El día llegó, estaba llena de nervios en la casa de mi novio, mi próximo nuevo hogar. Como las clases en la universidad se cancelaron, me mudé con Lilly, Rose y Jack, debido a que pronto seriamos sólo nosotras tres quienes habitaran la enorme infraestructura.
-Te ves realmente hermosa, Emma- dijo Dana al terminar de maquillarme.
-Hija, no pensé que llegaría este día tan pronto- lloriqueó mamá.
-Sí, Emm, eres la novia más linda- dijo Abie quien ya había terminado de peinarme.
Abie llegó a New Haven hace dos días, todo gracias a la alianza entre nuestro país y Francia. Se alojó en el mismo cuarto que yo y anoche hizo mi "despedida de soltera", la cual consistió básicamente en ver películas en Netflix, comer y comer, ver vídeos y hablar mucho. Dana casi nos asesina al ver nuestras ojeras.
-Ya está todo listo- anunció Lilly entrando al cuarto. Mis nervios aumentaron el doble.
-Entonces llegó el momento del...- alargó Dana- ¡Vestido de novia!
-¡Sí!- aplaudieron las presentes.
Dana sacó el vestido del armario y me lo entregó. Me ayudaron a ponérmelo sin arruinar el peinado, que se basaba en mi pelo recogido con ondas a mis lados. El vestido era blanco y con encaje, ajustado hasta la cintura, donde había una cinta color verde, y luego caía en una cola no tan larga.
-¿Estás lista, Emmy?- preguntó papá al juntarme con él al final de las escaleras.
-Supongo que hoy más que nunca me llamarás así.
-Ya me conoces- sonrió- ¿vamos?
-Sí- accedí-. Y, papá...
-¿Qué?
-Te quiero.
-Y yo a ti, pequeña.
Me aferré a su brazo derecho y comenzamos a caminar en dirección al jardín, donde nos esperaban todos los invitados, quienes eran principalmente familiares y unos cuantos amigos. Se podía escuchar la melodía del piano que tocaba un amigo de la familia Foster a un costado del altar con un arco de flores.
Debía admitir que Lilly, mi madre y Dana realmente lograron sobresalir con la decoración del lugar. Habíamos tomado la decisión de hacer algo sencillo y que estuviera basado en el anillo de compromiso y por ende, el verde fue el color de la noche.
A lo lejos, pude distinguir a mi reluciente prometido, con su traje color gris y su corbata de un tono más claro que el celeste. Estaba de pie junto al altar, a su lado se encontraba el Señor Henderson, quien oficiaría la ceremonia. Llegué a su lado y mi padre le entregó mi mano.
-Hazla feliz, Jack- le pidió.
-Claro, David- aceptó.
Papá besó mi frente y se apartó de nuestro lado para posicionarse a un costado de mi madre y Neal. Jack me sonrió y nos volteamos hacia el Señor Henderson. Repetimos lo que él nos decía, pero le pedimos que cambiarla la típica y condenadora frase de "hasta que la muerte nos separe" por otra que nos pareció mucho mejor.
-"...Por ésta vida y la eternidad"- cité.
-Por ésta vida y la eternidad- repitió y una sonrisa apareció en su rostro, dejando ver su perfecta dentadura.
-Los declaro marido y mujer- anunció el juez-. Damas y caballeros, el Señor y la Señora Foster- las personas aplaudieron-. Jack, puedes besar a la novia.
-No sabe cuánto esperé a que lo dijera- se acercó a mí lentamente, con una de sus manos me afirmó de la cintura y me atrajo hacia él; la otra la puso en mi rostro.
-Te amo- declaró sin apartase por completo.
-Te amo- repetí sonriente.
Nos partamos un poco para observar a la multitud que ahora se encontraba de pie aplaudiendo. Sentía cómo el rubor subía por mis mejillas y un sentimiento de felicidad se expandía por todo mi ser por compartir el día más importante de mi vida con quienes amo.
-Felicidades, chicos- Neal nos dio un corto abrazo.
-Gracias, hermanito.
-¡Emma!- alguien gritó.
Me giré bruscamente en busca de la persona que me llamaba. Comencé a buscar entre los invitados hasta que vi a una persona que sobresalía haciendo señales con la mano. Me moví entre los presentes para llegar hasta ella.
-¡Regina!- grité y la abracé-¿cómo pudiste llegar?
-El padre de un amigo de la universidad tuvo que venir a Connecticut para ir a Quántico y me trajo- relató.
-Me alegra mucho, Regina- me aparté del abrazo.
