Insoportable [Sin editar]

By Erikadcgm

5.7M 216K 33.8K

¿Cómo podría describir a Zack Cleveland? Fácil: Idiota. Popular. Fastidioso. Egocéntrico. Orgulloso. El mayo... More

Insoportable.
1. Primer día.
2. Dos palabras: mala suerte.
3. ¡NO FUE UN SUEÑO!
4. Tutoría.
5. Y esto me pasa por ser amable.
6. Sed de venganza.
7. Fiesta de pijamas.
8. ¿Fantasmas?
10. El final de la lista negra.
11. Visita a la enfermería.
12. Sustos casi mortales.
13. ¡Debo tener algo mal!
14. Traicinada de la peor manera.
15. Malas ideas.
16. ¿Qué demonios?
17. Algunos contratiempos.
18. Salida con James
19. Bipolaridad nivel Cleveland.
20. Misterios, dudas y reencuentros.
21. Y más sorpresas a la vida de Isabel.
22. "20 de abril": día del baile de primavera.
23. ¿Qué demonios me está pasando?
24. Tiempo.
25. Veamos qué resulta.
26. Cena, los Cleveland y películas de terror.
27. Nuevos descubrimientos y sorpresas.
28. Día de playa.
29. Mucha acción.
30. Graduación.
Epílogo.
Capítulo extra: toda historia tiene su propio comienzo.
Capítulo extra: ver My Little Pony hace a las personas especiales.
Capítulo extra: el aire londinense no cambia mucho a las personas.
Capítulo extra final: el reencuentro.

9. Daniel, la reina del drama.

158K 5.9K 435
By Erikadcgm

—¡¿QUÉ DEMONIOS ES ESTO, ISABEL CLARKSON?! —bramó una voz a lo lejos. Apreté un poco mis ojos sin querer abrirlos—. Oh mi Dios, oh mi Dios, oh mi Dios —escuché decir a la misma voz repetidas veces, haciéndome abrir mis ojos.

Apenas lo hice, encontré a Daniel, caminando de un lado a otro por mi habitación, pasándose las manos por el cabello y con los ojos abiertos como platos.

Zack estaba a mi lado, sentado en la cama, mirando a Daniel preocupado.

¿Qué demonios?

—¿Qué pasa, Daniel? —pregunté sin entender la situación, bostezando y estirando los brazos por encima de la cabeza haciendo a varios de mis huesos crujir.

Daniel se volvió hacia mí y me señaló con su dedo índice.

—Nada de "¿qué pasa, Daniel?" —imitó mi voz en un intento fallido—. Me podrías explicar... ¡¿QUÉ DEMONIOS HACE ZACK CLEVELAND AQUÍ, EN TU CAMA?! —gritó.

Rodé los ojos.

—Déjate de estupideces, que no hicimos nada malo —expliqué—. Además, yo no te digo nada cuando vas por ahí con tus "amiguitas".

—¿Acaso yo las traigo a casa cuando mamá no está? —preguntó, e hizo una seña para que me callara cuando iba a contestar—. No respondas eso —pidió—. Zack, más te vale salir por esa puerta ahora —gruñó en dirección al idiota a mi lado.

Zack se levantó de un salto y salió de allí más rápido que inmediatamente.

Bufé.

Por dios, ¿quién mierda le tiene miedo a un idiota como Daniel?

Exacto, alguien aún más idiota.

Apenas Zack salió, Daniel cerró la puerta y se giró hacia mí nuevamente.

—Me has decepcionado, Isabel —dijo negando con la cabeza, como si fuese una madre—. Has traicionado mi confianza, ¿dónde quedaron los valores que te enseñé?

¿Qué?

¿Acaso está drogado o qué mierdas le pico?

—¿Qué? —interrogué frunciendo el ceño.

—Yo que creí que eras una chica buena, que no andaba en malas andanzas —comentó con la voz algo afligida.

Oh mi Dios, ¿acaso iba a llorar?

Rodé los ojos.

Este chico parecía una esposa cincuentona que anda limpiando todo el día y se da cuenta de que su esposo tiene una amante.

—Yo que...

—Déjate de tanta mierda, Daniel —Le interrumpí antes de que continuase su discurso—. Zack y yo no hicimos nada, por Dios, sólo durmió aquí porque estábamos que nos íbamos en mierda del miedo.

