Te necesito, ¿Y tú?

By Kateoncer29

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Entonces entendí que, sin importar lo que hiciera, si me rompieras lentamente, si me enterraras una daga en e... More

El Baile
Cumpleaños. 1ªParte
Cumpleaños. 2ªParte
La cita
Te buscaré, te encontraré y te mataré.
En shock
Cuídala
Amor verdadero
No diré adiós
Decisiones determinan destinos
Rutas de escape
Ya dije todo lo que tenía que decir.
Nieve y más nieve.
Ya te extraño
Conociendo a los Nolan
Celos y diversión.
¿Por qué ahora?
Storybrook
No necesito que luchen por mí.
Ceremonia
Preocupación
Angustia
Más noticias
Despedidas
Ella
Ataque
Guerra
Contra el tiempo
El día
Llegó el momento
Llamada
Rescate
Homenaje
Intentar seguir adelante
Los muertos no van a resucitar
Siempre volveré
Volver a las vidas pasadas
No quiero que lo aparten
Ascenso
Agentes, periodistas y más.
Accidente
¿Venganza o justicia?
Mi parte favorita
Cirugía
Por esta vida y la eternidad
Epílogo
Agradecimientos
FAR AWAY

Thomas

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By Kateoncer29

-¿Qué le pasó, mamá?- me preocupé.

-Bombardearon la embarcación- lloriqueó-... Está muy grave, Emma.

-¿Qué?- cuestioné- ¿Dónde está?

-Lo trasladaron hasta Maine para que su familia pudiera despedirse, no creen que pueda salvarse.

-Necesito verlo- anuncié.

-Pero no puedes, Emma, piensa en tu bebé.

-Mamá, Killian me necesita- reproché.

Una punzada de dolor me atacó en mi abultado vientre, un segundo después vino otra, pero de mayor intensidad. Solté un alarido y me dejé caer en el asiento más cercano, el dolor se incrementaba conforme pasaban los segundos y no era capaz de responderle a mamá.

-¡Emma!- gritó.

-Ya viene- solté-, el bebé ya viene.

-No puede ser, aún falta un mes- habló mamá-. Escucha, cariño, mantén una respiración constante.

-¡Ah!- grité, era una nueva contracción- Mamá, colgaré- sin esperar respuesta, lo hice.

Comencé a maldecir en mi interior, deseando no tener que pasar por tal sufrimiento. Llamé a Lilly con la poca fuerza que tenía para hablar, se había retirado cuando me entregó el teléfono para hablar con mamá.

-Te llevaré a urgencias- me dijo-. Debes estar lo más tranquila posible.

Me ayudó a pararme y a llegar hasta el vehículo estacionado en el aparcamiento de la casa, mientras que su celular no dejaba de sonar en su cartera, que estaba en el asiento trasero. Sabía por su forma de conducir que estaba igual o más tensa que yo por lo que pasaba. Lilly maldecía el hecho de que justo hoy Rose se haya tomado su día libre, lo cual casi nunca solía hacer.

Las contracciones se iban haciendo más frecuentes, como era de esperarse, sentía que algo dentro de mí se partía en dos. Traté reiteradas ocasiones en acomodarme en el asiento, pero se me hacía imposible; el bebé no dejaba de moverse y me provocaba aún más dolor. Apreté tan fuerte la manilla del vehículo que las puntas de mis dedos estaban blancas. 

-Estarás bien, Emma- prometió cuando me ingresaron al hospital.

-Lilly, busca a Jack- me sentaron en una silla de ruedas-... Los bombardearon- muchos pensamientos se cruzaban por mi cabeza.

-Lo haré- fue lo último que me dijo.

Crucé unas puertas de vaivén y luego subimos en el ascensor unos cuantos pisos. La enfermera que me llevaba me guió hasta el final del pasillo rosa, dejándome en un cuarto del mismo y espantoso color. Me ayudó a recostarme en la cama hospitalaria y me conectó a diversas máquinas para monitorear mis contracciones y ritmo cardiaco.

