Her Heart Feels // (CAMREN)

By vainilla_green

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La vida de Camila Cabello cambia en tan sólo un instante en el que lo pierde todo, un accidente que la deja c... More

PRÓLOGO
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince

Capítulo Ocho

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By vainilla_green

-Siéntate. Preparare algo de té. –Sin escuchar respuesta alguna más que una simple mueca llego a la cocina. Encendió la estufa y calentó el agua. Una mar de pensamientos llegó a su mente, no estaba aliviada del todo por la salud de Camila pero sabía que hizo bien en retenerla mientras le pasaba lo que fuera que le hacía ponerla en esa situación. Mientras las burbujas comenzaban a formarse y desaparecer en la parte superior del recipiente se dedicó a buscar dos tasas en los cajones de arriba. Cuando las encontró las depósito en el taburete de desayuno vertiendo el líquido caliente a la vez que rasgaba los dos sobres que contenían el té.

A lo lejos podía escucharse la suave melodía de "Somebody Else interpretada por The 1975", dejo la basura en el recipiente pequeño de la cocina. Tarareando el principio de la canción.

"So I heard you found somebody else

And at first, I thought it was a lie

I took all my things that make sounds

The rest I can do without."

"I don't want your body

But I hate to think about you with somebody else

Our love has gone cold

You're intertwining your soul with somebody else."

Al levantar su mirada en dirección a la sala se encontró con la silueta de la diseñadora en el marco de la puerta que mantenía su vista fija en ella y en las dos tasas que llevaba en sus manos. Se acercó hasta llegar al frente tomando la tasa de una de las manos de Lauren, sentándose en la silla del taburete. Al poco tiempo Lauren se le unió ubicándose al frente.

-Cuando estaba en la sala no pude evitar mirar y encontrarme con el tocadiscos al lado de varios vinilos. Escogí a "The 1975" espero no te importe. –Apenada bajaba la mirada mientras tomaba un sorbo de su tasa.

-Para nada. Es bueno escuchar un poco de música de vez en cuando. –La mayoría del tiempo no pasaba en casa pero siempre cada noche hacia espacio para escuchar algo de lo que atesoraba. -¿Cómo es que sabes ponerlo? –Pregunto curiosa ya que eran pocas las personas que poseían uno.

-No lo sé. Digo no es tan difícil solo es poner el vinilo en el toca discos y ya. –Se encogió de hombros mientras terminaba de hablar.

-Si tú lo dices. –Agrego no muy convencida. Parecía fácil, pero en realidad muchas veces se equivocaba al ponerlo en la dirección contraria. Al parecer estaba ocultándole "algo" de nuevo.

-¿No me crees verdad? –Frunció sus labios, esperando una respuesta.

-¡¿En serio?! –Hablo Lauren exaltada. -No te haces una idea de la cantidad de veces en las que sin querer rayaba los vinilos de mi padre porque no sabía cómo ponerlos. Discúlpame por no creerte pero a estas alturas Camila. –Hizo una pausa. -¡Ni siquiera me has dado una maldita explicación del porque te pusiste helada y porque en todo el camino a penas me dirigiste una palabra! –Subiendo el tono de su voz más de lo normal se llevó una mano a su frente tratando de controlarse.

-¡Es porque soy diferente Lauren! –Soltó sin más. La abogada dirigió su mirada al frente expectante para que continuara. –Yo... no soy como tú, como Dinah, como el resto de personas. Mi cerebro funciona diferente. –Trago con dificultad. Hablar de ello era tan difícil pero al mirar los orbes verdes que trataban de comprender lo que decía se animó a continuar. –Una persona normal es capaz de lidiar con un solo problema en su mente, si pensara en dos no podría ni darle solución a uno ni al otro. En cambio mi cerebro puede procesar diez problemas diferentes y a cada uno darle solución. Soy capaz de centrarme en cosas realmente importantes y desechar lo insignificante. Por lo que necesito de alguna forma mantenerme ocupada. También tengo memoria fotográfica. –Termino de explicar.

