Lunas escarlata

By DailyWho

137K 11.6K 1.1K

Segundo libro de la saga Cantos a la luna. Es necesario leer cualquiera de los dos anteriores libros para ent... More

Sinopsis.
Antes de la lectura:
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44.
Capítulo 45
Capítulo 46
EPÍLOGO.
EL PRINCIPIO DEL FINAL (AGRADECIMIENTOS)
ROBO DE LUNAS DE HIELO

Capítulo 32.

2.1K 221 43
By DailyWho

El silencio entre Alan y yo era agonizante. No sabía cómo romperlo siendo tan cobarde como para ir a buscarlo.

Seguía en casa de sus padres, según lo que me había contado Charlotte porque cada mensaje que le mandaba a Alan era ignorado o contestado con pocas y frías palabras. El último, el que más me había dolido, solo diciendo que no quería verme el día anterior.

Mordisqueé mi labio, pensativa, mientras Lotty y Alice estaban detrás de mí, sentadas en mi cama, al menos Charlotte, porque Alice estaba acostada jugando con uno de mis cojines.

—¿Es posible que no quiera verla por influencia de los vampiros? —Miré de inmediato a Alice, quien había hablado, y luego a Charlotte. El globo de la esperanza se pinchó cuando ella negó.

—Alan ya está libre de la persuasión, debe ser otra cosa.

Suspiré, frustrada, dejándome caer en el bordillo de la ventana abierta.

—¿Entonces por qué está enojado conmigo? Hace tres días se despertó y no ha querido verme. Pensé que estaba así con todos, pero ahora ambas me dicen que lo ven normal, así que el problema soy yo.

—El problema no eres tú: el problema al parecer es contigo. Es un poquito diferente.

—Para mí es lo mismo, Alice. —Volví a suspirar, pensando en las mil razones por las que podía estar tan enojado conmigo. No tenía experiencia en el vínculo, así que no podía conectar con él para intentar saber qué estaba sucediendo... o no quería que lo supiera, así como había dicho Charlotte que podría ser una opción.

No había pensado con anterioridad que el tener tanto con tu pareja podría acarrear una falta de privacidad, pero luego Alice y Lotty me habían aclarado que se podía bloquear a tu compañero. Fue así como habían logrado llevarse a Kiona y Trevor sin que se sospechara algo más allá que suponer que solo era enojo.

Me estaba doliendo la cabeza de pensar tanto en una razón. Yo no la veía, con sinceridad.

—¿Y si vamos juntas a casa?

Me mordí el labio con más fuerza, indecisa.

—¿Cómo sigue él? —Ella se encogió de hombros.

—Es afortunado de ser un licántropo y poder recuperarse en menos tiempo, pero todavía se nota un poco herido.

Suspiré, recogiendo mi cabello en una coleta.

—Está bien, iré contigo. Me voy a arriesgar a que se enoje más.

Sin decir una palabra más se levantó. Alice también lo hizo, pero se quedó sentada mientras yo buscaba un abrigo. Dudaba mucho que Alan quisiera darme uno suyo o que al menos lo tuviera en casa de sus padres.

No llevé mi auto, me fui con Lotty en el suyo. Alice tomó un taxi luego de haberla dejado en un lugar más... accesible.

El último mes me había dejado sin uñas a las cuáles morder para intentar disipar un poco el estrés que me estaba generando todo, pero aun así intenté mordisquear algo más que mi labio en el camino. Agradecí los intentos de Lotty de ponerme tema de conversación, aunque al mismo tiempo me sentí un poco mal por no poder meterme de lleno a ello. Estaba nerviosa, no había visto a Alan por tres días y no sabía en qué iba a terminar todo.

Dudé un poco en bajarme del auto cuando llegamos a la casa. Todo se veía tranquilo, el viento soplando en las copas de los árboles de la zona, las antorchas en su posición, apagadas por ser aun de día. Solo se escuchaba la lejana risa de unos niños que se apagó en cuanto entramos al garaje y la puerta se cerró.

Charlotte, al ver mi indecisión, me abrazó.

—Mi hermano te ama, Abril. Se niega a hablar del por qué está enojado contigo, pero no dudes que te ama.

Asentí y me bajé junto con ella.

Al entrar a la casa lo primero que se escucharon fueron algunas risas provenientes de una de las salas. Ya había mencionado que la casa de los Lee era grande: lo primero que se veía al entrar a la casa no era una sala de estar, ni nada de eso, sino un pequeño hall al que se unían las demás habitaciones.

No dejé pasar más tiempo, con cada segundo que estuviera parada sin hacer algo ahí sería más fácil que Alan sintiera mi olor y huyera. Seguí a Lotty hasta donde estaba el resto de su familia, incluso Adara.

