HOUDINI | Harry Styles

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''Y sí, quizás él era malo, pero cuando sonreía lo único que podía ver era lo bueno en él.'' [ Harry Styles a... More

ADVERTENCIA
Cita
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10 "Part 1"
Capítulo 10 "Part 2"
Capítulo 11

Capítulo 9

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Capítulo 9 // Houdini

[Corregido 1/2]



No lleva la misma ropa que ayer. No la veo enfadada y mucho menos sorprendida. Me mira confundida e interrogante. Pero sigo preguntándome algo ¿Habrá oído la amenaza de Harry? Un escalofrío me recorre desde la espalda baja hasta la nunca.  Puede que tenga que resolver su pregunta, sin ella responder las mías. No sé si contarle que la vi. Que la vi hablando con ese chico del bar, discutiendo a gritos. Hablando de cosas de las cuales no estoy informada y puede que nunca lo este.


Ninguna hablamos, nos mantenemos calladas. Siento la tensión en el aire y no puedo parar de mirarla en los ojos. No noto odio o resentimiento por algo, solamente curiosidad por cosas que nunca han sido contadas en nuestra amistad. No siento como si nos hayamos fallado la una a la otra, tampoco me siento como si  no nos hayamos todos nuestros secretos. No me preocupo, ella a mí tampoco me ha contado mucho estos días.


No asiente, y parece que ni respira de lo quieta que está. Pestañea unas cuantas veces y parece que espera una respuesta sí o sí. Pero no sé si estoy dispuesta a darla. Seguimos calladas.

—Entonces...— murmura y no estoy segura de si puedo contestarla.

No contesto a nada de lo que dice. Y tampoco entiendo por qué estoy en shock. Mi mirada al igual que la suya no se han retirado, sigue en su lugar.

¿Qué puedo decir? Decido que no le voy a contar mucho, que solamente la mentiré diciendo que me va bien. Y si eso no le basta, me permitiré mentirla un poco más. Aunque puede que a la vez me contradiga yo misma.

Oigo una puerta cerrarse y unos tacones pisando fuerte. Rachel ha terminado su descanso, y juro que no puedo alegrame más de oír el sonido de sus tacones. Saco una pequeña sonrisa, y Mona alza la ceja. Quito la sonrisa de mi cara al instante, aunque me sienta feliz de irme de este lío.

Puede que termine ahora pero seguramente más tarde volverá a preguntar. Sin embargo, yo tendré el tiempo suficiente como para responderle a la pregunta.

—Hey, puedes ir ya a tu descanso— siento la mano de Rachel posarse en mi hombro, y asiento girándome. Rachel mira detrás mía, fijando su vista en Mona. —Oh, hey— sacude la mano que estaba en mi hombro y mira a Mona con una sonrisa. Está misma frunce el ceño.

A Mona no le gusta mucho que le sonrían de primeras.

—Bueno...— murmuro juntando las palmas de mis manos, intentando liberar la tensión.—Ahí hay dos personas que están esperando— digo mirando a Rachel, ella asiente con una sonrisa, le señalo donde es y va rápidamente—, y lo siento, Mona. Luego hablamos.

Frunce el ceño, no asiente. Solamente se queda mirando. Asiento con incomodidad, y con un simple movimiento de manos me alejo bajo su mirada.

Creo que se ha enfadado, y me permito pensar que está enfadada. Aunque no lo pueda confirmar ahora mismo, porque le estoy dando la espalda a mi mejor amiga.

Aunque no sea del todo verdad.

(...)

Cuando salimos, Dave nos informa de que hoy será el único día que saldremos a estas horas. Hoy ha habido una excepción debido a que  es la apertura de la tienda.

Ninguna nos hemos quejado. Con Rachel me he llevado mejor de lo que pensaba. Hemos intercambiado números y nos hemos contado algunas cosas. Se puede decir que ahora es una conocida.

Son las siete de la tarde. Y tengo decidido ir a un lugar. Sin que nadie lo impida.

Llego a mi departamento media hora después de salir de la cafetería. Ordeno todo lo necesario para ir a ese lugar, anoto cosas que quiero preguntarle y las guardo en mi bolso. La carpeta con los informes y mi cartera es lo último que guardo, cerrando así mi bolso.

Cinco minutos antes de salir llamo a un taxi. Y me aseguro de tener el dinero suficiente de ida y vuelta. Suspiro cuando estoy bajando las escaleras, me despido del conserje y paso seguido, repaso la hora del reloj que está en la pared detrás suya: las ocho menos diez.

Asiento. Voy decidida. Cuando entro en el coche me pongo a repasar las preguntas que he anotado e incluso agrego unas nuevas. No niego que puede que esté intimidada. Sin embargo, he decidido que nadie me dirá lo que hacer.

