HOUDINI | Harry Styles

By favoriteharry

79.6K 5.1K 1K

''Y sí, quizás él era malo, pero cuando sonreía lo único que podía ver era lo bueno en él.'' [ Harry Styles a... More

ADVERTENCIA
Cita
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10 "Part 1"
Capítulo 10 "Part 2"
Capítulo 11

Capítulo 8

2.9K 208 70
By favoriteharry



((Muy pocas personas contestaron el mensaje que dejé en el anterior capítulo: ¿Qué os parece un grupo de Whatsapp? Si os parece bien mandarme vuestros números con el código/ prefijo de vuestro país. Depende de cuantas personas seamos lo hago o no.))



















Houdini // Capítulo 8












La primera vez que había pillado a Mona con un chico, fue en nuestro segundo año en el instituto. Ella llevaba varias semanas bastante rara y un día cuando el profesor de literatura me mandó a por una tiza, la encontré a ella muy acaramelada con un chico. Se estaban mordiendo la boca el uno al otro y siempre se giraban cuando la espalda de uno chocaba con los casilleros.

La segunda vez fue cuando entramos a la universidad. Conocimos a unos chicos muy monos y, dos semanas después ya se rumoreaba por los pasillos que habían encontrado a una pareja en los baños. Pocos días después Mona vino de su expulsión ha decirme que ella era la chica y que el chico era el rubio que conocimos.

Creo que hay muchas más veces de las que pueda contar. Mona siempre ha tenido una vida social muy activa, mucho más que mi vida en sí. Pero ahora, no se parecía en nada a lo que me había encontrado años atrás. Nunca la había visto discutiendo con un chico a tal volumen de voz. Discutir con chicas que se metían con ella por su forma de ser o de vestir, es muy común en ella. Pero cuando discute con chicos son por temas leves. Pero ahora mismo no parece que sea leve.

Jamás he oído a Mona gritarle a alguien, sea chico o chica, que lo odia.

Siempre hay una primera vez para todo. El chico la mira como si no le importase nada lo que ha dicho. Como si le diese igual lo que acaba de decirle, como si no le afectara ni un poco su opinión. Desde lejos se puede notar que es moreno, y tiene las facciones fruncidas. Va vestido de calle; la camiseta roja y los pantalones azules. Hace las manos un puño. Y además se empieza a reír, no le interesa nada de lo que Mona le puede haber dicho. Sin embargo, Mona se está poniendo roja, roja de rabia. Está apretando los puños y veo como su mandíbula se mueve, dando a entender que esta cabreada. No me extraña, ella no aguanta una sola broma y mucho menos que la vacilen. No me acerco para nada, solamente me quedo en mi sitio. Como una espectadora en una solitaria calle. Mirando y solamente intentando entender la situación.

¿Qué hace aquí Mona?

Saco mi móvil del bolsillo y ojeo las notificaciones. Ninguna que me avise de un retraso o alguna excusa de Mona para no ir a mi casa. Veo como Mona se va marchando del lugar, pisando fuerte y soltando palabrotas, mientras el chico sigue riendo con los puños apretados. Mona solamente anda y aprieta los puño. No me ha visto de milagro.

No sé si ir y preguntar que extraña relación tiene con ella. Preguntarle de que la conoce, o incluso que la ha hecho para ponerse de esa manera. El hombre deja de reír cuando Mona está lo suficientemente lejos. Se queda unos segundos parado mirando por donde se ha ido Mona. Se gira y pega una patada a un contenedor de basura y vuelve a entrar adentro. No sin antes golpear la pared del local con su puño.

¿Quién es él?

Me quedo un rato mirando la puerta del local. Es un bar común, de esos que vas con tus amigos una vez a la semana. De esos que Mona nunca iría. Me quedo parada aquí unos segundos, pero ni el chico que hablaba con Mona sale y mucho menos se oye jaleo de ese bar. Es un bar demasiado tranquilo para alguien como Mona.

(...)

Lo admito, no he podido dormir nada está noche. Después, cuando llegué a casa, me cambié de ropa y esperé en el salón a recibir un mensaje de Mona. Pero ninguno, la bandeja de mensajes del móvil sigue vacía desde anoche.

