*4 años después*
Narra Justin:
- Hijo, necesito que me ayudes con el resto de cajas. Aún hay cosas que debemos empacar.- anuncia llamando mi atención.
- Claro, no hay problema.- asiento mientras bloqueo la pantalla de mi celular y me levanto del sillón.
- Las cosas están en ese cartón verde, solo debes clasificar la basura de lo que aún nos sirve.- vuelvo a asentir.
Con un suspiro de cansancio me siento en el suelo frente a la caja, de esta empiezo a sacar papeles de facturas y un sin número de revistas. La mudanza que han decidido hacer mis padres, según ellos, es para que tengamos más espacio y cuando hablo de más, se refiere a que ya quieren que encuentre alguna chica con la cuál formar una familia.
- ¿Usarás las revistas?- pregunto en un grito.
- No lo creo, guarda solo las del último año.- asiento sin que me mire antes de regresar la vista a los papeles amontonados.
La cantidad de revistas de moda y maquillaje del último año son bastantes y me asombra la cantidad de dinero que las mujeres están dispuestas a gastar en un libro que a lo mucho leerán un par de veces. Cuando ya solo quedan 5 revistas en el fondo del cartón, una tarjeta en particular llama mi atención. ¿Y es que cómo no llamaría cuando su tono es brillante y un lazo la adorna? La tomo entre mis manos mirándola con confusión, nunca la había visto por lo cuál asumo que fue una invitación de algunos años atrás.
"Sr. Bieber y filia.-" se encuentra escrito en la parte de atrás, la curiosidad me llena al saber a que evento fuimos invitados y nunca asistimos. Deshago el lazo que envuelve la cartulina antes de abrir una especie de tapa que cubre las letras.
"Cuando nos conocimos bien, nos dimos cuenta que habíamos nacido el uno para el otro..." es la frase principal de la tarjeta y la cuál me dice que es una invitación de boda. Las siguientes palabras me aseguran que estaba en lo correcto:
"Como motivo de nuestro amor tenemos el agrado de invitarles a la celebración de nuestra boda:
________ Mallette y Christian Beadles"
¿¡Qué!? Vuelvo a leer la tarjeta desde el principio asegurándome de que lo que acababa de leer fue solo una equivocación y que el hecho de no saber nada de ella por 4 años ya me esta volviendo un loco que alucina. Cuando la he leído como treinta veces rezando por que aquellos nombres cambien por otros puedo sentir gotas de sudor frías caer de mi frente hacia mis mejillas. Debe ser un jodido chiste, corro hacia la cocina donde segundos antes estaba mi madre y, efectivamente, la encuentro ahí cortando algo en una tabla.
- ¡¿Qué demonios es esto?!- pregunto con furia, sus ojos regresan a verme asustados y confundidos.
- ¡Justin! No te atrevas a gritarme, ¿qué es lo que te pasa a ti?- frunce el ceño dejando de lado el cuchillo y limpiando sus manos en un limpión.
- ¡Dime que es esto!- vuelvo a gritar lanzando la tarjeta sobre la mesa de centro.
- ¡No grites!- brama tomando la invitación en su mano, al momento de mirarla sus ojos se abren-. Justin...- empieza delicadamente.
- ¿Es un chiste cierto? ¿Es solo una jodida estrategia de ustedes, verdad?- al no contestar la miro, sus ojos no se despegan de la mesa-. ¡Contéstame! ¿Por eso me mandaste a limpiar la caja? ¿Para que vea esa mentira que se están inventando?
- Hijo, yo no sabía que estaba esto ahí. Y...- me mira con ojos llorosos-. No es mentira, ella está casada con Christian.
- ¡No! ¡Me estas mintiendo! Ella no pudo haberse casado después de un mes de haberme ido, no pudo.- las lágrimas empiezan a correr con desenfreno.
- Quizá no te amaba lo suficiente, esas cosas pasan Justin. Ella no era para ti.
- ¿Y quien lo es? ¿La vecina? ¿La chica de alado a la que empeñas en amarrarla conmigo?
- Esa muchacha es una persona encantadora y deberías considerarlo, desde hace dos años que ha intentado llamar tu atención pero eres necio y no ves lo hermosa que es.
- Pues allá ella por que no me gusta y nunca lo hará. ¿Qué es hermosa? ¡________ también es hermosa!
- ¡Pero ella no es tu prima! ¡No sería una relación enferma!
- ¡________ tampoco! Es el amor de mi vida y eso no va a cambiar. Ustedes son los que ven eso como una enfermedad pero para mí es lo más hermoso que he tenido.