Puede que este yendo muy abalanzada, y ni me paro a pensar en lo que me pueda pasar. Me riño a mi misma por ello, soy una tonta. Pero sé que si paro ahora mismo el taxi, quedaré como una tonta que hace lo que le digan.

Es más por orgullo que por otra cosa.

(...)

Estoy subiendo las escaleras de su edificio. Y como hace unos días, siguen igual de chirriantes y en mal estado.

Suspiro unas cuantas veces antes de llegar a su puerta. No se ve como el otro día. Tiene arañazos y algunos signos de golpes. No oigo nada al otro lado de la puerta, y seriamente no siento ningún atisbo de preocupación.

Llamo a la puerta. Nada de ruidos, y nadie abre la puerta. Vuelvo a llamar, y pasa lo mismo. Cuando ya lo intento por tercera vez, se oyen golpes desde dentro. Puertas ser cerradas, golpes al andar y maldiciones por doquier. No espero a que este contento cuando él abra la puerta, y mucho menos que me abra la puerta con los brazos abiertos y una amplia sonrisa.

Escucho como toquetea las cerraduras de la puerta y yo por acto reflejo me echo atrás. La puerta se abre revelando a Harry. Se le ve cabreado, y no sé que me impresiona más: su enfado o que solamente lleva unos vaqueros. No miro su torso, aunque puede que este tentada a hacerlo. Le miro a la cara, e intento que mi semblante se quede como está: seria, tranquila y para nada sorprendida.

Sin embargo, no sé bien que decir. Como siempre.

—¿No te han enseñado a hacer caso a la gente?— pregunta y no sé de donde saco el valor, pero le empujo rozando su torso y entrando. Sin hacer caso a sus quejas— ¿Pero a caso te he invitado a entrar?

—No, pero ya lo hago yo— me encojo de hombros. Y como hace unos días, contesto sin pesar.

Suspira y me mira con odio. Realmente me espero cualquier cosa ahora mismo. Nunca he molestado a alguien tanto como a él. Y no voy a mentir, a veces siento que mi vida puede acabar en un segundo cuando él está cerca. Puede que sea el temor, o incluso solamente el miedo por lo que él hizo en un pasado. Incluso en un presente.

Después de su demostración la otra noche, me puedo esperar cualquier cosa. Siempre, en cualquier momento. Estoy alerta. Tengo ojos por todos lados, asegurando mis espaldas y lados.

—Te irás cuando hagas tus preguntas mierda ¿verdad?— Asiento sin prestarle mucha atención y camino sin mirarle hasta su salón.

Ignoro todo tirado en el salón. Y cuando me siento y oigo como el sofá cruje. No miro directamente, pero si de refilón. Veo que no se preocupa en como está la estancia. Solamente se dedica a poner caras de cansacio y fastidio.

Sé que le molesta que este aquí. Y me da igual.

—Empieza cuanto antes— dice y suena su voz seca y sin ganas. Con suspiros añadidos.

No me he dado cuenta hasta ahora, pero todas nuestras conversaciones y respuestas al otro han sido cortas y sin muchas ganas de hablar. Sin embargo, me doy cuenta que sueno diferente cuando estoy con él. El miedo puede que se apodere de mí y justamente, responda con falsa valentía. Aunque no sé como dominarlo, claramente valentía no es algo de lo que pueda presumir. Solamente parezco otra persona con él, cuando escucho su voz o le veo, creo un escudo. Y lo peor, no sé muy bien el por qué.

Sacó de mi mochila los papeles, y ojeo por encima la hoja de las preguntas.

—Bien— me acomodo en el sillón cuando levanto la vista de la hoja. No sé como hacerlo, no sé si nota mi incomodidad— Voy a ir más o menos directa: ¿A qué te dedicas?

Me mira incrédulo y alza la ceja.

—¿Enserio?—Asiento, ignorando su tono de burla— A nada.

¿Realmente me está diciendo la verdad? ¿Puedo confiar en él?

¿Incluso me estoy preguntando esto después de todo?

No le noto incómodo, ni mucho menos nervioso cuando ha respondido la pregunta.

—¿Sales ha menudo de fiesta?— Pregunto casual, fingiendo que ojeo las hojas. Pero realmente no estoy siguiendo mis propias preguntas.

—Puede— se encoge de hombros y creo que ya sabe por donde más o menos va el tema.

—Diga sí o no, por favor— digo educadamente, ahora que lo pienso, puede que esta haya sido la única vez en la que le he hablado con respeto.

—Sí, salgo ha menudo— dice con molestia chasqueando los dientes— ¿Esa pregunta tiene algo que ver con todo esto?