Me miro en el espejo: tengo marcas de cansancio, aparte de las ojeras mis ojos se notan cansados al igual que todo mi cuerpo. Normal, no he dormido en toda la noche. Creo que desde que he llegado a este departamento solamente he dormido 2 veces. Y eso es cuando no estoy preocupada por algo. Como ahora mismo. Suspiro y dejo de mirar mi reflejo. No me voy a preocupar ahora como me veo, incluso no me importa, aunque hoy sea mi primer día de trabajo. No me siento tan preocupada por Mona, sé que está bien e incluso que  no le ha pasado nada.

Pero no me ha mandado ningún mensaje, nada que me diga que no vendría. Aunque yo tampoco la avisé que me iba a ir a firmar el contrato a donde Dave.

¿Estará enfadada?

Sacudo la cabeza, eso ahora no es lo más inportante. Hoy es mí primer día de trabajo, tengo que verme bien aunque no tenga ganas de arreglarme. Abro el pequeño armario que tengo en la pared al lado del espejo, y saco mi peine y la bolsa de maquillaje. No me hecho mucho, solamente un poco de correcto de ojeras, algo de rimen y un poco de vaselina. Intento sobre todo tapar los signos de cansancio en mi cara. Intento que no se note mucho el maquillaje, aunque sea básico.

Cuando salgo del baño reviso el móvil, y no hay ningún mensaje en él. Suspiro, tiro el móvil a la cama y abro el armario de mi habitación. Por fin, desde que vivo aquí puedo decir que no duermo en el salón y que tengo un cuarto con su cama y su armario bien ordenado. Me costó lo mío moverlo todo a su lugar, pero al ser la casa de un solo piso he podido llevarlo todo bien.

Cojo unos pantalones azules y una camiseta gris. Cuando es hora de elegir los zapatos, los miro bien a todos. Es mi primer día de trabajo, entonces con tacones este look se vería formal-calle con ellos, pero con zapatillas se vería como que no tengo ganas de trabajar. Elijo las zaparillas grises, y así me aseguro de que no me duelan los pies. Vuelvo agarrar el movil una vez me pongo los zapatos, lo reviso de nuevo y para mi no sorpresa: tampoco hay mensajes. Puede que lo miré cada segundo, aunque tampoco sé que estoy esperando.

(...)

—Arm, esta es Rachel—dice Dave señalando a la rubia que tengo delante de mí.

No podemos ser más antónimas. Ella es rubia y yo morena, ella tiene ojos verdes y yo marrones, ella es clara de piel y yo soy morena. Somo el ying y el yang de cada una. La saludo con dos besos. Y Dave nos empieza a explicar varias cosas un poco estúpidas y obvias de hacer en una cafetería. Dice que el cocinero llegara un poco más tarde, ya que su jornada no empieza tan temprano como la nuestra.

Nos da unos delatares a cada una y dice que él estará en el despacho, nos avisa de que no quiere ninguna queja y ningún plato, vaso, máquina o cubiertos rotos. Nosotras asentimos en todo. Nerviosas.

Cuando nos deja solas después de tanta indicación, nos mantenemos en silencio.

— Hey— dice tímida.

—Hola— contesto—Bueno... Seremos conpañeras de trabajo.

— Eso he oído.— digo con una sonrisa tímida.

—Muy bien, pues pongámonos manos a la obra— dice sonriendo y entusiasmada.

—Sí, claro— contesto sonriente y asintiendo.

(...)

Creo que no me siento cansada. Hoy es el primer día de apertura, y entra mucha gente con caras curiosas, sonrisas o con niños caprichosos que solamente quieren entrar a ver. No me quejo. Ha sido más o menos fácil y no me duele nada por lo pronto. He servido unas cuantas mesas, preparado unos cuantos cafés y cogido unas cuantas propinas.

Estamos atareadas, hemos retrasado incluso la hora del almuerzo solamente por la gente que hay. No nos metemos demasiada prisa, pero sin embargo estamos nerviosas en algunas cosas que son nuevas para nosostras.

De vez en cuando, oigo la vieja puerta del despacho de Dave ser abierta. Y no me preocupo por nada, sin embargo a Rachel la veo nerviosa. No veo el motivo, pero puede ser que sea su primer trabajo al igual que el mío.

Nos turnamos en unas cuantas mesas. Cuando una no puede con todos los platos, la otra se acerca y la ayuda, claro, si no está con ningún cliente antes.

