Sábado, 06 de junio de 2015.
SKY'S POV
—¿Estás lista para emborracharnos hasta perder el conocimiento? —el grito de Jerry se escucha desde las escaleras—. ¿En dónde estás imbécil?
—¿En dónde más pequeño pedazo de mierda enana? —respondo desde mi lugar frente al espejo.
El gnomo atraviesa el umbral de mi puerta con su pantalón desgastado, camisa amarilla pastel de botones y los Air Force negros, toda su enanes se ve en todo su esplendor y el cabello acomodado con raya a un lado. No sé qué demonios voy a hacer sin Jerry en Chicago, voy a tener que hacer amigos pronto o me voy a volver malditamete loca. Me doy la vuelta en mi asiento para poder observarlo y sonrío.
—¿Vas a cortejar perritas, perrita? —pregunto señalándolo de arriba abajo con la cola de la brocha que sostengo en mi mano.
—Yo nunca haría eso —exclama ofendido, poniendo una mano sobre su pecho—. Tú eres la única perrita de mi vida.
—Vete a la mierda.
—Vete tú.
—Gnomo imbécil.
—Perra estúpida.
—Pedazo de escroto.
—Coge irlandeses.
Abro la boca sorprendida.
—Te pasaste.
—Lo sé. Lo siento.
Nos echamos a reír y Jerry se deja caer sobre mi cama, acomodando su cabeza sobre mis almohadas. Llevamos años yendo al Jimmy's los fines de semana y tener que cambiar eso cuando me vaya se va a sentir extraño. Él se irá a Nueva York, yo a Chicago y aunque sé que vamos a intentar estar en contacto no puedo evitar pensar que tal vez nuestra amistad acabé, aunque a veces no soporte a Jerry, podría soportar menos la idea de estar sin él. Gerald Miller si es indispensable para mí.
—¿Cómo me veo? —señalo mi atuendo que consta en vaqueros negros, camiseta gris y los vans skate.
Se incorpora apoyando su peso sobre los codos y me observa de arriba abajo. Está analizando cada prenda que llevo puesta, mirando con los ojos entrecerrados y juzgándome. Sé que el hijo de perra me está juzgando. Se queda así unos segundos hasta que termina dándome un pulgar arriba.
—Oye, debo decirte —murmura rascando y mirando su cutícula. Eso no debe significar nada bueno—. Los irlandeses vienen.
Bien. ¿Eso es todo? Que me dispare con algo mejor que eso. No podría importarme menos que los Spector se nos unan esta noche, sé que Ryder y yo podemos ser decentes junto a nuestros amigos y que nuestra fase de pelea ha terminado hace tiempo, digamos que la manera en la que hicimos las pases fue algo extraña pero funcionó. Y también me gustó. Pero eso no significa que algo vaya a cambiar, solamente que podemos comportarnos.
Me encojo de hombros. Meto mi celular y unos cuantos billetes al bolsillo trasero del pantalón y señaló la puerta para salir de aquí.
—Vamos a emborracharnos hasta perder el conocimiento amigo.
Jerry salta de la cama y se pone en camino a la salida haciendo un baile ridículo a cada paso que da. Se muere por emborracharse.
* * *
El Jimmy's. En donde toda la calaña de la juventud de Newport se junta para una buena noche de diversión, música en vivo, shots de tequila y putas en shorts y tacones. Era mi lugar favorito para pasar con Jerry que siempre intentaba ligarse a alguna de ellas o a adolescentes de preparatoria que vienen por primera vez al bar pensando que están a punto de vivir una experiencia Proyecto X, sin embargo lo que van a presenciar es a Jerry desmayándose en la barra mientras Orson incita a los demás a poner las cascaras de cacahuate sobre la cabeza de mi amigo, a mí invitándole tragos a todo el mundo del dinero de Jerry del cual pierde el conocimiento, a Rainbow y a Rover bailando a cualquier son que les toquen, todos somos unos personajes aquí y todo el staff del Jimmy's nos conoce, más a Jerry y a mí porque llevamos años viniendo a este lugar, todos saben que cuando Jerry se desmaya las rondas gratis de shots comienzan a llegarles, por eso siempre le invitan cervezas, tequila, whisky, y más cosas, porque saben que al final todo ese dinero será recompensado.