-No me iba a perder la improvisada boda de mi mejor amiga- reí-. Tu debes ser Jack, ¿no?- él estaba a mi lado, en ningún momento nos soltamos las manos.
-Sí, mucho gusto- la saludó.
-He escuchado mucho de ti.
-Espero que nada malo- bromeó.
-No, por ahora no.
-¿Cómo llegaste hasta acá?- dudé.
-Killian me fue a buscar al aeropuerto-. No sabía que él sería el padrino- Regina me dedicó una mirada acusadora.
-Sí, es un gran amigo- habló Jack.
-Bueno, no les quito más tiempo, luego hablamos- se despidió.
-Señora Foster, ¿me permite esta pieza de baile?- era el momento del vals.
-Claro que sí.
Caminamos hasta la pista de baile, donde todos nuestros invitados nos observaban bailar en el centro, luego bailé con mi padre y el padre de Jack, mientras que él lo hacía con mi madre y la suya. Al final, volví a terminar entre sus brazos.
-¿Puedo bailar con la novia?- preguntó Killian.
-Sí, claro- aceptó mi esposo-. Iré con Dana- besó mi frente.
Jack se hizo a un lado y Killian me ofreció su mano. Puso una de sus manos en mi cintura y con la otra sostuvo la mía, para así comenzar a bailar al ritmo de la música.
-¿Esto te recuerda a algo?- preguntó luego de un rato.
-Los bailes de fin de año, ¿verdad?- sonreí.
-Sí, de no ser por ellos aún tendrías dos pies izquierdos.
-Supongo que tienes razón- reímos-. Killian, yo...
-No digas nada, no quiero que arruines el maquillaje- bromeó. Estaba muy sentimental.
-Creo que es a prueba de agua- comenté-. Escucha, Jones, necesito que sepas que te quiero, eres una persona muy importante en mi vida y si algo te llega a pasar allá...
-Entiendo, Nolan, me cuidaré- guiñó un ojo.
Desvié mi vista en busca de Jack y vi cómo sonreía, estaba disfrutando de los últimos instantes con sus seres queridos. Parte de mí se rompió un poco al pensar que era cuestión de un par de días para que se fuera.
-Si puedo, también cuidaré de él- habló Killian.
-Gracias- lo abracé-, gracias por ser tan comprensivo a pesar de todo.
-Ve con tu esposo, deben seguir disfrutando- lo abracé por última vez y me fui.
Caminé hasta donde Jack y Dana, aunque me tardé un poco en llegar, porque las personas aún me abrazaban y felicitaban por la unión.
-Disculpen, pero necesito a mi compañero de baile- sonreí.
-Por supuesto, Emm- dijo Dana.
Jack tomó mi mano y nos apartamos un poco de las personas, fuimos hasta donde estaban los amigos de Jack que trabajaron en mi caso cuando me secuestraron.
-¡Hola!- saludaron al vernos.
-Felicidades, chicos- Matthew nos abrazó.
-Sí, felicitaciones- concordó Cook.
-Nos alegra que hayan podido venir- comenté.
-Sabía que este día llegaría- dijo Jane.
El resto de la celebración ocurrió de la misma manera: felicitaciones iban y venían cada vez que nos encontrábamos con alguien diferente. Siempre pensé que el número de invitados era modesto y oportuno, teniendo en cuenta el contexto histórico que pasamos, pero ahora creía algo diferente, era como si las personas nunca se acabaran.
En cuanto a la luna de miel, acordamos que no se realizaría un viaje, por dos razones principales, la primera era que muchos puntos turísticos estaban siendo amenazados y la segunda era porque Jack no podía salir de la ciudad, ya que estaba en entrenamiento.
-No tengo ninguna duda de que serán felices- habló Richard. Era el momento de los discursos-, Emma y Jack han sobrellevado más cosas de las que somos capaces de imaginar y he visto lo que el amor que se tienen puede hacer. Los quiero, chicos- finalizó.
Después de Richard habló Lilly y mis padres, también Dana, quien contó nuestra historia desde el principio, con lujo y detalles. Como uno de los mejores amigos de Jack, Matthew también se dirigió a todos con un emotivo discurso. Finalmente fue el turno de Jack.
-Estoy muy agradecido por cada instante que he pasado con Emma- comenzó-, por las interminables experiencias que hemos tenido y por las personas que se nos han unido en el camino- miró a los agentes y ellos levantaron las copas-. Nunca pensé que mi matrimonio sería de ésta forma, durante un periodo de contención entre los países, pero sí sabía que sería con alguien a quien amara y también me amara. Por favor levanten sus copas- pidió-, quiero hacer un brindis por mi ayuda idónea, mi amada esposa; Swan- me miró desde el escenario-, por ésta vida y la venidera.
