↝ Novela inspirada en Haikyuu!! de Haruichi Furudate, presencia de OC 《Original Character》 y algo de OOC 《Out of Character》
↝ LAS IMÁGENES MANGA Y FAN ART NO ME PERTENECEN.
❤
《P.O.V HINATA☀》
DESPUÉS DE UN PAR DE MESES.
El segundo año de preparatoria ya estaba llegando a su final, como si el tiempo no existiera para contarlo en segundos, ni siquiera en tramos más pequeños, ya que en un abrir y un cerrar de ojos ya todo estaba llegando a su fin.
El torneo nacional de este año no trajo consigo muchos frutos de los cuales podamos contar buenas anécdotas. Volvimos a ganar contra Seijō, puesto que la ausencia del gran rey hacían las cosas un poco más llevaderas, pero el Shiratorizawa seguía siendo de temer, y perdimos dos finales contra ellos.
Me descompensé emocionalmente como se debía en su momento, pero ahora estoy bastante tranquilo, ya que todavía me queda un año completo para alcanzar mi sueño de convertirme en la estrella de Karasuno.
Aunque habían cosas realmente malas que contar, a mi punto de vista...
—¡Ahh! Son unos malditos desconsiderados.
—Oh, sí, mientras más los miro, más me lleno de envidia —comentaron mis compañeros de equipo de un lado del gimnasio.
Me giré para ver desganado el panorama.
Como era de esperarse, estaba la parejita del club aislados en un rincón del gimnasio de lo más acaramelados y hablándose como estúpidos.
Últimamente ha sido un caso extraordinario, en primer lugar porque hasta en clase se han estado empalagosos el uno con el otro hasta el punto de contaminar el ambiente a base de puras cursilerías.
No me molesta tanto por el hecho de que sigo queriendo a Rei de la forma romántica, lo que más me inquieta es el hecho de que ambos, en este tiempo que ha pasado, se han encerrado en una burbuja, y he notado que sus personalidades han cambiado.
En busca de mejores explicaciones, podría afirmar que Rei está adquiriendo la antigua personalidad de Kageyama, dura, individualista, egoísta y algo irritable, y Kageyama se está volviendo como la antigua Rei, un extrañísimo hombre que piensa en los demás antes que en él, dañándose repetidas veces a sí mismo con tal de hacer feliz a los demás, aunque en definitiva, principalmente para hacer feliz a Rei.
Esas no eran sus personalidades, y yo ya veía llegar el desmoronamiento que tendrían ambos como pareja dentro de poco, incluso cuando a metros les vemos tan felices y enamorados.
—Rei, Kageyama, el entrenamiento ya va a comenzar, deberíais respetar mejor a los demás y hacer esas cosas en privado.
El capitán Ennoshita había hecho su labor el día de hoy, interrumpiendo su teatro dramático en pleno entrenamiento.
—Sí —respondió Kageyama poniéndose de pie.
—Bahh, Chikara-kun, no seas tan serio —se rió la rubia poniéndose de pie.
Lo único que quería después de que todo esto concluya, es que Rei, incluso con sus cambios de humor, no sufriera...
《P.O.V KAGEYAMA♜》
Hace un par de días un suceso rondaba mi cabeza como una mosca.
FLASHBACK 3 DÍAS ATRÁS.
Había venido debajo del árbol más grande del patio después de clases, un lugar oculto en el que se podía conversar en paz. ¿Razón de esto? Me había llegado un mensaje a la taquilla que decía que necesitaban hablar conmigo.
—¡¡K-kageyama-senpai!!
Abrí los ojos con sorpresa, puesto que desde la escuela media no me hablaban con aquel honorífico, y era de las primeras veces que una chica lo hacía.
Me di la vuelta y la encontré. En algún momento, al leer la citación, se me ocurrió que se trataba de una chica, pero para no pasarme películas innecesarias y no dudar sobre si venir o dejar plantada a la persona, puesto que eso sería tremendamente desconsiderado de mi parte.
—¿Qué quieres? —le pregunté con los manos en el bolsillo de la chaqueta.
—P-pues...
Era una chica de trenzas largas, piel blanca y pequeña estatura, su cabello era casi azabache y sus ojos se veían verdes. Lo que más resaltaba de sus mejillas era el color rojo que demostraba lo tímida que era.