En cuanto cruzamos la puerta de madera y cristal los primeros en saltar hacia nosotros son los dos irlandeses con los que ya todos estamos familiarizados. Rover y Rainbow saltan frente a nosotros ambos vestidos con sus vaqueros y las camisetas negras. Parecen casi gemelos, incluso cuando los que están más cerca del nacimiento son Ryder y Rover, Rainbow es quien siempre está pegado a Rov. Ambos con ojos azul verdoso y cabello rubio castaño no son la gran coincidencia con su hermano mayor que tiene lunares en toda la piel pálida, ojos verde olivo y cabello castaño oscuro; sin embargo, todos guapísimos.
—¡Hasta que llegan! No hemos comenzado por esperarlos a ustedes. —grita Rover por encima de la música que sale de los altavoces. Hoy no tenemos banda en vivo.
—El estúpido auto de Jerry no arrancaba. —me quejo con los brazos cruzados
—Pudimos a ver venido en tu auto pero decidiste prestárselo a Joseph y a Michael.
Los hermanos fruncen el ceño.
—JoJoe y Mackey. —explico.
—Vamos a beber. —alarga Rainbow señalando hacia la barra como Cristobal Colón señaló América cuando vio "Tierra a la Vista", supongo.
Este fin de semana el lugar parece estar más tranquilo que otras veces, solamente hay un grupo de chicos que imagino son de la preparatoria ya que nunca los había visto por Salve, otros cuantos hombres mayores viendo la repetición de algún partido de fútbol y bebiendo cerveza, y entonces veo el grupo de Emma —he decidido no llamarlas Plásticas—, riendo con sus normes dientes blancos y perfectos, Camilla evita mi mirada jugando con la pajilla de su bebida. Y me encuentro algo que me sorprende, bueno no me sorprende tanto ya que los vi aliarse aquel día en el Arrow. Ryder está de pie junto al taburete alto de Emma, ambos con una sonrisa de oreja a oreja, riendo sobre cualquier estupidez que estén hablando. No son celos, claro que no, es solamente sorpresa.
—Miren a quien tenemos aquí —exclama Orson riendo, señalándome con ambas manos—. La única e inigualable.
Rainbow toma mi mano y me hace dar una vuelta.
—¡Hola Ors! Prepara tus mejores pócimas para emborrachar a Jerry pronto. —le digo cuidando que el gnomo no nos escuche.
Él me guiña un ojo y se pone manos a la obra para preparar algún menjurje secreto.
—¡Luuuucky! —grita alguien detrás de mí. Volteo rápidamente para darme cuenta que a Jason Thorpe ya le hizo daño estar con JoJoe y Mackey.
—Tú pedazo de torpe. —digo jugando con su apellido—. ¿En dónde te metes?
—Boston. Fui a visitar a mi madre. —murmura y sus brillantes ojos azules se vuelven oscuros y algo melancólicos—. No hablemos de eso.
—Hablemos de lo borrachos que nos vamos a poner.
Ambos nos reímos. Jerry ya está con los irlandeses riendo con los chicos de la preparatoria.
Estoy lista para emborracharme, para vomitar encima de alguien, tal vez hoy sea el turno de Ryder. Ver este lugar, darme cuenta de que pronto no voy a ser capaz de regresar cada viernes a pedirle a Orson mis revoltijos de alcohol pero no lo suficiente como para terminar antes de Jerry y así tener la oportunidad de hacerle cosas. Voy a extrañar ir al Arrow por las tardes ya sea para navegar o simplemente para ir a pasar el rato ahí comiendo burritos, caminando por Cliff Walk por las tardes cuando estábamos aburridos pero no queríamos beber, simplemente existir y vivir el momento. Tal vez suene cliché pero Newport es un lugar en el que los turistas se la pasan bien pero los que vivimos aquí no vemos este lugar simplemente como un paisaje bonito, sabemos que tiene sus encantos y sus cosas malas pero lo valoramos. Voy a recordar todas las cosas que viví aquí, las cosas buenas, las mañanas de Cliff Walk, las tardes de Arrow y las noches de Jimmy's, voy a recordar la vez que conocí a Jerry en la preparatoria cuando dijo sobre lo mucho que quería estudiar humanidades y citó a Shakespeare, voy a recordar a Bryan, aunque no quiera, las cosas que pasaron con él no se me van a olvidar nunca, voy a recordar cuando los Spector llegaron a Newport, como Rover y Rainbow coquetearon conmigo y Ryder estaba tan molesto por haberse ido de Belfast, ahora entiendo todo, ahora entiendo porque Damon le dijo que todo lo estaban haciendo por él, estaban alejando a Ryder del espíritu de su madre, intentaban sacarle de la cabeza la culpa que sentía desde que murió, e incluso aquí las cosas se pusieron feas. Voy a recordar cuando Mark se fue, voy a recordar cuando lo vi por última vez. Supongo que lo que estoy haciendo yo es lo mismo que hicieron los Spector, estoy huyendo del fantasma de la relación que tuve con Ryder, estoy huyendo del fantasma de Mark yéndose de casa. Voy a ser cobarde por primera maldita vez en mi vida y voy a huir.