Jack se bajó del escenario mientras todos aplaudíamos, sabía que esa era la señal que indicaba que era mi turno de subir y dirigirme a todos, pero estaba muy nerviosa como para hacerlo sola, así que Jack me fue a buscar a la mesa en donde estaba con nuestros padres y me acompañó hasta el escenario.
-Quisiera unirme a los agradecimientos de mi esposo, en verdad nos alegra mucho que estén aquí- hacía chocar mis dedos con la copa para controlar los nervios-. Bueno, cuando conocí a Jack en el avión que me trajo a New Haven hace ya más de cinco meses atrás, lo primero que pensé fue "Oh, ¡qué guapo!"- el público rió-, pero al principio de la primera cita lo consideré un completo idiota- otra vez se escucharon risas-, pero cuando me dispuse a irme, un hombre trató de llevarme a la fuerza y entonces apareció Jack- le sonreí-, esa fue la primera vez que me salvaste, la primera de muchas más que vendrían en el futuro, muchas de las cuales quizás no te diste cuenta, pero así ha sido desde aquél entonces. Gracias por convertirme en tu compañera eterna, por ésta vida y la venidera- repetí-, te amo.
-Te amo- volvió a decir y nos besamos.
Las personas volvieron a aplaudir y nos bajamos del escenario. Cortamos el pastel de bodas y con el paso de las horas, los invitados comenzaron a retirarse de la celebración, comentando lo hermoso que había sido todo y que estaban felices por nosotros. Dana fue de las primeras en irse, porque tenía que abordar el avión a Dinamarca.
-Ten mucho cuidado- la abracé-. Escríbeme cuando llegues, ¿okay?
-Sí, Emm... Te extrañaré mucho.
-Y yo a ti, nadie me despertará con tanto amor como tu lo haces- bromeé.
-Sí, lo sé- se apartó de mí y abrazó a Jack-. Cuídate, porque ahora también debes velar por ella.
-Lo haré, Dana- dijo él.
-De acuerdo, Emma, te dejo en buenas manos. Adiós- tenía lágrimas en sus ojos.
-Adiós, Dana- hablamos al unísono.
Dana se subió al automóvil del aeropuerto que la fue a recoger a la casa de los Foster. Mi esposo me abrazó para consolarme y me guió hasta el resto de los invitados. A causa del toque de queda, a las diez de la noche ya no quedaban más personas en la casa que la familia de Jack. La empresa encargada de llevar a cabo la decoración y la comida de la boda retiró todo del jardín mucho más rápido de lo imaginado.
-Iré a cambiarme de ropa- le informé a Jack.
-Te espero donde siempre- me besó.
Subí a mi nuevo cuarto con Abie, quien me ayudó con el vestido de novia, para que no le ocurriera nada. Me puse ropa holgada y zapatillas cómodas, los zapatos altos me había dejado muy cansada.
-Iré a descansar, Emma- me dijo mi amiga.
-Claro, no te preocupes- asintió y dio media vuelta para irse-. Abie- la llamé.
-¿Qué?- se volteó.
-Muchas gracias- me acerqué a estrecharla entre mis brazos.
-De nada, Emm- respondió.
Nos apartamos y se retiró. Tomé un sorbo de aire y salí del cuarto para juntarme con Jack en nuestro lugar favorito: donde él me pidió ser su novia. Al llegar el estaba mirando las estrellas que brillaban como nunca, acompañadas por una media luna.
-Es hermoso- le comenté al sentarme a su lado.
-Sí, la segunda cosa más bella que he visto hoy- seguía mirando los astros.
-¿Y la primera?- lo miré.
-Tú vestida de novia- me observó.
-Aún no puedo creerlo- confesé acariciando su anillo de bodas.
-Bueno, yo me encargaré de eso- se levantó de golpe.
-¿Cómo?- guiñó un ojo y en un acto veloz me cargó entre sus brazos-. Tú y tu fascinación por el tradicionalismo.
-Sólo contigo- comenzó a caminar sin soltarme.
Todas las personas ya estaban en sus cuartos y las luces estaban apagadas, con excepción de las del pasillo y de la escalera, las cuales Jack iba apagando conforme avanzábamos. Llegamos a su cuarto y me bajó con cuidado.
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Besos,
-K.