—¡Q-quería decirte q-que me gustas! ¡Desde el primer partido de Karasuno que vi! ¡E-eres genial! ¡Y-y muy guapo!
La miré con algo de confusión... ¿Acaso no sabía que yo tenía novia?
—Um, bueno, tú sabes que yo...
—¡Sé que estás saliendo con Kiryū-senpai! p-pero... Pero yo podría ser una mejor novia...
—Lo siento... —La interrumpí—, no puedo corresponder tus sentimientos.
Ella, como es de esperarse, de inmediato concibió un rostro entristecido para luego bajar la mirada. No me hacía tanta gracia rechazar a alguien sin siquiera escuchar la oferta, pero realmente no me apetecía estar con nadie más.
—B-bueno... En ese caso, ¿Te podría pedir un beso en la mejilla? ¿Kageyama-senpai?
Me pareció una petición curiosa y algo extraña, pero desde esa vez que viajamos a EE.UU y todos los chicos que jugaron con nosotros el voleibol se despidieron de Rei dándole un beso en la mejilla, me hizo dar cuenta que quizás no era la gran cosa como yo pensaba...
—Bien...
Se acercó a mí y yo me incliné, debido a su compacto tamaño, dejé que se acercara a mí, cosa que fue una de las peores cosas que he podido hacer en mi vida.
Me tomó de la mejilla y me plantó un beso en los labios.
El beso duró menos de 2 segundos, pero realmente me escandalicé por dentro. Ella salió corriendo sin enfrentar su irrespetuosa acción, y pude haberme enfurecido, pero más que nada me asusté.
Jamás le había dado un beso a otra chica.
FIN DEL FLASHBACK.
No le había contado nada a Rei en todos estos días, precisamente porque temía mucho de su reacción. Últimamente ella ha estado completamente susceptible, y se altera por cualquier cosa, como si ya no tuviese paciencia... Como si esa palabra se hubiese esfumado de su diccionario. Yo creo que todo es por la desaparición de su hermano, y su nueva vida viviendo con su madre. Akira no parece ser mala, pero realmente sé que le cuesta olvidar la antigua personalidad de ella.
Se ha estado alejando de las cosas que antes le hacían feliz, y ha dejado de sonreír, emocionarse y reír por todo... Esto solo parece ser un inicio de depresión y aquello me aterraba. Hoy, a diferencia de todas las veces anteriores, era ella la que caminaba adelantada a mí por la acera, cogiéndome fuerte de la mano, como si quisiera llegar realmente rápido a casa.
Las cosas no van muy bien, hace tiempo que no nos vemos en tiempos de recreación, siempre estamos juntos en el instituto, sin embargo ya no salíamos al parque a alimentar a los patos, ni al mirador a observar detalles, a viajes como antes, al centro comercial ni a las tiendas de deporte, ni siquiera ha querido venir conmigo a mi casa.
Tan solo pretende ir del instituto a su casa, y de su casa al instituto.
Por las mañanas ya no usábamos la bicicleta, ahora el padre de Rei nos pasaba a buscar por medio de un conductor personal, y con pura insistencia de mi parte, hice que no nos fuera a buscar al instituto para caminar a su lado de vuelta.
Pero parecía que ella no parecía muy contenta al caminar conmigo.
—R-rei... —Le dije mientras avanzaba sin mirar atrás.
—¿Qué?
Su agarre era cada vez más fuerte, era como si no quisiera que yo estuviese cerca de ella, pero a la vez no quisiera dejarme ir... Ni tenerme, ni soltarme, tan solo dejarme allí, donde pudiera siempre escoger entre una de las dos.
—¿Por qué no vamos al parque?
No hubo respuesta de su parte.
—¿O vamos al acampado de las limítrofes? ¡Ahí hay mu...!
—¿Y para qué?
Detuvo su paso para darse la vuelta y observarme muy seriamente.
—Pues... Quiero pasar más tiempo contigo —le dije fruncido, como si estuviese enfadado.
Pero no lo estaba, hace ya un tiempo no me podía enfadar, me había flexibilizado y adaptado completamente a tratar con Rei para hacerla feliz.
—Quiero llegar a casa... —Dijo luego de mirarme por un par de segundos y bajar la mirada algo irritada.