—Ahora regreso. —dice Jay dándome unos toques en el brazo y tomando su botella de cerveza.
Me he quedado sola aquí, de pie apoyada sobre la barra observando como Orson y los demás bartenders preparan las pocas bebidas que les piden. Agito la mano para despedirme de Thorpe que ya ha desaparecido en quien sabe donde.
—Hey tú. —murmura alguien cerca de mi oído.
Me echo hacia un lado para observar quien es quien ha osado a interrumpir mi concentración. Y es Ryder, con la misma sonrisa de hace unos momentos ahora dirigida a mí, apoyado sobre la barra con un codo y una sonrisa socarrona.
—Hey tú. —respondo con un asentimiento.
—¿Qué haces sola?
—Estoy pensando a quien vomitar el día de hoy.
Se echa a reír y asiente. Orson se acerca finalmente a mí con una sonrisa y la toalla sobre su hombro.
—¿Qué te doy, Sky?
—Vodka con jugo de arándano. Ando en un humor débil. Y a mi amigo el irlandés dale una coca-cola. —digo y le guiño un ojo.
—A la orden capitán.
Sonrío. Me volteo a ver a Ryder que aún tiene su sonrisa plasmada en el rostro lleno de lunares, algunos de ellos escondidos debajo de la barba de dos días y sus dientes blancos de conejo que vive en un agujero. Aun no estoy borracha y ya quiero besarlo, saber que se siente besarlo con la barba, tocar sus mejillas y que me raspen las yemas de los dedos... Basta Skyler.
—¿Qué tal si yo no quería coca-cola? —arquea una ceja y ladea la sonrisa, la arruga formada alrededor de su boca.
Enarco una ceja mordaz y ladeo la cabeza.
—Te conozco. No bebes irlandés.
Se ríe. Enrolla las mangas de su chaqueta negra y se sube al taburete con agilidad, yo aún sigo parada ahora con el cuerpo de lado, observando cada lunar de su rostro.
—Oh, vamos, no me conoces taaan bien.
Abro la boca ofendida. ¿Qué no lo conozco? Que grosería.
—¡Por supuesto que sí!
—¿Ah sí? —arquea una ceja. Yo asiento—. Ni siquiera sabes... No lo sé... Ni siquiera sabes cual es mi helado favorito.
—¡Claro que sí! Tu helado favorito es el de coco. —me cruzo de brazos con una mirada suficiencia como si acabara de responder bien a la pregunta más difícil del mundo.
Lo veo esbozar una sonrisa de diversión mezclada con ternura. Se inclina un poco hacia mí.
—¿Cómo sabes que es ese?
—Porque siempre que comprábamos helado en Salve pedías de coco. —exclamo con obviedad.
Su sonrisa se desvanece poco a poco dejándolo pensativo por unos segundos hasta que Orson llega con nosotros y deja mi vaso de vodka y la soda sobre la barra. Ryder saca un billete del bolsillo de su chaqueta y se lo da.
—Siempre pedía helado de coco porque sabía que era tu favorito. —curva sus labios hacia arriba en una sonrisa tímida que no le llega a los ojos.
Se baja del taburete con su coca-cola en manos, la levanta hacia Orson con una sonrisa y comienza a caminar hacia donde están sus hermanos.
—Gracias. —le dice. Baja hasta mi oreja, puedo sentir su cálido aliento mentolado chocar contra mi cabello y me pone los pelos de punta—. No me gusta el helado. —musita y me da un beso debajo de la oreja.
Qué estupidez. A todo el mundo le gusta el helado.
Le agradezco la bebida a mi amigo el bartender y me subo al taburete en donde estaba sentado el irlandés hace unos minutos. Ryder se ha unido Rover y Rainbow en la esquina opuesta del bar mientras Jerry y Thorpe hablan animadamente con unas chicas rubias y muy lindas. Buena suerte mis amigos, las turistas son inalcanzables para ustedes.
