Sillas, libros, lapiceros y hasta una calculadora voló por los aires teniendo como objetivo a cierto pelirrojo llamado Castiel, él cual solo se reía como si aquello fuera lo más común del mundo.
- ¡TU ENGENDRO DEL DEMONIO MENSTRUAL! VEN AQUÍ EN ESTE INSTANTE- se escucho gritar a Nathaniel furioso mientras le lanzaba otro objeto de dudosa procedencia al ojigris.
En aquel momento entraron al sotano Armin y Lysandro los cuáles extrañamente no parecían impresionados por la escena que presentaban el delegado y el guitarrista.
- ¿Y ahora que hizo Castiel?- indagó el albino con tono serio.
- ¡Hey! ¿Por qué siempre tengo que ser yo el del problema?- se quejó el acusado.
- Porque eres un idiota- respondieron el pelinegro, el rubio y el chico de ojos bicolor a la vez.
El pelirrojo se hizo el ofendido y se colocó una mano en el corazón para dramatizar lo resentido que estaba.
Armin divertido y aprovechando que el ojidorado dejó de lanzar objetos, se acercó a él y lo tomó de ambas manos en un acto de camadería.
- Dime pequeño Nathy ¿Qué te hizo ese feo gruñón pelirrojo ahora?- le dijo con la voz con la que le hablarías a un niño chiquito.
- El rompió mi gatito de porcelana- se quejó el rubio haciendo puchero.
- ¡Awwwn! Tranquilo Lys y yo lo obligaremos a comprarte uno nuevo- le consoló el ojiazul sonriendo.
- Yo no rompí ese condenado gato,- se defendió el guitarrista irritado- además era horrible.
El albino se acercó a su amigo y le dio un pequeño coscorrón de castigo.
- Castiel no es de hombres negar sus errores- le regaño victorianamente.
El ojigris suspiro resignado, su nueva amista con Nathaniel era divertida pero siempre terminaba siendo él el castigado por las peleas.
**********************************************************************
Aquí trayendo un pequeño adelanto de esta picante historia, los quiero gracias por leer y comentar.
Nota: Si alguien quiere hacer la portada de esta historia, adelante.