No más señorita Eastwood.

1.6K 106 17
                                    

          Bryan bastardo hijo de puta. Ha tenido bien merecido el golpe que le ha dado Ryder. Cuando se quitó la chaqueta dejó a la vista los tatuajes de su brazo derecho y el solitario tatuaje del izquierdo. No sabía que tenía tatuajes, el día que los conocí su camiseta no dejaba ver esa parte de sus brazos tatuados.

Rover se ha ido a su clase. Jerry no ha aparecido desde que me entrego mi café en la mañana. Ryder y yo estamos en la baranda del límite del campus, él mira hacia la península con las manos apoyadas sobre las barras de hierro forjado. Me he pasado observando sus manos, sus nudillos parecen tener sangre porque están rojos al igual que las puntas de sus dedos.

—Así que has tenido algo que ver con él. —dice con su voz profunda.

—Hace mucho —respondo —. ¿Qué te ha pasado en las manos?

Tomo sus manos y me las acerco al rostro, observó lentamente los nudillos rojos y pero no se ven magullados ni nada, solo están rojizos. Incomodo, retira sus manos y las mete en los bolsillos de su chaqueta. Me remuevo incomoda. ¿Por qué demonios he hecho eso? Dios, Skyler. Sueles ser muy confianzuda en ocasiones.

Me sonrojo. Estoy segura que mis mejillas y mis pecas están rojas.

—Lo siento.

—No... Perdóname a mí, fue grosero de mi parte. Lo siento, señorita Eastwood.

—¡No! Grosera yo tomándome esas confianzas con alguien que muy apenas conozco. —digo, con demasiada brusquedad.

Por alguna razón estoy molesta. Me molesta que este chico al que conocí hace unos días se porte grosero cada vez que intento llevarme bien con él y comience a llamarme «Señorita Eastwood», hace unos momentos estuvo contando las pecas de mi rostro y ahora se cierra y comienza a llamarme por mi apellido.

Me cuelgo la mochila en el hombro y comienzo a dirigirme al edificio. Estoy hecha una furia. ¿Qué mierda es tan malo en mí? Soy una persona agradable y este chico me trata como si fuera una mierda. Pues podemos jugar de a dos, «Señor Spector»

—Señorita Eastwood...

—¿Qué? —exclamo, más agresiva de lo que pretendía.

—¿Está usted molesta, señorita Eastwood?

—¡Sí, señor Spector! ¡Estoy molesta! Y antes de que hagas alguna estúpida pregunta que implique llamarme «señorita Eastwood» te voy a decir por qué estoy molesta —grito —. Estoy molesta porque yo estoy intentando ser tu amiga, pero tú —lo señaló amenazante con mi índice —, maldito irlandés, evitas cualquier emoción cuando estoy a punto de considerarte una buena persona —lo empujó con el mismo dedo sobre su pecho hasta pegarlo a la baranda —, así que si no tengo ninguna oportunidad en agradarte házmelo saber para no seguir intentándolo.

Lo miro, lo miro, lo miro y él me mira a mí. Supongo que está un poco psycho que una chica a la que conociste hace unos días te haga una escenita porque no quieres hacerte su amigo, y en ese momento me siento como una estúpida. Una tarada de primera, como si tuviera cinco años y el niño junto a mí no quiere prestarme uno de sus crayones.

—Perdón —termino diciendo —. Si no quieres que seamos amigos no puedo obligarte a nada —se queda callado, mirándome receloso —, hasta luego Ryder.

Y me voy.

***

La tarde en el Mooring está calmada. Las vacaciones terminaron y los turistas en Newport han ido desapareciendo uno por uno. Hasta ahora sólo está un matrimonio que se encuentra de luna de miel. Se dan besos mientras comen, y se ponen las fresas del postre entre los labios para que que el otro la coma de ahí. Es realmente asqueroso. O será que yo nunca he experimentado eso en mis casi veintiún años.

Los SpectorNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