Carraspeé para llamar la atención de Alan, quién, con renuencia, se giró hacia mí mientras yo me paraba incómodamente en la puerta, solo dando un pequeño saludo a su familia porque no podía dejar de retorcer mis dedos entre ellos.

La sonrisa que había tenido Alan se borró para reemplazarse por una mueca.

—¿Podemos hablar? —dije casi sin aliento. Comprobé que se veía mejor, aunque tenía ojeras bajo sus ojos. Cuando notó que no tenía otra opción más que hablar conmigo, suspiró, tomando las muletas que no sabía que estaba usando. Salió de la habitación luego de lanzarme un gruñido susurrado para que lo siguiera. Intenté sonreírse a su familia antes de hacer el mismo camino.

Entró en una habitación en la cual nunca había estado. Sólo había un escritorio de madera lustrada, dos sillas y una biblioteca enorme que cubría toda una pared. No tardé mucho en saber que era el estudio u oficina de su padre. No era una habitación cercana a la sala en donde estaba su familia, así que me relajé un poco al saber que, si discutíamos, nadie escucharía. Además, según lo que me había comentado Alan hacía tiempo atrás, las habitaciones no permitían que salieran muchos sonidos de ellas, como una manera de defensa por si debían esconderse o planear algo en poco tiempo.

Alan se recostó en el escritorio, esperando, pero yo también lo hacía, con la esperanza de que me dijera la razón de su enojo. Sin embargo, al ver que de mi boca no salía palabra alguna, arqueó su ceja. Sus labios estaban apretados, sus hombros tensos y espalda recta: estaba en una posición clara de defensa.

—¿Y bien? ¿No querías hablar?

—Quiero hablar, pero pensé que tenías algo que decirme...

—Si tuviera algo que decirte te hubiera dicho que vinieras. —Su falta de afecto y palabras me enojó. Me crucé de brazos, frunciendo el ceño.

—¡Solo quiero que me digas qué está pasando! No entiendo por qué estás actuando de esa manera conmigo. Me estás lastimando y...

—¿Y ahora eres tú la que se enoja? ¿La lastimada? —escupió entre dientes. Se había enojado aún más de lo que de por sí había estado—. No te pedí que vinieras, así que si te enojas o si te ofendes es tu problema.

Parpadeé sorprendida porque Alan nunca en su vida me había hablado así, tan seco, enojado y... feo.

—Alan, no estoy aquí para discutir ni tratarnos mal. Somos novios...

—¿Novios? —me interrumpió tirando las palabras con sarcasmo e ira—. No recuerdo en qué momento te pedí volver o te dije que lo haríamos.

Auch.

—Alan... —Intenté hablar, pero él continúo, su cuerpo moviéndose hacia el frente, sus manos agarrando la madera del escritorio al punto de resaltar las venas.

—Y no le pediré a alguien que no confía en mí que lo sea. No se lo pediré a alguien que prefiere confiar en otros que en su propio novio. No quiero volver contigo después de lo que sucedió. —Su tono de voz iba en aumento con cada palabra pronunciada.

A pesar de mi temor, di un paso hacia él, pero, contrario a lo que quería, su actitud solo fue de rechazo hacia mi cercanía.

—Alan...

—¿Por qué no mejor te vas con el que te hizo olvidar? ¿Eh? Porque ¿Ves esto? —preguntó, tomando mi muñeca solo para poner frente a mí mis dedos libres de alianzas—. Eso significa que eres libre, ¿así que por qué no disfrutas de tu grandiosa libertad y me dejas hacerlo a mí? O qué esperas ¿Qué crea que de verdad vas a estar conmigo siempre? ¿Qué confiaras en mí por el resto de mis malditos días? No lo creo, Abril. Ya cumpliste lo que dijiste: me terminaste al no recibir algo que, como ya te había dicho, no media mi amor por ti... aunque al parecer el tuyo sí.

Las lágrimas asomaron mis ojos.

—Alan, no podemos estar separados, tú...

—¡Yo sólo necesito tu cuerpo una puta hora para vivir! —gritó—, y si lo que tanto te preocupa es darle tu cuerpo a la persona que supuestamente era el único que lo iba a tocar cuando ya no son nada puedes decirle a tu amado vampiro que te convierta. ¿Acaso él no es el verdadero amor que conociste al haber pasado por una gran decepción? Ya estarías muerta, no existiría el lazo conmigo. ¡Vivirías feliz! Sin estar al lado de la persona que tanto te hizo sufrir sin haberte dicho una puta mentira, porque te recuerdo que no fui yo quien te mintió. Pero claro, en esos malditos ocho meses no te demostré lo suficiente lo que sentía por ti como para que a la primera tu fueras con otro.