- ¡Tiene tu mismo apellido!
- ¡Eso no la hace mi prima!, sabes perfectamente que el abuelo Bruce no es tu padre biológico y ella no es mi prima.
- Estas equivocado Justin, déjala ser feliz. Tiene un esposo y seguramente ya tiene hijos.
- No te creo, de seguro es un chiste de tu retorcida cabeza y ¿sabes que? No pienso rendirme, jamás debí dejarla.
- No hagas algo de lo que te vas a arrepentir, no es sano.
- Digas lo que digas, no me importa. Espero que les vaya bien en la mudanza por que yo no pienso quedarme aquí.
- ¡¿A caso te iras a buscarla?! ¡Estas loco!- grita intentado acercase a mi pero retrocedo.
- Si estar enamorado es estar loco entonces si lo estoy. Ya no soy un niño, ya no dependo de ti. Y si quiero irme, lo haré.
- ¡No me desobedezcas! ¡Soy tu madre!
- Diles a Jazzy y a Jaxon que los llamaré.
Su boca se abre en un jadeo y se que jamás pensó que en algún momento podría desafiarla de esa manera. La miro una última vez antes de dar media vuelta y caminar hacia las puertas de salida, sus gritos pronunciando mi nombre se hacen más diminutos mientras doy un paso más. Al salir distingo a un lado a la vecina con la cuál mi madre espera que forme una familia, un grito alegre de su parte escucho a mis espaldas pero decido ignorarla y caminar directamente hacia mi auto donde cosas mías de la mudanza empacadas descansan en la parte trasera. Al subirme arranco alejándome de mi hogar en camino a la empresa de diseño de interiores en la que trabajo. La cabeza me da vueltas y los ojos me punzan por las lágrimas que quieren soltar pero intento retenerlas hasta estar parqueado frente al edificio de 3 pisos.
- Quiero hablar con Alan.- pido una vez que me encuentro frente a la secretaria del dueño de la empresa.
- Hola Justin, enseguida le comunico que estas aquí. Le encantará verte, me ha dicho que has hecho unas excelentes decoraciones.
- Gracias.- intento forzar una sonrisa, la respuesta en su rostro me dice que se ha dado cuenta de mi horrible ánimo.
- Puedes pasar.- susurra colgando nuevamente el teléfono, asiento mientras a paso lento camino hasta el fondo del pasillo.
Suelto un suspiro antes de tocar las puertas de la oficina, un pase se escucha antes de que sea capaz de tomar el pomo y girarlo para abrir la puerta.
- ¡Justin!- grita alegre a mis espaldas mientras cierro las puertas-. Qué alegría verte.- sonríe pero su gesto se borra cuando quedo cara a cara-. Hey hermano, ¿estas bien? ¿Ha pasado algo malo?
- Estoy bien, solo quería hablar contigo.- murmuro tomando asiento frente a él.
- ¿En que problema te has metido? Te cobraré por cada vez que vengas a pedir consejos.- ríe haciéndome sonreír de lado.
Alan Blein es un chico dos años mayor a mí, su padre Nicholas Blein fue la persona que me acogió en su empresa cuando a penas tenia semanas de haberme graduado. Hace pocos meses decidió dejar su puesto en manos de su único hijo.
- Quiero renunciar a la empresa.- su sonrisa se borra dando paso a sus ojos abiertos y un carraspeo confuso.
- ¿Te trato mal? ¿Quieres más sueldo?- un risa brota de mis labios.
- No Alan, el trabajo es bueno y me gusta.
- Pero...- entrecierra los ojos esperando a que continue hablando.
- Pero debo irme a Canada.
- ¿Porqué algo me dice que toda esta situación tiene nombre y tu apellido?- lo miro sonriente-. ¿Debo agradecer a los dioses por que al fin vas a hacer lo que debiste hacer hace mucho?
- Sabes que lo hubiera hecho pero mis padres...- su grito me interrumpe.
- ¡A la mierda los padres! Justin, deja de ser niño de mamá y has lo que tu en verdad quieres.
- Eso haré, quiero irme esta noche.
- Antes, puedo saber que es lo que te hizo cambiar de opinión.- asiento llevando mis manos a mi rostro al recordar la razón.
- Hoy, mientras seguía con eso de la mudanza encontré una tarjeta. Era una invitación, nunca la había visto y quise saber de que era. Según eso ella esta casada.
- Espera, ¿qué? ¿Cómo que ella esta casada? ¿Casada de anillo, esposo y esas cosas?
