado en el suelo.

Planeaba enterrarlo cerca... —Dije algo apenado, recordando el rostro de culpa que tenía Rei abrazando la almohada.

La expresión de Kyndall cambió, con algo de ternura y compasión.

... Taisei-san está plantando un árbol en el jardín, podríamos enterrarlo ahí, así podrá contribuir con su crecimiento y estará en un lugar donde Rei podrá verlo en forma de árbolillo, para siempre...

La forma en la que me había ofrecido algo como eso, de la forma cariñosa que nadie se esperaría de un desconocido, me hizo sonreír inevitablemente. Le miré con gratitud y asentí para luego coger la almohada y salir al jardín.

Vamos, Tobi-chan... —Dijo Kyndall cogiendo a Kageyama del brazo, el cual aún estaba sin decir absolutamente nada, y sin reaccionar a nada.

MINUTOS DESPUÉS.

Con Kyndall estábamos agachados con una pequeña pala excavando un hueco lo suficientemente grande, donde pudiera caer la caja de zapatos en donde depositamos al conejo con una pequeña flor a su lado. Un detalle bastante amable de Kyndall.

Algo de su apellido no dejaba de rondar mi mente, pero quizás tan solo era una mala corazonada que no significaba nada más que una especulación mía.

Kageyama estaba detrás de nosotros, probablemente observándonos, pero en silencio pensando en quién sabe qué. En cuanto depositamos la tierra sobre la caja cubriéndola por completo, Kyndall juntó sus manos y cerró los ojos.

Me quedé observándola curioso, su piel era muy delicada y tenía unas pestañas muy largas, y sus rasgos me dejaban maravillado, realmente me sorprendía que Kageyama tuviera una chica así de linda compartiendo techo.

¿Eres creyente? ¿Kyndall?

Me costaba un poco pronunciar su nombre.

Luego de unos segundos abrió los ojos y suspiró tranquila, para sonreírme y responderme.

Sí... Soy cristiana, discúlpame, es solo que cuando un ser vivo abandona este mundo, lo mejor que se puede hacer es pedirle a Dios que cuide su alma en el paraíso.

No sé si me habré quedado demasiado patético observándola sin pestañear, cosa que notó de inmediato.

Oh... Lo siento, sé que los japoneses no creen estas cosas, no quería parecer...

¡No! —le interrumpí—, creo que es genial... A mí también me gustaría rezarle al conejito... ¿Me enseñarías?

Ella sonrió con una mirada bastante dulce y correspondió mi petición. Me enseñó a cómo rezar y sentí mucha tranquilidad haciéndolo, también de paso pedí por Rei para que nada malo le sucediera... No sé si Dios escucharía mis plegarias cuando jamás antes le había pedido ni agradecido algo, pero realmente necesitaba un consuelo después de lo de hoy. No había nada que deseara más que la salud, bienestar y felicidad de ella, al menos en este momento.

Mientras rezábamos Kageyama tosió secamente y se dio la vuelta para regresar a casa, a lo cual reaccioné rápidamente llamando su nombre.

Tranquilo Hinata idiota, no me iré a ningún lado —respondió sin voltearse.

Subió las escaleras y deslizó la puerta, dejándonos con Kyndall en el jardín. Le miré algo preocupado, a lo cual ella me respondió con una expresión de tranquilidad para hacerme sentir mejor.

Solo se fue a su habitación... Sé que no hará nada loco, no mientras yo esté aquí.

Tan solo pude responderle con una sonrisa y un dolor intenso de malos presentimientos en el pecho.

—Podríamos darle un nombre al conejito... Así el árbol también tendría un nombre —sonrió la pelirroja.

Yo soy realmente malo con los nombres —reí después de admitirlo.

Me gustaría que se llamara Derek, como mi padre...

¿Derek Frost? ¿Dónde había leído ese nombre? ¿Por qué me había erizado toda la piel?

—¿Sucede algo? —me preguntó Kyndall después de verme no responder nada, ¡No te gusta! ¡Lo siento! ¡Podemos pensar otro!

—¡No! ¡Ese nombre está genial...!

Kyndall me sonrió y bajó la mirada. No entendía qué era lo que me tenía de esa forma, pero sí, preferí ignorarlo.

