Harry podía recordar cinco veces en las que había visto a Niall darle la mano a alguien más, y en esas cinco veces, se recordaba aguantando el aliento.
Que no lo malinterpretaran; vivir en un mundo donde existe algo como el "Primer Contacto" instantáneamente te hace consiente del momento en el que le tocas la mano a alguien, Harry hubiera estado pendiente quizás de la ceremonia que significaba tocar a los demás si no hubiera estado tan acostumbrado a vivir con sus guantes de cuero negro e ignorar el acto por completo.
Como si eso no significara que estaba perdiendo por completo su oportunidad de conocer a su gran "Alma gemela" y la felicidad eterna que venía por consiguiente.
Pero resultaba que a Harry no le importaba.
O eso creía.
A él no le importaban las almas gemelas, ni la máxima felicidad, ni vivir enamorado de alguien tanto que necesitabas vivir prácticamente pegado a otro de la cadera.
Harry amaba su independencia, amaba el poder que sentía al ser deseado, y el placer que le traía negarle a los otros el premio que significaba regalarles una noche de su vida, un beso, una mirada o una caricia. Y había descubierto que las personas de verdad lo veían así; como una extraña clase de premio. Una noche con Harry era algo que todos, incluso sin conversarlo, sin entenderlo ni conocerlo, sabían cómo terminaba: con Harry marchándose en la mañana, y despidiéndose de manera galante, como si el intercambio coital hubiera sido un mero trámite.
Pero resultaba que así era. Harry estaba cubriendo una necesidad, bien podría significar una ida al supermercado.
Luego había llegado Niall a su vida y toda su charada de "Harry Styles no tiene pareja" se había derrumbado por qué, y que alguien le explicara por favor, había hecho más cosas de parejas con Niall que con cualquier otra pareja que hubiera tenido antes en su vida.
Ni siquiera lo había besado todavía, maldita sea. Harry había tratado con más frialdad a personas que lo habían dejado cogerlos por el trasero que a Niall.
Esperen, ¿Por qué había comenzado a pensar en esto?...
Ah, sí. Harry podía recordar cinco veces que había visto a Niall tocarle la mano a otro ser humano.
Ninguna de esas cinco veces había pasado inadvertida, ni aunque Harry así lo hubiera deseado.
¿En su opinión? La última había sido especialmente grotesca: Justo frente a él, en medio de toda la clase, Harry había visto a Niall darle un apretón de manos a alguien cuya cara ya no recordaba y casi se había quedado sin aire por diez segundos.
Fue extraño... A penas vio que Niall estaba haciendo el ademán de tomar la otra mano, su estómago de dio vuelta y su tráquea se cerró un poquito. ¿Se le habrían dilatado las pupilas? Su espalda se había tensado y había cerrado su puño de pronto, sin saber por qué, pero no se detuvo en esa pequeñez. Lo único que le importaba en ese momento era descifrar la reacción de Niall y reconocer ahí, rápido, si el Primer Contacto había sucedido o no.
No sabía por qué, pero por un lapso de segundo que Niall fuera el conectado del alumno X le hacía perfecto sentido.
Mientras veía en cámara lenta ambas manos tocarse, Harry podía imaginar las mil y una razones de por qué Cara-bonita allí hubiera sido un mejor Conectado para Niall que Harry.
Pelo-oscuro tenía la cara debatiblemente atractiva, era inteligente (lo suponía, tomaba clases una de sus clases... aunque pensándolo bien, había conocido tantos idiotas en Harvard como en cualquier otro lugar, así que no tomaría aquello como un hecho) de cualquier manera, era inteligente (por verificar) tenía probablemente la misma edad de Niall, y si los Conectados hacían sentido o no, Estudiante-que-no-recordaba hubiera sido un buen partido.
Los observó con ojos punzantes hasta que vio a Niall retractar su mano con total normalidad y luego llevarla a su bolsillo. Y no fue hasta eso, y hasta que su cerebro entendió que Niall no había encontrado en esa mano desconocida a su Conectado, que Harry pudo respirar al fin.
Lo único malo, es que ahora estaba molesto.