Justamente antes de la hora de la comida llegó el chef y ahora mismo está preparando unos cuantos platos pedidos por los clientes.

—Quiero que termine esto ya— escucho a Rachel. La miro de reojo y veo como está llenando un taza mientras yo limpio la barra. Sus pies se empizan a mover, y entonces entiendo más o menos lo que le pasa.

—Si quieres puedes ir tu antes— ofrezco mirándola mientras sacudo en la papelera el paño.

—¿Enserio?— se gira a verme sonriendo y yo asiento en respuesta—¡Muchas gracias! Deja que llene la taza y se la de al chico que la ha pedido.

Asiento sonriendo sin mostrar los dientes. No me importa encargarme de esto, es más se ve que queda poca gente. Va siendo ya las cuatro de la tarde y la gente ya se está yendo a su casas. Seguramente a hecharse la siesta.

Oigo como la máquina del café para de sonar, los tacones de Rachel andando por la estancia y como se oye un "de nada" de parte suya. No lo estoy viendo, estoy agachada mientras ordeno los paquetes de servilletas y las tazas jubto con los vasos que han salido recientemente del lavavajillas.

—Gracias otra vez— oigo a Rachel decir, siento una mano en mi hombro y cuando me voy a girar, ella ya se ha ido corriendo quitándose los tacones y cerrando la puerta trasera.

A quien se le ocurre venir a trabajar con tacones.

Niego con la cabeza riendo. Es una chica maja, y no se la ve para nada mala. Me levanto rápidamente y me encuentro una gran fila enfrente mía. Empizo a atender a la gente lo más rápido que puedo. Un chico rubio me ha pedidido un café, mientras que otro un bollo de chocolate. Me muevo lo más rápido que puedo e intento no dejar a ningún cliente sin nada.

Voy de un lado para otro, y me alegro un montón de haberme puesto zapatillas. Pero cuando me quiero dar cuenta, todo este ajetreo ha hecho que me olvide sobre Mona. No he recibido ningún mensaje suyo, y eso que tengo el móvil en el bolsillo del delantal. Este mismo está manchado por café y otros productos dulces que vendemos.

No me fijo en la hora en ningún momento, solamente me muevo de un lugar a otro bajo la mirada de Dave. Siento como que ahora está más tiempo fuera de su despacho.

Llevo como seis clientes cuando oigo la puerta de su despacho se cierra. Creo que se ha dado cuenta que no voy a romper ningún plato o vaso, y que tampoco quemaré el local. Suspiro cuando ya no siento su mirada encima de mí. No me siento tan presionada desde que he oído su puerta cerrarse.

Termino con el cliente enfrente de mí, y el local está casi vacío. Solamente queda unas cuantas personas charlando con otras mientras toman su bebida. No miro de primeras al cliente que viene. Sigo con la vista bajada y contando la caja que hemos hecho hoy. Mi estómago suena y no puedo negar que siento unos cuantos celos de Rachel. Pero cuando pienso que queda menos para mi descanso, más entusiasmo tengo.

—Bienvenido— digo solo levantar la cabeza de la caja, mi ceño se frunce pero el de la otra persona se mantiene en una sonrisa. No puedo decir que cada vez que viene un cliente este feliz, pero justamente con él no estoy nada feliz.

—Rizos— asiente con la cabeza en modo de saludo. Pero yo no tengo ganas de saludarle. Me quedo callada y sin hacer ningún gesto. Miro al despacho de Dave, pero de ahí no sale nadie—. Es de mala educación no saludar, eh.

—Pero no lo es cuando la persona te cae mal— digo y empiezo a guardar el dinero. No me puedo fiar demasiado.

—Buen punto— dice sonriendo, pero le ignoro. No me apetece para nada hablar con él.

—¿Vas a pedir algo o solamente te vas a quedar ahí estorbando?— pregunto cortante. No tengo ganas de lidiar con él.

—No quiero nada, por ahora— sonríe y coge un palillo de dientes de la barra—. Solamente venía a decirte que no quiero que vengas más como mi psicóloga.

—¿Perdón?— pregunto mirándole incrédula.

—Lo que has oído— se encoge de hombros—, no vuelvas, rizos.

No me encojo y mucho menos me intimido. Él no es nadie para decirme tal cosa, y mucho menos voy a dejar las practicas de mi universidad. Voy a tener una vida, y ni él ni nadie va a poder pararme para sacarme el título.