P.O.V OMNISCIENTE

DÍAS DESPUÉS

Rei hoy se sentía un poco más inquieta, probablemente había recordado en medio de su distorsión mental que había visto su móvil cerca los últimos días. No sabía por qué, si anteriormente su padre lo había escondido lejos mientras ella estaba consciente. Quizás no tenía el suficiente tiempo ni condición para percatarse que ese ''porqué'' podía llegar a ser peligroso. Sin importarle demasiado, ella se levantó de su cama para coger su aparato que ya hace tiempo no había utilizado.

Ella no entendía mucho dónde estaba parada, ni cómo se sentía el tacto de aquel teléfono entre sus manos, tampoco recordaba cómo se encendía, pero apenas la pantalla demostró brillo después de mil intentos presionando cada botón, se sintió mucho menos frustrada al respecto.

Husmeó dentro de las letras e imágenes que habían frente a sus ojos y leyó que habían muchísimas llamadas perdidas de mil números desconocidos y algunos guardados anteriormente, pero con el nombre de gente que ella no alcanzaba a reconocer en su estado. Tan solo reconocía uno, era un nombre que llevaba un corazón a su lado, ''Tobio''. Cerca de la mitad de llamadas perdidas y mensajes eran de su parte, e incluso cuando Rei no podía dejar de sonreír, por dentro sentía mucha tristeza, y tenía demasiadas ganas de derramar aquellas lágrimas que ahora no podían salir.

De la forma que pudo logró entrar a la redacción de mensajes, y con cuidado discriminó algunas letras de otras para conseguir escribir algo.

''Ayun kd necesk Poraor...''

Lo único que pretendía escribir era ''Ayuda, te necesito, por favor.'' Pero aquello era un gran desafío y tan solo consiguió escribir tal frase como pudo, para finalmente enviarla.

Por el otro lado de la historia, Tobio no podía dejar de observar el techo sin recordar las palabras que Hinata le había dicho. ''¿Realmente Rei estaba en tal peligro? ¿Qué le estaba sucediendo ahora mismo?'' eran las preguntas que rondaban su mente las 24 horas del día, inclusive ahora que estaba tumbado sin poder hacer nada. Sabía que su chica podía estar pasando por muchos problemas ahora mismo, y eso era lo que más le dolía, no poder hacer nada.

Supuestamente con los chicos y Hinata idearían algo dentro de estos días, pero el escenario se había tornado más complicado, ahora la familia de Hinata recibía amenazas, especialmente sus padres, los cuales tenían que lidiar con mensajes extraños todos los días. Lo peor es que el pequeño pelirrojo entendía sobre eso, pero pretendía guardárselo.

Apenas el teléfono de Tobio resonó sobre el velador, llamó su atención rápidamente, pero no fue hasta que revisó el nombre del remitente, cuando se sentó rápidamente a leer el mensaje absolutamente ansioso.

''Ayun kd necesk Poraor...''

Tobio frunció las cejas y se quedó algo confundido, aunque claramente no se tomaría demasiado tiempo en responderle, algo dentro de sí estaba asustado y a la vez feliz de haber recibido algo de ella después de tanto tiempo.

''¡¿REI?! ¡¿REI ESTÁS BIEN?! ¡¿PASA ALGO?!''

''¡Responde rápido! ¡Por favor! ¡¿Necesitas que vaya?!''

''Preciosa por favor, me estoy muriendo ahora mismo...''

''Si te demoras demasiado iré a verte, no resisto...''

''¡Responde por favor! ¡Me preocupas!''

Las manos de Rei con los mensajes insistentes, inevitablemente, soltaron el móvil rápidamente dejándolo caer al piso, reaccionando algo asustada por el movimiento vibratorio tan brusco que tuvo el aparato con tanto mensaje seguido.
Claramente la rubia no alcanzó a responder nada ni mucho menos a leerlo, ya que el ruido de los mensajes llamó la atención de Seiya, el cual entró a la habitación y vio a Rei parada fuera de su cama, observando confundida el teléfono vibrar en el piso.

Él frunció los labios y seriamente levantó el móvil para leer lo que esos mensajes insistentes decían. Colocó su mano en el bolsillo y Rei no pudo hacer nada más que observarlo bastante atenta, sin ninguna expresión.