— Eeh... ¿Harry? —
La voz de Gemma se escuchó ronca. La vio salir de su cuarto de invitados bostezando perezosamente y sobándose la panza de embarazada.
— A mi también me gusta Frank Sinatra, pero estas escuchando la música muy fuerte—
— Ah, disculpa — le bajo rápidamente volumen al equipo. Gemma había llegado a almorzar y después se había ido a dormir la siesta como había comenzado a hacer después de pasar la marca de los cinco meses de embarazo. A Harry no le importaba que durmiera en su cuarto de invitados siempre y cuando no babeara nada.
— ¿Qué te pasa? —le pregunto ella, sentándose con cuidado en el sillón.
Harry no iba a mentir, principalmente porque no había manera en el infierno que pudiera engañar a Gemma, y segundo porque esta vez de verdad necesitaba conversar un poco lo que pensaba.
— Estoy pensando en Niall.
— ¿Disculpa?
— Niall... — Harry recordó entonces que no le había conversado tanto sobre Niall a su hermana como para que entendiera la importancia del asunto con solo decir su nombre, iba a explicarle un poco más, pero Gemma rápidamente lo interrumpió.
— ¿Niall como en el Niall que llevaste a mi restaurant? ¿Ese con el que has estado teniendo citas los últimos meses, que te hace traer la cara de bobo cada vez que llegas de una y que te hace reír como colegiala cada vez que te manda un mensaje de texto?— preguntó ella, cruzándose de brazos —¿El-cachorro-que-te-encontraste-en-el-campus-de-la-universidad Niall?
Recargando un brazo sobre su cabeza, Harry suspiro.
— Si. Ese Niall.
— ¿Qué pasa con él entonces?
Su hermana era de todo menos tonta, así que Harry nada más lo dijo — Estoy pensando en pedirle que lleve guantes de cuero.
— ¿Como?
— Dije que estoy pensan...— Gemma lo interrumpió.
— Si, lo escuche, solo quería confirmar que no te golpeaste la cabeza y perdiste la razón—dijo cruzándose de brazos — ¿Entonces?
— ¿Entonces qué?
Gemma soltó un suspiro.
— ¿Te golpeaste la cabeza y perdiste la razón?
Recargando su espalda en el sillón de cuero, una pierna cruzada sobre la otra, Harry enarcó una ceja, claramente a la defensiva.
— Que Niall use guantes de cuero se me hace perfectamente razonable.
— ¡¿PERFECTAMENTE RAZONABLE-?! — Gemma casi grito — Harry, cariño, escúchame, sé que te gusta Niall...—
— ¿Gust-?
— Harry, no lo niegues— su hermana lo interrumpió —Tú, yo, el vecino, su mamá y la señora de la esquina sabemos que te gusta Niall, y mucho. No tienes que negarlo.
Que lo dijera así por alguna razón hizo que Harry levantara su trasero del sillón y comenzara a caminar sin rumbo por toda la sala. — ¿Tu punto es?
— Que aquí, en el mundo real, cuando a alguien le gusta otra persona primero que nada le tomas la mano, después lo besas, luego le pides noviazgo y si las cosas van bien, quizás, probablemente, converses el hecho o no de pedirle que se retenga de buscar activamente a su Alma gemela. Recién ahí, Harry, recién ahí le pides que se ponga guantes.
Paseando por la sala de estar, Harry se cruzó de brazos.
— Me quieres decir que crees que estoy sobre reaccionando— algo ahí casi sonó a pregunta, pero ambos hermanos sabían que eso era más una aseveración.
— Si. Algo así — Gemma asintió —Mira, ¿recuerdas a Jack Graham?"
Oh no. Harry puso los ojos en blanco. Jack Graham fue el único novio que le presento a Gemma, y el novio con el que más tiempo había durado.
Cuatro meses nada más.
— Si — chasqueó la lengua antes de contestar.
— A Jack nunca le pediste que se pusiera guantes.
— No — concordó.
— ¿Por qué?
Silencio.
La respuesta era fácil, pero solo le basto entrecerrar un poco los ojos para saber a dónde Gemma quería llegar.