Camila no parecía inmutarse ante sus palabras. Era como si solamente contara una historia. Se removió en su asiento esperando su respuesta pero era tanto por procesar. En verdad es una prodigio o una súper dotada, tal cual Taylor le había mencionado. "Impresionante" así lo calificaba. Ojala ella pudiera tener esa capacidad, cuantos exámenes, cuantos desvelos, cuantas redacciones en papel que siempre iban a la basura por no encontrar las palabras indicadas a lo largo de su corta vida se hubiese ahorrado y hubiera hecho en minutos con ello. Pero también pensaba en Camila de niña y todo lo que posiblemente había vivido a causa de su habilidad al no ser comprendida.

-¿Fue difícil? –Pregunto Lauren. –Quiero decir acostumbrarte y ser diferente cuando eras niña.

-Al principio. –Tenso su mandíbula recordando. –Pensaba en muchas cosas a la vez, tenía la respuesta a todo pero era tan difícil expresarlo y no ser señalada como una "sabelotodo"-Expreso con amargura. –Muchas veces llegue a preguntarme lo que estaba mal conmigo, porque me costaba tanto mantener una conversación con alguien. No fue hasta una noche en la que mi mamá me encontró llorando debajo de las sabanas de mi cama porque ese día respondí durante la clase sin tocarme directamente a mí, conocía la respuesta y el niño que el maestro le preguntaba no contestaba. Una vez termino la hora, se acercó a mí y tiro todos mis libros. Recuerdo que ella me consoló durante toda la noche haciéndome saber que no tenía la culpa de nada, obviamente omití el incidente de mis libros. –Con una mirada triste y su voz cansada terminaba el relato.

Ojala se hubiera equivocado. Su niñez fue dura tal como lo imagino. Los marrones que buscaban algo más en la tasa que tenía entre sus manos se veían cristalinos como si fuera a romperse en cualquier momento. A cerco su mano hasta apoyarla sobre la de la castaña que tenía sobre el mueble. Su piel se erizaba ante el contacto, la necesitaba y estaba ahí apoyándola. Impotencia y enojo se instalaban en ella, ni siquiera entendía como las personas son como son impredecibles.

-¿Sabes lo que pienso? –Hablo con rabia. –Ese niño es un estúpido sin cerebro. Le ayudaste, ¿cómo puede ser posible que ni siquiera te lo hubiera agradecido? –Frunció su ceño aun sin soltarla.

-Las personas actúan por instinto cuando se sienten amenazadas Lauren. Es algo que he aprendido a lo largo de mi vida. –Dirigió su mirada hasta sus manos que se mantenían apretadas sin soltarse, sonrió de lado mirándola al instante.

-Lo sé a veces puede ser una mierda. –Suspiro. –Pero no dejes que algo como eso te afecte. Tienes una habilidad asombrosa que muchas personas desearían tener. Vales mucho más que eso Camila. –Sonrió transmitiéndole tranquilidad aflojando su agarre. – ¿Ahora podrías decirme porque estabas helada?

-Sufro ataques de ansiedad Lauren. Suceden cuando estoy bajo presión, nerviosa, angustiada, o por algo que no sepa cómo hacerle frente. –Dio un leve sorbo al té ya tibio, sintiendo como lo amargo inundaba su boca.

-Pero no estabas pasando por nada de...-Se quedó en silencio pensando.

-De hecho si lo estaba. –Afirmo sonriendo apenada. –Veras, no soy una de esas personas que suelen dejar a alguien en su casa todo el tiempo. Por lo general salgo de la empresa y regreso hasta mi casa sin más. –Se reclino en su silla. -Me sentía nerviosa ¿Insegura tal ves? No lo sé. Yo no tenía idea de que hacer o cómo despedirme de ti porque sinceramente Lauren no quería hacerlo. –Levemente sus mejillas se sonrojaron buscando esconder su mirada bajo sus pestañas para que Lauren no la notara.