Para esto quería probarte, no sabía que incluso con tanta dosis pudieras pedir ayuda... Eres increíble —dijo Seiya levantando el teléfono al lado de su cara con mucha furia en su interior.

Utilizó el móvil para escribir algo, dejando la copa de vino que estaba bebiendo de lado, y así responderle al desdichado Kageyama que caería en la mentira.

Tobio casi se sobresaltó cuando finalmente recibió una respuesta, pero su corazón parecía haberse detenido al leer el mensaje que se demostraba frente a sus ojos.

''Disculpa, me he equivocado. Eres muy patético Tobio, realmente me reí al ver tu desesperación. Estoy muy bien sin ti, deja de molestarme... Tú, Hinata y todos los demás me estáis colmando la paciencia... ¡Asume que tú y yo ya no estamos juntos!''

Muchas ganas le dieron al azabache de llorar, pero muy pocas veces consigue hacerlo, ahora mismo lo único que atinó a hacer fue leer y releer el mensaje para destrozarse más a sí mismo. Lamentablemente sí creía que aquellas palabras eran de Rei.

Seiya muy enfadado cogió el móvil y lo ahogó en la copa de vino, hasta finalmente descomponerlo y dejar su pantalla en negro. Rei sonreía observando cómo su móvil se terminaba apagando, pero poco entendía lo que sucedía.

Kageyama llamó por última vez a Rei para poder hablar con ella, pero la llamada se cortó de inmediato, y el primer pensamiento que pasó por su cabeza fue que le había bloqueado las llamadas. Muy ciegamente lo aventó contra el mueble de su habitación con furia, rompiendo su móvil de la misma forma, formando un estruendo bastante audible dentro de su casa. Se sujetó la cabeza intentando contener su enojo y su pena. No entendía por qué una chica por la que había dado todo era así de borde con él ahora, después de tanto tiempo juntos.

Seiya terminó dejando de lado el teléfono inservible de Rei y le sonrió a su hija.

Como castigo mañana no te drogaré... Lo lamento mucho, pero tienes que aprender a no faltarme el respeto.

Salió de la habitación dando un portazo seco, y Rei se quedó procesando lo último que había dicho. Ahora tenía miedo, su cuerpo se comportaba extraño sin esa droga. Por primera vez tenía miedo de sí misma y no de su padre.

UN DÍA DESPUÉS.

P.O.V REI

Después de unos 5 días al fin podía actuar conscientemente, aunque parcialmente, porque sentía mucha agresividad en mi cuerpo. Tenía muchas ganas de gritar y de golpear cosas, todo porque una ansiedad, provocada por la abstinencia, me estaba comiendo cada parte de mi cuerpo.

Tengo que ser sincera, aquella droga era placentera, pero yo me había vuelto tan dependiente que ahora comprendía completamente lo que mi madre hacía en contra de mí cuando no encontraba algo que calmara esta sensación.

Quería ponerme de pie y salir de mi habitación, pero mis piernas dolían tremendamente por dentro, como un hielo que congelaba mis nervios, y mis ojos ardían tanto que sentía que expulsaban fuego. Me movía en mi cama intentando contenerme, pero cada vez que me quedaba quieta, más me dolía el cuerpo y más ganas de salir corriendo y liberarme tenía.

No quería cometer una idiotez, no en este estado, en donde podía perfectamente hacerle daño a alguien que no quería. Mi gatita estaba merodeando por mi habitación, maullando y haciendo que mi cabeza explotara de dolor y estrés, pero me iba a contener, jamás le haría daño a Flo, no después de habérselo hecho a Minui. Ella definitivamente no terminaría de la misma forma.

Mi padre había decidido no doparme hoy y eso me dolía tremendamente, cada vez que entraba a mi habitación con esa sustancia ya no sentía miedo, tan solo sentía alivio. Y hoy no se presentó nunca, incluso cuando lo esperé despierta toda la noche.

Meow.

Me coloqué ambas manos en mis oídos intentando contener esta sensación tremenda.

Esto era demasiado para mí.

Tenía que encontrar esa jodida sustancia o sin duda llegaría a mi límite.

Me coloqué de pie absolutamente adolorida, sintiendo que se me clavaban mil filos en la planta del pie a cada paso que daba. Sacudía mi cabeza para poder observar hacia el frente, afirmándome de cosas en ciertos momentos para no caerme al piso.