Guns N' Roses suena a todo volumen por los altavoces con Sweet Child O' Mine haciendo que los Amigos Hombres Mayores se emocionen y canten a todo pulmón con Jason uniéndose a ellos. Río al ver a mi amigo tocar una guitarra de aire mientras los otros hombres tocan la batería, el bajo y el otro es Axl Rose con su botella de cerveza simulando un micrófono. Los irlandeses charlan y ríen entre por lo tanto Jerry se ha quedado con las dos rubias riendo y mirándolas hacia arriba.
—Skyler. —me llaman. Doy un salto por la sorpresa y casi caigo de culo al suelo de madera.
Me sorprende ver a Emma de pie junto a mí con una sonrisa en su rostro y un vaso de bebida en la mano izquierda. Me observa con los ojos bien abiertos y las cejas levantadas, ¿qué quiere? Frunzo el ceño, confundida por la simple razón por la que esta de pie junto a mí y me dedica una mirada como si quisiera hablar conmigo. ¿Desde cuando quiere hablar conmigo?
—¿Sí? —inquiero confundida.
¿Qué demonios...?
—¿Podemos hablar?
—¿Quieres hablar...? ¿... Conmigo?
En la prepa conocí a Emma y la verdad es que nunca intenté llevarme bien con ella. Yo sabia la clase de mirada que me dedicaba en ese entonces, esa mirada de desprecio y a mí no me importaba, tenía a Jerry conmigo y era todo lo que necesitaba. No quería más amigos, y menos quería de amigos a todos los idiotas de la escuela que sabían quien era mi padre y cuando se fue la noticia voló, todos me miraban con lastima y yo me enfurecía. No podía creer que mi propio padre había ocasionado que todos me miraran con lastima. Ella comenzó a hacer bromas sobre Steel Fist y la verdad es que algunas de ellas no me importaban, pero otras, o Dios mío otras, me destruían. Cuando entramos a Salve, ese verano entre salir de preparatoria y comenzar la universidad lo vi por última vez, y ninguna broma pudo volver a hacerme daño.
—Mira, Sky, yo sé que nunca he sido exactamente buena persona contigo...
—¿Ah sí lo sabías? —arqueo una ceja—. Entonces simplemente lo seguías haciendo por mierda.
Se ríe y se sube al taburete junto al mío. Ambas estamos volteadas para vernos cara a cara la una con la otra, y me es imposible creer que estamos teniendo una conversación civilizada sin comentarios mordaces o sarcásticos.
—Supongo que lo hacía porque te tenía envidia. —murmura con las mejillas rojas y los ojos plantados en otro lado.
—¿No me digas que tenias envidia de que a mí me habían abandonado y a ti no?
—Sé que te dolía todo lo que te dije y lo siento demasiado. Y te digo lo mismo que le dije a Ryder, estoy intentando arreglar las cosas con todas las personas con las que he sido una mala persona
Le doy un sorbo a mi vodka.
—Sí, dolía al principio. Después me di cuenta de que Mark era todas esas cosas que decías y ya no dolía. —me encojo de hombros—. No había nada que dijeras que yo no supiera.
Hace una media sonrisa y remueve una pelusa imaginaria de su vestido.
—Tenía envidia de que todos en preparatoria querían ser tus amigos. Todos decían lo genial que eras y yo...
—Nadie en la prepa quería ser mi amigo. —sacudo la cabeza—. Mi único amigo era el gnomo que citaba a Shakespeare y del que todos se burlaban.
Ambas reímos y miramos a Jerry que se ve como un niño junto a las rubias de piernas largas que están junto a él. Esto es un déjà vu, es como si estuviera viviendo lo mismo que viví cuando Skylar me fue a buscar a aquella habitación de hotel y después cuando fuimos a desayunar al restaurante del hotel. Ahora es la misma cosa pero ahora el diablo tiene diferente nombre; y tal vez muchos estén pensando, «Pero, Skyler, tú eras la perra que hacía sus idioteces en Salve» sí, quizá, y es por eso que me gané el apodo de "La Bruja" pero no fui la única que adoptó ese sobrenombre, estaba con Jerry en esto. El punto de todo este déjà vu es que estoy sentada frente al mismísimo demonio que intentó hacerme la vida imposible durante los últimos siete años de mi vida y comienzo a sentir la simpatía fluir en mi interior, y ya no los voy a atacar con esa mierda de que perdonar y olvidar es la única manera en la que maduramos porque claramente no sé cómo seguir mis propios consejos. Perdoné a Mark pero de ahí a olvidar lo que hizo, a sentir que puedo volver a dejarlo entrar a mi vida sin tener que cuidar a mi pequeño corazón por si se le ocurriera romperlo de nuevo, eso es algo a lo que todavía no me hago la idea. Y lo mismo sucede con Ryder, lo perdoné, —y vaya que lo hice—, pero dudo mucho algún día poder estar como esta manos antes. Todos tranquilos y sin preocupaciones, mirando películas de caricatura en su habitación; su favorita siendo Los Aristogatos y la mía Space Jam.
