Picnic in Pink

883 63 4
                                    

El timbre marca la hora de termino de Literatura Inglesa y gracias a dios que lo hace porque para esta hora de la tarde ya me estoy muriendo de hambre y hoy no es la excepción. El desayuno que tuvimos en The Red Parrot fue sin duda una delicia y gracias a dios logre calmar un poco al perro chihuaheño de Jerry para impedirle que se vaya contra Bryan en cuanto lo vea y Ryder me ha apoyado a base de los golpes que le daba en las piernas debajo de la mesa para que no le diera la razón a mi estúpido amigo. Entiendo que es su hermano el afectado y por supuesto que yo también quisiera hacerle a ese cerdo lo mismo que le hicieron a Rain pero parece ser que debo ser yo quien tiene que mantener la cabeza fría.

La mano de Ryder se coloca sobre mis hombros y me atrae hacia él depositando un beso sobre mi sien. Huele a Ryder, como todos los días y ya parece que el tabaco está impregnado sobre su ropa y sobre su piel.

—Tengo una sorpresa para ti. —susurra en mi oído.

—¿Para mí?

—Así es. Tuve a mis duendes trabajando desde la mañana —sonríe mostrando todos sus dientes—. Así que, ¿huye conmigo hoy señorita Eastwood?

Asiento. Sin lugar a dudas huyo con él hoy y todos los días que sean necesarios para huir con el hermoso irlandés que tengo de frente, quiero decir, cualquiera en su sano juicio huiría con él si así tuviera la oportunidad de observarlo, contar los lunares de su rostro, perderse en sus grandes ojos verde claro y escuchar su voz ronca que hace que te preguntes si de verdad es posible que exista alguien así de guapo.
Quita su brazo de mis hombros y me tiene la mano que yo tomo con gusto y lo dejo guiarme por los pasillos de Salve. Me siento en una nube porque Ryder muy raras veces tiene sorpresas o cosas que mostrarme y la verdad es que no me molesta en lo absoluto, entiendo que para él es imposible mostrarme algo aquí en Newport ya que no conoce mucho pero estoy casi segura que si estuviéramos en Belfast fuera una historia totalmente diferente.

—¿A dónde iremos? —le pregunto dando un saltito de emoción. No puedo aguantarme las ganas de investigar hacia dónde nos dirigimos.

—Es una sorpresa.

—¿Me va a gustar?

—Espero —ríe y me pega a él para abrazarme—. Aunque creo que el clima no coopera, espero que te guste mucho.

—¿Y por qué la decisión de darme una sorpresa? —enarco una ceja ya que estoy en mi papel de detective.

—Bueno... Fue tu cumpleaños y no lo celebramos como debíamos...

—Yo creo que lo celebramos mucho mejor —lo interrumpo con una sonrisa pícara. Él sabe a lo que me refiero.

Se echa a reír y me aprieta más contra su cuerpo lo cual le agradezco porque aunque la temperatura ha subido unos grados y ya no hace tanto frío endemoniado como hace unas horas aún se siente que cala en los huesos.
Me abre la puerta de la Jeep para que pueda subir e inmediatamente corre él a su lado para refugiarse y encender la calefacción de la camioneta.

—Ry —lo llamo, frotando mis manos para crear algo de calor. Él emite un sonido para que siga hablando y así lo hago—. ¿Cómo es Belfast?

Quiero saberlo. Ya me contó sobre su enfermedad y sobre su madre pero no sé nada más que eso, ¿quiénes eran sus amigos allá? ¿A qué se dedica su padre que tiene tanto dinero? ¿Cómo es su demás familia? Quiero saberlo todo. Y estoy dispuesta a hablar sobre Nana si es necesario, estoy dispuesta a compartir a mi preciada Nana con él y yo a Nana no la comparto con nadie.

Los SpectorWhere stories live. Discover now