Seguimos caminando y yo tan solo tuve que acatar su unilateral decisión.
Cuando llegamos a su casa, la dejé ir, pero vaciló antes de simplemente entrar.
—¿No quieres pasar?
Asentí contento, nunca pensé que lo iba a hacer. Hoy la cosa realmente cambiaba y parecía ir un poco mejor. Me hizo pasar y saludé a Akira-san, la cual ya era casi irreconocible, ya que era bastante gentil y cercana, aunque a la vez un tanto seria, supongo que eso ya venía en ella. Al menos se notaba que con su nueva vida libre de vicios era muy feliz.
—Voy arriba a cambiarme —declaró Rei antes de subir las escaleras.
Akira-san me hizo sentar en el comedor y me ofreció algo para beber, lo cual rechacé. Los siguiente minutos serían interminables, ya que jamás creí que demoraría tanto en cambiarse y simplemente bajar.
Cuando ya la espera se estaba haciendo eterna, y había analizado una y cada una de las cosas que yacían de adorno en este lugar, Rei al fin apareció.
—Disculpa la demora, aproveché de tomarme un baño —dijo seria sentándose frente a mí, secándose el áureo cabello con la toalla.
Le miré un tanto sonrojado sin poder contenerme, mas de inmediato cambié de semblante al analizar que estaba siendo extremadamente seria y distante.
Cualquiera concordaría conmigo de que la mejor solución sería simplemente marcharme de su casa y dejarla tranquila, ya que yo estaba molestando.
—Rei... Lamento la intromisión, me devolveré a casa —dije cogiendo el bolso y levantándome.
Al ver que tan solo se me había quedado viendo, suspiré profundamente y emprendí mi viaje para salir por la puerta principal. Había gastado muchísimos minutos simplemente molestándola, no tenía por qué seguir.
Para mi fortuna, una pequeña mano me sostuvo del brazo antes de poder seguir mi camino rumbo a la salida.
—Amor no, perdóname por favor —se aferró tan fuerte que pude sentir precisamente su voz de desesperación ante mi ida—. Vuelve a sentarte por favor.
Obviamente accedería a hacerlo obedientemente, después de todo lo que más quería era seguir pasando tiempo con ella. Si la oportunidad se me daba, debía aprovecharla.
—He estado extraña estos días... Realmente no sé por qué ya casi no quiero salir... Pero no mereces que me desquite contigo... Lo siento tanto... Volveré a empezar —me dijo cogiendo mi mano con ambas suyas
—¿Empezar de nuevo? —le pregunté un poco en trance, aguantando mis ganas de abrazarla y tenerla en mis brazos.
—Sí... Quiero cuidar de nuestra relación, porque... Te amo...
Rei sonrió de una forma hermosa, y sus ojos brillaron con sinceridad, extrañaba eso como nadie tiene idea. Y supe con certeza una cosa... No podía seguir ocultándole cosas.
—Sabes Rei, hay algo que tengo que decirte.
—¿Mh? —preguntó sin dejar de sonreír.
—Yo... Hace un par de días una chica se me declaró... ¡La rechacé de inmediato! Pero... Pero me ha robado un beso... ¡Te prometo que yo no he querido!
Lamentablemente aquella agraciada sonrisa que adornaba su rostro desapareció progresivamente hasta desvanecerse.
—¿Rei? —le pregunté después de un par de segundos alargados sin decir nada.
—¿Has besado a otra chica?
Parecía que todo lo que yo le había dicho le había entrado por un oído para luego salir por el otro.
—No... O sea sí pe-pero...
Cuando intenté explicarle, la rubia se colocó de pie repentinamente rumbo a la habitación, como queriendo huir sin siquiera escuchar lo que yo tenía para decir.
Siguiendo sus pasos me puse de pie también, para ponerme en frente de ella y contenerla en medio de un abrazo algo forzado. Intentó zafarse, pero como es pequeña y mucho menos fuerte que yo, no pudo hacer mucho por su cuenta. Tan solo noté que estaba muy alterada, y yo tan solo intentaba calmarla con susurros en su oído.
—No he querido, no he querido, no he querido, no he querido, no he querido... —Repetí con insistencia.
Cuando finalmente dejó de forcejar contra mí y también relajó su respiración, la solté para separar el abrazo y mirarla fijamente a los ojos.
