Dependerá de las circunstancias para que te merezcas una segunda oportunidad.
Segundas oportunidades... Jamás recibí una de esas. Siempre he hecho las cosas mal, pero nunca he tenido la oportunidad de remendarlas.
Quisiera volver al pasado y no haber sido tan ciego, haber impedido la muerte de mi madre, porque técnicamente también soy culpable de su muerte, pues fui yo la que nunca la defendió. Ahora entiendo a Jaden, si solo yo hubiese tenido las mismas agallas que él, todo hubiese sido distinto.
Lo juzgué mal al principio, y ahora me arrepiento.
Jaden me ha vuelto a traer al colegio, y nuevamente no tengo ganas de entrar, pero ayer ya me fugue, hoy no puedo volver a hacerlo.
-Sabes que si pudiera entrar contigo lo haría -trata de animarme Jaden.
Asiento e intento sonreír en vano.
-Te acompaño hasta el salón de clases?
Me encantaría! Y estoy a punto de decirle que sí, hasta que mi consciencia reacciona.
“Él no puede ver a Will"
Estoy segura de que matarán si se llegan a cruzar.
-No, gracias -lo miro a los ojos y seguidamente me lanzo a sus brazos.
-Te quiero pequeña -me susurra.
Hago una mueca de desagrado ante tanta cursilería.
Aunque siendo sincera, Jaden es la única persona que me ablanda el corazón.
-Te quiero engreído -respondo.
Él se aparta y sonríe.
Me doy media vuelta y doy unos pasos hacia la entrada.
-Caprichosa -oigo que susurra.
-Te escuché! -exclamo sin voltear a mirarlo, solo escucho su suave risa y seguidamente el motor de su motocicleta.
Nuevamente el colegio está infestado de alumnos que me agobian con solo respirar.
Agacho la mirada y camino de prisa hacia mi salón, pero antes de llegar choco con alguien.
Alzo la mirada instintivamente y veo a Will. Él me sonríe de forma siniestra y todo mi cuerpo se vuelve víctima de un escalofrío.
A su lado está la persona más odiosa del mundo y debo admitir que realmente no me sorprende.
Aura me sonríe descaradamente, como si estuviera sacándome en cara que ella consiguió lo que yo no pude.
Trato de rodearlos pero Will me sostiene del brazo con una mano, mientras que con la otra rodea a si acompañante de la cintura.
-Porqué tan de prisa? -pregunta tranquilamente.
-No es tu problema -respondo fría.
“Saca esas agallas que te has rehusado a usar todo este tiempo"
-Dejame en paz Will.
Forcejeo con su brazo pero él me sostiene con más fuerza y saca su otra mano de la cintura de Aura para agarrarme el rostro.
-Nunca en tu vida vuelvas a hablarme así -sus ojos se intensifican -Me oíste?
Lo miro petrificada, está muy enojado, por lo tanto me limito a asentir y puedo ver de reojo a Aura sonreír.
Maldita zorra.
Will voltea hacia ella y se hace señas para que se marche. Ella me mira sin saber donde ocultar su rostro. En otra ocasión ya me estaría riendo a carcajadas.
Pero antes de obedecer se acerca a Will y le mete la lengua hasta la garganta y me veo impactada como pone una mano sobre su miembro.
Creo que voy a vomitar.
Luego se aleja tranquilamente como si nada hubiese pasado.
-En donde estaba? -me pregunta Will -Ah, sí. Tengo una sorpresa para ti. -sonríe.
-No, gracias. No me gustan las sorpresas -entre cierro los ojos -Mucho menos las tuyas.
Él sonríe como si le hubiese hecho un cumplido.
Se los juro, no pude evitarlo, ni siquiera fui consciente de lo que hice hasta que vi a Will frotarse la cara con dolor.
Acabo de abofetearlo.
-Eres una zorra! -exclama acercándose a mí y yo retrocedo con miedo.