En una de esas caí al piso lastimándome un poco las rodillas, pero lo que más me asustó era el ruido que emití con mi golpe. Me quedé unos segundos en silencio para escuchar si mi padre estaba merodeando cerca. Miré con atención y luego volví a colocarme de pie para volver a caminar.
Mi objetivo era llegar a la habitación de mi padre y así coger la droga por mí misma, para volver a tranquilizar mi cuerpo y mis impulsos, sin embargo se me hizo una caminata eterna, realmente me sentí rendida en repetidas ocasiones, pero volví a llenarme de determinación al quedarme quieta y sentir toda mi sangre arder por mis venas.

Cuando finalmente llegué a la habitación, me colé cuidadosamente y revisé en todos los cajones, uno por uno, sin encontrar nada. Luego busqué en la maleta y lamentablemente no encontré nada más que un par de pastillas que, sin pensar siquiera en lo que eran, consumí para poder calmar la ansiedad. El efecto no fue inmediato, por lo que seguí buscando sin cesar, nerviosa, alterada. Finalmente llegué al cajón del velador al lado de la cama, y en ella encontré algo mucho más interesante.

Era un arma de fuego.

La cogí temblorosa y la observé con mucha curiosidad.

Fruncí el ceño y una idea realmente loca cruzó mi mente.

No me servía de nada vivir así, sin la gente que quiero, obligada a matar seres inocentes, y siendo así de dependiente de una sustancia estúpida. Sin haberlo notado había llegado a mi extremo límite, y era inútil estar buscando la droga para poder seguir subsistiendo, si había perdido todo mi propósito.

Sí, lo había perdido todo por culpa de ese imbécil que me había dado la vida, y lo odiaba, lo odiaba tanto que quizás con mi muerte sus planes se irían al carajo, y nadie tendría que continuar ese trabajo sucio que cumplía. Así nadie más tendría que sufrir.

Yo había caído en esto, y sin embargo también me podía liberar yo sola.

Antes de tomar la decisión pensé en mi hermano...

''Estoy segurísimo de que esta es la peor decisión que has tomado en tu vida. ¿Pero sabes algo?, ya no me importa, veremos qué tanto puede protegerte Kageyama de ese puto demonio.''

Sacudí mi cabeza y supe que su vida iría a ser mucho mejor sin mí.

También pensé en Tobio, el que tanto seguía amando incluso ahora.

''Siempre he sido yo el idiota que ha estado siempre siguiéndote por todos lados. Tus problemas se convertían en míos, y mis problemas los dejaba de lado con tal de poder ayudarte... Hice tanta estupidez por ti, porque en mi pirámide de necesidades tú estabas en la puta base, y en el siguiente estamento, y en el que le sigue, hasta el último... ''

Sonreí y cogí con más fuerzas la pistola. No sé cómo se me había olvidado algo como eso. Él, definitivamente, merecía algo mil veces mejor que yo. Nuestra relación ya se había roto y no entiendo por qué seguía pensando en él como mi novio, si incluso había aventado nuestro juramento a las rieles del tren.

Ya no quedaba nada más.

Levanté la pistola y la coloqué en mi sien. Realmente me aterró pensar en el dolor que sentiría con una bala atravesando mi cerebro, pero mientras antes lo hiciera mejor.

Cerré mis ojos y olvidé todo, para por un momento, al menos sentirme bien.

P.O.V HINATA

Estaba con Mizuki, Yukio y Kyndall en el Date tech moviéndonos como locos, hoy Kageyama no había llegado para idear algo y así ayudar a Rei, pero eso no nos pararía. Necesitábamos llegar a alguien que tuviese alguna información.

¡Hola! —le dije a un grupo de jugadores del equipo, deteniendo su rumbo al entrenamiento—. Disculpad la interrupción... ¡¿Acaso sabéis dónde esta Futakuchi-san?!

El de cabello negro fue el primero en responder, bastante sorprendido por la expresión de nuestros rostros, que estaban al borde de la desesperación.

... Uhm, ya os lo dijimos el otro día... Él se fue a Fukuoka a unas vacaciones... Lo siento, no hemos sabido nada más.

¡¿En serio no sabéis por qué no contesta las llamadas?! —gritó Mizuki detrás de mí.