—Mis padres están a punto de divorciarse. —murmura, el vaso de cristal amortiguando el sonido de su voz—. Él tiene otra. Tiene mi edad. —se ríe nerviosa.
Entiendo ese sentimiento. Llevo entendiéndolo desde hace mucho.
—¿Cómo va el divorcio?
—Viéndose fácil hasta el momento.
Asiento.
—Siempre son fáciles cuando somos mayores de edad.
Emma rueda los ojos y sacude la cabeza incrédula.
—No cuando tu madre no deja de pelear el seatenta por ciento del dinero.
Frunzo los labios. Es cierto. Melissa no le pidió nada a Mark, el divorcio solamente necesitaba ser firmado para terminar la relación por todos los lugares posibles. Que venga de nuevo a casa para verme es algo que me pone incomoda, sin embargo no puedo evitarlo, no puedo prohibirle venir y lo que más me agrada de que venga es que le trae regalos a Scott.
—¿Sabes cuando lo vi por última vez antes de que desapareciera todos estos años? —mascullo. Emma arquea las cejas, brindándome toda la atención—. Faltaban dos semanas para comenzar la universidad, era el cumpleaños de JoJoe: alto, moreno, ojos verdes, con cabello al ras de la cabeza...
—Lo conozco, Skyler.
—Bueno —centro mi mirada en algún lugar perdido entre lo que sea que exista ante mis ojos y un objetivo físico. Como cuando tus ojos se centran en un lugar borroso y no en un objeto, ni siquiera intentando recordar cada detalle de ese día ya que está grabado en mi memoria para siempre—. Fui a Nueva York y Melissa insistía que sería una buena idea ver a mi padre. Él me recibió y de verdad parecía feliz de verme, seguía entrenando aunque ya no peleara. JoJoe y Mackey estuvieron conmigo en el gimnasio todo el tiempo mientras yo lo veía lanzarle jabs y uppercuts a Billy, y tal vez eso no me habría importado antes pero después de tanto tiempo pensé que tal vez cuando me volviera a ver se pondría feliz y me llevaría a comer —suelto una risa amarga y le doy un sorbo a mi bebida dejando que el vodka queme mi garganta—. ¡Me compré un vestido! Me compré un maldito vestido para terminar sentada sobre una banca impregnada de sudor y sangre mientras observaba a mi estúpido padre entrenar.
—¿Nadie hizo nada? —pregunta, amarrando su largo cabello rubio dorado en una coleta alta.
Asiento. Regreso mis ojos hacia ella.
—JoJoe y Mackey pidieron pizza y así celebramos el cumpleaños de Joe. Después de eso Mark dijo que iríamos a un lugar genial al que no había ido en mucho tiempo, ¿adivina donde? —arqueo una ceja. Estoy segura que ella sabe.
Se relame los labios con nerviosismo, debatiéndose entre sí responderme o no hasta que toma una gran bocanada de aire y dice: —Regresaron a Newport.
—¡DING! —exclamo y eso atrae la atención de varias personas a nuestro alrededor, entre ellas: Jason Thorpe y Ryder Spector. Decido ignorarlos y actuar como si no hubiera notado sus ojos posándose en nosotras dos—. Condujo por tres horas con uno de sus amigos como copiloto y yo en el asiento de atrás sintiéndome toda estúpida. Cuando llegamos aquí se estacionó en una esquina de Bellevue, no quería ver a mi madre, me dio un billete de cincuenta y se alejó con su amigo. —resoplo. Lo recuerdo absolutamente todo—. Vi las luces traseras de su camioneta titilar mientras se alejaba y me di cuenta que no valía la pena soltar una lagrima más por él.
—¿No lo volviste a ver después de eso?
—Nop. —niego y me echo lo que resta de la bebida a la boca—. Usé un maldito vestido y lo único que hizo fue humillarme. Y lo peor de todo es que cuando eso sucede no te preguntas: ¿Qué está mal con él?, no, te preguntas: ¿Qué está mal conmigo? Y el pensamiento te persigue. Te lleva a pensar que no eres lo suficientemente buena y que si tu padre no te quiere, ¿cómo podría alguien más hacerlo?