-Ocurre algo? -pregunta alguien atrás de mí. Me volteo y mi corazón vuelve a reaccionar de manera normal cuando distingo al director.
-No, nada -responde Will de inmediato.
-Señorita Smith? -me pregunta.
-Si, eh, Will solo estaba pidiéndome una tarea. Ya le he dicho que no. Verdad Will? Verdad que ya no vas a insistir? -lo fulmino con la mirada.
Ambos sabemos que esto no se trata de una tarea.
-Sí -respondo mientras sus mejillas se ponen rojas por la rabia -Tienes razón, pero no entiendo la tarea, sería bueno si tú fueras a mi casa y me ayudaras con ella.
Qué acaba de decir?!
-Me alegro de que ambos se preocupe de las tareas. Ambos son muy buenos estudiantes -espeta el director Walter -Yos, responde al señor Will.
Santo cielo! Qué hago?
-Yo... -no debo tartamudear -No puedo, pues tú estás un año más adelantado que yo. Y siendo sincera no entiendo tus tareas. -volteo a mirar al director -Nos vemos señor director. -me despido y entro a la sala de clases sin mirar atrás.
Este día está yendo de mal en peor.
-Miren a quien tenemos aquí -anuncia Micaela.
-No estoy para tus estupideces Micaela.
Sigo caminando pero ella me hace voltear sujetándome del codo.
-A dónde vas? Esto apenas comienza.
-Mira, maldita ignorante. Espero que te sobre por lo menos una neurona en esa diminuta cabeza y puedas hacer lo que te conviene. Aléjate, porque no me hago responsable de mis actos. Muñeca.
Todo el salón corea un impecable “Uh".
La ignoro y me siento en la última silla de atrás.
Las clases son justo como nas reforzaba. Aburridas. Excepto literatura, mi materia favorita.
En todas las materias me han pedido trabajos y me han dado temas para estudiar para el dichoso examen.
El peor fue la materia de Historia, me han dado un país, Paraguay, el cual debo investigar a fondo, memorizarme cada ciudad, su independencia que según tengo entendido fue el 14 de mayo de 1811, también debo saber sobre los aborígenes que se encontraban en el pasado y en la actualidad.
Moriré haciendo tarea.
Está por terminar el año escolar y debo apresurarme si no quiero reprobar el año.
Rápidamente salgo del salón y me dirijo a la salida.
Jaden aún no está.
Qué pudo haber hecho que se retrase?
Un auto negro aparca frente al colegio, es bastante hermoso. Lástima que nunca me interesaron las marcas de los autos.
Alguien me toca el hombro y me yo me volteo.
Espero que sea Mai.
-Aura? -pregunto incrédula.
-Hola,muñeca.
Qué?!
-Qué quieres? -pregunto fría, cruzándome de brazos.
-Solo quiero hablar contigo. -levanto las cejas burlándome -Sé que he sido muy mala contigo, por eso quisiera disculparme.
Abro los ojos como platos.
-Tú, disculparte? -pregunto impactada -Quién eres?
Ella sonríe un poco y empieza a caminar hacia enfrente. No me queda más opción que caminar con ella.
-Todo este tiempo he sido una tonta. Y de verdad lo siento -espeta cuando llegamos frente al auto negro.
Dicen que todos se merecen una segunda oportunidad y pata ser sinceros ella realmente no me ha ocasionado ningún daño severo.
-Pero, exactamente porqué te disculpas?
No sé si es mucho pedir, pero quiero escucharla reconocer sus errores.
Ella sonríe abiertamente y una alarma de alerta se enciende en mi subconsciente.
-Por esto -espeta y justo en ese momento la puerta del auto se abre y ella me empuja dentro. La puerta se cierra e inmediatamente alguien me pone un paño mojado por la boca y la nariz, y luego una bolsa por la cabeza mientras otra persona sujeta mis muñecas inmovilizándome por completo.
-No te muevas, esto es un secuestro.