Pensé que todo iría bien ahora, pero ella me lanzó una mirada de fuego.
—Voy a estudiar arriba, quiero que te largues y más vale que no te encuentre mañana por la mañana.
Su tono duro y serio me hizo dar cuenta que estaba terriblemente enfadada, pero no como otras veces, hoy supe que no había forma de remediar lo que había hecho, e insistir sería más daño para los dos.
Además, antes de siquiera decidir sobre si contenerla otra vez era bueno o no, ella ya había desaparecido de mi vista y al cabo de 5 segundos un portazo se escuchó proveniente de su habitación.
... ¿No íba a comenzar de nuevo?
《P.O.V HINATA☀》
AL OTRO DÍA.
Estas eran las últimas clases del año escolar, y yo me sentaba en el último puesto. Puede sonar gracioso, pero he crecido un buen par de centímetros desde que cumplí los 17 años, y ahora mido 170 cm, por lo que no se me hacía un gran problema mirar desde el fondo.
Quizás sigo siendo bajito, pero no tanto como antes, además ahora coincidía con la estatura del pequeño gigante.
Hoy las cosas estaban raras, Rei se sentaba en primera fila y estaba absolutamente concentrada en la clase, lo que es Kageyama, sentado a mi lado, estaba apoyado en sus brazos como si hubiesemos perdido el último partido de nuestras vidas.
Ahora que lo pienso, ese par no se ha hablado en todo el día, ni siquiera se han dirigido mutuamente las miradas. Quizás esta sería mi oportunidad...
EN EL ALMUERZO.
Me coloqué de pie y enseguida fui donde Rei, la cual aún resolvía problemas matemáticos de la clase reciente.
—¿No almorzarás? —le pregunté.
—No tengo hambre hoy —dijo aún escribiendo de forma marcada con el bolígrafo, como si estuviese descargando su enojo contra la guía de matemática.
—¿Es enserio?
Mi última pregunta fue absolutamente ignorada, como si yo hubiese desaparecido de un momento a otro frente a sus ojos. Verla así no me hacía gracia, por lo que si tenía que insistirle, incluso recibiendo su puño golpeando mi cara, lo haría.
Cogí su mano derecha para alzarla, la cual era justamente la que estaba utilizando para escribir, por lo que me quedó viendo fruncida por un par de segundos.
—¿Q-qué hac...?
—¿Kiryū Rei? ¿Eres tú?
Aquella pregunta que le había hecho hizo que se relajara automáticamente, en una situación incómoda, y esta vez demostró al exterior su tristeza, sin tener que esconderla bajo el enojo, como lo había hecho a lo largo de estos días.
—Necesito hablar contigo, Shōyō-kun...
—Tenemos todo el almuerzo para hacerlo, coge tu bentou —le dije sonriente.
Si podía ayudarla, de la forma que fuera, iría a hacerlo.
Minutos después, nos encontrábamos fuera del gimnasio, un lugar exclusivo donde siempre podíamos almorzar sin que nadie nos molestara, ella lo hacía realmente lento, como analizando cada porción que se echaba a la boca, y yo de verdad no lograba entender por qué tanta desconfianza.
—Has peleado con Bakageyama, ¿Verdad? —le pregunté para abrir aquel tema.
Suspiró sin responder, era obvio que yo estaba en lo correcto. Creo que mi predicción ya se estaba haciendo realidad.
—¿Qué ha hecho esta vez?
—Pues la verdad, él casi nada, soy yo que apenas me puedo controlar... Hace mucho tiempo que he perdido muchas cosas que antes tenía, como por ejemplo mi fortaleza.
Preferí callar ante sus declaraciones para simplemente entender lo que quería decir.
—Tobio me dijo que otra chica le ha besado, y me lastimó demasiado, he llorado gran parte de la noche...
El corazón se me podía estrujar de tan solo imaginarla llorando sola, a media noche, sin poder entenderse a sí misma.
—Pero... Hace muchísimo tiempo no lloraba, en cierto modo me ha hecho bien, pero me he quedado con algo amargo en el corazón... Quiero saber cómo me puedo liberar de ello...
—¿Kageyama es la única razón?
Negó con la cabeza de inmediato.