-Estás iniciando trabajo de parto- informó-, iré por tu médico cabecilla, ¿de acuerdo?- asentí frenéticamente.

-Bien, ya vuelvo- salió disparada por la puerta.

-¡Ah!- otra contracción- Thomas, tranquilo- acaricié mi vientre, lo cual al parecer daba resultado, porque el dolor disminuía-, todo estará bien, pequeñito.

Comencé a recobrar fuerzas respirando una y otra vez de la manera más pausada posible. Si bien aún sentía un dolor punzante en mi entrepierna, ya no era con la misma magnitud que hace un rato atrás. Agradecía enormemente que mi hijo estuviera más tranquilo y me dejara respirar sin maldecir.

-Hola, Emma- entró la doctora Phillips, quien se encarga de mi embarazo desde que estoy viviendo en Utah-. Veamos cómo está ese pequeño.

Se puso guantes quirúrgicos, apoyó mis pies a los costados de la cama y comenzó a inspeccionarme. Luego se hacerlo, se quitó los guantes, los arrojó en el tacho de la basura y se acercó a mi lado.

-Creo que el pequeño Thomas ya está casi listo para salir- dijo divertida-, sólo esperaremos un rato más para que estés más dilatada. Sonia- la enfermera- vendrá cada quince o veinte minutos para revisar que todo vaya bien.

-¡¿Quince?!- repetí- No creo soportar tanto, Jenny.

-Lo harás, es normal que duela tanto- comentó como si nada.

-¿Puede entrar Lilly?

-Por supuesto, le diré que la esperas- abrió la puerta-. Si necesitas algo más, presiona el botón rojo- acto seguido, se fue.

Nuevas contracciones me atacaron, conté hasta que perdí la cuenta para poder distraerme y olvidar aunque sea por un instante el sufrimiento que me producía todo el proceso. Afortunadamente Lilly entró para cuando olvidé en qué número iba, creo que en el trescientos sesenta.

-¿Cómo te sientes, hija?- preguntó con dulzura.

-Bien...- noté que había llorado-. Lilly, ¿qué ocurre?

-No es nada- mintió.

-Lilly, no me mientas... Si lo haces por el bebé, esteré bien, he soportado mucho, ¿Okay?- una lágrima corrió por su mejilla y asintió.

-La embarcación luego de ser bombardeada fue abordada por japoneses y se llevaron a los sobrevivientes como rehenes- quedé sin aliento por un instante hasta que una punzada me hizo reaccionar.

-¿Se llevaron a... Jack?- un enorme nudo se formó en mi garganta.

-Eso creen, no lo encuentran en ningún lado. Lo siento, Emma- comencé a llorar, pero el recordar a Thomas me ayudó a sobrellevar el dolor.

-Ven- le pedí, se acercó y tomé su mano entre las mías-, él estará bien, puedo sentirlo- forcé una sonrisa.

-Eso espero, Emma, de verdad.

Unas horas después.
Estaba lista para dar a luz a mi bebé; esperaba en el pabellón de parto, con Lilly a mi lado, a que Jenny me indicara que comenzara a pujar. Veía cómo los doctores y enfermeras rondaban por la habitación preparando todo. Un grupo de obstetricias estaban listas para recibir al bebé y limpiarlo, pesarlo y medirlo.

-Ya, Emma, puja- ordenó la doctora. Obedecí y utilicé todas mis fuerzas para ayudar a mi hijo-. Muy bien, ya se está acercando- otra vez pujé soltando un alarido-. Lo estas haciendo excelente, Emma- me alentó, volví a pujar- ¡Puedo ver su cabeza!

-No puedo más- susurré agotada.

-Claro que puedes- reprochó Lilly-, puedes hacer todo lo que quieras. Ahora concentrate y puja, hazlo por tu bebé y por Jack.