- Sí, al parecer se casó con su mejor amigo y después de un mes de haberme ido.
- ¿Lo creíste?- suelta una carcajada-. Justin, es imposible que ella se haya casado de 18 años, después de un mes sin verte y con su mejor amigo. Creo que hasta con el perro era más creíble.
- No lo creo y por eso quiero ir a verla. Ya tiene 22 años y el hecho de que ya sea más adulta no quita la posibilidad de que en cualquier momento decida hacerlo.
- No renunciarás.- lo miro confundido-. Mi padre tiene una empresa allá, te ayudaré a traspasarte y ¿ya tienes vuelo?- niego-. Bien, usarás el jet de la compañía.
- Pero se usa solo en emergencias, ¿cómo?
- Es una emergencia, Justin. Mi amigo debe ir por su damisela y que mejor que yo ser el héroe de la historia así que andando que debes hacer maletas.- habla parándose y tomando su chaqueta del espaldar de la silla para ponérsela.
- Las tengo en el auto, por lo de la mudanza y eso.- contesto parándome y caminando a sus espaldas.
- ¡Estupendo! Por cierto, nuestros clientes han venido a agradecer el trabajo que has hecho. Al parecer has dejado enamorados a todos con tus habilidades y a sus hijas de ti.
- No me interesa.
- Lo sé, lo sé. Tus ojitos son solo de ________ Mallette.- habla en voz chillona-. ¿Mark, me ayudas subiendo las cosas del chico al jet?
- Claro, señor.- asiente el hombre moreno antes de caminar a la salida.
- Por tu auto no te preocupes, me encargaré de que lo desmantele un buen ladrón.
- ¿Qué? No te creo eso en absoluto.
- Tranquilo, lo llevaré a mi casa. Tú solo preocúpate de encontrar a tu damisela y de traerla para que la conozca, quizá le guste y quiera ser la próxima señora Blein.
- Estas empezando a caerme mal.
- No, no. Yo ya tengo a mi damisela y si lo olvidas, no falta mucho para que la despose.
- Solo por eso se que mi damisela esta a salvo.
- Vamos, el jet esta listo.- avisa una vez que Mark le ha hecho una señal de asentimiento.
Caminamos hacia la parte trasera del edificio donde tiene toda clase de helicópteros y jets que Nicholas utilizaba en sus reuniones de emergencia o cuando nos contratan de ciudades diferentes.
- Gracias en verdad.- agradezco cuando ya estoy sentado en unos de los sillones de cuero.
- No hay de que, espero y la encuentres Justin. Aunque estoy seguro de que lo harás. Te enviaré un mail cuando la transferencia este lista y también llamaré a tus padres porque se que ellos no lo saben.
- Claro, ¿podrías poner en su cuenta el sueldo de este mes? Ya mismo llegan los pagos de mis hermanos y prometí ayudarles.
- Lo haré, bueno... me voy, tengo un almuerzo con mis suegros. Suerte y espero que me llames cuando estés con ella.
- Lo haré, adiós.- me despido viéndolo salir por la puerta rectangular antes de ser cerrada.
Cierro mis ojos con fuerza y ruego que todo lo que he visto en esa tarjeta y lo que me ha dicho mi madre no sea cierto, jamás soportaría perderla de ese modo. Es imposible que lo haya hecho. Christian me lo prometió, prometió que cuidaría de ella y le recordaría que la amo pero no que se casara con ella y sea amada por él. Necesito respuestas antes de volverme loco de una vez por todas, saber qué paso con Malcom, si intento tener algo con ella otra vez o si la dejo en paz. Espero que haya hecho lo segundo y que ella este bien.
En estos 4 años ha sido tan difícil no poder salir corriendo, empezar en una nueva universidad, sin tenerla a ella como compañera o a mi lado para poder pasarle mis pruebas y dejarle notas en las esquinas de las hojas, fue difícil al momento de adaptarse. Los primeros meses me quedaba pensando en ella y la mayoría de veces recibía regaños de los maestros. Aún recuerdo tantas cosas que vivimos juntos, aquellas escapadas o aquellas veces que corríamos peligro de que alguien nos encuentre en pleno acto. Aún tengo presente sus ojos avellana y sus labios rosas. Incluso puedo decir que extrañé a Drake y las molestosas veces en las que no me dejaba tocarlo por que aparecía de la nada.
Cuatro años atrás la deje y me separé haciéndole creer, de cierto modo, que no me importaba. Pero pienso encontrarla y cumplir mi promesa de nunca dejarla, de ser uno solo y estar juntos siempre.