—No, también ha sido el cambio en mi vida. Mira este bentou, lo ha hecho mi madre... Aquella mujer que yo odié por años... Mi hermano ya no se aparecerá en mi vida, y eso me quita la motivación... Antes yo era muy feliz al pensar que el día de mañana serviría para que se cumpliera un día menos que faltara para verlo... Pero ¿Ahora?, ¿Por qué tengo que esperar el mañana?
—El primer paso es darte cuenta de que, aunque no quieras verlas, hay cosas buenas por las cuales esperar el mañana, por ejemplo, una salida el fin de semana, la graduación, el próximo torneo, el hecho de que algún día te casarás...
— ... Me gustaría tener esa motivación, pero ¿Cómo?
Le sonreí y cogí sus palillos de imprevisto, antes de contestarle, para coger una porción de su bentou.
—Debes abrirte a los demás y ver lo que te ofrecen, en primer lugar abrir los ojos, luego tu corazón... Y luego tu boca, di ¡Aang!
Rei de una forma muy adorable dejó ver un leve sonrojo en sus mejillas, para luego soltar una pequeña risa. Pensé que no lo haría, pero por el contrario recibió la comida de muy buen humor.
—Debes comer, Rei, mantenerte viva...—Le dije luego.
—Nnngh, esto sabe a comida de conejo... —Dijo entre risas.
Cogí una porción de su bentou para mí y así comprobar que lo que decía era cierto.
—¿Bromeas? ¡Esto está muy bien!
Mentí completamente, realmente la comida estaba bastante mala, pero sirvió como excusa para intercambiar nuestros almuerzos, sé que el arroz con algas era uno de los platos favoritos de la rubia, y ahora era justamente la comida que yo había traído.
—¿Estás seguro que quieres intercambiar?
Levanté mi mano haciendo un cero, con una sonrisa mientras masticaba dificultosamente, aguantándome la cara de asco.
—... A todo esto, ¿Cómo sabes cómo sabe la comida de conejo?
Me miró con una sonrisa luego de haber introducido comida a su boca, para luego reír explosivamente, algo incómoda por tener alimento guardado en sus mejillas, pareciendo un hámster. Reí explosivamente yo también. Estuvimos tanto rato así que al pasar 2 minutos ya no recordábamos de qué estábamos riendo, pero seguíamos haciéndolo.
Rei no había cambiado, y me alegraba haberlo comprobado.
DESPUÉS DE UN PAR DE MINUTOS.
Habíamos almorzado con éxito, y ahora estábamos en una posición un tanto extraña que, si bien no me molestaba, sí me sonrojaba y ponía mi corazón latir a mil.
Resulta que Rei me comentaba el dolor de cabeza que tenía producto de no haber dormido la noche anterior, y le aconsejé recostarse en la enfermería, pero como quedaba tan lejos, utilizó mi pierna derecha como almohada y se recostó en el pavimento.
Teníamos la confianza suficiente, pero yo seguía queriéndola con locura, y el tenerla así era un sueño y a la vez una tortura.
—Shōyō-kun... ¿Cómo me libero de este peso? ¡No me atrevo a hablarle a Tobio! ¡Sería demasiado!
—Debes hablar con él... —Le respondí algo decepcionado por abrir nuevamente el tema de Kageyama.
—¡No puedo! ¡No puedo! —dijo tapándose la cara sonrojada con ambas manos—, ¡Estoy segura de que le insultaría hasta quedarme satisfecha! No quiero hacerle daño...
Aquello iría a ser divertido para mí, pero no para ella.
—Mh, ¿Qué te parece que te imagines que yo soy Kageyama? ¡Así te puedes desahogar! Y cuando sepas cómo será, le hablarás al Bakageyama original.
Rei se levantó de su posición inicial para sentarse y mirarme algo seria y sorprendida.
—¡Pero tú no te pareces a Tobio! —rió en voz alta.
En seguida para seguirle el juego fruncí las cejas y le hablé con voz más grave de la que tengo.
—Cállate Hinata idiota, Rei idiota, soy un setter, eres invencible, no eres necesario en la cancha.
Rei rió con más fuerza, para luego detenerse y mirarme con una sonrisa, plantando sus pupilas en mí, haciéndome sonrojar un poco.
—Hola, Tobio... —Suspiró profundo—, ¡Quiero decirte que a veces te detesto tanto! ¡Eres un gruñón y un tonto! ¡Tonto, tonto, tonto! ¡Me dan ganas de lanzarte una paliza! ¡Te odio!