No tenemos ni idea, probablemente sea para desconectarse un tiempo del mundo.

¡Ah! ¡Yo sé algo! —respondió el chico cabeza de angry bird, llamando nuestra atención—, ¡Está con ese chico rubio de vacaciones!

Lo miramos con rostro de ''Sí, ya lo sabemos... Idiota.''

¡N-no! —volvió a hablar—, ¡Tengo entendido que ambos llegan de Fukuoka mañana mismo!

Aquella información era preciada, y nos sorprendimos mucho al oírlo de parte de él. Si Futakuchi llegaba mañana, eso significaba que Kenji también, y al fin podríamos contactarnos con él. Con los chicos asumíamos que Kenji podía ayudar y proteger a Rei, como ninguno de nosotros podía.

Hace mucho tiempo no nos enterábamos nada de ella y aquello me ponía más y más nervioso.

Tranquilo Hinata-kun —sonrió Kyndall colocando una mano en mi hombro—, estamos a punto de salvarla, no pierdas las esperanzas.

P.O.V KAGEYAMA

Estuve toda la mañana intentando restaurar y arreglar mi móvil, el cual tenía la pantalla quebrada y no conseguía encenderse. Si mi padre se enteraba de que yo mismo lo había roto, seguramente se enfadaría y jamás en la vida volvería a comprarme algo.

Mientras intentaba hacerlo encender, más me preguntaba el por qué lo había roto de esta forma tan arrebatada. ¿Realmente valía la pena haber reaccionado así por ella? ¿Cuando apenas se preocupaba por mí? ¿Acaso no pensó en cómo me sentiría con aquel mensaje?

Cuando al fin mi teléfono encendió, sonreí victorioso sentado en aquel escritorio en el cual había estado sentado hace tantas horas. Como si fuese brujería, inmediatamente una llamada resonó en la pantalla, como si el que me estuviese llamando supiera que acababa de revivir a mi móvil.

Miré el número y era un número desconocido y, además, extranjero.

Estuve un tanto inseguro sobre si contestar o no.

Después de un minuto completo decidí contestar.

Diga —hablé por medio de la línea.

Good morning, I guess... Uhm, ¿Tobio Kageyama, right?

Me asusté por completo al escuchar una voz masculina y grave hablándome en inglés.

... Yes? —hablé muy avergonzado.

Oh, ya, good. I'm Brian Walker, do you remember about me? I'm the volleyball coach from USA, I know I'm calling too soon, and you even haven't finish your second year of high school yet, but I need an answer right now.

Algo confundido volví a observar el número. ¡¿De dónde había salido esta persona?! ¿Por qué me había llamado si yo recuerdo haberle rechazado por completo?

Apoyé mi mano en el escritorio para reposar mi mentón y reírme un poco al respecto. O sea hasta en eso Rei me había mentido, era de esperarse que tarde o temprano querría que yo desapareciera de su vida de alguna forma. Quizás por eso me había botado así de fácil, y le había dado mi número a este hombre a mis espaldas.

¿Tobio? —preguntó del otro lado de la línea.

Me desperté de mi ensimismamento y sacudí la cabeza para responder.

Yes I'm listening...

Well, if you join us, the progamme exchange will start in nine months, so you can train early, I'm so sorry for be so hurried on, but I had to...

Pensé en ella, más que en nadie más... Sé que las decisiones que ella habrá tomado en su vida, tanto como haberse alejado de nosotros, como el haber roto nuestro juramento, son buenas. Quizás yo jamás terminé siendo lo que ella quería, y alejándome sería un buen método para sanarme a mí mismo.

Además, no hay duda de que mi mejor decisión sería dedicarme a lo que amo, y no botar a la basura todo mi esfuerzo estos años, ignorando una propuesta como esa. Ahora que lo pienso mejor, fue una elección estúpida, y fue por ella.

Al parecer la maldición misma era Rei, y el afectado era yo.

I made my mind, I'm in... —Hablé nuevamente inseguro en mi forma de hablar, pero muy decidido en lo que estaba diciendo.

Uh? You sure? —suspiró bastante sorprendido—, I didn't expect that you'd decide so fast. I'm so glad.