Me concentré por última vez y pujé con tanta fuerza que sentí que todo dentro de mí se rompía con una intensidad descomunal. Solté un grito que casi desgarra mi garganta y cuando me callé lo pude oír. Escuché cómo su llanto llenaba las paredes de la habitación.

-¡Es el bebé más bello que he visto!- exclamó Jenny- Y no, no lo digo por cortesía- una risa nerviosa salió de mis labios.

Pude ver de reojo cómo cortaban el cordón umbilical y luego se lo entregaban a la obstetricia más cercana, quien lo envolvió en una toalla para limpiarlo y luego lo subió a una báscula. Terminó de medirlo, pesarlo y limpiarlo para luego acercarlo a mi lado y acomodarlo en mis brazos.

-Bienvenido, Thomas- lloriqueé.

A penas le hablé dejó de llorar. Tenía los ojos abiertos, si bien aún no se podía distinguir el color de sus ojos, sabía que eran idénticos a los de Jack. Su piel era tan blanca que mi inspiraba pureza y su nariz era recta, pero puntiaguda, igual a la mía.

-Es igual a ustedes- Lilly lo acarició-, parece una mezcla ideal.

-Eres perfecto, Thomas- besé su frente-. Sabes que papá y mamá te amamos mucho, ¿no?- acaricié su diminuta mano y él se aferró a mi dedo- ¿Quieres cargarlo?- le pregunté a Lilly.

-¿De verdad?- dudó.

-Claro, sin dudas quiere conocer a su abuelita.

Le entregué a mi bebé en sus brazos con sumo cuidado y ella lo estrechó entre los suyos. Unos minutos después se lo tuvieron que llevar para hacerle un análisis, se trataba de un bebé prematuro. Estaba muy preocupada por mi bebé, mi esposo y mi amigo, una parte de mí deseaba que todo el dolor terminara.

Una vez que terminaron conmigo, me llevaron de vuelta a mi cuarto anterior, donde esperaría para poder saber sobre mi bebé. La anestesia que me inyectaron para aminorar el dolor comenzó a surgir efecto, cada vez sentía más sueño y cansancio, hasta que me dormí.

-¿Y Thomas?- pregunté a Sonia cuando desperté al no verle.

-Tuvimos que dejarlo en incubadora, es muy pequeño aún y los doctores quieren asegurarse de que no habrán problemas en su interacción con el mundo exterior.

-¿Cómo está?- sentí miedo.

-Progresa rápidamente- un alivio recorrió mi cuerpo.

-¿Cuándo podré verle?- traté de acomodarme, pero dolió.

-En cuanto estés mejor- respondió.

-Lo estoy, de verdad.

-Emma, cuando estés realmente mejor- corrigió.

-En relación a cómo lo estaba hace unas horas, me siento excelente- forcé una sonrisa.

-Aún no estás del todo bien- insistió.

-Sonia, nunca estaré del todo bien- dije con tono serio-; mi esposo está desaparecido por la guerra, sufriendo quizás qué males y mi hijo en encubadora; en comparación con ellos, soy la mujer más sana del mundo.

-De acuerdo, la doctora Philips vendrá a verte y luego te llevaré- se acercó a la puerta.

-Gracias, Sonia- me dedicó una mirada queriendo decir "de nada" y se fue.

Al cabo de unos cinco minutos, cronometrados por el reloj que colgaba de la pared, Jenny llegó a mi habitación y repitió el mismo procedimiento que realizó antes de que diera a luz a Thomas.

-¡Miren quién despertó! Estuviste durmiendo 10 horas- me revisó-. Sanas rápido, Emma- comentó lavando sus manos en un lavadero que estaba en la esquina del cuarto.

-Eso quiere decir que ya puedo ir a ver a mi hijo, ¿verdad?- animé.

-Sí- suspiró resignada-, pero irás en silla de ruedas; Sonia te llevará- la enfermera asintió-. Nos vemos más tarde, hay una madre histérica por tener al bebé de una vez- puso los ojos en blanco y se retiró.

-Bien, andando- Lilly preparó la silla de ruedas que estaba continua a la pared- baja con cuidado- indicó ayudándome.