—¿Todo esto?

—La mierda esta de psicología, porque realmente no la necesito— dice y se pone recto en el sofá, un escalofrío recorre mi espalda.

—Eso no es lo que dice tu informe— relamo mis labios—, y sí, es necesario.

Su espalda vuelve a tocar el respaldo del sofá de un momento a otro, en el que nos mantenemos callados. Sin decir una sola palabra al otro.

—¿Tienes bastantes amigos?— Pregunto rompiendo el silencio que se había formado después de su pregunta. Veo como su ceño se frunce.

—¿Sí?— Contesta con duda.

—¿Por qué con duda?— Pregunto interesada.

—No todos los que dicen ser tus amigos lo son— dice y se encoge de hombros—, siempre hay que mantener a los que han estado en lo peor contigo.

—Interesante— digo y asiento con la cabeza—¿Tienes armas?

Levanta una ceja por mi pregunta repentina, y  no parece sorprendido, es más, se esperaba esta pregunta. Pasa un tiempo hasta que sé que no me va a contestar. Simplemente se queda quieto, mirando hacía donde estoy. No se mueve y pestañea de vez en cuando. Sé que no va a contestar una pregunta así, incluso aunque se lo haga de forma indirecta.

—Esto es estúpido—digo mientras me levanto.

Le dirijo una última mirada, y el sigue sin moverse. Niego con la cabeza mientras guardo mis cosas y ando hacía la puerta. De repente oigo como se levanta del sofá y mi espalda queda estampada contra la pared.

Mi respiración se corta en cuanto levanto la mirada. Puede que este enfadado, pero tampoco tengo la valentía de preguntarlo. Mis papeles se caen, y a ninguno de los dos nos importa. Una mano suya está al lado de mi cabeza y la otra está agarrando mi otra mano. No hago ningún movimiento, estoy esperado a que él, la ficha blanca del ajedrez, haga su primer movimiento para continuarle.

Su cara está muy cerca de la mía, y no dice nada. Solamente me mira fijamente, con el ceño fruncido por el cabreo que yo misma le he producido.

—¿Te crees muy lista?— Pregunta y sus manos se trasladan a las mías, llevándolas a la pared y apretándolas con la misma. Mientras que una pierna suya está en medio de las mías, manteniéndome inmóvil.

—Lo suficiente— susurro con la poca falsa valentía que me queda en el cuerpo. No es suficiente.

Asiente, y su cara se acerca a la mía. Su olor es de otro mundo, uno bueno, una contradicción de como es él.

—Tienes miedo, rizos— se acerca a mi cuello, sin embargo, de un momento a otro, todo cambia. Sus labios están sobre los míos.

No deja de mover los suyos, mientras yo sigo con los míos quietos y sorprendida. No cierro los ojos en ningún momento. Pero cuando sus manos se pasan a mi cintura, cierro los ojos y le sigo. No sé por qué, pero lo hago.

Su movimiento es lento, pero a la vez salvaje. No tiene una coordinación, pero parece ser que lo ha hecho varias veces. Puedo sentir como mi pulso tiembla, mientras él me besa sin descanso. No se para, y no espera a que el ritmo sea sincronizado. Crea su pripio ritmo dejando el mío detrás. Tengo que acontrumbrarme; aconstumbrarme a su piel caliente contra mis manos, su aliento golpeando el mío, y algún que otro suspiro escapado.

Es caliente, carnoso y no descansa ni para tomar un poco de aire. Y siento derretirme cuando mete sus manos por debajo de mi camiseta, rozándome. Suspiro en sus labios olvidándome de todo.

Labios tan buenos que me hacen olvidar mi nombre, y mi miedo.

—¿Harry? ¿Te queda mucho?—Se oye la voz de una mujer al final del pasillo. Paralizando el beso de mi parte.


Como he sido tan tonta de caer ante su encanto.


_._._._._._._._._._._._._._._._._._.


¡ODIARME!

Sé que me tardo como siglos en actualizar, pero estoy en mi último año de instituto. Entender que quiero aprobar el curso, you know.

So, Harry es un echao' pa'lante. (Traducción: Es un echado para adelante)

AMARME AHORA POR ACTUALIZAR Y DAROS ESTE MOMENTAZO TAN RICO.

Ahora un tema interesante... ¡AMO EL PHOTOSOOT DE HARRY! en algunas sale sexy y en otras...idk ¿Qué opináis de él?

PREGUNTA:

¿Nombre de ship para Harry y Armine?

¿Quién es la voz de la CHICA?

TWITTER: @favoritehxrry


VOTAR Y COMENTAR BEBES, OS AMARÍA MUCHO MÁS.

Marina .xx

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