No lo iba a decir. — Gemma...
— Solo dilo, Harry. Dilo.
No.
No lo quería decir.
— Mira, escúchame...— Interrumpió con voz ronca. Gemma botó un suspiro dramático.
— Ay, Santo Dios Harry, di que estás enamorado de Niall. ENAMORADO. ¡Es amor!
Harry se alejó un poco de ella, como si la palabra le causara alergia.
— Estás enamorado Harry, y te aterra. Tienes la Palmareda en el Hospital hoy y de seguro la idea de ver a Niall tocarle las manos a otras personas te revuelve el estómago— dijo ella y se levantó para caminar hasta él. Harry se quedó quieto, no por que quisiera, sino porque Gemma había puesto la palabra con A en el universo por lo que su cerebro se puso momentáneamente en pausa. — Escúchame, no tienes que preocuparte. Solo...sácate los guantes, dale la mano, y le das un gran besote, de esos de las novelas, y después, y solo después, cuando lleven uno seis meses de novios, le conversas sobre tu idea de que ambos lleven guantes de cuero. Si quieres pueden llevar guantes a juego, no sé...
La miro por un rato y después de un silencio casi desolado, Harry negó con la cabeza.
— Olvídalo — hizo un ademán de frustración, pasándose una mano por el cabello — No puedo pedirle que se ponga guantes — negó —Es una idea estúpida.
— Harry....—
De verdad era una idea estúpida.
A Harry le gustaba Niall, mucho, ¿enamorado? Como iba a saber él si era amor o no, pero cualquiera fuera el sentimiento que tenía, definitivamente le decía por dentro que la idea de negarle a Niall la felicidad eterna era algo que no podía pedir. Simplemente era así.
— No pienses tanto las cosas, Harry...— dijo su hermana, acercándose lo suficiente como para darle una palmadita suave al brazo de Harry —Sé que ahora te gusta alguien de verdad y crees que eso hace que TODO sea diferente, pero no es así... lo que tú sientes lo hemos sentido todos. Todos alguna vez hemos amado a alguien que no ha sido nuestro Conectado y todos hemos tenido que vivir sabiendo que sin importar cuanto los amemos, realmente ellos no son nuestros, ni nosotros de ellos.
La miro un segundo, sin saber bien que responder a la por siempre ignorada, y completamente devastadora realidad. Era cierto, y aunque Harry quisiera pensar que no, cabía la posibilidad (una casi del 99.9%) de que el no fuera el Conectado de Niall, y sin importar que hiciera, que sintiera, el Primer Contacto y el asunto de las almas gemelas era tan arbitrario que Harry hubiera deseado vivir en un mundo donde nada de eso pasara, donde él pudiera escoger a Niall y no tener que esperar a la estúpida "corriente mágica" le dijera a quien era su verdadera pareja.
El pensamiento de involucrarse en una relación, permitirse amar de verdad, desarrollar sentimientos tan ridículos y volátiles como el amor, para luego vivir con el horror de no saber si tu pareja se aburrirá por que no amaste lo suficiente o si encontrará a su Conectado para luego ser abandonado lo estaba haciendo sentir enfermo.
La idea de perder a Niall, aun cuando ni siquiera lo tenía, le estaba haciendo sentir punzadas en el pecho.
Boto un suspiro largo y pesado.
— Bien...—sentencio.
Su hermana nada más lo miro y volvió a sentarse en el sillón. Al parecer la conversación la había agotado.
— Entonces... ¿qué harás? — preguntó ella, frotándose la barriga perezosamente.
Harry botó un suspiro.
— Iré a la Palmareda, me sacaré los guantes, y luego le diré lo que siento por él.
Vio a su hermana soltar una risita — Suena como un plan sólido.
— Eso espero.
Todavía con las manos descansando sobre su estómago de embarazada, Gemma lo miro con sus ojos brillando lacerante.
— Aunque... es bueno...
— ¿Qué cosa?
Ella sonrió, casi nostálgica — ...Saber que aún queda un poco de ese niño inseguro de 13 años en ti.
Harry sonrió, sin mirarla a los ojos.