-Entonces tenemos un problema. Yo tampoco quería despedirme y dejarte ir. –Con una amplia sonrisa en su rostro sin pena alguna expreso lo que realmente estaba sintiendo. –Me preocupaste demasiado. No lo hagas de nuevo. –Advirtió señalándola.

-Tratare de controlarlo pero no puedo prometer nada. Son ataques que pasan sin buscármelos. –Levanto sus manos en señal de rendición.

Camila era tan adorable. De lo poco que llevaban hablando identifico varios de los gesto que hacía con su rostro cuando algo le molestaba, la hacía sentir triste o nostálgica. Frente a ella se encontraba la verdadera Camila Cabello y no Camila Cabello la gran diseñadora de modas. Se estaba permitiendo abrir un poco su alma para que conociera sus pensamientos más profundos. Pero eso solamente era la punta de una gran montaña rusa que venía en bajada.

-¿Has visto a algún médico para tratar la ansiedad? –No quería pasar los límites y que Camila se cerrara evitando contestarle pero estaba tranquila por lo que no fue difícil.

-Hice terapia durante un tiempo. –Pareció pensárselo si compartiría más detalles a Lauren. Su mirada era comprensiva. Si quería empezar las cosas bien tenía que ser sincera. –Me ayudo un poco pero no es algo que desaparezca por completo. A veces siento como si la respiración fuese escasa y me estuviese ahogando. Solo dura unos minutos y luego desaparece. He aprendido a vivir con ello. –Finalizo Camila.

Mirando el reloj de pared por arriba de Lauren se dio cuenta que marcaban más de las nueve. Era tarde y ambas tenían que descansar había sido un día muy agotador. Levantándose con su tasa en las manos la llevo hasta el trastero, donde encendió la llave del grifo mientras se giraba para tomar algo de jabón y lavar el recipiente.

-Déjalo así Camila. Eres mi invitada por lo tanto no permitiré que laves la tasa. –Se acercó hasta llegar a su lado inclinándose, retiro la tasa de sus manos. Un solo rose con sus yemas basto para que se encendiera por completo su piel como si le estuviese quemando.

-Yo creo que tengo que irme. –Apretó sus ojos por lo débiles que habían sido sus palabras. Lauren lo había notado ya que le dedico una sonrisa.

-Seguro. Ha sido un día agotador para ambas. –Aseguro la ojiverde. Encaminándose en silencio hasta la sala una pregunta paso por su mente. –¿Qué tal fue la sesión de ahora? –Se maldijo mentalmente por no preguntarle mientras estaba en la oficina de Camila.

-¿Qué? –Confundida arrugo su frente.

-La sesión con... -Negó tratando de recordar el nombre del fotógrafo. –¿Es Arstic? ¡No! ¡Archie! –Salto con entusiasmo al no haberlo olvidado.

-Casi aciertas Lauren pero su nombre es Richie. –Divertida revelo el nombre del fotógrafo. Juraría que el sonido que escapo de sus labios es lo más hermoso que ha escuchado jamás. Ojala lo hiciera siempre pensó Lauren. –Fue muy bien. Solo falta asignar una fecha oficial para que se lleve a cabo la presentación pero primero necesitamos las fotos que Rich tomo para partir de ello y promocionar. -Acomodo su cabello despreocupadamente.

-Te ira muy bien como siempre. –Susurro en su oído mientras se inclinaba para abrir la puerta. Camila desde ahí podía oler aun su perfume y cerrar sus ojos por un minuto. Juntas salieron hasta el porche.

Dispuesta a avanzar hasta el Audi. Giro sobre si para quedar frente a Lauren, su pregunta la haría quedar como tonta pero necesitaba asegurarse.

-Lauren... Sobre lo que acabamos de hablar ahí adentro. –No se atrevía a mirarla a la cara. Si confiara más en las personas esto no le estuviera pasando.

-No te preocupes. No le contare a nadie. –Llevó su mano tomando el mentón de la menor para que la mirara. –Confía en mí Camila nunca haría algo para dañarte. Somos amigas ¿no? –Trato de sonreírle para aliviar el ambiente aunque en el interior se moría de los nervios.