»Si tanto te preocupas por lo que pueda sucederme entonces ¡Dile! De seguro el bastardo te haría el favor; o puedes dejarme usarte, total es sólo una hora por dos malditos meses. —Sollocé por sus duras e hirientes palabras.

—Alan, me estás lastimando.

—¡Me vale mierda si lo hago o no! —Retrocedí el paso que había dado con anterioridad—. Te lo dije, Abril. Te dije que me enojaría mucho si volvías a insinuar que no te amaba, y tú, sin pensarlo, lo volviste a hacer, lastimándome —dijo, su voz quebrándose. Alejó sus ojos de los míos, con una mueca herida y enojada a la vez—, y sin preguntar ni una maldita cosa que podía ser muy obvia a la vista. Si no te importó a ti lastimarme, ¿por qué debería importarme a mí? —dejó de hablar por un segundo. Mi garganta estaba cerrada como para emitir alguna palabra. Se talló los ojos con los dedos—. Te conté mi vida entera, te conté de Ixchel y de las chicas con las que estuve antes, Evoleth no entra ahí porque era como un maldito juego de niños, y tú como una... estúpida, le creíste a la persona que menos sincera iba a ser. Te dije que me sentía mal y sólo fuiste capaz de decir que era estrés. Había una y mil pistas que te decían que algo mal iba a suceder, pero cuando todo sucedió, tú sólo te fuiste de la mano con otro.

»Estoy decepcionando, enojado, y cansado de todo, pero tampoco puedo disculparme si ya no quiero tener nada contigo.

—Alan, de verdad lo siento mucho, pero tus palabras...

—Te están haciendo daño. —Por la manera en la que lo dijo supe que se burlaba—. Entiende, Abril, que esta vez no daré mi brazo a torcer cuando ni siquiera soy yo el que está mal. Entiende que no te besaré como siempre hago, no me acostaré o lo que sea contigo sólo porque te sientes mal y quieres reparar todo en un solo chasquido de dedos. Estoy cansado de ser el que perdona a los cinco minutos, cansado de ser el que tiene que rogar por días, el que lleva flores, chocolates y más cosas para que me perdonen por una estupidez. Estoy simple y completamente, cansado de la relación que teníamos. Sácate de la cabeza que somos novios, porque no lo somos.

—Nos íbamos a...

—¿Casar? Siempre pusiste trabas y excusas, me devolviste el anillo y doy gracias al cielo porque lo hayas hecho. No quiero y no me casaré contigo, no ahora, porque de verdad me cansé de ti y todas tus broncas.

Tomó sus muletas y salió de la habitación, dejándome allí sola, con el corazón latiendo a mil, pero en millones de pedazos. Las lágrimas habían dejado de salir, pero se mantenían fuera, esperando rodar mis mejillas.

Alguien tocó la puerta antes de que escuchara la puerta abrirse de nuevo. Me sequé el rastro de agua que seguía en mi rostro para poder girar a ver quién había llegado sin que se notaran las ganas

—¿Qué sucedió? Vi a Alan salir de aquí y supuse que las cosas no terminaron bien. —Chalotte me abrazó sin que yo se lo pidiera. Las lágrimas que estaban en espera se regaron de una manera impresionante por mis mejillas, acompañadas de sollozos.

—Arruiné todo con tu hermano, Lotty.


*

¡Lo siento! Dije que iba a actualizar ayer de nuevo, pero me quedé dormida y luego me levanté con dolor de cabeza, así que dejé el capítulo para escribirlo hoy. Afortunadamente sí pude terminarlo y aquí ya lo tienen.

Este capítulo siempre me deja el corazón triste ¿Qué tal a ustedes?

La verdad es que la relación de estos dos ha tenido mejores momentos.

En fin, espero que de igual manera les haya gustado. No diré que actualizaré más tarde otro capítulo, pero quisiera hacerlo. Se va acabando la historia para este libro, nos vamos acercando al final.

¡Nos vemos luego! 

Continue Reading

You'll Also Like

94.7K 7.6K 121
"Quizás debería aceptar que ya fue, que no fuimos, no somos y no vamos a ser " -Leah Amara Stilinski Leah Amara Stilinski, una joven de 15 años, qui...
362 145 22
UNIVERSE OF NEW SPECIES (Universo de Nuevas Especies) El Universo ha sido infectado, solo los más fuertes sobreviven y se refugian en el único planet...
102K 56 1
Annaiza Cooper, es una chica que como muchas personas tiene que trabajar para poder vivir, graduada de arquitectura y diseño de interiores y con una...
11.2M 808K 189
Oliver es el joven heredero del trono, desesperado por no encontrar a su pareja eterna, decide casarse con otra mujer loba, todo cambia cuando su pad...