Él me miró confundido.

—¿Qué? —Ahora fue su turno de preguntar.

—Ayer escuchamos sonidos raros abajo y, cuando bajamos, no había nadie, entonces nos asustamos, subimos y después nos acostamos a dormir. Fin de la historia —expliqué. Él me miró, no muy convencido—. ¡Por dios, Daniel! ¡Aún soy virgen!

Y, como si esas palabras fuesen sagradas, pareció tranquilizarse. Soltó un suspiro de alivio y comenzó a respirar con normalidad.

—Yo venía a decirte que no te quedaras dormida hasta tarde y, cuando vi la puerta cerrada, busqué la llave. Encontrarme a Zack aquí fue espantoso —confesó—. ¿Por qué no lo dijiste antes?

Rodé los ojos.

Qué gran pedazo de estúpido tengo por hermano.

—No sé —dije con sarcasmo—. Tal vez no sea mi actividad favorita andar diciendo a los cuatro vientos esas cosas a mi hermano mayor, ¡oh! ¿Cómo no se me ocurrió antes? ¡Qué desconsideración de mi parte!

—En realidad fue muy desconsiderado de tu parte, pero te lo perdonaré esta vez.

Mi boca cayó en picadillo.

—Eres un imbécil —afirmé finalmente.

Daniel cerró los ojos y sonrió con alegría, de repente, los abrió de golpe y se puso pálido como un papel.

¿Y ahora qué?

—¿Qué te pasa? —pregunté confundida por su repentina bipolaridad.

—¿Dijiste que escucharon algo y no había nadie abajo? —preguntó. Asentí, aún confundida—. ¡Hay fantasmas en casa!

—No lo sé, aún no es seguro —admití, para tranquilizarlo un poco.

—Oh mi Dios, hoy entré a mi cuarto y vi la tapa del inodoro abierta. Al principio, creí que tal vez la había abierto y se me había olvidado, pero ahora está claro: ¡fueron los fantasmas! —exclamó horrorizado.

Me mordí el labio para no reír.

—Oye, sal de mi habitación, tengo que ir al baño y alistarme para ir al instituto —avisé, cuando vi que me quedaba sólo una hora.

—¿Y me voy a quedar allí afuera solo? —interrogó con voz chillona.

—No seas dramático, tengo que ir al instituto y no te puedes quedar aquí.

Él miró la puerta con terror, pero asintió.

—Si muero, será tu culpa —advirtió.

—Sal de una vez, reina del drama.

Una vez se hubo ido, fui al baño, hice mis necesidades, salí, me vestí, tomé mi bolso y bajé las escaleras para dirigirme a la cocina a desayunar algo.

Me detuve en el marco de la puerta, de espaldas a Daniel, para verlo comiendo cereales y mirando hacia todos lados, nervioso.

Sonreí maliciosamente y me acerqué con pasos sigilosos hasta él.

—¿Qué haces? —curioseé una vez estuve a sus espaldas, haciéndolo sobresaltar y emitir un grito de miedo.

Reí.

—No es gracioso, maldición, casi me matas de un infarto —bramó, respirando entrecortadamente.

Rodé los ojos.

—Deja el drama de una vez —pedí sentándome a comer un pan tostado, aunque debía admitir que dejar que estuviese nervioso no era una idea que me incomodara o me desagradara, de hecho, podía sacarle provecho a la situación—. ¿Y en dónde pasaste estos días? —pregunté.

—En casa de James —contestó con naturalidad.

James, el mejor amigo de Daniel del que siempre había escuchado hablar, pero jamás había conocido.

—¿Cuándo voy a conocer al famoso James? —pregunté como por millonésima vez.

—Cuando te conviertas en monja, uses togas largas y no hagas más que estudiar y leer —bromeó.

Le di una mirada letal.

—Hablo en serio.

—Algún día lo traeré a casa —prometió.

Bufé.

Llevaba años escuchando eso.

—Ya lo has dicho muchas veces, estoy empezando a pensar que ese tal James es una especie de amigo imaginario que creaste, en medio de tu aburrimiento, para no sentirte solo.

—Paciencia —recomendó, levantándose y poniendo su plato en el fregadero—. Vamos, mueve tu culo si no quieres llegar tarde.