-Amigas. –Murmuro por lo bajo. Indirectamente asumía que eran amigas pero ¿porque sentía que necesitaba pasar más tiempo con ella como si necesitara oxígeno para respirar? "Seguramente solo estas agradecida por los chocolates Camila y Lauren es la única persona además de Dinah que ha aguantado tu carácter de mil demonios." Pensaba para sí mientras la abogada la sacaba de su gran debate interno.

-Aguarda un momento. –Sin obtener respuesta observó cómo Lauren desaparecía corriendo. Buscando entre los cajones que había debajo de la televisión, tomo una carpeta que al parecer era un obstáculo porque la dejo caer al piso sin importarle lo que hubiera dentro. Levantaba otros papeles frunciendo el ceño murmurando algo apenas inaudible "Vamos deben estar aquí ¡¿
donde las deje?!"
De un sobre amarillo que abrió de un extremo esparció unas tarjetas en el sillón tomando una tarjeta entre sus manos llegando a Camila de nuevo.

-Espero que lo que sea que estuvieras buscando haya válido la pena ante todo ese desorden que tienes ahí. –Señalo divertida en dirección a la sala que estaba rodeada de un montón de papeles en el piso.

-Lo valdrá si me llamas algún día de estos. –Sin restricciones levanto la tarjeta entre sus dedos esperando que Camila la tomara. –Ya sabes si necesitas una abogada. –"¿Una abogada Lauren? ¿Que no tiene ya a Alejandro? Qué manera de entregar sutilmente tu número sin ponerte de cabeza" pensó Lauren. –Tienes a Alejandro pero también puedes llamarme. –Apretó sus dientes esperando no notara lo nerviosa que estaba. Rasco su nuca con una mano mientras veía como Camila lo guardaba en su bolsillo.

-Te llamare Lauren. Lo prometo. –Si antes se regañaba mentalmente por lo que hacía ahora se sentía aliviada de compartir con Lauren quien era realmente. Le llamaría eso sin duda ¿No es que ella ya tuviera una tarjeta perfectamente idéntica a la que acaba de guardar? Una sonrisa maliciosa se posaba en sus labios, se arriesgaría porque... ¿Qué es una vida si no hay riesgos? –Ahora si me marcho.

-Claro y gracias por traerme Camila. –Antes que se girara para finalmente irse Lauren se acercó sin apartar la mirada de los marrones que la miraban expectante. Como lo había dicho Camila anteriormente no esperaba tener una respuesta o despedida de su parte pero podía cambiar en segundos.

Camila al sentir la cercanía de Lauren al frente de ella se inclinó llegando hasta centímetros de su mejilla sintiendo su cálida respiración llegarle a su hombro. Sin previo aviso Lauren tomo su mano para entrelazarla a la suya que encajaban perfectamente. El choque y la sensación fue eléctrica e irreal sintió recorrerla por toda su espina dorsal. Podía sentir a su corazón saltando de su pecho y lo irregular que su respiración estaba saliendo. Deposito un corto beso sobre la pálida piel de Lauren tardando dos segundos en apartarse y disfrutar la cercanía.

-Quería asegurarme que estabas bien Camila. –Sincera miro ambas manos que se mantenían entrelazas en el regazo de Lauren.

-Estoy perfectamente Lauren. Gracias por el té. –Embriagada de la forma en la que Lauren mantenía entrelazada su mano como si fuera a rompérsele. No tenía voluntad propia para soltarse. Pero alguna de los dos tenía que ceder y muy a su pesar la abogada la fue soltando despacio.

Con una última mirada a esos verdes que la hacían sentirse segura. Bajo las pequeñas gradas del porche casi corriendo, sonrojada llego hasta su auto abriendo de manera torpe la puerta. Encendió el motor del Audi alejándose del vecindario con la imagen de Lauren en el retrovisor tocando con la puntas de sus dedos la mejilla en la que deposito sus labios sintiéndose abrumada pero en el buen sentido con la esperanza de verla otra vez.


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