Primero apoyé un pie en el piso y con precaución repetí el procedimiento con el otro. Me afirmé de los costados de la silla y me dejé caer en ella, lo que provocó un dolor en mi útero. Subí los pies en donde se apoyan y le indiqué a Sonia que estaba lista para partir.

-Si te sientes mal, debes decírmelo- comenzamos a avanzar.

-Ya lo sé- dije con voz cantarina.

Salimos del cuarto y me guío por el largo pasillo hasta el ascensor; subimos un piso más y de vuelta al corredor. Cruzamos unas puertas de vaivén y luego otra de madera que nos condujo a una habitación donde habían varias incubadoras y algunas enfermeras cuidando de los bebés; busqué con la mirada, tratando de encontrar a mi bebé.

-Está al final- Sonia señaló hacia el fondo, empujó la silla hasta donde indicó.

Thomas estaba en el interior de la incubadora, vestido con un la camiseta manga larga blanca que le había comprado hace unas semanas y le quedaba grande, aparte de eso sólo llevaba un pañal. Se encontraba durmiendo tranquilamente, su respiración era un poco agitada, pero no era de qué preocuparse, considerando su tamaño.

-¿Puedo cargarlo?- pregunté sin apartar la vista de él.

-Claro, aguarda- se acercó a la incubadora y la abrió con sumo cuidado. Puso una de sus manos abajo de la pequeña cabeza y la otra bajo su cuerpo; lo acercó a ella y con una manta lo cubrió-Toma- me lo entregó con delicadeza y entonces despertó.

-Hola, Tommy- lo saludé.

-Los dejaré un momento a solas, debo ver a otro bebé- informó Sonia.

-Sí, no hay problema- sonrió y se marchó.

-¿Cómo está el bebé más bello?-¡Dios, sonaba como mamá!- Papi no puede estar aquí, pero siempre me dice cuánto te ama- recordé con nostalgia las últimas cartas de Jack-; está luchando para que todos estemos a salvo- rocé su cabello con mi mano-, pronto lo conocerás, Thomas- sabía que en el fondo lo decía para convencerme a mí misma de ello-. ¿Sabes? Tienes sus ojos y su cabello... Me pasé toda la vida imaginándote y eres mucho mejor a lo que jamás pude imaginar.

Un golpe en el cristal que cubría la mitad de la pared que daba hacia el pasillo me sobresaltó por un segundo, alcé la vista para ver de quién se trataba y vi a Lilly, quien me saludó moviendo su mano.

-¿Por qué no entras?- le pregunté esperando a que escuchara.

-Sólo está permitido el acceso a padres- respondió alzando un poco la voz para oírla.

-Lo lamento.

-No te preocupes- sonrió-. Por cierto, tu padres vienen en camino.

-¿Has sabido algo sobre Jack y Killian?- cambié de tema.

-Están esperando a que se contacten con el gobierno para hacer alguna negociación o algo así... En cuanto a Killian, Mary Margaret me dijo que sigue mal, pero que al menos no ha empeorado, aún oran por un milagro- Thomas comenzó a llorar.

-¿Qué ocurre, pequeño?- lo acurruqué en mis brazos.

-Quizás tiene hambre- entró Sonia-, debes amamantarlo- sentí un leve temor frente a la instrucción.

-Okay- accedí y realicé el procedimiento que había visto ciento de veces cuando tuve que ayudar en el hospital de Storybrook como castigo de mi padre.

-Lo haces muy bien- me felicitó la enfermera.

Thomas absorbía leche desde una de mis glándulas mamarias, al principio me produjo un dolor irritante, pero conforme pasaba el rato se hacía más llevadero. Sonia me entregó una manta más delgada que la que tenía mi hijo y con ella me cubrí.

Un ring ton invadió el silencio presente; nos miramos entre nosotras para saber de dónde venía; Sonia revisó un celular que sacó del bolsillo de su pantalón, pero no era, Lilly buscó en su cartera y efectivamente se trataba de su teléfono móvil. Se apartó del cristal y respondió la llamada.