Qué educado era mi hermano para decir las cosas.

Nótese el sarcasmo.

Me levanté y salí para luego meterme en su auto.

Él se subió unos segundos después y nos pusimos en marcha.

El camino transcurrió en silencio.

—Te veo luego, enana —Se despidió Daniel.

—Hasta luego, idiota —Le respondí saliendo del auto.

Entré y lo primero que vi fue el rostro de Stephanie que me sonreía de oreja a oreja.

Fruncí el ceño.

¿Qué demonios le ocurre?

—¿Qué pasa? —pregunté confundida.

—Cuéntamelo todo, quiero todos y cada uno de los detalles —exigió.

—¿Detalles de qué? —volví a preguntar, aunque ya me imaginaba a qué clase de "detalles" se refería.

Bufó.

—De tu noche a solas con Zack, ¿de qué más podría ser? —explicó, como si fuese lo más obvio del mundo—. Bueno, cuéntame, y quiero detalles de todo.

Dios mío...

—No pasó nada, si es lo que te preguntas.

Soltó un suspiro de decepción.

—Tu primera noche a solas con un chico y no pasa nada emocionante.

Obviamente no le había contado de la primera vez que Zack se quedó en mi casa, sólo se lo había dicho a Matt y así se quedaría. Aunque no me gusta ocultarle cosas a Stephanie, esta vez será lo mejor, de lo contrario comenzarán a hacerse ideas locas y es lo que menos necesito.

—Sí, supongo que mi odio es demasiado grande —confirmé finalmente.

—Bueno, ¿y qué hicieron? No me digas que jugaron naipes o algo así de estúpido, porque no me lo creeré.

—Vimos una película de terror y luego a dormir —Me limité a contestar.

—Vaya, qué aburrido —comentó sin ocultar su decepción creciente. La fulminé con la mirada.

—Bueno, lamento no tener un manual de "qué hacer con un idiota" —gruñí—. Mucho fue que no lo asesiné y, créeme, ganas no me faltaron.

Y en ese momento, sonó el timbre.

¿Y lo que faltaba para que mi día empeorara?

Que la primera clase era, nada más y nada menos, que matemáticas.

Me senté en mi lugar habitual a esperar al idiota de mi nuevo compañero.

Que no tardó en llegar, desgraciadamente.

Apenas me vio, literalmente, corrió hacia su lugar, junto a mí.

—Isabel, Isabel, Isabel —Me llamó repetidas veces, con voz un poco entrecortada.

—¿Qué? —pregunté de mal humor.

—¿Qué pasó con Daniel? —interrogó mirándome alarmado.

—Le dije que habíamos follado y fue a buscar su nueve milímetros para esperar a que llegases a tu casa después de clases —respondí.

¿Habían visto a una persona antes de desmayarse? Yo no, pero podría apostarme un ojo en la cara a que Zack estaba a punto de hacer lo en ese momento.

Reí sonoramente.

—Nada de qué preocuparse, le expliqué que mi odio hacia ti era demasiado gigantesco y listo —confesé tranquilamente.

No pensaba decirle que tuve que decirle que aún conservaba mi tarjeta V, para que el imbécil de Daniel se quedara tranquilo.

—Oh, gracias a Dios, ya me había preocupado —confesó, adoptando una posición relajada.

Y en ese momento, entró el profesor.

—Bien, comencemos la clase —comenzó y todos guardamos silencio.

---------------------------------------------------------------------------------------------

—Vaya, alguien no tuvo un muy buen día —observó Matt, apenas entré en su auto.

—De hecho no, ¿y dónde mierdas estabas metido? No te vi en todo el maldito día —repuse. Él puso el auto en marcha.

—Lo siento, llegué un poco tarde y me perdí el almuerzo porque cara de perro me mandó a hacer un montón de mierda en la biblioteca —Se disculpó—. Ahora, cuéntame, ¿qué pasó?

Le conté todo lo que había sucedido en el día de ayer y hoy.

Cuando llegué a la parte de Daniel, creí que tendríamos un accidente automovilístico, de la incontrolable risa que lo invadió.

—Aún no puedo creer que creyese que lo del inodoro había sido un fantasma —soltó, deteniéndose frente mi casa.

—Yo tampoco, tuve que hacer de todo mi esfuerzo para no reírme —confesé, soltando una carcajada—. Gracias por traerme, Matt —Me despedí, acercándome para darle un beso en la mejilla.

