Dedicado a Cread0raDeHist0rias
— Creo que voy a vomitar —sostengo mi panza haciendo presión, me sentía mareada.
— Ven vamos a comprar un agua, a ver si así se te pasa. —jala de mi mano y me quejo. Llegamos a un pequeño local de aperitivos, desde yo estaba parada se podía oler el delicioso olor a queso derretido.
— Que suerte que traje dinero, quiero comer —digo antes de echarle un vistazo vaciaban el queso derretido en unas papas. Tanto tenia antojo que se me hizo agua la boca.
— ¿Y que has hecho de tu vida? —me pregunta. Compre unos nachos con queso, Sam me compro un agua y nos sentamos en una pequeña mesa que tuvimos que limpiar ya que tenia basura en ella. Decidimos sentarnos y hablar de nosotros mientras se me pasaba un poco el mareo, para luego continuar con el recorrido.
— ¿Que quieres saber? —pregunte mientras me metía un Nacho en la boca.
— Pues con el principio, ¿viniste sola? ósea me refiero, padres, hermanos o novio. —casi me atraganto al oírlo.
— De hecho no tengo ganas de hablar sobre mi. —dije seria, tratando que captara la indirecta que no me gustaba ese tema. Su frente se arruga tal vez confundido.
— Esta bien, pues...no se, cuenta algo.
— Te diré sólo una cosa...me dejaste sorprendida —le digo sonriendo, el parece no entender y yo observó todo el lugar — Me refiero, al lugar... Enserio pensé que serias un poco mas serio, arrogante y idiota.
— Y lo soy a veces, solo que me sé contener, además suelo odiar a las personas y juzgarlas sin conocerlas...eres una de las personas que dejo que conozcan la parte buena de mi.
— ¿Y tu lado malo? —pregunto.
— Ese lado no quiero que lo conozcas, en serio. —se pone serio y decido cambiar de conversación.
— ¡Oh, oh! ¡Mira eso! —apunto emocionada como unas personas se aventaban de un gran poste de madera, no tenia idea que rayos había abajo pero se veía exquisito. — ¡Mierda! ¿Podemos ir?
Me mira divertido y asiente, — Ven, antes de que se haga más grande la cola — me arrastra hasta llegar al lugar, unas quince personas están frente a nosotras
y no se realmente cuanto tardaríamos en seguir nosotros.
Ya llevábamos quince minutos y nos vamos acercando al gran poste, que viéndolo mejor es mucho más que un poste, el poste a su alrededor tenia unas tablas de madera que hacia que las personas se pusieran los arneses ahí, observé como dos personas se besaban y se aventaban, pronto otra gente subió y nosotros avanzamos.
Pronto dirigí mi mirada a donde era que se aventaban y sentí un leve cosquilleo.
Un lago, estaba bajo, su agua era tan clara que se veían unas cuantas piedras. Me preguntaba que tan profundo estaba.
— Creo que iré directamente a mi muerte —bromeo mientras Sam se ríe.
— Y esperemos que valga la pena. —eso sí, no me aventare de esa cosa por la nada —Mira...¿ves esas pequeñas cabañas? —me apunta hacia abajo, quito mi mirada de el precioso lago y a la orilla se ve un camino y unos cuantos arboles tapar varias cabañas por la mitad, asentí — bueno por ahí hay un escenario y es donde se hacen las fiestas.
— ¿Y como rayos bajan allá abajo? —pregunto.
— Por ahí... — señala unas escaleras de madera, estaba a unos metros de nosotros y vi como varias personas bajaban por ahí.
— ¿Y si llevan carro? —no tenia carro pero aún así me interesaba.
— Esos no bajan, los tienen que dejar aquí arriba, lo único malo es que no puedes dejar nada de valor por que te roban todo.
— Seguridad de mierda, he —me burlo.
— Claro, mira... ya casi seguimos. —observo que solo por una niña pequeña falta y le aplaudo internamente al tener las agallas.
La niña se prepara, y yo siento mis nervios colapsar, ¿enserio me aventare? ¡Claro que sí! Jamas lo había hecho y creo que era la hora de hacerlo.
La niña se avienta, y un horroroso grito sale de su garganta, veo como rebota varias veces y para, el señor que ya esta lado de nosotros baja mas el cable y veo como es bajada y un señor de allá abajo le quita los arneses.
— Nuestro turno, ¿quien va primero? —rápidamente doy un paso atrás
— Tú —digo, y me ve divertido.