Aún faltaría la aprobación de mis padres, claramente, pero yo sabía que no había vuelta atrás, y me emocionaba bastante pensar en lo que se me vendría por delante. Seguramente Hinata se enfadaría, pero debería comprender que debí haberme rendido desde el principio.

P.O.V REI

Cuando estuve a punto de sostener el gatillo y pegarme un tiro, un estruendo muy grande sonó en mi casa, para posteriormente dejar al oído un muy claro e intenso grito de dolor.

''Mi madre'', fue lo primero que pensé cuando bajé lentamente la pistola y la sostuve con ambas manos. Me apresuré como pude avanzando por los pasillos; ahora me sentía un poco mejor gracias a las pastillas que había consumido, por lo que me podía mover más fluida y ágilmente. Bajé las escaleras y desde ahí pude observar el crudo panorama. Estaba mi padre algo tocado, sosteniendo a mi madre en la pared, estrangulándola parcialmente del cuello, con mucha fuerza. Me acerqué a la situación y miré desconcertada.

¿Q-qué estás haciendo? —pregunté fruncida.

Mi padre me miró algo asustado cuando entré a la escena, y mi madre parecía estar rogándome con los ojos.

Rei-cha...n —dijo mi madre con dificultad mientras él la sostenía—, ¡¡C-corre!! ¡Ahora!

Abrí mis orbes y sostuve bastante firme el arma detrás de mi espalda para que mi padre no la viera. Miré la puerta y realmente pensé en escapar para así librarme de una vez de este hombre, pero los ojos codiciosos que demostraba mientras le hacía daño a los demás, eran prueba suficiente de que yo jamás podría huir de su maldad.

¿Huirás? ¿Dejarás que mate a tu madre?

¿Cómo podían estar tantas cosas sucediendo a la vez? ¡Hace unos segundos yo estaba segura de simplemente quitarme la vida! Pero ahora estaba mi madre en peligro y yo reaccioné para venir a comprobar la situación. Quizás yo no quería morir realmente, y la clave de mi gran propósito estaba en el que no era yo, eran los demás.
Incluso cuando la persona que estaba a punto de morir no era alguien que me haya tratado muy bien en la vida, seguramente por mi personalidad yo saltaría a defenderla, y eso lo aprendí de él.

De mi hermano.

Quizás la pequeña consentida que estaba siempre con Kenji habría huido por sí misma, pero la Rei que era ahora, la que él había dejado sola hace 2 años, seguramente levantaría el arma para apuntar en contra del rubio de 192 cm y salvar a alguien.

Eso hice ahora mismo, mientras colocaba determinadamente mis dedos en el gatillo para desbloquear la pistola y preparar la bala que tanto ansiaba atravesándolo. Atravesándolo porque había dañado a mucha gente, y a toda esa gente, yo no la había podido salvar.

Fuera de ser yo misma, esa persona pudo haber sido Mizuki, pudo haber sido Shōyō, pudo haber sido Kei, Bokuto, Suga, Tōru, Yuri... Esa persona pudo haber sido Tobio.

Lamentablemente esa persona también fue Kenji, y era razón suficiente para vengarme. Un pasado y un presente que podía generar un futuro asqueroso, en el cual yo mataría a gente de la misma forma, inclusive a mis hijos y pareja, tal y como lo hacía este imbécil.

Rei, baja esa arma... ¿Qué te sucede? ¡¡No podrás dispararme!!

Y sí, por un segundo lo dudé, y mis brazos temblaban estando apuntando a alguien, sabiendo que una vida humana se disiparía por mi culpa con tan solo presionar una palanca. Pero efectivamente sabía que tenía la justicia de mi lado, y un derecho a la vida no aplicaba para un monstruo como éste. Cerré los ojos, respiré profundo y le miré con determinación. Sentí cómo mis brazos dejaron de temblar, y ese cuerpo que permanecía con los brazos en alto, convencidos de que yo no dispararía, me llenó de coraje.

No podrás dispararme —sonrió por una última vez, como en forma de amenaza.

Cerré los ojos y simplemente presioné el gatillo.

...

...

...

Vale... Admito que eres una niña que no sabe escuchar.