-Hola- Entró la doctora Philips-, vengo a ver cómo sigue el pequeño Thomas.

-No ha tenido ninguna complicación- acotó Sonia.

-Excelente noticia, ahora déjame chequearlo- dejé de amamantarlo y con cuidado se lo entregué a Jenny. Lo recostó en una pequeña cuna que estaba en la habitación y comenzó a revisarlo minuciosamente- Al parecer todo va de maravilla- usó su endoscopio médico- Sí, su corazón y pulmones reaccionan correctamente.

-¿Entonces no va a seguir en incubadora?- cuestioné.

-No, ya puede estar en una cuna junto con otros bebés- al fin una buena noticia.

-Muchas gracias- agradecí sonriente.

-De nada, Emma- imitó mi gesto-. Sonia, ¿podrías llevarlos al cuarto de la señora Foster, por favor? Kim te ayudará con Thomas- otra enfermera se acercó, ella debía ser Kim.

-Claro, vamos- dijo Sonia.

La doctora Phillips le entregó mi hijo a Kim, quien lo recostó en una cuna que tenía el bolso que le habíamos preparado a Thomas hace unos días atrás con Lilly y Rose. Sonia empujó la silla de ruedas a la salida y lo mismo hizo Kim con la cuna. Recorrimos el mismo proceso que hace un rato atrás hasta que llegamos al cuarto, me ayudaron a recostarme en la cama y me entregaron a Thomas para tenerlo en brazos.

-Muchas gracias, chicas- agradecí.

-No hay de qué, señora Foster- habló Kim amablemente-. Si necesita algo, no dude en llamarnos... Ah, y puede ver televisión si así lo desea.

-Perfecto- sonreí y ambas enfermeras se retiraron de la habitación.

Tomé el control que estaba a mi lado y encendí el televisor, necesitaba distraerme y Thomas no quería dormir, así que busqué una película. Luego de hacer zapping vi que estaban dando "Ahora es Bueno", donde actúa Dakota Fanning, siempre he amado esa película.

De la nada la imagen se oscureció, pensé en cambiar el canal, pero no funcionó, derrepente un hombre asiático con uniforme militar apareció en la imagen, estaba en una oficina y a su espalda se podían ver las banderas japonesa y coreana en un pendón cada una. No entendí qué ocurría exactamente hasta que comenzó a hablar.

-Lamentamos interrumpir sus programaciones habituales- dijo con ironía-, pero queremos que toda América se entere de lo que ocurre- hizo una pausa dramática-. Ayer tomamos como rehenes a miembros de una de las embarcaciones norteamericanas- mi corazón dio un vuelco al escucharle-, entre los cuales destaca uno: Jack Foster- perdí el aliento por un segundo, reaccioné gracias a Thomas, quien estaba moviéndose-, hecho él está aquí con nosotros- la cámara giró y dejó ver a mi esposo arrodillado mientras alguien le apuntaba con un arma, inmediatamente mis ojos se llenaron de lágrimas.

>>Ahora les digo- continuó-, la vida del hijo del vicealmirante junto a toda su tripulación y la unificación de Corea o mueren todos ellos y la guerra continua expandiéndose- dijo divertido.

-Los Estados Unidos de América no negocian con asesinos. Mis compañeros y yo estamos dispuestos a morir por la paz-intervino Jack, como resultado le proporcionaron un golpe en la cara. Una punzada me atacó en el pecho al ver esa escena.

-Señor Jack, no creo que decir eso sea lo más apropiado ahora que su esposa acaba de dar a luz- los ojos de Jack se abrieron como platos, y los míos también-, porque si su gobierno se niega a cooperar, créame cuando digo que serán los primeros en morir.

>>Ya lo saben, desatarán una guerra aún peor que la que ya está instalada en nuestros continentes. De los Estados Unidos, aquella gran potencia mundial- se burló- depende la vida de tantos otros países que lo siguen- la transmisión finalizó.

