MI BOSQUE

By Beasha

96.3K 9.6K 933

¿Quién soy? Mi nombre es Yoselyn Smith, he pasado mi decimosexto cumpleaños y vivo en California junto con mi... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Epílogo
Agradecimiento
AVISOOO!

Capítulo 13

1.6K 172 4
By Beasha

Estoy atrapada en este cuerpo banal, rodeada de una sociedad superficial y miserable.

Oigo mi propia respiración, dañándome los pulmones con cada inhalación. Me duele respirar; me duele vivir.

Mi corazón se ha atrofiado de amargura, y mi alma... ha muerto en vida.

Me acerco a una ráfaga de luz, que alumbra todo el lugar, sin embargo, la oscuridad me cubre a mí.

Escucho las manecillas del reloj moverse y siento una fría brisa en mi interior. La brisa va aumentando de intensidad hasta que se convierte en un huracán, y arrasa con todo lo que llevo en mi interior, dejándome solo con este infernal dolor.

Siento mil navajas atravesar mi alma y mi pecho se contrae con dolor.

Las flores se marchitan, las aves son cazadas y el reluciente día se convierte en mi oscuridad eterna. 

Tengo pasos silenciosos en este cuarto blanco. Camino hacia la puerta y cuando la agarro, se hace añicos al instante. Qué hay detrás de esa puerta? 

Oscuridad pura.

Doy cautelosos pasos hacia atrás y con solo un movimiento descuidado, tropiezo con mis propios pies y caigo de espalda. La oscuridad se destiñe entre las blancas paredes y bañan de voces y recuerdos, mi mente.

Veo a papá, gritándole a mamá, luego gritarme a mí por algún error que cometí. Veo a Will abrazarme y voltear la mirada para reírse con sus amigos; lo veo besándome con intensidad; sonreírme abiertamente; sostener mi mano entre la gente; lo veo subiéndome en una habitación; susurrando que me ama; besando y manoseando mi cuerpo. Me veo a mí misma exigiéndole que se detenga; lo veo a él propinándome una bofetada; obligándome a beber una sustancia desconocida; sacándome la ropa y observándome con lujuria. Lo veo a él... dándome un puñetazo, sin piedad, ni remordimiento.

Los recuerdos me agobian y siento que mis pulmones se atrofian por la presión. Cada vez me es más difícil respirar y la oscuridad intenta invadir mis blancas paredes; intenta carcomer mi frío cuerpo, y ante tanta presión, me acurruco en una esquina.

<Los hombres son malos> ataca una voz, seguida de otra y otra...

Las voces repiten esa misma frase una y otra vez. Sin poder soportarlo más, llevo ambas manos a mis orejas.

-Ellos son malos -afirmo. 

La oscuridad llega a mis pies, y poco a poco, escala mis pies. 

Soy carcomida por la oscuridad. Mi propia oscuridad.

Abro los ojos rápidamente, estoy desorientada, y muy aturdida. Estoy sudando de forma exagerada y las manos me tiemblan. 

Me centro en el lugar en el que estoy. Me resulta conocido. Es la casa de Jaden.

Las sábanas son muy acogedoras. 

<Sábanas. Will. Impotencia.> me recuerda una voz en mi cabeza.

Inmediatamente se me revuelve el estómago. Miro hacia la derecha y me sorprendo al ver a Jaden sentado en una silla, muy cerca de la cama, muy cerca de mí. 

<Los hombres son malos> espeta mi mente. 

Asiento, y el estómago se me revuelve nuevamente, pero esta vez siento la bilis subir por mi garganta. Me levanto de un brinco, corro hacia la puerta y la abro, sin embargo, con la prisa que llevo, me estrello contra el umbral de la puerta, y eso es más que suficiente para que Jaden se sobresalte.

-Yoselyn -susurra.

Me da escalofrío. Y por tercera vez consecutiva, mi estómago se revuelve. 

Sin darle tiempo de ponerse de pie, salgo corriendo de la habitación. Mis ojos buscan desesperadamente una opción. Y van a parar en una puerta un poco abierta, donde se puede observar un baño. Corro sin ni siquiera tomar aliento y al entrar, rápidamente la cierro con llave.

Me dirijo a toda prisa frente al inodoro y purgo toda la comida que no recuerdo haber ingerido. Me duele mucho el estómago y la cabeza me da vueltas.

-Yoselyn! -exclama Jaden desde el otro lado de la puerta -Qué sucede? -pregunta en un tono bastante preocupado.

Sin poder resistirlo, empiezo a llorar. Las lágrimas simplemente se deslizan sin parar. Me dirijo a la esquina del baño y me acurruco, mientras sollozo.