Su voz la hacía ver parecida a una niña pequeña, nadie se podría asustar ante una chica que te dijera cosas como esas y en ese tono.
—Pero... Cuando lo pienso mejor, me doy cuenta que ese odio no cabe en mi corazón, para tanto amor que tengo guardado... Ni siquiera el amor que siento tiene el suficiente espacio en mi pequeño corazón... ¡Quiero dejarte mi vida entera!, para que hagas lo que quieras con ella, y eso es todo lo que quiero yo...
Mi corazón se iría a salir en cualquier momento, cogió mi mano y sin dejar de mirarme fijamente a los ojos, casi llorosos, pronunció esas palabras.
—Yo... Te amo...
Sus ojos me transportaban a otro mundo, su cabello seguía siendo igual de hermoso que la primera vez que la ví, ella siempre ha sido mi alma gemela, y debí habérselo dicho antes, debí haberme declarado antes, debí haber aprovechado la oportunidad que quizás algún día tuve para haberme quedado a su lado.
No importa cuánto tiempo haya pasado, sigo queriéndola y deseándola de la misma forma.
Unas lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas sin previo aviso, y en cierto modo me asusté, ya que no me di cuenta hasta que las pupilas que me observaban tan fijamente, como queriendo adentrarse a mi alma, comenzaron a verse cada vez más borrosas.
—¿Shō...? ¿Uh?
No me sequé ninguna lágrima, tan solo cogí la mano con la que estaba sosteniendo la mía, y la acerqué a mi boca, para plantar un sutil y tierno beso en ella.
—... Shōyō... —Pronunció ella, absolutamente sorprendida ante mi acción extraña.
Quería tratarla como se lo merecía, como un pétalo, para que no llorara más, para que ese dolor se esfumara; quería darle todo lo que yo pudiera darle, y si tenía que seguir esperando, quizás esa no era una espera tan tortuosa sabiendo que sería por ella.
Sabiendo que sería esperando que un día aquellas palabras me las dedicara a mí, y que aquel brillo de sus ojos fuera mirando mi rostro, y no imaginando otro.
—¡¡SHŌ-SHŌYŌ!! —gritó Rei, sobresaltándome, ya que de un segundo a otro se alteró al máximo.
Seguido de eso, un golpe seco de un pedazo de madera chocó contra mi cabeza de forma violenta. Sentí que el mundo se distorsionó un poco, pero luego de unos segundos pude recuperar la consciencia automáticamente, logrando escuchar que desde atrás me estaban gritando con furia, mientras Rei se había levantado a contener al que me había brindado tal impacto.
—¡¡ENANO DE MIERDA!! ¡¡NO PUEDES SALIRTE CON LA TUYA SOLO PORQUE ELLA Y YO ESTAMOS PELEADOS!! ¡¡NO TE DAS PUTA CUENTA DE QUE SOMOS AMIGOS!! ¡¡HIJO DE PUTA!!
—¡Tobio! ¡Detente! —intentaba sostener sus brazos.
Me paré dificultosamente para mirarle desafiante, no estaba dispuesto a irme a los golpes en contra de él, ya que la violencia era algo absurdo, pero él no estaba en el derecho de pedirme no sentir lo que siento por Rei, incluso siendo amigos.
''Tienes que perdonarme Hinata, porque incluso cuando sé que ella estaría mejor contigo, no puedo renunciar, no puedo entregártela, soy un egoísta.''
¿Dónde habían quedado esas palabras? ¿eh? ¿Kageyama?
—¡¡NO VOY A SUPERAR QUE ESTE IMBÉCIL TE PONGA LAS MANOS ENCIMA!! ¡¡ESTO ES UNA PUTA TRAICIÓN!! ¡¡ESO NO SE HACE!! ¡¡ESO ES BAJO!!
Heh, había perdido el control, eso me recordaba a cuando ambos la perdimos en el gimnasio hará un buen tiempo atrás.
FLASHBACK.
—Y no me siento diferente ahora mismo.
Kageyama se dio la vuelta, definitivamente se refería a lo mismo, una vez más creía que yo no era necesario en la cancha para ganar, y nuevamente no me lanzaría pases.