—De nada —dijo, con una de sus típicas sonrisas radiantes.

Le sonreí de vuelta y bajé del auto.

Cuando el auto de Matt estuvo en marcha, me di la vuelta para entrar a casa.

—Hey, Issy —gritaron a la distancia. Reconocí la voz casi de inmediato y apresuré el paso—. Hey, hey, detente —pidió. Caminé aún más rápido—. Oye —dijo tomándome del brazo y haciendo que me diera vuelta.

—¿Qué quieres, Cleveland? —pregunté con obvio fastidio en mi voz.

—¿Primero duermes conmigo y ahora no saludas? —preguntó, con su típica sonrisa de "vengo-a-joderte-el-día".

La frase hubiese sido mejor, si no hubiese percibido el doble sentido en sus palabras.

Apreté los dientes e hice mis manos puños, a tal punto que dolían.

—Vete y déjame en paz —pedí, sin ganas de iniciar una pelea. Estaba demasiado agotada como para hacerlo.

—¿Y si no quiero? —Me retó.

Oh, ¿en serio? ¿Ahora se atrevía a retarme? ¿Él? ¿A mí? Debe ser una jodida broma.

—¿Y si te soy un puñetazo y te saco todos los dientes? —contraataqué.

—Grr, me encantas así, agresiva —ronroneó, guiñándome un ojo.

¿Disculpa?

Ugh.

Creí que vomitaría ahí mismo de la repulsión que sentí hacia sus repugnantes palabras.

Alguien páseme un batt para golpear a este gilipollas, por favor.

—¿Es mi imaginación, o hoy estás más imbécil que antes? —gruñí apretando aún más los puños.

—Oh, Issy, ¿por qué no te entregas a las garras del amor de una vez y vienes conmigo? —se interesó.

Solté los puños y me relajé.

—El amor es una bola de mierda que va embarrando a las personas y yo no estoy dispuesta a ensuciarme —respondí con efectividad, dejándolo boquiabierto y entrando a casa, aplaudiéndome internamente por mi reciente victoria.

—¿Qué hay, enana? —Me saludó Daniel desde la sala.

—Una mierda —gruñí entre dientes, aún estaba de mal humor.

Entré a la cocina y, apenas lo hice, vi a un chico observándome atentamente.

Cabello rubio, no muy largo, y alborotado, alto y unos inusuales ojos azul grisáceo.

Fruncí el ceño.

—Hola, Isabel —saludó con calma.

¿Y cómo sabe mi nombre?

—¿Y tú quién eres? —pregunté con mi, para nada, sutil tono de voz.

Él abrió los ojos sorprendido y luego elevó una ceja.

Supongo que no soy la chica más simpática del mundo pero, ¿qué harían si encuentran un chico extraño –y sexy– en su cocina y el susodicho sabe tu nombre?

—Mi nombre es James, soy el amigo de Daniel —Se presentó sorprendiéndome tanto que casi caigo de espaldas. Y lo hubiese hecho, si el pecho de Daniel no me hubiese sostenido.

—Sorpresa, enana.

Supongo que, esta vez, Daniel había cumplido lo que dijo.

Nota de la autora:

¡Hola! ¿Cómo andan? Espero que bien.

Bueno, aquí les traigo un capitulo nuevo, como regalo de navidad espero que lo disfruten.

Gracias por leer y votar, la verdad, sus votos me motivan para seguir escribiendo.

Dejen sus opiniones en un comentario.

¡GRACIAS!

¡¡¡¡Y felices fiestas a todossss!!!!

Xoxoxoxoxoxo.

Continue Reading

You'll Also Like

43.1K 2.8K 35
Mirabel era la única de la familia madrigal aparte de su tío feliz y de padre Agustín en no tener un don ya que sin explicación alguna ella no recibi...
33.9M 3.5M 70
Lluvia y sol. Chocolate y menta. Multicolor y monocromía. Así son Floyd y Felix; dos amigos de la infancia que se reencuentran bajo las circunstancia...
34.9K 1.8K 7
La aventura de algo sobrenatural se ve implicada la hija mayor de los Warren junto a sus padres, ellos tres ayudan a los Parrón de un ser muy poderos...
69.6M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...