— Mejor tú, quiero ver como te mueres del miedo.
— ¡No me muero del miedo!
— ¿Quien se aventara primero? —pregunta el señor mirando a los dos.
— Ella.
— El — decimos al mismo tiempo y me burlo — Esta bien, yo lo haré.
— Vaya, creí que batallaría más a que te aventaras tú. —dice y levanto una pierna, el señor me pone los arneses y un cinturón siento como los nervios se incrementan y siento las ganas de echarme atrás pero mantengo la cordura.
— Bueno, aquí vamos...— me acercó a la malla y puedo apreciar una hermosa vista.
— ¿Esta lista? —pregunta el señor, asentí —ponga sus brazos en cruz. —me indica y lo hago.
— Sam...¿puedes hacer la cuenta regresiva? —pregunto y el asiente.
— cinco, cuatro, tres, dos...uno ¡Ya! —hago la finta que me aventare pero retrocedo.
— Oh dios mio, ¿que estas haciendo, Allyson? ¡Tu puedes! —me aliento y por un momento me creo estúpida por hablar conmigo misma.
— ¿Tiene esquizofrenia? —oigo al señor preguntarle a Sam y lo observó ofendida. Sam se ríe y niega.
— No, así de loca es. —el señor asiente y me mira fastidiado.
— Se debe aventar ya señorita hay gente que espera.
— Bueno, esta bien contare hasta cinco, ¡no hasta diez! —respire profundamente — Uno, dos, Tre...
— ¡Al demonio! — siento como alguien me empuja y suelto un grito asustada. — ¡Idiota! —grito mientras estoy rebotando abajo, no veo nada con claridad, siento como si me fuera a caer en algún momento y después siento como el agua me moja el pelo, me están bajando ya.
Unos minutos más y ya estoy en tierra firme, veo desde abajo como Sam es preparado y cuando ya esta listo no tarda en aventar. Lo oigo maldecir y decir cosas que no le entiendo y me río. Cuando ya esta abajo lo primero que hago es golpearlo en su hombro, el gime de dolor y me mira divertido.
— Eso por ser un completo imbécil. —digo tratando de fingir estar enojada pero la risa mee gana y me río — ¡Jamas pensé que me aventarías!
— No te ibas a aventar tu misma así que decidí darte una manita —dice riéndose.
— Por cierto, ya creo que debemos volver, tengo trabajo y no pienso faltar mi primer día.
— Como digas, —camina y lo sigo — mira, aquí es.
Las cabañas están dispersas y en una esquina de una cabaña esta un pequeño escenario, bancas por donde sea y unos cuantos nadando en el lago.
— Se pone genial cuando hay fiestas aquí. Tal vez hagan una, ya sabes de fiesta de nuevo ingreso.
— Oh, —seguimos caminando y nos subimos por donde antes me había dicho Sam que bajaban no tardamos mucho en llegar a la camioneta.
Salimos del estacionamiento y pronto estamos de vuelta. El silencio no era para nada incómodo, yo sólo me dedicaba a mirar a Sam o las calles.
Llegamos, me baje poniendo seguro a la puerta y baje, mire a Sam haciendo lo mismo.
— Fue fantástico, gracias y adiós.
— Espera —veo como me jala del brazo y choco contra su pecho. Jadeo en sorpresa y lo observo, esta muy cerca, demasiado.
— Yo te acompaño a tu cuarto. — dice y me aleja suavemente.
— N–o es necesario — digo mientras lo veo.
— Anda no muerdo.
No tengo problema si me muerdes.
¡Maldición Allyson deja de pensar así!
Caminamos en silencio hasta mi cuarto y abrí difícilmente tras sentir su respiración en mi nuca, cuando por fin la abrí me gire y note que seguía igual de cerca.
— Li–sto —deja de tartamudear, dios
— Espero mi recompensa al llevarte a ese lugar.
Rápidamente voy a su mejilla y deposito un beso ahí.
Ríe levemente y yo bajo la mirada.
— Prefería un beso en otra parte pero esta bien. — se da la medís vuelta y se va.
Entro agitada a mi habitación la cierro y me deslizo lentamente.
¿Que rayos me esta pasando?
Lo difícil del admitir es que me esta empezando a gustar ese inepto chico.
» Prefería ese beso en otra parte « lo repetía mil veces en mi cabeza, cerré los ojos con fuerza y suspire.
— Maldición en que diablos me metí.