-Yoselyn -susurra -Ábreme, por favor -me suplica.

Qué es esto que siento? Por qué las piernas me tiemblan y no soy capaz de pronunciar una sola palabra? 

Tengo miedo.

Empiezo a sollozar aún más fuerte y escucho al cuerpo de Jaden deslizarse tras la puerta.

-Todo está bien, Yoselyn -espeta. Su voz es tan ronca que juraría que está llorando -No dejaré que nada malo te vuelva a suceder.

Mis sollozos se calman un poco tras esas palabras, pero no se extinguen.

-Confía en mí -dice, y con esa voz, queda más que claro que está llorando.

<Los hombres son malos> repite mi mente.

Pero un vago recuerdo florece en mi mente.

Jaden, cubriéndome con una sábana; besando mi frente; yo susurrando su nombre; él golpeando a Will y finalmente, cargándome en sus brazos.

-Yoselyn... Ya no llores, por favor -me suplica, y en un instante él empieza a sollozar conmigo.

No puedo evitarlo. Algo en mí se rompió esa noche, y no es mi corazón, sino mi alma. 

"Él es bueno" me repito constantemente. Hasta que tengo el valor de levantarme y poner mis manos sobre el picaporte de la puerta. Respiro hondo y le saco el seguro con la llave. Lentamente la abro hacia el interior, y veo a Jaden tirado en el suelo, con la lágrimas aún recorriendo sus sonrojadas mejillas. 

Me parte aún más el alma verlo así. Y sin dudar, vuelvo a sollozar, pero no sin antes lanzarme hacia él y abrazarlo con todas mis fuerzas. Él me devuelve el cálido abrazo, y hundo mi cabeza en su pecho mientras no dejo de sollozar. Las lágrimas de sus mejillas caen en mi cabello como gotas de lluvia en un día gris. 

Él me estrecha con mucha fuerza en sus brazos y por primera vez después de un largo tiempo, me vuelvo a sentir protegida por alguien.

Lo sujeto con mucha fuerza, temiendo que se marche y me deje sola, con este dolor incontrolable.

-Siempre te cuidaré -espeta y planta un tierno beso en mi cabello.

Lentamente mis sollozos se van apagando. Cierro los ojos, mientras mantengo mi cabeza en su pecho. Puedo oír a su corazón palpitar con fuerza y de forma irregular. Su respiración sube y baja con esfuerzo y comprendo lo difícil que es para él esta situación. 

Lentamente, enredamos nuestras piernas, aún estando acurrucados en el suelo. Yo le sujeto una mano y lentamente las entrelazamos entre sí. Su mano encaja perfectamente con la mía. Como si esa fuera la misión de nuestras manos, estar juntas y complementar la otra. 

Con su mano libre, Jaden acaricia mi cabello, llevándome en un estado de paz interior absoluta.

Levanto la mirada y mis ojos se clavan en los suyos, intensamente verdes. Brillan con más intensidad que las estrellas. Y apostaría que la luna los envidia. Su cabello cae en pequeñas ondas sobre su frente y se encuentra totalmente alborotado. 

Él trata de sonreír, pero es en vano. Verlo así, provoca tantos sentimientos en mí, sentimientos que hasta hoy, no creía que existían.

Le doy un apretón a su mano y él acerca la mía a sus labios, y planta un delicado beso en él.

Pego aún más fuerte mi cabeza por su pecho y noto como la tensión en sus hombros lentamente desaparece.

"Si solo te hubiera escuchado..."

Jaden siempre tuvo la razón. Will solo buscaba sexo, aprovechándose de la vulnerabilidad de las chicas que se encontraban en situaciones como la mía. Sin embargo, Jaden está aquí, aún sabiendo que no conseguirá nada de mí aparte de lágrimas.

Oh, Jaden!

Mi ángel guardián.

Y así, juntos y acurrucados en el suelo, nos sumergimos en una oscuridad radiante, esperando que al despertar, las cosas siguen fluyendo de esta manera.




Continue Reading

You'll Also Like

57.2M 3M 26
TERCER LIBRO Jack Ross y el compromiso nunca se habían llevado bien. Cosa que, siendo sinceros, le había facilitado muchas situaciones en la vida. Si...
944K 54.3K 42
Rebecca tiene una enfermedad que podría matarla. Un día conoce a Allen, un chico triste y solitario al que le muestra que, a pesar de todo, la vida t...
326K 30.3K 52
*disponible en librerías chilenas y buscalibre gracias a Editorial Planeta* A veces estás hecha para romperte y seguir rompiéndote hasta que ya no qu...