Skyler sells seashells at the seashore

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RYDER'S POV



                  

La melena castaña/rubia de Skyler flota a su al rededor debido a la brisa que entra por la ventanilla. Ella ríe. Nunca la había visto reír como ríe cuando está con JoJoe y Mackey, ni siquiera con Jerry. Ellos no son tan mayores, ambos se ven como de treinta y tantos. Cuentan anécdotas graciosas de cuando ella iba a las peleas y le gritaba a su padre lo que tenía que hacer. Pero yo no río, yo ni siquiera sonrío. Los nervios y la ira se apoderan de mí pero sé que si intento cualquier cosa estos dos hombres me patearan el trasero.
           Sky canta, canta Brick By Boring Brick, JoJoe pretende tocar la batería en el aire y Mackey hace los «ba ba ba ba ba» junto con la guitarra eléctrica invisible.

           —Ya estamos por llegar —anuncia ella señalando la entrada de la playa. La misma playa en la que le pico la medusa hace un mes.

          El guardia de Easton Beach la deja entrar y ella aparca en uno de los lugares libres del estacionamiento. JoJoe y Mackey son los primeros en bajar, salen disparados hacia el inicio de la arena, luchan contra sus zapatos y sus calcetines hasta que logran deshacerse de ellos y fundir sus pies en la arena. Sky baja del auto de un salto y yo aún no puedo creer que ella sea Lucky Clover. Mis hermanos y yo no nos perdíamos ninguna pelea de Steel Fist, incluso cuando a mamá le molestaba que viéramos "violencia", hasta que se retiró hace seis años. Los close ups que le hacían a la niña de lentes de pasta gruesa y frenillos no me hubieran revelado nunca que la chica que está cruzando frente al auto hasta el otro lado es esa niña. Y es mía. Sky es mi novia. Incluso cuando me prometí no dejar que se acercara demasiado a mí porque puede salir mal de todo esto, ahora me importa una mierda y sólo espero que mi organismo se comporte y no me haga una jugarreta, o al menos no me haga otra como la de hoy y mucho menos frente a ella.
          Da unos toquecitos en el vidrio con sus nudillos y me saca de mis pensamientos. Ni siquiera me di cuenta que aún seguía aquí arriba, viendo hacia el frente como un idiota.

          —Andando Leprechaun, a esta hora las conchas marinas están a la orden del día —dice efusiva cuando bajo del auto.

          —¿Conchas marinas?

          —¡Oh vamos! Tu olla de oro son las luciérnagas de Seafair, duendesillo —exclama riéndose—. La mía son las conchas marinas.

          Se quita los zapatos junto con los calcetines y salta a la arena. Se ve preciosa con los vaqueros rasgados y la camiseta negra que le queda considerablemente grande, su cabello flota a su al rededor y el aroma de una flor me inunda las fosas nasales, ella siempre huele a esa flor, no logro reconocerla pero sé que la conozco, y si no la conocía antes, gracias a Skyler ahora soy el fan número uno de esa flor.

          —Vamos, Leprechaun, las probabilidades de que haya medusas en la arena son muy pocas —se pone una mano sobre los ojos para cubrir el sol y poder verme.

          —Como sea, no me quitare los zapatos.

          Le tomo de la mano, llevo sus tenis en mi mano libre mientras caminamos entre los demás turistas, siguiendo a Jojoe y a Mackey.
           Miro mis brazos, no hay rastro de puntos ni hematomas, no me ha sangrado nada, pero mis nervios han estado de perros estos días. Según el doctor Doyle las probabilidades de una recaída son muy bajas, pero creo que en estos casos yo sé más que él ya que no es él quien comienza a sufrir cambios de humor y a resentir el peso que las pastillas hacen que aumente. Cuando llegue el momento, y por más que yo intente evitarlo, tendré que dejar a Skyler. No la haré cargar con algo que a ella no le corresponde, ella ya tiene suficiente con que su padre boxeador y famoso haya regresado, se le veía bastante molesta cuando lo vio y me pica la curiosidad por saber qué fue lo que le dijo durante su almuerzo.
          Me comienzo a plantear la idea de preguntarle qué es lo que ha pasado, pero tal vez ella se pone de malas, y se le ve tan radiante hoy, poniéndose en cuclillas para recoger unas cuantas conchas marinas y echándolas en la pequeña bolsa que ha hecho con el frente de su camiseta, y no quiero ponerla de mal humor. No quiero hacer nada que altere el orden de las cosas en este mismo momento, solamente quiero olvidarme de lo que hice y ver lo feliz que es Sky con JoJoe y Mackey.

Los SpectorWhere stories live. Discover now