Con los ojos cerrados creí haberme marchado a otro lugar, y pretendía no ver el macabro escenario de un hombre desangrándose herido de bala, por lo que demoré un poco en abrir mis ojos nuevamente. Lamentablemente mis sentidos aún estaban débiles, y no fue hasta unos segundos después que realmente comprendí que mis oídos no habían escuchado ningún ruido de bala, la pistola no había vibrado, y mis manos no se sentían calientes por el fuego.

Volví a abrir mis ojos y observé la pistola que aún levantaba apuntándole a él, un hombre absolutamente vivo con los brazos en altos, esta vez horriblemente serio.

Te dije que no podrías dispararme...—Dijo él sin moverse—, esa pistola no está cargada...

Me asusté y expresé mi horror al tener en mis manos aquel arma inútil, y comencé a presionar el gatillo en vano, para seguir disparándole sin poder emitir ninguna bala del aparato. La desesperación que sentí sin poder matarle la expresé en gritos y un sutil llanto. Presioné, una y otra vez, sin lograr nada.

Rei-chan... —Dijo mi madre mirándome con rostro destruido.

Cuando finalmente asumí la realidad, bajé lentamente el arma con ambas manos. De reojo podía observar a Seiya que comenzaba a llorar un poco al igual que yo. Jamás imaginé a ese hombre llorar, ni siquiera un poco de la locura.

... Me rindo... —Pronunció de pronto sin siquiera pestañear.

Le miré asustada y confundida. ¿Se rendía de qué?

Me rindo de hacerte heredera de la corporación... Me rindo...

Algo dentro de mí se llenó de felicidad incierta, realmente se había rendido en obligarme a hacer ese trabajo sucio, pero algo me olía realmente mal.

Me rindo, porque me has traicionado, y tú no mereces todo mi esfuerzo... Ya sabes, una vez traicionado, siempre traicionado... —Se veía realmente afectado al pronunciar esas palabras, como si realmente le hubiese dolido mi intento por matarlo—. Todo esto es culpa de Kenji... Él era perfecto, él era cruel, despiadado y muy inteligente, a diferencia de ti, que eres una niña estúpida... Si él se hubiese subordinado... Si él me hubiese reemplazado, todo sería perfecto...

Le miré con rencor, ya que sabía perfectamente que había intentado por todos los medios cambiar a Kenji, y en cierto modo lo había logrado.

Por ser una creación realmente perfecta le daré un premio... Me suicidaré... Después de todo no quiero morir lentamente...

Abrí mi boca sorprendida para responderle algo, pero antes su mirada volvió a ser la misma de antes, y su sonrisa volvió a posarse en su rostro.

Pero al escaparse de mí también le daré un castigo... Rei-chan, Akira, vosotras vendréis conmigo...

Mis pupilas se estrecharon y no pude hacer otra cosa que ahogarme del miedo, tanto que mi mente no procesó nada los siguientes minutos, en los que Seiya simplemente se acercó a mí dándome a entender que si mi vida se iría a acabar hoy, sería en sus manos y no en las mías. Realmente me arrepentí de haberle dado tal oportunidad.

Es una verdadera lástima que todo tenga que terminar así...

Y eso es lo que a mí me habría gustado decir, si no fuera porque no me permitió hablar en el resto del tiempo que me quedó.

Ahí fue cuando simplemente me pude dar cuenta que la maldición de Tique nunca fue cierta, las cosas nunca resultarían como quiero, porque mi destino siempre lo controló otro. Otro que podía controlar con el dinero, tanto partidos de voleibol, como las vidas de mis amigos y cercanos.

Su dinero pudo darme todo lo que yo quería, sin embargo también él, sin ningún precio pudo quitármelo todo... Y quitármelo de golpe.

No pude hacer mi voluntad, ni siquiera en el que parecía ser el último momento de mi vida.

Continue Reading

You'll Also Like

437K 44.5K 112
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
80.5K 10.4K 31
A TAMAKI AMAJIKI FANFICTION. « Hay canciones que solo puedes escuchar una vez, porque luego ya no impactan en ti de la misma manera. Así es la relaci...
58.1K 6.4K 35
❝¿Por qué me enseñaste a amarte si ibas a irte?❞ [] [Black Line] []
4.5K 777 12
Mi segundo Fanfic publicado. {El hecho de que lo lean es un gusto para mí, y el que les guste, un logro}. *Los personajes utilizados no son de mi au...