Llevé a Thomas a mi pecho y lo acurruqué contra mí, no dejaría que nadie tocara a mi hijo, sin importar quienes fueran. La puerta se abrió de golpe, haciendo que me sobresaltara, Lilly entró a través de ella, agitada.

-¿Qué fue todo eso?- exigí saber-, ¿Qué te dijeron cuando te llamaron?

-Antes de transmitirlo por señal abierta, se lo enviaron al Pentágono hace unas horas, pero no saben qué hacer. Richard habló con el Presidente y envió a personas del Servicio Secreto para protegerlos. Están asegurando todo el edificio y hay tres agentes de extrema confianza que te seguirán a todos lados- Lilly abrió la puerta-. Pasen.

Tres hombres altos, de aproximadamente un metro noventa cada uno, entraron al cuarto. El primero tenía el cabello oscuro y una pequeña cicatriz en su mejilla derecha; el segundo no tenía cabello, pero sí era más corpulento que sus compañeros; y el tercero tenía un aspecto normal que de cierta forma inspiraba confianza. Todos vestían trajes negros con camisa blanca y lentes oscuros.

-Emma, él es el Agente Benson- Lilly señaló al primero quien enderezó aún más su postura-, el Agente Carter- el segundo imitó a su compañero-y por último el Agente Greene, quien es el cabecilla- a diferencia de sus compañeros, el tercer agente se quitó los lentes y se acercó a estrecharme la mano.

-Lamento conocerla en esta situación, Señora- dijo Green.

-Yo también, Agente.

-Bueno, lo primero que debe saber es que siempre estaremos con usted y su bebé, es nuestro deber protegerlos en todo momento, en todas las cosas y en todo lugar. Lo siguiente es sacarla de aquí y llevarla a su hogar. 

-¿Iremos a casa?- dudé.

-Sí, pero no tiene que temer, ya hay un operativo rodeando y asegurando el área.

-¿No creen que sería muy obvio?

-Usted tiene que seguir con su vida normal. Su doctora ha autorizado la salida del bebé e irá a su casa constantemente para cerciorares de que están bien.

-Disculpe, Agente Greene, pero mi vida dejó de ser normal hace mucho, incluso antes de la Guerra... Aún así confiaré en usted y su equipo si con eso mantengo a salvo a mi bebé.

-Gracias, Señora Foster.

-Lilly- la llamé-, ¿podrías ayudarme?- señalé a mi hijo.

-Claro- camino hasta mi lado y tomó a Thomas entre sus brazos. A pesar del dolor, me levanté de la cama-, ¿a dónde vas? Primero tiene que venir la doctora para poder ir a casa- alegó.

-Estaré bien, dijeron que estoy sanando rápido- tomé el bolso con mi ropa y entré al baño.

Me cambié de ropa lentamente para no sufrir ningún tipo de dolor y por lo mismo opté por un vestido que compré durante el embarazo, ahora me quedaba como un saco. Peine mi cabello sutilmente y salí del baño. Lilly y los agentes seguían en sus posiciones. Mi suegra me entregó nuevamente a mi hijo en brazos y lo recosté en su cuna para abrigarlo.

-¿Hace frío afuera?- dudé mientras buscaba qué ponerle en su bolso.

-¿Qué?- dudó Benson.

-Es para abrigarlo- respondí obvia.

-El clima está templado- intervino Carter.

Le puse un traje entero a Thomas y lo envolví en su manta celeste. Lo cargué entre mis brazos, Lilly tomó el bolso con la ropa del pequeño y el agente Greene me acercó la silla de ruedas, donde me senté y salimos del cuarto.

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¡Hola! ¿Cómo están? ¿les gustó éste capítulo? ¿Qué piensan?
Quiero agradecerles a todos quienes sigan la historia, especial a quienes comentan, ya sea para elogiar o criticar (de manera constructiva).
Besos,
-K.

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