Yo necesitaba crecer por mí mismo, y era justamente lo que este idiota no se prestaba a entender.
—¡¡KAGEEEEYAAAAAAAAAAMAAAAA!! —grité colocándome de pie, mientras él pretendía marcharse por la puerta del gimnasio.
Me abalancé en contra de él, fuera de control, empujándolo con todas mis fuerzas, sujetándole con violencia de la cintura sin dejarle escapar.
—¡¡MALDICIÓN!! ¡¡SUÉLTAME!!
—¡¡NO TE DEJARÉ IR HASTA QUE ME HAGAS UN PASE!!
Me observó con indignación y furia a tope. Con toda su fuerza me lanzó al vacío, y pude sentir como por un segundo volé por los aires, pero me recobré al instante, para volver a colocarme de pie y sujetarle nuevamente, antes de que fuera demasiado tarde.
—¡¡HAZME UN PASE!!
—¡¡NO SEAS RIDÍCULO!!
—¡¡DETUVIERON EL REMATE HOY Y TAMBIÉN EL DÍA DEL PARTIDO DE SEIJŌ!!
Ambos forcejeábamos sin sentido alguno, yo con el único objetivo de obligarlo a trabajar conmigo, y él con el único objetivo de marcharse y tan solo escucharse a sí mismo. Tal y como siempre lo ha hecho, él solo.
Él siempre iba a luchar por sí mismo, era obvio.
—¡¡¿ESTÁS INTENTANDO DECIR QUE FUE LA CULPA DE MI PASE?!!
—¡¡NO!! ¡¡NO ES ASÍ!! ¡¡ESTUVO PERFECTO!! ¡¡HA SIDO EL MEJOR!! ¡¡PERO AÚN ASÍ LO DETUVIERON!!
Tenía mucha fuerza, pero no me iría a dejar vencer.
No me iba a echar hacia atrás, no lo iba a hacer.
—¡¡SI YO NO MEJORO EL REMATE NO PODRÁ HACERLE FRENTE A OPONENTES MÁS FUERTES TAMPOCO!!
—¡Hey! ¡¡USTEDES DETÉNGANSE!!
(NOTA DE LA ESCRITORA: Soy un mísero hongo describiendo cosas, pero sí, esta es la pelea del capítulo 5 (2nd season) jaja)
FIN DEL FLASHBACK
Claro, si no hubiese llegado Tanaka-senpai, cualquiera habría matado al otro sin poder hablar civilizadamente.
Aquella vez Kageyama luchaba por sí mismo, pero ahora... Ahora era distinto, él luchaba por otra persona.
Pero ese era Kageyama, el que gritaba e intentaba acercarse a mí para masacrarme, era el auténtico Kageyama... Y la que intentaba protegerme de ello, era la auténtica Rei... Al menos, había conseguido sacar la esencia de cada uno, después de que la habían perdido en el camino.
Ahora yo no iría a pelear; a diferencia de él, de tratarse de otra persona, no tenía por qué intentar vencerlo por la fuerza. Habían otras formas de hacerlo.
—Yachi-san se asustó muchísimo aquella vez, ¿No es así?—hablé entre medio del escándalo.
—¡¿AHHH?!
—Y Tanaka-senpai nos aconsejó no volver a pelearnos frente a una chica, ¿No es así?
Kageyama, repentinamente, dejó de forcejear y de gritar, para soltarse y echarse hacia atrás. Por otro lado, Rei, sumamente cansada, cayó al piso de rodillas, asustándonos a ambos.
—No hay caso... —Pronunció Rei en voz baja, casi susurrando, estando tirada en el piso.
—¿Q-q...? ¿N-no hay ca...?
—¡No hay caso para nosotros!, ¡Tobio!, ¡Ya fue suficiente!
—¿A qué te refie...? ¡Rei! ¡Dónde vas! ¡Rei!
Creí que cuando Rei salió corriendo del lugar, Kageyama no se iría a tomar la molestia de seguirla, pero bien mal soy suponiendo, ya que Kageyama sí había cambiado en cierto modo, y había tomado rumbo detrás de la rubia decepcionada.
Me pregunto si seguirán juntos después de esto.
¿Sería mi culpa que hayan terminado?
Debe ser mi culpa...
Mi culpa por haberme enamorado brutalmente de ella.
❤