—Tú no me mandas— digo y no sé si estoy siendo valiente o me va a repercutir en un futuro todo esto.

—¿Por qué eres tan terca?— Pregunta frunciendo el ceño al igual que yo—. Te estoy diciendo que no quiero que vuelvas.

—Y yo te repito que no lo voy a hacer, no eres nadie para mandarme— digo poniendo la mano en la barra.

—Te juro que no te voy a abrir la puerta, rizos— dice rechinando los dientes.

—No te voy a hacer caso, y mucho menos a alguien como tú— niego con la cabeza y digo con asco la última palabra. Su mirada se oscurece—. Fuera .

Golpea la barra y se gira, pero solamente da unos cuantos pasos se para. No dice nada, veo su manta de rizos apoyados. Me fijo en su espalda y en como noto su ritmo de respiración. Puedo ver como está enfadado. No me extraña, puede que sea la primera persona que le reta. Puede que yo sea la primera persona en morir por ello.


—Yo tendría cuidado con lo que dices, rizos— dice y no se gira a mirarme—. Ser terca puede llevarte más abajo que arriba.


No le contesto pero me quedo mirando su espalda, y su estilo al salir por la puerta. No se gira a verme y lo prefiero así. No me siento con esas ganas de ver sus ojos después, incluso me lo estoy preguntando ¿Eso es una amenaza? Me cruzo de brazos y doy unos cuantos pisotones al suelo. No puedo con esta sensacion contradictoria en mi cuerpo. Un lado mío dice que lo ayude, ayudarlo para que yo me saque mi título. Sin embargo, otro lado dice que lo deteste a más no poder. Pero no hace falta que me lo diga yo misma o otra persona. Ya lo odio de por sí.


No me doy cuenta de quien se coloca en su sitio, pero oigo como resuenan unas llaves en el mostrador. Alejo la vista del ventanal, mirando a la oersona que está ahora enfrente mía y siento como mi venas se congelan. No puedo procesar una palabra bajo su mirada oscura. Creo que sé lo que está pensando, pero no me atrevo a descifrar sus emociones. Me está mirando fijamente, como si pudiera saber lo que está pasando por mi cabeza ahora mismo. Es la segunda persona a la que más preguntas quiero hacer en este día.


Pero sé que ella no puede hacer eso.


—Bueno...—Murmura alargando la palabra— ¿Y esa charla tan extraña con el ricitos?


—.—.—.—.—.—.—.—.—.—

¡Hello!

Bueno, me tardo un montón siempre en subir. I know, pero sabéis que yo siempre subiré.

Vale, la chica que va a interpreta el aspecto de Armine es...¡EVA RUIZ! Sí, la chica de multimedia :).

Tambiééééééén deciros que: ¡HE SUBIDO UNA NUEVA HISTORIA! se llama Harry, Soy Lesbiana y es de risa. Pasaros y dejar vuestro voto y comentario.

Ahora pasando del spam, os haré dos preguntitas: ¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Ya sabéis quién es la misteriosa que le ha preguntado a Armine? Puto Harry que no quiere nada de ayuda :(.


Capítulo dedicado a: Irina @AnnieMery69 , que es la que me ha animado a terminar el capítulo :D.


¡VOTAR Y COMENTAR!


(Si queréis un capítulo dedicado solo decirlo en este apartado)

Continue Reading

You'll Also Like

474K 9.8K 7
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 "Ser una Black digna de su apellido" Madelyn siempre tuvo esos pensamientos al saber q...
696K 19.4K 80
"...Vamos a pecar juntos..." ❝One-Shots sobre personajes masculinos del anime "Naruto" , escritos por un fan para otros fans , con alto contenido +18...
178K 9K 118
𓂋 Spanish translations ៸៸ ⊹ 𓈒 ˚ ⸰ 백 합 𝐓𝐮𝐦𝐛𝐥𝐫 ٫٫ ♡⃞ ⟡ ׅ ﹙ Lector masculino ﹚ ♡︭ ✦⠀⠀ᣞ ⬭ Ninguno me pertenece ...
259K 32.2K 55
En la Iglesia de Moscú, se encuentra Max Verstappen jurando venganza hacia su amado Daniel, jurando tomar lo mas sagrado para el agente Hamilton, jur...